El comer compulsivamente

El comer compulsivamente es el trastorno de la conducta alimentaria más común y la mayoría son personas con obesidad, pero también personas con peso normal lo padecen. Esta enfermedad fue reconocida oficialmente hasta 1992.
Se presenta mas en mujeres que en hombres con frecuencia de 2 a 1 y se presenta mas en jóvenes. Tiene como característica ser los clásicos síndromes del yoyo.
El comer compulsivamente se caracteriza por comer una gran cantidad de alimento y perdiendo el control de lo que comen. Otra característica es su obsesión a la comida y por comenzar dietas que rompen y rompen fácilmente y en muy poco tiempo.
Se sienten culpables por no poder controlar la ingestión de alimentos y se super obsesionan por su peso.
El comer compulsivamente se diferencia de la bulimia ya que en este padecimiento no se induce el vomito ni se toman laxantes ni diuréticos.
Muchos de nosotros alguna vez hemos tenido un famoso atracón de comida eso no quiere decir que seamos comedores compulsivos para que se pueda englobar a una persona como comedor compulsivo se tiene que encontrar varias situaciones como:

  • Episodios frecuentes de atracones de comida
  • No poder controlar la cantidad de lo que uno come
  • Comer rapidísimo
  • Comer aunque uno se sienta llenísimo del estomago
  • Comer aunque no tenga hambre
  • Comer solo
  • Sentirse con culpa y depresión después de la comilona

Causas

La causa del comedor compulsivo aun es desconocida pero más del 50% de estos pacientes presentan historia de depresión.
En los últimos años las investigaciones en el campo de los neurotransmisores han demostrado algunos cambios en los comedores compulsivos pero estas investigaciones aun están en sus inicios.

Complicaciones

Las complicaciones del comedor compulsivo son las siguientes:

  • Problemas gastrointestinales
  • Problemas de vesícula biliar
  • Hipertensión arterial
  • Hipercolesterolemia
  • Diabetes
  • Enfermedades cardiovasculares
  • Enfermedades articulares
  • Depresión

Tratamiento

Si uno trata de ponerse a dieta los resultados no son muy halagadores ya que vuelven a subir de peso fácilmente, mi sugerencia es que primero trabajemos con constancia la parte psicológica y cuando ya exista mas control, tratar de iniciar un plan de alimentación.

La resistencia

"Persona quiere decir máscara, y cada uno de nosotros tiene muchas.
¿Hay realmente una verdadera que pueda expresar la compleja, ambigua y contradictoria condición humana? Siempre es terrible ver a un hombre que se cree absoluta y seguramente solo, pues hay en él algo trágico, quizás hasta sagrado, o circunstancias que no todos puedan entender.
Siempre llevamos una máscara, que nunca es la misma sino cambia para cada uno de los lugares que tenemos asignados en la vida: la de profesor, la del amante, la del intelectual, la del héroe, la del hermano cariñoso.
Pero ¿qué máscara nos ponemos o que máscara nos queda cuando estamos en soledad, cuando creemos que nadie nos observa, nos controla, nos escucha, nos exige, nos suplica, nos intima, nos ataca?.
Acaso el carácter sagrado de ese instante se deba a que el hombre está entonces frente a la Divinidad, o por lo menos ante su propia e implacable conciencia. ¡Cuántas lágrimas hay detrás de las máscaras! ¡Cuánto más podría el hombre llegar al encuentro con el otro hombre si nos acercáramos los unos a los otros como necesitados que somos, en lugar de figurarnos fuertes!
Si dejáramos de mostrarnos autosuficientes y nos atreviéramos a reconocer la gran necesidad del otro que tenemos para seguir viviendo, como muertos de sed que somos en verdad; ¡cuánto mal podría ser evitado!...

Ernesto Sábato
"La Resistencia"

Para mantener y recuperar la memoria

¿Se le borran nombres, fechas o números telefónicos? ¿Olvida con frecuencia donde dejó sus llaves? Al conversar, ¿interrumpe varias veces su relato para pedir que le ayuden a recordar los lugares y los nombres de quienes estaban en su historia? ¿Se le ha perdido su coche al salir por la puerta equivocada del centro comercial? Si a usted le sucede todo o parte de esto, no se preocupe, hay esperanzas.

La buena noticia es que, recientes estudios sobre el cerebro demuestran, que a través de simples actividades cotidianas, podemos desarrollar y mantener en forma las conexiones neuronales, que son las responsables de mantener ágil nuestra mente. En 1998 un grupo de científicos suecos y americanos, demostraron por primera vez, que en un cerebro adulto sí se forman células nuevas; que contrario a lo que se creía, el deterioro de la mente que muchas personas experimentan, no es por la edad, ni porque se mueran las neuronas.

La sensación de pérdida de la memoria, resulta del adelgazamiento de las dendritas (ramas de las neuronas, las cuales a través de la sinapsis, reciben y procesan información de otras células nerviosas). Esto forma la base de la memoria. Si las dendritas no se conectan con frecuencia, simplemente se atrofian y la habilidad del cerebro para meter nueva información se reduce.

Necesitamos ejercitar y fortalecer a la memoria, como lo hacemos con un músculo del cuerpo. "Neurobics", según explican los doctores en neurobiología del Duke University Medical Center, es la nueva ciencia para ejercitar el cerebro.

Antes se creía que solo los niños formaban dendritas; ahora se descubre que las neuronas pueden crear nuevas dendritas para compensar la pérdida de otras. Al leer esto, usted probablemente piense: "mi mente debe estar bastante estimulada, ya que leo, trabajo y trato gente".

La verdad es que la vida de la mayoría de nosotros se lleva a cabo dentro de una serie de rutinas. Piense en su semana o día promedio.
¿Qué tan diferente es su desayuno, su ruta hacia el trabajo, hora de comer, etcétera?
¿Qué pasa con nuestro cerebro, cuando se pone en automático?
Las actividades rutinarias requieren de un mínimo de energía y pasan por las mismas carreteras ya formadas en el cerebro.

Cada vez que aprendemos algo nuevo o experimentamos algo diferente vía la vista, el olfato o el sonido, se estimula el cerebro, se crean nuevas neuro-rutas y se fortalece la sinapsis. No basta un estímulo pasivo, como ver la TV, tomar un masaje o escuchar música... "Neurobics" usa los sentidos en formas novedosas, sorprendentes y divertidas, las cuales signifiquen un reto al cerebro. Por ejemplo: Si siempre ha escrito con la mano derecha, trate de hacerlo con la mano izquierda. Los circuitos que necesitan prenderse en las distintas áreas del cerebro se activarán, por lo que el cerebro se confronta a una nueva tarea que lo involucra y lo reta. Esto es lo que refuerza la nueva producción de dendritas.

Todos tenemos rutinas en las mañanas para salir de la casa rápido y sin pensar mucho, así como al regresar por la noche a descansar. En estos momentos, la mente está en piloto automático, por lo que son ideales para romperlos y despertar nuevos circuitos.

A ponerse en acción

A continuación les mencionamos algunos EJERCICIOS los cuales, según las investigaciones, expanden substancialmente los circuitos en la corteza cerebral:

1- Báñese con los ojos cerrados. Localice las llaves del agua y ajuste la temperatura, utilizando solo el tacto. Adentro, busque el jabón, shampoo o crema de rasurar, también con los ojos cerrados. Sus manos notarán varias texturas, de las cuales no se había percatado.

2 - Utilice la mano no dominante. Con ella, haga todo lo que suele hacer: lavarse los dientes, abrir la pasta, peinarse, aplicar el maquillaje, vestirse, abotonarse, etcétera. Así pondrá a trabajar el lado opuesto del cerebro, el cual en éstas tareas permanece inactivo.

3 - Lea en voz alta con un compañero. Alternen el papel de lector y receptor. Cuando leemos en voz alta o escuchamos la lectura, utilizamos diferentes circuitos, que al leer en silencio.

4 - Cambie sus rutas. Tome un camino diferente para ir al trabajo. Si sale al campo, baje la ventana para disfrutar de los olores a lluvia, de tierra mojada o los sonidos de los pájaros, de las hojas secas...

5 - Identifique las monedas. Coloque en una taza varias monedas diferentes y téngalas a la mano en su coche. Mientras está en un alto, (en lugar de rascarse las narices), con los dedos trate de identificar la denominación de cada una.

6 - Cambie de lugar las cosas. Al saber donde está todo, la corteza y el hipocampo han construido un "mapa" espacial de las cosas. Cámbielas arbitrariamente. Empiece por el bote de basura, y verá la cantidad de veces que llevará el papel al viejo lugar. Así activará diferentes zonas del cerebro.

7 - Aprenda una nueva habilidad, puede ser la fotografía, el tallado en madera, la cocina, etcétera. Aquellas que utilizan varios sentidos a la vez son muy estimulantes. Si le gusta armar coches o rompecabezas, tápese un ojo. Esto hará que pierda la percepción de profundidad, por lo que el cerebro tendrá que confiarse de otras vías.

¿Por qué no abrirnos la mente y probar "ver" las cosas de otra forma para ampliar nuestra memoria? Con suerte, en poco tiempo ya no diremos ¿dónde dejé mis llaves? y aprenderemos a utilizar la otra parte de nuestro cerebro.

El presente trabajo e una colaboración del Ing. Luis Siero.
Felipe de Urca. medico Argentino.

Blancanieves y los 7 Chakras

La reina se halla delante del espejo, el rasgo arquetípico del yo, que en la versión de Disney se halla rodeado por los signos del zodíaco. La reina preguntaba "Espejo, Espejo mágico, quién es en este reino la más hermosa? A lo que el espejo responde: "Blancanieves"
Quizás Blancanieves sea el símbolo del yo superior de la reina, y ésta represente el yo tradicional, aferrado al materialismo y al control. Lo que la reina dice en realidad es que debe matar a su yo superior porque hace que se dé cuenta de cosas que prefiere no saber. A fin de cuentas, su yo superior está fregando los suelos del castillo, lo cual representa la totalidad del ser, como un auténtico místico que ve a Dios en todo, y halla paz y satisfacción en las tareas más humildes.
La reina ordena al cazador que mate a Blancanieves y le lleve su corazón, el chakra central que une el yo superior y el inferior. Creemos que hemos descubierto una novedad al relacionar nuestra biología a nuestras emociones, pero no es una casualidad que se haya asociado siempre el corazón -en el mito y en las leyendas populares- con la verdad y el amor, los elementos que constituyen el cuarto chakra.
En lugar de matar a Blancanieves, el cazador deja que huya al bosque. Blancanieves inicia entonces su noche oscura del alma y pasa la noche en el bosque, temerosa de los ojos que la rodean. Al amanecer, se percata de que esos ojos pertenecían a los animales que la protegían. Tras haber superado la noche sin sufrir daño alguno, echa a caminar y se encuentra con un puente que conduce a la casa de los enanitos. Atraviesa el puente -símbolo clásico de la transformación humana - y entra en la casa de su nuevo yo. De inmediato empieza a limpiarla y poner en orden las cosas, de acuerdo con sus propios dictados. La reina, su yo inferior, ha sido trascendida.
De improviso se presentan los siete enanitos, que son mineros, pero Blancanieves les obliga a lavarse antes de dejarlos entrar. Dicho de otro modo, al descubrir sus chakras, Blancanieves se dispone a purificarlos. Según la doctrina Kundalini, los adeptos limpian y purifican sus chakras de abajo arriba para que la sagrada energía de la fuerza vital que reside en la base de la columna vertebral ascienda hasta la coronilla. Esa purificación puede realizarse de forma paulatina, mediante la oración y la meditación: en algunos casos se produce de pronto, espontáneamente. En cualquier caso, es un preludio a la apertura del alma.
Entre tanto, en el castillo, la reina descubre que su yo superior sigue vivo. Toma una manzana envenenada, la tradicional fruta prohibida del conocimiento del bien y del mal. La reina ofrece la manzana a Blancanieves, que al morderla cae en un sueño profundo. Mientras duerme, desciende al submundo de los dominios arquetípicos. Para despertar de este sueño arquetípico, tiene que lograr que se unan el animus y el anima, el príncipe y la princesa, los componentes masculino y femenino de su alma. Esa unión propicia la resurrección de un ser completo, conciente de sí, regenerado.
Nuestro objetivo es muy parecido al de Blancanieves: lograr que nuestro yo deje de luchar contra nuestro yo superior, unificar los elementos de nuestra naturaleza, hacer las paces con nuestros siete chakras y despertar para asumir las riendas de nuestra vida. Las partes difíciles de esa empresa -vagar através de la noche tenebrosa, purificar nuestros centros energéticos, descender a los abismos de nuestra psique- constituyen las claves del proceso de curación. Huelga decir que no todas las crisis de salud terminan como en un cuento de hadas, pero cualquier esfuerzo que realicemos, por insignificante que parezca, conducirá hacia un estado de salud espiritual y física.


La medicina de la energía

Caroline Myss

La autoestima y la confianza de los adolescentes

Los adolescentes suelen sentirse incómodos. Tienen nuevos cuerpos y mentes en desarrollo y relaciones con amigos y familiares que van cambiando. Entienden por primera vez que no siempre hacen todo bien. Los cambios en sus vidas a veces llegan más rápido que la capacidad para adaptarse a ellos.
La falta de autoestima generalmente se agudiza durante los primeros años de la adolescencia, luego mejora un poco durante los siguientes años a medida que las nuevas identidades se fortalecen y enfocan. A cualquier edad la falta de confianza en sí mismo puede ser un problema serio. Los adolescentes que carecen de autoestima pueden ser solitarios, torpes en su trato con otras personas y muy sensibles a las críticas sobre lo que ellos piensan son sus insuficiencias. Los jovencitos con poca confianza en sí mismos son menos aptos a participar en actividades con sus compañeros y a formar amistades con ellos. Esto los aísla todavía más e impide que desarrollen una mejor imagen de sí mismos. Y cuando entablan amistades, son más vulnerables a la presión negativa de los amigos.
Algunos adolescentes que no tienen confianza en sí mismos dejan de participar en clase. Otros actúan escandalosamente para llamar la atención. En su peor manifestación, la falta de confianza en sí mismos se relaciona con comportamientos autodestructivos y malos hábitos-como fumar, beber alcohol y tomar drogas.
Las chicas adolescentes suelen dudar de sí mismas más que los varones (aunque siempre hay excepciones). Esto se debe a varias razones:

1. La sociedad les da el mensaje que lo importante es que ellas se lleven bien con todos y que sean muy pero muy delgadas y bonitas. La vida puede ser igualmente dura para un jovencito que cree que tiene que cumplir con las expectativas de la sociedad que le dicen que todos los varones deber ser buenos atletas y deben desempeñar bien las actividades físicas.

2. Las adolescentes maduran físicamente dos años más temprano que los varones, lo cual exige que ellas enfrenten asuntos como su apariencia, su popularidad y su sexualidad antes de poseer la madurez emocional para hacerlo.

3. Las chicas adolescentes reciben mensajes confusos sobre la importancia del rendimiento académico. Aunque se les dice que deben fijar metas académicas altas para sí mismas, muchas de ellas temen que a los varones les va a desagradar si ellas parecen ser demasiado inteligentes o capaces, especialmente en las matemáticas, las ciencias y la tecnología.

Si su adolescente sufre por causa de una crisis de confianza en sí mismo por mucho tiempo, es probable que se beneficie al visitar a un consejero u otro profesional. Esto es particularmente cierto si existe un problema con drogas o alcohol, algún problema de aprendizaje, algún desorden alimenticio como la bulimia o la anorexia, o depresión clínica. La mayoría de los adolescentes superarán los periodos de inestabilidad con el paso del tiempo y con su apoyo.
La mayoría de los psicólogos sienten que la autoestima y la confianza en sí mismo representan una variedad de sentimientos que un adolescente tiene sobre sí mismo bajo circunstancias diversas. La sicóloga Susan Harter ha desarrollado una teoría sobre la autoestima que considera la confianza que un adolescente siente sobre algún tipo de actividad y qué tan importante es este tipo de actividad para él. Por ejemplo, los adolescentes pueden reflexionar sobre varias situaciones: competir en el equipo de atletismo, estudiar matemáticas, entablar relaciones románticas, cuidar a sus hermanos menores, y demás. Hay ciertas cosas que el adolescente sentirá mayor confianza en su capacidad de hacer un buen papel que en otras. Quizás se siente muy bien acerca de su atletismo y su conocimiento de las matemáticas, pero se siente mal en lo que a su vida romántica concierne. Quizás también duda que es un buen hermano. Qué tan bien se sentirá este joven dependerá de qué tan importantes son cada uno de estos aspectos de su vida. Si tener novio o novia es lo que más importa, esta persona se sentirá mal. Si lo que más importa es destacar académicamente y en los deportes, entonces lo más probable es que su auto-concepto será bastante bueno. Utilizando esta teoría como base, las mejores maneras de ayudar a que su hijo desarrolle confianza en sí mismo son las siguientes:
Dele oportunidades para tener éxito. Como señala la maestra Diane Crim, "La mejor manera de fomentar la confianza en sí mismo en alguien es ofreciéndoles oportunidades para tener éxito. Hay que facilitarles el éxito-dándoles experiencias a través de las cuales puedan ver todo el poder que tienen. Los muchachos pueden ingeniárselas con estas experiencias. Parte de lo que crea la confianza es el saber qué hacer cuando uno no sabe qué hacer".
Ayude a su hijo a fomentar la confianza en sus propias habilidades al alentarlo a tomar una clase de arte, actuar en una obra de teatro, jugar en un equipo de fútbol o béisbol, a participar en ferias de ciencias o clubes de computación, o tocar un instrumento musical-cualquier cosa que disfrute y que le ayude a destacar sus mejores rasgos. No empuje una actividad específica a la fuerza. La mayoría de los niños, no importa si tienen 3 o 13 años de edad, resisten los esfuerzos por obligarlos a hacer cosas que no disfrutan. Si se les empuja a hacer cosas que ellos no han escogido hacer, lo que resulta es simplemente frustración. Trate de balancear las experiencias de su hijo entre las actividades que ya sabe desempeñar bien y actividades nuevas o actividades en las que todavía no se destaca.
Usted también le puede ayudar a fomentar la confianza en sí mismo al darle tareas y responsabilidades familiares en las cuales puede tener éxito-guardando los trastes, limpiando su cuarto o cortando el césped.
Ayúdelos a sentirse seguros y confiar en sí mismos. La capacidad de los jóvenes para confiar en sí mismos proviene del amor incondicional de sus padres que les ayuda a sentirse seguros mientras que desarrollan la habilidad para resolver sus propios problemas. Su hijo, tal como todos los jovencitos, se enfrentará a situaciones que exigirán que confíe en usted y en otras personas.
Pero si siempre se vale de su ayuda para zafarse de las situaciones difíciles, acabará con un desarrollo emocional impedido. "Debemos enseñarles a nuestros niños cómo adaptarse a los problemas que se les presentan, en vez de siempre abrirles el paso," dice la maestra Anne Jolly.
Hablen sobre las ansiedades relacionadas a la violencia escolar y el terrorismo mundial. Muchos jovencitos han sido expuestos a imágenes terribles de muere y destrucción en la televisión y en el Internet. Usted puede ayudar a que su hijo comprenda que aunque nuestro país ha sufrido horribles golpes de terror, somos un pueblo fuerte que puede unirse y apoyarse mutualmente en tiempos difíciles. Además, usted puede:
Crear un ambiente calmado en su hogar y en su propio comportamiento. Si su familia ha sido directamente afectada por un ataque terrorista o violencia, quizás esto resulte difícil. Si usted se siente ansioso, necesita explicarle a su hijo qué está sintiendo y por qué. Los niños y los jóvenes se dejan guiar por las señales emocionales que emiten sus seres queridos.
Escuche cuidadosamente a lo que su hijo dice. Asegúrele que los adultos en el mundo están trabajando para incrementar la seguridad en las casas y las escuelas.
Ayude a su hijo a discernir entre la ficción y los hechos. Hablen sobre los hechos y eviten adivinar, exagerar o reaccionar excesivamente.
Supervise el uso de la televisión, la radio y el Internet. Evite que su hijo vea demasiadas imágenes violentas, las cuales pueden aumentar su ansiedad.
Use ejemplos de la historia (por ejemplo Pearl Harbor o la explosión del trasbordador espacial Challenger) para explicarle que a veces cosas malas le suceden a los inocentes, pero que las personas siguen adelante con sus vidas y resuelven situaciones terribles en sus vidas.
Mantenga las rutinas familiares tan constantes como sea posible.
Dele elogios y aliéntelo. Los elogios significan mucho para los adolescentes cuando provienen de quienes más quieren y en quienes se apoyan-sus padres y otros adultos importantes en sus vidas. Al elogiar a su hijo usted fomenta su confianza en sí mismo. Pero no olvide que al halagarlo debe ser sincero. Se va a dar cuenta muy fácilmente si no lo es.
Tenga paciencia con tu hijo adolescente
Como adultos, la mayoría de las personas han desarrollado la confianza en sí mismos, la cual proviene de años de experiencia con el éxito, perotambién después de varios años de explorar sus puntos fuertes y débiles al enfatizar diferentes aspectos de sus vidas. La mayoría de nosotros seríamos muy infelices si tuviéramos que hacer solo aquellas cosas que hacemos mal. Como adultos tendemos a encontrar nuestros puntos fuertes y-tanto como nos es posible-enfatizamos estas áreas más que las otras. Para un adolescente es muy difícil minimizar las áreas en las que no se siente seguro.
Por ejemplo, es muy difícil hasta para un adolescente que se destaca bien académicamente enfocarse en la escuela en vez de encontrar pareja si todos sus amigos tienen novias y le hablan constantemente acerca de la importancia de tener a alguien especial. Esto puede ser muy frustrante para los padres. Usted sabe bien que si tiene o no pareja para salir el próximo sábado no es lo que más importa a largo plazo, pero también puede ver que en este momento él no lo puede ver así.

Sanación

La Sanación es un viaje hacia nuestra totalidad que dura toda la vida.
Sanación es recordar que lo que hemos olvidado sobre conexión, unidad e interdependencia entre rodas la cosas vivientes y no vivientes.
Sanación es abrazar lo que más tenemos.
Sanación es abrir lo que está cerrado, ablandar lo que se ha endurecido y obstruye.
Sanación es entrar en el momento trascendente e intemporal en que se experimenta lo divino.
Sanación es buscarse y expresarse plenamente, la luz y la sombra, lo masculino y lo femenino.
Sanación es aprender a confiar en la vida.

Juan Oviedo

La soledad impacta en los genes y baja las defensas

Diversos estudios científicos ya habían mostrado que aquellos que viven aislados sufren tasas de mortalidad más altas que quienes tienen compañía. Ahora, un estudio de la Universidad de California probó que el sentirse solo altera el sistema inmune a nivel genético, algo que eleva el riesgo de sufrir enfermedades como males cardíacos, infecciones y cáncer.

Por Andrea Gentil

Estado animico. Tiene una relación estrecha con el sistema inmune. Los solitarios se enferman más. "Demostramos que el impacto biológico de la soledad se mete dentro de los procesos internos más básicos del organismo, en la actividad misma de nuestros genes." Así le resumió a PERFIL Steve Cole, miembro del Centro de Psiconeuroinmunología de la Universidad de California, la clave de su investigación sobre los efectos del aislamiento social que acaba de publicar> en el Journal Genome Biology. "Nos topamos con que los cambios en la expresión genética dentro de las células relacionadas con el sistema inmune se vinculan de manera específica con la experiencia subjetiva que las personas tienen de su soledad. Y estas diferencias son independientes de otros factores de riesgo como el estado de salud, la edad, el peso y el uso de medicamentos. Es más: los cambios son incluso independientes del tamaño objetivo de la red social de esa persona" explicó el autor principal del estudio. Es en este punto donde se encuentra uno de los mayores logros de esta investigación: la demostración de que la sensación de soledad es más perjudicial que la soledad en sí misma. "Que hay vías nerviosas puntuales que se ligan con los afectos y que producen efectos sobre zonas como la médula ósea, donde se generan los glóbulos blancos y rojos, es algo que se viene estudiando. Muchas de estas vías tienen que ver con el sistema autoinmune, con los mecanismos> inflamatorios que ponen en marcha la activación de los glóbulos blancos ante lo que perciben como una amenaza", señaló el argentino Juan Manuel Bulacio, médico psiquiatra y presidente de la Fundación de Investigación en Ciencias Cognitivas Aplicadas (ICCAp). "Pero lo más interesante de esta investigación es que muestra lo fundamental que es el significado que una persona le da a la soledad, la demostración de la relación entre el estado anímico y las defensas del organismo." En ese sentido, Cole es puntual y directo: "Los resultados no dependieron ni dependen de a cuánta gente conoce alguien, sino de a cuánta gente alguien siente cerca suyo en determinado momento".
El estudio. Para llevar a cabo su experimento, los investigadores reunieron a un grupo de voluntarios y los dividieron en dos: por un lado, juntaron a los seres que carecían de relaciones personales a todo nivel (pareja,> familia, amistades); personas que, según Cole, "durante cuatro años seguidos dijeron: 'Realmente no hay nadie que sienta muy cercano'". Y por el otro, a quienes vivían una vida más acompañada. A partir de ahí, se le tomaron muestras de sangre a cada voluntario y los expertos estudiaron la actividad de los genes de las células del sistema inmune (los glóbulos blancos), que protegen tanto de virus y bacterias como de otros organismos peligrosos para él, ya sean moléculas externas o internas.
Así, se estudiaron y compararon 22.000 genes humanos, y fue entonces cuando se comprobó que 209 transcripciones de los genes se expresaban de manera diferente entre los dos grupos. Entre los solitarios, las alteraciones genéticas fueron tales que 78 de esas transcripciones estaban sobreexpresadas (sobretrabajando), y que otras 131 no se expresaban o estaban por debajo de los niveles normales. Para ser más claros: "Los leucocitos o glóbulos blancos de la sangre aparecían como remodelados en quienes están y se sienten crónicamente solos", explicó Cole. Lo que vale son las sensaciones; la conformación de lo que es una persona está en los genes. "Pero hay cosas -advirtió Bulacio- que a veces se expresan y a veces no; es decir que están latentes, y lo mental será lo que influya sobre la posibilidad de que se transformen o no en un hecho", dijo. Y agregó: "Hoy se habla del 'apoyo social percibido'. Hay gente que está acompañada y que, sin embargo, percibe que no es querida; son personas que tienen una distorsión cognitiva que las lleva a minimizar el apoyo afectivo que puedan tener", puntualizó el experto, que acaba de escribir Soledades en venta, una novela que trata, precisamente, sobre la soledad. Cuerpo-mente. John Cacioppo, psicólogo de la Universidad de Chicago y colega de Cole en la investigación, lleva años estudiando los efectos de la soledad sobre la salud en un grupo de personas que le permitieron hurgar en su vida social y sanitaria. De hecho, Cacioppo publicó en agosto los resultados de un trabajo que muestra cómo las malas experiencias en el organismo de los> solitarios se acumulan con el tiempo y se unen al estrés y las desgracias inevitables de la vida. Esto es lo que baja las defensas y llama a las enfermedades tanto de origen externo (como una vulgar gripe) como interno (enfermedades autoinmunes, aquellas en las que las propias células del organismo atacan a la persona). Pero no todo es negro. Cole y los suyos también ven el lado bueno del asunto: "Estos resultados nos permiten conocer los blancos moleculares hacia los cuales debemos dirigir nuestros esfuerzos a la hora de bloquear los> efectos adversos de la soledad".

SE CONFIRMA UNA SOSPECHA CIENTÍFICA Y POPULAR

Ya en el año 2003 Eric Loucks, investigador de la Escuela Pública de Medicina de la Universidad de Harvard (EE.UU.), había demostrado que los hombres solitarios, con pocas relaciones interpersonales, tienen más riesgo de padecer enfermedades cardíacas. Y también halló que el aislamiento se vinculaba a un aumento en los niveles de ciertos componentes de la sangre. "El aislamiento social influye sobre moléculas vinculadas con los procesos inflamatorios. Estos estudios muestran cómo la soledad influye en nuestra> salud", aseguró Loucks. Otro pool de investigadores, esta vez de la Universidad de Wisconsin y del King's College de Londres, publicaron en la prestigiosa revista JAMA que > los> chicos solitarios tienen, cuando adultos, más riego de padecer enfermedades cardiovasculares. En ese caso, los hallazgos señalaron que el aislamiento y la soledad afectan a los niños tanto en lo psicológico como en lo físico. Avshalon Caspi, de Wisconsin, se tomó el trabajo de seguir a nada menos que 1.037 chicos desde que nacieron hasta que cumplieron 26 años. Y encontró que los solitarios eran mucho menos saludables y que cuanto más solos se> sentían, peor estado de salud registraban. La cosa no termina aquí. También se ha comprobado que la soledad aumenta > el> peligro de padecer mal de Alzheimer. Más concretamente, que las personas > que> están y que se sienten solas tienen dos veces más posibilidad de desarrollar el tipo de demencia que desencadena dicha enfermedad.

Modelos Teóricos en Musicoterapia

En el IX Congreso Mundial de Musicoterapia que se realizó en 1999 en la ciudad de Washington, Estados Unidos, hubo un reconocimiento por parte de la comunidad de los musicoterapéutas de todo el mundo, de cinco modelos teóricos. Sin duda hay muchos otros desarrollos teóricos conocidos que podrán llegar a constituirse como tales, pero desde ese congreso en adelante, podemos decir que la musicoterapia cuenta oficialmente con cinco modelos. Estos son:

* Modelo Nordoff Robbins, o de Musicoterapia Creativa e Improvisacional;
* Modelo GIM (Guided Imaginery and Music) o de Imágenes Guiadas y Música;
* Modelo de Musicoterapia Analítica;
* Modelo Benenzon;
* Modelo de Musicoterapia Behaviorista

Pese a que la oficialización de este reconocimiento se dió en el marco del Congreso mencionado, la historia de cada uno de ellos es de larga data. De hecho, todos tienen su orígen en la década del 60.

El Modelo Nordoff Robbins se constituyó como tal entre los años 1976/77. La Musicoterapia Creativa e Improvisacional, como también se conoce a este modelo, consiste en la improvisación musical que se instaura entre el paciente y el terapeuta con diversos instrumentos musicales o canto, según las posibilidades del paciente, de sus condiciones neurológicas y sobre todo de sus funciones vitales. La musicoterapia Creativa es un acontecimiento interpersonal que toma en cuenta no sólo el tipo de paciente tratado, sino también la personalidad del terapéuta, realizando una improvisación "bilateral" que contempla tanto al paciente como al terapeuta.

El Modelo GIM se constituye como tal a principios de la década del 70. En 1972 Helen Bonny funda el "Institute for Consciusness and Music" donde comenzaron a formarse musicoterapeutas para trabajar con éste modelo. El mismo trabaja principalmente con dos aspectos: La posibilidad de la música de provocar tanto la sinestesia como "estados alterados de conciencia", o como dice Helen Bonny "la utilización de la música para alcanzar niveles extraordinarios de la conciencia humana".

El Modelo de Musicoterapia Analítica nace a principios de los años 60 con el denominado "Intertherapy-group", cuyo trabajo derivó luego en lo que se denominó Musicoterapia Analítica. Mary Priestley, quien es considerada su fundadora, publica en 1975 el libro "Music -Therapy in Action", punto de partida de la institucionalización del modelo como tal. Musicoterapia Analítica es el nombre que se ha dado al uso analítico, informado y simbólico de la música improvisada por el musicoterapeuta y el paciente. Es usada como una herramienta creativa con la cual el paciente explora su propia vida, a la vez que lo provee de los medios para poder crecer e incrementar su autoconocimiento.

El Modelo Benenzon comenzó a delinearse en la década del 60. En el año 1965 los doctores Rolando Benenzon y Bernaldo de Quirós crean la comisión de estudios de la musicoterapia en la República Argentina y como consecuencia de la misma se crea la carrera de musicoterapia en el Instituto de Otoneurofoniatría, de la Facultad de Medicina, de la Universidad del Salvador en Buenos Aires. Se fundamenta en el complejo sonido-ser humano, sea el sonido musical o no, tendiente a buscar métodos y diagnósticos terapéuticos. Este complejo se extiende desde las fuentes de emisión del sonido, comprendiendo la naturaleza, el cuerpo humano, los instrumentos musicales, los aparatos electrónicos, el medio ambiente, el recorrido de las vibraciónes con sus leyes acústicas, los órganos receptores de éstos sonidos, la impresión y percepción en el sistema nervioso y toda la repercusión biológica y psicológica para la elaboración de la respuesta que encierra el complejo, ya que ella es una fuente de estímulo. Este modelo considera como objetivo fundamental producir estados regresivos y aperturas de canales a esos niveles en los pacientes, emprendiendo por medio de los nuevos canales de comunicación, el proceso de recuperación.

El Modelo Behaviorista, al igual que los otros, se gesta a fines de la década del 60 y comienzos de la década del 70, si bien se podría decir que se conforma como tal en 1975, cuando Clifford Madsen, quien es considerado su fundador, publica el libro "Research in Music Behavior. Modifying Music Behavior in Classroom". Este modelo sostiene que la música por si sola es un operador condicionante que refuerza la conducta alterada. El impacto de la experiencia musical es observable y mensurable, y es posible establecer una relación de causa - efecto entre la música y la conducta. La musicoterapia, en este modelo, debe usar el análisis conductista y proponer programas individuales de tratamiento para encontrar las necesidades de las personas a las que se atiende.

Extraído del libro "Facetas de lo Inefable", del Mt. Diego Shapira *

Las formas son importantes

"...De la comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la amistad o la enemistad, la armonía o el conflicto.
Es cierto que debe decirse la verdad, pero la falta de acierto en la forma de expresarla, o la falta de oportunidad en el momento y circunstancias de decirla, provoca muchas veces grandes problemas.
Es cierto que hay verdades que son duras de decir, o duras de escuchar, y que quizá aún así hay que decirlas, pero todos hemos de aprender a hablar de manera que nuestras palabras no despierten la defensividad del interlocutor, es decir, que quien las escucha no las perciba como hostilidad o como provocación.
Hay muchas formas de decir lo mismo, y normalmente no hay necesidad de hacer antipática la verdad.
La verdad es como una joya, que puede lanzarse contra el rostro de alguien, para herirle, o bien ser presentada y ofrecida de modo afable, con la consideración que merece.
La mayoría de los que presumen de andar por la vida cantando las verdades a todo el mundo, lo que quizá no dicen o no saben es que lo que les mueve a hacerlo no es su amor a la verdad sino su afán de impresionar a los demás, cosa que parece que les encanta.
Quizá creen que quedan muy bien, que quedan por encima, cuando la realidad es que suelen hacer el ridículo, y sobre todo, no convencen a nadie.
La razón expresada con malos modos no persuade, sino que enfurece y encona.
Todos necesitamos de indulgencia, y –como decía Menéndez y Pelayo– el que no la otorga a los demás, difícilmente la encontrará luego para sí mismo.
Sería interesante examinar con qué cuidado tratamos a cada uno, si tenemos la suficiente consideración con todos, si hablamos a todos y de todos con respeto y aprecio, si actuamos con justicia y lealtad.
Y quizá con más razón en su ausencia: de manera que si el interesado estuviera presente, quedara agradecido por el modo en que se habla de él.

(Fragmento)

Alfonso Aguiló

Empezar otra vez

Todo lo que acontece pertenece a una misma vibración.
Nada es casualidad, todo tiene su causa.
Cada amanecer trae su atardecer, cada sonrisa su lágrima y cada nacimiento su partida hacia el más allá.
El sufrimiento pasa, mas lo sufrido es eterno.
La enseñanza perdura, si se mantiene fresca.
Cuando más desnudo esté nuestro interior,mayor sabiduría podremos alcanzar.
De nada sirve ganar el universo entero si no sabemos quienes somos.
Solemos dormitar entre libros de filosofía, psicología, religión, política y medicina, y nos olvidamos de vivir.
A menudo me han tratado de iluso, irreal y soñador,por pararme a hablar con un enfermo, con un águila, con una flor,o sentir la presencia de Dios invadiendo mi ser.
De no dar un sentido a cada momento de nuestra existencia, llegaremos al final de nuestra jornada, en este espacio-tiempo, sin saber para qué vinimos a vivir.
Tú que me lees puedes decidirte, ya mismo, a ser auténtico, no esperes la muerte para elegir la vida.
Tienes poder interior suficiente para ser tú mismo, comienza ya.
En lo profundo de nuestro ser, existen millones de paisajes sin explorar, que esperan ser recorridos por nuestra mirada interior.
Nadie vivirá nuestra vida por nosotros, por ello, tú mismo debes dirigirla con autenticidad.
La sabiduría de un guía, sólo sirve para mostrar una posibilidad de optar por un camino.
No importa tanto si mi verdad difiere de la tuya, si ambas nos ayudan a ser nosotros mismos y a realizarnos en plenitud como seres humanos en búsqueda de la verdad absoluta.
Sólo escucha quien desea escuchar.
Sólo en la profunda simplicidad, encontraremos la belleza de lo complejo. Lo verdaderamente importante escapa a estos sentidos.
Sólo el amor permite la evolución madura integral....

El trastorno bipolar

El trastorno afectivo bipolar (TAB), conocido popularmente como trastorno bipolar y antiguamente como psicosis maníaco-depresiva, es un trastorno del estado del ánimo, que cuenta con períodos de depresión repetitivos (fases depresivas) que se alternan con temporadas de gran euforia (fases maníacas). El afectado oscila entre la alegría y la tristeza, de una manera mucho más marcada que las personas que no padecen esta patología. Así, el afectado sufre de episodios o fases depresivas o eufóricas (maníacas). Tiene tratamiento farmacológico pero no funciona, sólo produce enganche psicológico y adicción.
Hay variaciones de este trastorno. Los estados de ánimo cambian rápidamente (en un año se pueden manifestar entre 4 o más cambios de ánimo) como también pueden cambiar lentamente. En términos psiquiátricos, esto se llama ciclos rápidos o acelerados, y ciclos lentos, respectivamente. Los ciclos ultrarrápidos, en donde el ánimo cambia varias veces en la semana (o incluso en un día), suelen ocurrir en casos aislados, pero es ciertamente una variable real del trastorno. Estos patrones de cambios de animo son asociados con ansiedad y altos riesgos de suicidios.
El trastorno bipolar es comunmente tratado con medicación acompañada de terapia psicológica que no funcionan, Por eso se recomienda Terapia espiritual.-
Algunos estudios han sugerido una relación correlativa entre la creatividad y el trastorno bipolar. Con todo, la relación entre ambas todavía permanente incierta. Hay un estudio que muestra un incremento en la creatividad, con lo cual el individuo logra obtener ciertas metas y objetivos.
Historia del trastorno bipolar
Los cambios de humor y de los niveles de energía han sido parte de la humanidad desde tiempos inmemorables. Las palabras "depresión" (anteriormente llamada "melancolía") y "manía" tiene su etiología en el lenguaje griego clásico. La palabra melancolía se deriva de la palabra ‘melas’, que significa negro, y ‘chole’, que significa “mal genio”, indicando los orígenes del termino en las teorías los cambios de humor de Hipócrates. Dentro de las teorías del humor, manía era visto como el crecimiento de la bilis amarilla, o una mezcla de bilis amarilla y negra. Sin embargo, los orígenes lingüísticos de manía no están tan claros.. Varias etimologías son propuestas por en medico romano Caelius Aurelianus, incluyendo la palabra griega ‘ania’, lo que quiere decir que produce una gran angustia mental, y ‘manos’, que quiere decir relajado o suelto, lo que se podría aproximar del contexto es una mente o alma excesivamente relajada (Angst and Marneros 2001). Hay por lo menos otros cinco candidatos, y parte de la confusión que rodea la exacta etimología de la palabra manía es su variado uso en la poesía y mitología pre-Hipocrática (Angst and Marneros 2001).
La idea de la relación entre manía y melancolía puede ser rastreada, por lo menos, hasta el siglo 2do A.D.. Soranus de Ephedrus (98-177 AD) describía a la manía y a la melancolía como distintas enfermedades con etiologías separadas, sin embargo, el reconocía que “muchos otros consideran a la melancolía una forma de la enfermedad llamada manía” (citado en Mondimore 2005 p.49).
Un entendimiento claro del Trastorno Bipolar es reconocido claramente por los autores chinos. El enciclopedista Gao Lian (c. 1583) la describe en su libro Eight Treatises on the Nurturing of Life (Ts'un-sheng pa-chien).
Los primeros escritos que describen la relación entre manía y melancolía se atribuyen a Aretaeus de Cappadocia. Aretaeus fue un medico y filosofo ecléctico, que vivió en Alejandría entre los años 30 y 150 A.D. (Roccatagliata 1986; Akiskal 1996). Aretaeus es reconocido como el autor de los antiguos textos sobrevivientes donde se da un concepto unificado de la enfermedad maniaca-depresiva, viendo ambos, melancolía y manía como si tuvieran un origen común en la bilis negra (Akiskal 1996; Marneros 2001).
La conceptualización psiquiátrica contemporánea de la enfermedad maniaco-depresiva es usualmente fechada cerca de 1850. Marneros (2001) describe el surgimiento del concepto en aquella época como el “renacer de la bipolaridad en la era moderna”. El 31 de enero de 1854, Jules Baillarger describió a la Academia de Medicina del Imperio Francés una enfermedad mental de dos fases que causa oscilaciones entre la manía y la depresión. Dos semanas después, el 14 de febrero, Jean-Pierre Falret presento una descripción a la Academia de lo que era esencialmente el mismo trastorno. Esta enfermedad fue designada como folie circulaire (‘locura circular’) por Falret, y como folie à double forme] (‘locura de forma dual’) por Baillarger (Sedler 1983).
Emil Kraepelin (1856-1926), un psiquiatra alemán, considerado por muchos (incluyendo Hagop Akiskal M.D.) como el padre de la conceptualización moderna de trastorno bipolar, fue quien categorizó y estudió el curso natural de pacientes bipolares que no estaban siendo tratados, tiempo antes de que se descubrieran los estabilizadores del humor. Al describir a estos pacientes en 1902, el acuñó el termino "psicosis maniaco-depresiva." El notó que sus pacientes bajo observación tenían unos intervalos de enfermedad, maniaca o depresiva, y generalmente después venían intervalos libres de síntomas en los que el paciente podía funcionar normalmente.
Después de la segunda guerra mundial, el psiquiatra Dr. John Cade, en el Hospital Bundoora ubicado en Melbourne, Australia estaba investigando los distintos compuestos que utilizaban los pacientes veteranos que tienen la enfermedad. En 1948, el Dr. Cade descubrió que el carbonato de litio podía ser usado como una tratamiento eficiente para las personas que padecen la enfermedad. Este fue el primer compuesto o droga que demostró ser poco eficiente en el tratamiento de cualquier condición psiquiátrica, pues deja serias secuelas.
El termino "enfermedad manico-depresiva" apareció por primera vez en 1958. La actual nosología, trastorno bipolar, se volvió popular solo recientemente, y algunos individuos prefieren la terminología antigua debido a que provee de una mejor descripción de una enfermedad multidimensional que continuamente cambia.
Clasificación
Según el DSM-IV (manual utilizado por la APA -American Psychologist Association- para hacer sus diagnósticos, también son usadas las distinciones realizas por el CIE-10, manual diagnóstico creado por la OMS).
* Trastorno Bipolar I: es el comúnmente conocido como Maníaco-Depresivo; se caracteriza por tener oscilaciones de ánimo que pasan de la depresión a la euforia, durante períodos que duran entre un par de horas, 3-6 días a 1 año cada período.
* Trastorno Bipolar II: a diferencia del I, estas oscilaciones no son tan extremas, es decir, la euforia no es tan 'eufórica' ni la depresión tan profunda. A la manía en estos casos se le conoce como 'hipomanía'. Todo esto en períodos de tiempo equivalentes al trastorno anterior.
* Trastorno Ciclotímico: puede presentar cualquiera de estas dos etapas (Manía, Hipomania, depresión menor y mayor) al menos 4 variaciones en los últimos 2 años.
Características
Las personas que padecen de este trastorno viven cuando están con crisis en los dos extremos opuestos de la vida; cuando están “deprimidas”, pierden el interés en la vida, llegando a pensar en la muerte y en el suicidio para dejar de sufrir.
De igual modo, cuando están contentos, se llenan de “euforia” y ven todo de color rosa, se sienten capaces de hacer cualquier cosa, y llegan al extremo de no dormir por considerar que es una actividad innecesaria dentro de su nueva faceta de "inacabable movilidad". En algunos casos la euforia es tal que pueden llegar a cometer acciones que en un estado de conciencia normal no harían, como consumir drogas o gastar dinero hasta la ruina económica propia y familiar.
Aparece alrededor de los 20 años, pero también puede aparecer antes o después. A veces empieza a manifestarse después de un parto.
Los períodos en los cuales el afectado suele estar deprimido o eufórico suelen ser variables y están relacionados a cambios meteorológicos y de estación, o a circunstancias de la vida (acontecimientos vitales). Entre cada fase, el afectado está en un estado normal.Se dice que de cada 1000 personas, 10 ó 15 padecen el trastorno bipolar, y si uno de los padres la padece, la posibilidad de que los hijos la padezcan aumenta hasta en un 15%. pero la Heredabilidad general de este trastorno es de un 80%. "Eso no significa que sea genético pues los hijos aprenden, por imitación y contagio, de los padres", dice Swami Kurmarajadasa.
La característica principal es que es “cíclica” (bipolar), es decir etapas normales seguidas de períodos, episodios o etapas maniacas o depresivas, por separado o alternándose.
Aspectos del trastorno bipolar
El trastorno bipolar es comúnmente encuadrado como Trastorno Bipolar Tipo I, en donde el individuo experimenta experiencias extremas de manía, o Trastorno Bipolar Tipo II, en donde los “altos” de la hipomanía no llegan hasta el extremo de la manía. Este ultimo es mucho más difícil de diagnosticar, ya que los episodios de hipomanía pueden simplemente parecer como períodos de una alta productividad del individuo y como se ha reportado mucho menores que la depresión ansiosa. Puede ocurrir la psicosis, particularmente en los períodos de manía. También nos encontramos con subtipos de “ciclos acelerados”. Debido a que en los problemas relacionados con los cambios de humor hay tantas variaciones en cuanto a su severidad y a su naturaleza, el concepto de espectro bipolar es usualmente utilizado, incluyendo en el la ciclotimia. No hay consenso en cuanto a la cantidad de “tipos” existentes de trastorno bipolar. Muchas personas con trastorno bipolar experimentan de una severa ansiedad y son muy irascibles cuando se encuentran en un período maniaco (hasta el punto de la furia), mientras que otros se vuelven eufóricos y grandilocuentes.
El período depresivo
Las señales y los síntomas del período depresivo en el trastorno bipolar incluyen (pero en ningún sentido se limitan solo a ellos): sentimientos constante de tristeza, ansiedad, culpa, ira y soledad y/o desesperanza, desordenes de sueño, apetito, fatiga, perdida de interés en actividades que la persona antes disfrutaba, problemas de concentración, odio él mismo, apatía o indiferencia, despersonalización, perdida de interés en la actividad sexual, timidez o ansiedad social, irritabilidad, dolor cronico (con o sin causa conocida), falta de motivación, o ideas suicidas.
El período maníaco
Las personas que se encuentran en un episodio maníaco pueden ser eufóricas, irritables y/o sospechosas. Se encontraran con un incremento en sus actividades y cualidades tanto físicas cuanto mentales. En incremento en la energía y en las actividades es muy común; suele tener verborrea. La necesidad de dormir se encuentra disminuida.. La persona suele distraerse rápidamente. Las ideas irrealistas, grandilocuentes y sobre optimistas son dichas o incluso intentadas. Las facultades sociales se ven disminuidas, y las ideas poco prácticas suelen llevar a indiscreciones tanto financieras como amorosas.
Hipomanía
La hipomanía es generalmente un episodio destructivo menor que la manía, y las personas que se encuentran en este episodio usualmente experimentan los síntomas de la manía en menor grado o menos síntomas. La duración es regularmente menor que la manía. Este es considerado como un período “artístico” del desorden, que se caracteriza por una gran cantidad de ideas, un pensamiento extremadamente ingenioso, y un incremento en la energía.
Período mixto
En el contexto del trastorno bipolar los períodos mixtos son aquellos en los cuales la manía y la depresión clínica ocurren simultáneamente (por ejemplo, la agitación, ansiedad, agresividad, confusión, fatiga, impulsividad, las ideas suicidas, en pánico y la paranoia, ideas de persecución, verborrea, pensamiento veloz y furia).Los episodios mixtos suelen ser los más volátiles dentro del estado bipolar, debido a que los estados pueden ser activados o desencadenados de forma rápida y simple. Los intentos suicidas, el abuso de substancias psicotrópicas y dañarse a si mismo suele ocurrir en este estado.
Riesgo de suicidio
Las personas que padecen de trastorno bipolar tienen una posibilidad incrementada tres veces de cometer suicidio que la de aquellos que padecen de depresiones mayores (12% a 30%) Aunque muchas de las personas que sufren del trastorno realmente nunca logran cometer el suicidio, el promedio anual de suicidio en hombres y mujeres diagnosticadas con la enfermedad (0.4%) es de 10 hasta 20 veces mayor que en la población general. Individuos que padecen del trastorno tienden a tener tendencias suicidas, especialmente durante las estados mixtos de hipomanía y depresión agresiva.
Reincidencia
Algunas personas, estando medicadas, experimentan episodios del trastorno en un nivel menor, o, incluso llegando a experimentar episodios completos de manía o depresión. De hecho, algunos estudios recientes han descubierto que el trastorno bipolar está "caracterizado por un bajo porcentaje de recuperación, un alto porcentaje de reincidencia, y un funcionamiento regular entre los distintos episodios." El estudio además confirmó la seriedad del trastorno en cuanto a que las personas con un "trastorno bipolar estandar han duplicado las posibilidades de muerte." El trastorno bipolar está actualmente considerado como "posiblemente la categoría más costosa de trastornos mentales en los Estados Unidos." Lo cual demuestra que la farmacología no funciona.Los siguientes comportamientos pueden llevar a reincidencias, tanto maniacas como depresivas: * El tomar drogas duras tales como la cocaína, alcohol, anfetaminas u opioides. Estas tienden a empeorar los episodios.
* El dormir demasiado o muy poco. Dormir demasiado (posiblemente causado por la medicación) puede llevar a la depresión, mientras que el dormir muy poco puede conducir a episodios mixtos o maniacos.
* La cafeína pueden causar desordenes en el ánimo que pueden conducir a la irritabilidad, la disforia y la manía.
* Usualmente los pacientes tienden a auto-medicarse, siendo la drogas más comunes el alcohol y la marihuana. Algunas veces se vuelven hacia las drogas duras. Estudios han demostrado que el fumar tabaco induce un efecto calmante en la mayoría de los pacientes, y un alto porcentaje de las personas que sufren del trastorno suelen fumar tabaco.
Trastorno bipolar y la creatividad
"La noche estrellada pintada por Vincent van Gogh en 1889 en el hospital para personas mentalmente perturbadas en St. Rémy de Provenza. Se cree que Van Gogh padecía de trastorno bipolar, y que en esta pintura se captura una etapa asociada con la manía."Uno de los aspectos más interesantes y que suele ser mal entendido por la gente es que el trastorno bipolar, por lo general, incrementa la “energía creativa” de la persona. El trastorno bipolar se encuentra en una cantidad desproporcionada de personas con talento creativo, tales como artistas, músicos, escritores, poetas y científicos, y algunos acreditan a su condición de bipolar el tener tal creatividad. Muchas famosas figuras históricas que tiene el don de la creatividad, comúnmente se cree que han sido afectadas por el trastorno bipolar, y fueron “diagnosticadas” póstumamente basándose en cartas, escritos, hechos contemporáneos o en otros materiales. Mientras que el desorden comúnmente incrementa la energía creativa, el síntoma de depresión, prontamente hace que la persona se ponga rabiosa y frustrada. Es un ciclo que muchas personas famosas han tenido que vivir con él durante toda su vida.Kay Redfield Jamison, quien padece del desorden, es considerada una experta y líder en el tema de este con la creatividad. Investigaciones indican que mientras la manía puede contribuir a la creatividad, la fase hipomaniaca experimentada en bipolares I y II, y en la ciclotimia parece producir la mayor contribución a la creatividad. Ello porque produce, por ejemplo, un incremento en la energía, confianza y actividad, pero pronto el espiral termina en un estado que debilita la creatividad.
La fase hipomaniaca de la enfermedad permite una mayor concentración en las actividades, y la fase maniaca permite trabajar las 24 horas sin detenerse, con una necesidad mínima de sueño.
Otra teoría es que la manía produce una aceleración en el pensamiento lo que permite una mayor y más rápida generación de ideas, y también produce una larga asociación de ideas e información sin una relación aparente. La incrementada energía permite también un mayor volumen de producción.
Libro recomendado:
"La bipolaridad como un don"
de Eduardo H. Grecco.
Ediciones Continente

El poder de la mente para enfermar o curar el cuerpo

Cómo ejercer una buena medicina

Según lo define Oakley Ray, profesor de Psiquiatría y Psicología de la Universidad Vanderbitt (USA), lo que llamamos mente es el resultado del funcionamiento del cerebro: los pensamientos, las creencias, las ideas, las esperanzas, y aun las emociones y sentimientos, resultan de actividades eléctricas y químicas que tienen lugar en las células nerviosas del cerebro.
La mente (o la actividad del cerebro) es la primera línea que tiene el cuerpo para defenderse contra la enfermedad, el envejecimiento y la muerte, y a favor de la salud y el bienestar.
Todo lo que pensamos y todo lo que creemos tiene efectos tanto positivos como negativos sobre nuestra salud física.
Las investigaciones más recientes dan evidencias incuestionables de las interacciones mente-cerebro-cuerpo a nivel molecular y celular (neurotransmisores, hormonas, citoquinas) que pueden impactar sobre la salud y la calidad de vida de los individuos.
Hipócrates decía que es más importante conocer al paciente que tiene una enfermedad que conocer la enfermedad que tiene el paciente. En efecto, desde la medicina clásica se recomienda poner el enfoque en el paciente, en cada paciente en particular considerándolo como un individuo único e irrepetible.
La calidad de la buena medicina radica en la calidad de la interacción humana, aquella que surge de la relación entre el médico y sus pacientes.
Otro grande de la medicina, Galeno de Pérgamo, observó hace más de 1800 años que la mayoría de las personas que lo consultaban no tenían ningún mal físico.
Mucho más recientemente, en un estudio realizado en la Academia Americana de Medicina (1991) se analizaron mil consultas a médicos clínicos y se informó que sólo un 16 % de esas personas tenía algún problema físico objetivable.
La gente no va al médico sólo porque le duele algo. Quieren que les presten atención, que los escuchen y los comprendan en algún sufrimiento que pocas veces tiene que ver con algo objetivo del cuerpo.
La actitud mental del individuo tiene mucho que ver con su situación ante la enfermedad o la posibilidad de morir. Cuatro siglos antes de Cristo el cronista griego Tucídides observaba que la cosa más terrible es la desolación en la que cae la gente cuando se da cuenta que contrajo una enfermedad ya que en esas circunstncias adopta una actitud desesperada y pierde el poder de resistencia.
Véase en ello una clara referencia a la diferente posibilidad de lucha contra la enfermedad entre el optimista que seguramente vivirá más, y el pesimista que verá apurado el proceso de su muerte.
Y eso es porque lo que creemos y lo que sentimos influye fuertemente sobre nuestro estado corporal como para aumentar o disminuir nuestros recursos biológicos defensivos y con ellos nuestras posibilidades de salud o de muerte.
El rol del paciente en el proceso de su curación ha cambiado porque ha ganado en importancia a la vez que el rol del médico ya no es el del "ser supremo" que todo lo cura, sino que debe interactuar con el paciente: explicando, enseñando, transmitiendo habilidades y fuertes contenidos de esperanza. El médico se transforma en un colaborador del paciente para enfrentar juntos a la enfermedad.
Estudios realizados durante la última década demostraron estadísticamente que cuanto mayor es la educación e instrucción alcanzada por el paciente, menor es su índice de mortalidad. Incluso la existencia de creencias religiosas ha significado importantes reducciones en porcentajes de complicaciones o muertes en pacientes sometidos a cirugías cardiovasculares.
Esto prueba una vez más el poder de la mente: las creencias, los efectos producidos por la idea de que Dios me ama, el sostén de los vínculos (amistad-familia) son todas fuerzas poderosas en el momento de luchar contra la enfermedad porque aumentan la seguridad y la autoestima.
Es conocida también la influencia del estrés sobre la salud y la enfermedad. En investigaciones realizadas con estudiantes de medicina sometidos al consabido estrés durante sus períodos de exámenes, se estudió su sistema defensivo inmunitario y se concluyó que durante ese período este sistema se deprime y consecuentemente sube la posibilidad de contraer infecciones.
Otra prueba de la influencia de la mente sobre las afecciones del cuerpo la da este simple juego de ecuaciones ante enfermedades definidas como incurable (como el sida)

1) Aceptar el diagnóstico + Aceptar el pronóstico = Tiempo de sobrevida reducido
2) Aceptar el diagnóstico + Desafiar y rechazar el pronóstico = Tiempo de sobrevida más prolongado

Vale decir que los pacientes del segundo grupo que rechazaban el mal pronóstico de su enfermedad a partir de tener la convicción de luchar por vivir, incuestionablemente viven más.
Un dato más que no se puede ignorar es que las personas que tienen más conexión con sus amigos, con su familia o con grupos de apoyo, tienen un índice de mortalidad más bajo. Es así de cierto: los amigos significan buena salud e incrementan la longevidad. Y esto se nota mucho más después de los 60 años de edad: los viejos aislados sin amigos o sin familia, tienen el doble de probabilidades de morir antes que los que frecuentan amistades.
De todo lo expuesto surge como conclusión que el poder y la influencia de la mente sobre el cuerpo ante la salud, la enfermedad y la misma muerte, es algo absoluto que está fuera de discusión.
La medicina y los médicos, si de verdad queremos ayudar a nuestros pacientes, deberemos tener una visión menos superespecializada, alejarnos de lo que está excesivamente centrado en lo biológico y volver nuestra mirada humanitariamente hacia la mente y el corazón de nuestros enfermos.

El cuerpo psíquico

Es un vehículo de energía que compenetra y anima al cuerpo físico denso, está formado de materia pero de un nivel más sutil que los estados de materia conocidos por la ciencia. Es preexistente al cuerpo del recién nacido, se adapta y moldea de acuerdo a la forma y tamaño del cuerpo físico, libre del cuerpo material no posee una forma determinada, por su plasticidad se convierte en un doble del aspecto físico.
Cada parte del cuerpo denso tiene una contraparte psíquica, así en el cuerpo sutil tenemos los mismos órganos y sistemas que en el cuerpo material, sólo que en materia psíquica. Cuando existe una descompensación energética a nivel psíquico se manifiesta como una alteración de la salud en la parte física del órgano afectado, o viceversa cuando se produce una disfunción o malestar en la parte física inmediatamente influye negativamente en el nivel sutil, por eso existen enfermedades psicosomáticas, que se inician en la parte mental y repercuten luego en lo orgánico o somático, así como existen enfermedades somatopsíquicas, cuya expresión negativa comienza a nivel físico y después influye en la parte mental o psíquica.
El cuerpo sutil es influido grandemente por los pensamientos y las emociones, de ahí la importancia de cuidar nuestra actitud mental, por eso muchas personas se enferman por la índole negativa de sus formas mentales que constantemente están creando en forma no consciente.
También se puede afectar lo psíquico desde el nivel físico como el tener una alimentación deficiente en energía vital, el no descanso suficiente, la actividad estresante sin control, la falta de ejercicio, una higiene inadecuada, o el no vivir en armonía con la naturaleza de la cual somos parte, y sobre todo los hábitos nocivos que dañan directamente la salud física y psíquica, como la drogadicción, el alcoholismo, el tabaquismo y todos los excesos en general.
El cuerpo psíquico o sutil posee una red de canales de energía conocidos como nadis en el sistema Yoga, y centros de fuerza que influyen en el funcionamiento psicofísico de nuestro ser, estos centros son los chakras, de los cuales destacan siete por su gran importancia, así como tres nadis que son los más importantes de todos los que existen. Los tres nadis principales son:
Ida canal de energía de tipo femenino o pasivo que fluye por el lado izquierdo del cuerpo.
Pingala que canaliza la energía masculina o activa por el lado derecho del organismo.
Sushumna que corresponde a la unión de los tipos de fuerzas de la naturaleza, y que circula por el centro del cuerpo, por la contraparte de la columna vertebral en el cuerpo psíquico.
Estos tres canales de energías se entrecruzan siete veces formando los chakras o centros de fuerza que influyen poderosamente a nivel físico, psíquico y espiritual, tal y como ya los hemos estudiado en los primeros capítulos de este libro.
En la acupuntura o medicina china se habla también de estos canales de energía que son conocidos como meridianos, y puntos especiales de contacto entre lo material y lo psíquico, que pueden activarse mediante la inserción de agujas especiales o bien como en el caso de la digitopuntura mediante la presión de los dedos sobre esos puntos específicos, que han sido estudiados por cientos de años.
Así como existen los sentidos físicos así también tenemos los sentidos psíquicos, de tal manera que si pudiéramos liberar el cuerpo sutil de su envoltura material seguiríamos viendo, escuchando y teniendo contacto con el mundo exterior a través de los sentidos psíquicos. Gracias a estos sentidos es que se manifiestan muchos fenómenos de percepción extrasensorial, personas que pueden captar visualmente en su cerebro colores y formas sin necesidad de utilizar su vista física, o bien que perciben sonidos y voces como si estuvieran escuchando con los oídos, cuando la fuente de impresión sensible está totalmente fuera del alcance de la rata vibratoria del sentido auditivo. Existen casos de personas que pueden ver con las manos, es decir utilizando el tacto; o también la percepción de fragancias y olores fuera del alcance de la persona sensitiva.
El cuerpo psíquico conocido también en algunas escuelas como astral o etérico, puede ser visto por medio de la visión sutil, normalmente se percibe como una emanación electromagnética o aura alrededor del cuerpo material. Existe la fotografía Kirlian que es lo que más se ha acercado desde el punto de vista científico al reconocimiento de la existencia de este cuerpo de energía sutil o astral.
Pero sobre todo las experiencias de millones de personas a través de los tiempos corroboran la existencia de este cuerpo psíquico, incluyendo las revelaciones de los llamados libros sagrados de la humanidad, donde se hace mención de la existencia de dos cuerpos, el material y otro de tipo espiritual.
Hay quienes han tenido la experiencia de sentirse fuera del cuerpo material, pudiendo ver, escuchar, pensar y sentir, como si estuvieran en el cuerpo físico, sólo que en este otro cuerpo se puede volar o viajar a la velocidad del pensamiento, la materia física no es un impedimento para ver o bien para traspasar una pared por ejemplo; el cuerpo psíquico aún siendo material no está limitado por las leyes del mundo físico, sino por los principios del plano psíquico.
Cada plano de existencia es regulado por las leyes universales en su nivel propio de expresión o manifestación; el cuerpo psíquico responde a las leyes del plano dimensional que le corresponde, así como el cuerpo físico es influido por los principios de la naturaleza en el nivel denso-material. En todo hay una armonía perfecta.

"Tú sabes ya que nosotros no somos el cuerpo físico, que además de este cuerpo denso que es nuestro instrumento o vehículo de expresión en la materia, tenemos además otros vehículos internos: el cuerpo psíquico o astral y el cuerpo causal espiritual. El cuerpo psíquico es un doble del físico, formado de otra energía más sutil que la materia y el causal está formado de vibraciones sutilísimas de energía espiritual-divina. Sin profundizar demasiado te diré que existen tres planos de expresión del ser: el plano físico o material, el psíquico o sutil y el causal o cósmico-espiritual".


(Rolando Leal: HERENCIA DEL PASADO, Aprender es recordar).
Del libro: EL SENDERO DE LA PAZ Y LA ARMONÍA INTERIOR

La inmunidad según un enfoque existencial

La Medicina Natural es muy sencilla en sus enunciados básicos, y al compararlos con los complejos enunciados de los enfoques alopáticos, muchos confunden esta simplicidad con un pobre potencial de la misma y así terminan despreciándola; sin embargo, y gracias a las evidencias surgidas de las más prestigiosas Universidades y de documentos presentados por distintos gobiernos del mundo, hoy sabemos que detrás de todos esos sencillos enunciados fácilmente comprensibles para cualquiera, hay un consistente fundamento que hoy es fácil avalar con lo mejor de la ciencia independiente.

Para la Medicina Natural el origen de las enfermedades es precursado necesariamente por un organismo que no está en condiciones de defenderse de los agentes patógenos; esta debilidad orgánica se fundamenta en la carencia de nutrientes y en un exceso de sustancias tóxicas en el mismo.

La acumulación de toxinas es un hecho completamente despreciado por la medicina convencional; mientras que un naturópata lo primero que va a preguntarle a sus pacientes es si mueve el intestino a diario, el profesional de la alopatía puede no tener ninguna referencia a este hecho en una historia clínica forjada en décadas de relación con un individuo.

Para colmo de males, muchas de las llamadas enfermedades no son más que reacciones del cuerpo por deshacerse de estas toxinas; la mayoría de las molestias, dolores, fiebres, diarreas, no son otra cosa que mecanismos saludables que tienden a purificar el organismo y a las cuales se responde rápidamente con antibióticos, antiinflamatorios y otras drogas que suprimen los síntomas y con ellos la respuesta curativa en ciernes.

Para cualquiera es evidente que cualquier tratamiento supresor de síntomas y que no aborde la causa real de los mismos con una dieta atóxica y nutritiva, es el equivalente a poner un parche o barrer la tierra bajo la alfombra.

Cortar una fiebre, detener una diarrea o una tos, suprimir un dolor sin ayudar al cuerpo a limpiarse, son actos que contradicen la salud.

Christopher VaseyAutor del libro “Comprender las Enfermedades Graves”

Desde la perspectiva naturista, los microorganismos son huéspedes que conviven en armonía con nuestro cuerpo hasta que este se ve debilitado por la intoxicación del mismo; por esta razón debemos dejarlos de ver como los causantes primeros de la enfermedad.

Fuente: Libro 'Estimula Tu Inmunidad Natural' (Pablo de la Iglesia; Ediciones Obelisco)

Volver de la locura

Si algo perjudica a los enfermos mentales es la mirada discriminatoria de los otros. Sin embargo, es posible salir del círculo que, una y otra vez, reafirma la enfermedad En el imaginario social hay una fuerte tendencia a pensar que la enfermedad mental no se cura y que es para toda la vida. En la historia de la humanidad ha habido períodos en que la locura traía un mensaje de los dioses, otros en que se la asimilaba a los vicios capitales de la Iglesia, y en los pueblos primitivos los ?locos? no eran discriminados como en la sociedad actual. Lo que es evidente es que es muy difícil ?volver? de la locura, y aparentemente no se sabe por qué.
Porque una vez que la persona se ?constituye? como ?loco?, la misma sociedad no la deja volver fácilmente a ser considerada una persona normal. Después de muchos años de trabajar en el campo de la salud mental y la psiquiatría, hemos descubierto que una de las cosas que hace más daño a los enfermos mentales es ?sentirse mirados como enfermos?, y esto en particular por la misma familia porque significa, en profundidad, ser percibidos como ?locos?, aun con las mejores intenciones de ayudarlos a que se curen.
Los tratamientos de los enfermos mentales graves tienen todos la característica de necesitar ser una especie de ?operación rescate?. El psicoanálisis, por su propio método, le permitió al psicoanalista comprender lo que le pasa a un paciente grave, pero no le facilita a este último recorrer el camino de la curación. Entre otras cosas porque, siendo un tratamiento individual, no contempla suficientemente que el paciente mental grave necesita que la familia participe positivamente en su recuperación. En particular, que pueda dejar de ?mirarlo como loco? y pueda comenzar a ver su virtualidad sana. Porque lo que llamamos ?el paciente mental grave? es una persona vulnerable y dependiente, que está siendo agravada cotidianamente por los mismos familiares, que ?con la mejor intención? intentan ayudarlo de maneras que a él no le sirven, porque no pueden ?adivinar? lo que él verdaderamente necesita. Por estas consideraciones, la ?operación rescate? se puede realizar mejor en el contexto de grupos grandes, que nosotros llamamos de Grupos de Psicoanálisis Multifamiliar.
Es necesario respetar la locura del paciente; es decir, que cada uno pueda hablar todo lo que necesita para poder sentirse escuchado, de manera que ese sentirse escuchado comience a permitirle rescatar la vivencia de ser respetado y, entonces, de poder contar realmente con alguien, tal vez por primera vez en su vida. Los enfermos mentales pueden necesitar medicación específica, que son los llamados psicofármacos, no para ?curarlos?, sino para poder abordarlos terapéuticamente. Se ha avanzado enormemente en el conocimiento del funcionamiento del sistema nervioso central, en su relación con la mente. Esto ha llevado a un constante avance en la generación de sustancias que calman la angustia, regulan los neurotransmisores, controlan la violencia, etc.
Pero la única forma de alcanzar altos niveles de curación es el desarrollo de recursos psicológicos nuevos para poder afrontar los avatares de la vida en todos los aspectos. En nuestra forma de trabajar apuntamos a que, a medida que el paciente va mejorando, se le vaya disminuyendo la medicación; en muchos casos, de manera total. Desde las neurociencias se pretende haber demostrado últimamente que patologías tales como la esquizofrenia, el trastorno bipolar y otras tienen una base biológica y cierta predisposición genética. A pesar de estas ?determinaciones?, nuestra experiencia clínica, a través de evidencias recogidas durante más de 40 años, nos demuestra que, si se dan las condiciones necesarias, el paciente mental grave recupera una calidad de vida, mejor todavía que la de antes de enfermarse, y herramientas para la vida, por ejemplo, para poder defenderse del poder patógeno que lo llevó a enfermarse a través de un sometimiento.
A los Grupos de Psicoanálisis Multifamiliar asisten hasta 100 pacientes: algunos con sus familias, algunos solos, algunos con patologías graves, otros no tan graves. La heterogeneidad del grupo es un aspecto enriquecedor necesario, en el sentido de que todos los seres humanos, tanto psicóticos como neuróticos, tenemos una virtualidad sana que de alguna manera no hemos desarrollado.
Por María Elisa Mitre

En algún lugar

En algún lugar, en este mismo momento, el sol está brillando con fuerza.
En algún lugar, una nueva vida está comenzando.
En algún lugar, la fuerza del amor está triunfando por sobre la adversidad.
En algún lugar, en este preciso instante, miles de niños están riendo.
En algún lugar, alguien que nunca jamás buscará ni recibirá nada a cambio, está ayudando a que el mundo progrese positiva y fuertemente.
En algún lugar, todo eso está ocurriendo, ahora.
Imagina que súbitamente pudieses observar todas las cosas buenas y positivas que están teniendo lugar en este mismísimo instante.
Una visión semejante, seguramente te resultaría abrumadora.
Y sin embargo, así sucede día tras día, sin falta.
Para cada desilusión, para cada desafío, en algún lugar hay una manera de superarlos.
Ten la plena certeza de que allí está, y de inmediato te estarás moviendo en dirección a ella.
En algún lugar hay un sitio brillante y reluciente al cual tú sabes que perteneces.
Con fe, coraje, compromiso y perseverancia, sin lugar a dudas llegarás a él.

Flores de Bach y pensamientos negativos

Cualquiera sea la inquietud que lo ocupe, los pensamientos negativos o confusos vendrán a la mente azarosa, a la persona que se encuentra en una marea energética vulnerable. Si usted está inmerso en el miedo no podrá tener pensamientos de fe por más que su maestro se lo imponga y le mencione los beneficios en la práctica. Si usted está siendo presionado por tomar una decisión, no tomará la decisión acertada solo porque la haya tomado “a tiempo”. Necesita aprender a recurrir a esa información que mora en su interior, necesita saber cómo sacarla a flote y cómo servirse de ella para tomar la decisión correcta. Cuando uno está confundido está muy bien consultar. Pero más sabio aún es saber a quién efectuarle la consulta. Bach nos enseña a consultar; nos enseña que las respuestas verdaderas y realmente útiles provienen de nuestro interior y nos enseña también cómo formular esas preguntas: haciendo buen uso de las vibraciones.
Uno ya no pregunta con las palabras y los pensamientos sino leyendo e interpretando las vibraciones y emociones con las que lidiamos y que más sensiblemente solemos atraer. Bien utilizadas, las Flores de Bach resultan útiles justamente porque con ellas se consigue elevar nuestra frecuencia vibratoria. Si no se encuentra usted en vibraciones altas, no conseguirá tener pensamientos de genuina claridad o fe o amor por más técnicas o frases aprendidas de memoria, su mente estará contaminada por la duda, el miedo, la desconfianza, la envidia, la impaciencia, etc. Así se inicia el bloqueo.
Utilizadas con sabiduría, las esencias florales tienen la particularidad de desplazarnos de una marea a otra, como del grave al agudo en las cuerdas de una guitarra, llevándonos a la parte más vibrante y luminosa del do , del re, del mi, del fa pero sin saltarnos del do, del re o del fa ya que sin ellos no habría guitarra completa. Por ejemplo, una esencia nos llevará del odio al amor siendo que estas dos emociones corresponden a una misma vibración (a una misma cuerda de la guitarra) con polaridades opuestas: bajo/alto, grave/agudo; odio/amor.
Siguiendo el mismo esquema, y sabiendo “tocar la guitarra”, conseguiremos que otra cuerda nos desplace del miedo al valor, y otras producirán sus correspondientes desplazamientos. Odio, amor, miedo, valor, son solo algunos de los “colores primarios” de las vibraciones emocionales a partir de los cuales nacen todas las demás combinaciones y tonalidades emocionales. No es lo mismo sentir rabia por tanto miedo que sentir miedo de tanta rabia. Cada tonalidad emocional irá generando su propio magnetismo, reflejándose esto en palabras clave en su discurso, abultando y atrayendo todo aquello en resonancia con ella: el odio atraerá más odio; el miedo abultará las ideas de miedo; el amor atraerá todo lo relacionado con las energías del amor.
Aprender el lenguaje de las emociones nos sitúa en un estilo de “conversación” que supera a todas las demás.El buen uso de las esencias floralesDe un modo muy simple y efectivo, (característico de la naturaleza) el buen uso de las esencias florales ayudan a cualquier persona a conversar con su interior, a interpretarse a sí misma en sus vibraciones, en las visiones personales que a diario la acompañan.
Paladeando con ello beneficios múltiples: en su camino espiritual, en su estudio, en su trabajo, en su vida de relación y lo harán independientemente del método o vía que elija para avanzar espiritualmente, independientemente de lo que elija estudiar, en lo que elija desempeñarse laboralmente o cómo elija trazar su vida social. Este milagro comunicacional se establece porque ellas imponen un clima interior que así lo permite, las esencias de Bach traen energía benefactora y la buena energía es tan necesaria al cuerpo emocional como lo es el buen alimento al cuerpo físico. Cuando se trabaja con las esencias, y subrayo la palabra “trabajar” --y nunca tomarlas librando su energía al azar---, ellas resultan sorprendentes potenciadores de la mente y reguladores del sistema de defensas del organismo. Por eso las recomiendo y enfatizo la importancia de aprender a aprovecharlas al máximo, no confundirlas con meros remedios naturales sino recordar que en ellas hay concentrado de energías manipulables dispuestas a generar beneficios de trascendencia imposibles de imaginar desde una marea energética débil. Teniendo este conocimiento vivo en la memoria, se entiende la importancia fundamental de aprender a maniobrar estas inteligencias para no quedarse a mitad de camino de todos los favores que ellas pueden otorgar.

Las claves de la enfermedad

¿Es posible que la mayor parte de nuestras enfermedades no sean sino "reactivaciones" de traumas que, aunque no lo recordemos, sufrimos durante el tiempo en que permanecimos en el vientre de nuestra madre o durante los siete primeros años de vida? Así lo afirma al menos el investigador español Joaquín Grau, autor de una revolucionaria técnica terapéutica que nos permite viajar hacia el pasado, bucear en el fondo de nuestra mente y encontrar los episodios traumáticos que nos han llevado de adultos a estar enfermos a fin de disolverlos y curarnos. Con motivo de la publicación de la obra en la que recoge su trabajo -"Tratado Teórico-Práctico de Anatheóresis. Las claves de la enfermedad", entrevisté a Joaquín Grau en su día, siendo publicada la conversación en el medio que entonces yo dirigía. Pretender hoy hacer un mejor resumen de su trabajo me parece, honestamente, imposible. Supondría obviar aspectos que son fundamentales para entender lo que se expone. Y la importanciade ello es tal, a mi juicio, que es suficiente razón para que, de acuerdo con él, la publiquemos íntegramente. Confío en que los lectores que hubieran podido leerla en aquella ocasión asuman y acepten esta decisión.
Cuando Joaquín Grau me pidió que leyera su último libro no pude sospechar ni por asomo el enorme alcance de su obra. Cierto es que hace unos años yo mismo había asistido en calidad de alumno a sus cursos ? reciclaje incluido en el bellísimo pueblo griego de Monemvassia, a donde nos llevó a estudiar? y que le presioné muchas veces para que dejara reflejado por escrito todo el conocimiento acumulado con sus experiencias terapéuticas pero no es menos cierto que he quedado perplejo con su lectura. Y es que, en el breve espacio de dos años, Joaquín Grau no se ha limitado a plasmar sus experiencias y a explicar la terapia y sus fundamentos sino que ha cimentado y estructurado un auténtico corpus doctrinal, sólido, apoyado por abundante casuística y con una metodología impecable. Una obra que tiene el fundamento suficiente como para producir un cataclismo mundial en el ámbito de la Salud y que, por ello mismo, va a provocar reacciones probablemente virulentas. Aún sorprendido, selo dije sin rodeos cuando me entrevisté con él:
-¿Eres consciente de que tu libro agrieta los cimientos del edificio científico que sustenta el actual paradigma de la Medicina y que si lo que afirmas es cierto, hay que replantearse, entre otras muchas cosas, todo lo que se refiere al diagnóstico y tratamiento de los enfermos?
- Soy consciente. Pero mi tesis responde al axioma comúnmente aceptado de que no existen enfermedades, sino enfermos, y de que la inmensa mayoría de éstas responden a problemas que tienen su origen en uno mismo. El cuerpo se limita a somatizar el problema. La diferencia es que yo he constatado, después de 30 años de experiencia clínica, que la mayor parte de las enfermedades ?si no todas? son actualizaciones de daños originados cuando el ser humano aún no ha alcanzado los 7 o los 12 años, según los casos (tampoco todo el mundo madura a la misma edad). Y cuanto afirmo puede ser fácilmente contrastado con la práctica clínica.
-Me temo que vas a recibir una respuesta gélida, cuando no un ataque virulento, por gran parte de la clase médica convencional...
- Sé que mis explicaciones serán negadas -si no ignoradas- por aquellos científicos -cada vez menos, afortunadamente- que siguen encerrados en la seguridad de las murallas que un día levantaron Newton y Descartes. Comprendo ese miedo -que no es sólo paradigmático, sino también biológico- porque mi terapia ahonda hasta alcanzar los más escondidos y dolorosos estratos de la psique. Sé que no he diseñado sólo una terapia más, sino que explico también que existe otra forma de percibir el mundo y la vida, otra forma de ser y de estar.
- ¿Y cómo surgió esa nueva visión?
-La comprensión y valoración de que existen distintas formas de percibir -de ver y sentir la realidad- es el fruto de una constante investigación que inicié en l960 y eclosionó a principios de la década de los ochenta, cuando llegué a la evidencia de que utilizando unos determinados estados de conciencia, distintos del de vigilia, así como una dialéctica apropiada a esos estados, era posible obtener una metodología regresiva altamente terapéutica. Porque la Anatheóresis, nombre con el que la he bautizado, no es una terapia fundamentada en los procesos de percepción del hemisferio cerebral izquierdo -que es el plano de conciencia que utiliza nuestra ciencia mecanicista-, sino que tiene sus fundamentos y su justificación en los procesos de percepción del hemisferio cerebral derecho, acausal e interiorizador, que es el que realmente metaboliza el conocimiento.
-¿Y por qué el término de Anatheóresis?
-Para diferenciarlo de las distintas técnicas hipnóticas y regresivas. ¿Y por qué?, te dirás. Pues porque la terapia anatheorética es mucho más que todo eso, es todo un cuerpo doctrinal científico basado en la experiencia clínica, no en disgresiones mentales, y no incluye creencias ni doctrinas. La Anatheóresis es ciencia. Y si bien es cierto que utilizo, en algunos casos, una estrategia basada en vidas anteriores, ello tiene una razón puramente escenográfica, no doctrinal.
-En cualquier caso, utilizas en ella las técnicas de relajación ¿Cuál es, pues, la diferencia básica con la hipnosis y la sofrosis?
- Ya en 1878 el gran neurólogo Jean Martin Charcot explicó que hay distintos grados de hipnosis y que cada uno de ellos se traduce en una forma de percibir la realidad y, en consecuencia, de reaccionar ante los estímulos. Por tanto, es un problema de gradación, pero la relajación es hipnosis, como hipnosis es también la sofronización; lo que las distingue es sólo el grado de profundidad hipnótica. Y la diferencia básica con la hipnosis profunda es que en ésta el paciente pierde la conciencia -que es sólo un estado de amnesia-, mientras que en la relajación y en la sofrosis no ocurre así y el paciente permanece consciente. Y en Anatheóresis, además, se le lleva siempre a un ritmo cerebral determinado, a 4 Hz. de frecuencia, en el umbral de la pérdida de consciencia pero evitando que ésta se produzca.
- ¿Y por qué realizar la terapia exactamente a esa frecuencia y no a otra?
- Porque mis investigaciones experimentales me llevaron a comprobar, con los años, que el ritmo de 4 Hz. era la llave que abría la cámara acorazada del hemisferio cerebral derecho y permitía vivenciar y diluir los daños acumulados a lo largo de la etapa de gestación, nacimiento y primeros años de vida de todo ser humano. Constatando, además, que era sumamente fácil llevar a un paciente a esos 4 Hz., que bastaba casi una simple relajación profunda. Y te diré que cuando descubrí -hace ya más de veinte años- la forma de inducir a un paciente a 4 Hz. sin que se durmiera, varios científicos convencionales me dijeron que eso era imposible ya que esa frecuencia reproducía el estado hipnagógico y ello suponía, inevitablemente, entrar en el estado de sueño fisiológico. Ha habido que esperar a que la tecnología pusiera a punto sofisticados electroestimuladores para que la neurociencia descubriera que, en efecto, estar con altos trenes de ondas theta básicas no supone necesariamenteentrar en el sueño, así como para descubrir que ésa es la frecuencia cerebral que mejor permite revivir acontecimientos de la infancia e, incluso, anteriores. En suma, que hoy la neurociencia ha corroborado lo que hace veinte años ya venía diciendo. En fin, más vale tarde que nunca.
-Tu método terapéutico descansa, pues, entre otros pilares, en inducir en los pacientes ese estado de relajación profunda...
-Exacto, pero eso sólo en cuanto al tipo de inducción hipnótica que la Anatheóresis utiliza; porque no hay que olvidar todo el cuerpo doctrinal -teórico y práctico- que hay en ella.
-Y cuando hablas de "daños", ¿a qué te refieres exactamente? Sé que utilizas en el libro una terminología muy explícita, pero no quisiera transmitir demasiados tecnicismos a los lectores en un artículo divulgativo... A aquellos hechos emocionalmente dolorosos que todos, en mayor o menor medida, sufrimos durante nuestra gestación en el seno materno, durante el nacimiento y a lo largo de los primeros años de infancia, y cuya energía retenemos y embalsamos. Porque esa energía embalsada, que no fluye, al igual que todo cuanto se encharca, acaba por pudrirse y supurando, lo que equivale a unos síndromes que terminan siempre en somatizaciones, en "enfermedades".
-Y dices que todos los "daños" se originan antes de los 7?12 años y que todo lo que posteriormente nos enferma es sólo una actualización de esos daños.
- En efecto. Tras muchos años de terapias, pude constatar que todos nuestros daños suelen tener su origen en el claustro materno y el nacimiento; y que éste es más traumático cuanto más traumático haya sido el proceso de gestación. Así como que la biografía infantil -desde el nacimiento hasta los siete o doce años (según los niños)- suele más potenciar traumas anteriores que generar otros nuevos. Luego, alcanzada la adolescencia, los impactos emocionales no son ya traumáticos por sí mismos, sino que lo son en tanto activan un daño originado en el transcurso de nuestra vida prenatal, natal y, en grado descendente de intensidad, durante el período infantil. Si enfermamos pasados esos más o menos doce años, ello se debe a que todo cúmulo traumático reprimido hasta esa edad -o sea, antes de que surjan en nosotros los ritmos cerebrales beta maduros- es una carga de profundidad patológica que, en estado de latencia, espera -energetizándose más y más- el acto analógico que lo va ahacer estallar.
-Es decir, que, a tu juicio, cada enfermedad responde a la actualización de un problema emocional y afectivo concreto.
- Claro. Por eso no podemos decir que se cura la adicción a la heroína, sino que se le devuelve la capacidad de vivir en el mundo a esa persona que intenta una y otra vez volver al cálido y seguro baño de endorfinas que era el útero de su madre. Como no se cura la adicción a la cocaína, sino que se le devuelve el equilibrio emocional a una persona cuyo trauma afectivo le impulsa a cruzar todos los Andes de la vida en una sola noche. Como no se cura una alergia, sino a una persona que no traga a su jefe, a su familia..., o a la que asfixia el ambiente en el que vive, o a la que manifiesta en la frontera de su piel su rechazo del mundo exterior, o... Como no se cura un sida, sino a una persona con tantos y tan profundos huecos afectivos que no sólo desea morir, sino también mostrarnos el espantable espectáculo de su agonía.
-La ciencia convencional no acepta esa tesis. Para ella, ni un feto ni un niño muy pequeño pueden traumatizarse porque aún no son conscientes de su entorno.
-Eso se debe a que la ciencia convencional sigue hoy afirmando que no hay más que una forma válida de percepción: el estado de vigilia, que es el estado habitual de conciencia. Y que cualquier otra forma de percibir el entorno no es sino un estado de conciencia alterado. O sea, una forma "patológica" de procesar la información. Mira, Newton concibió el universo como la obra de un excelso relojero y Descartes postuló que el dualismo mente?materia era una realidad absoluta. Pero hoy sabemos que ni el universo es un mecanismo de relojería ni la mente es ajena a la materia. Eso suponiendo que exista la materia, porque todo evidencia que sólo hay Conciencia. Y que si las formas de percepción -o sea, las formas de ver y sentir la Realidad- son innumerables eso se debe a que los planos de conciencia, las formas de percibir la Conciencia -o las formas en que la Conciencia se percibe a sí misma- son también innumerables. Dicho de otra forma: no hay un solo y concreto estado deconciencia válido, sino innumerables planos válidos de realidad. Válidos y reales dentro de su propio plano, aunque ninguno de ellos es la Realidad. Porque para percibir la Realidad -esa realidad que consideramos absoluta y que solemos denominar Dios- deberíamos ser capaces de alcanzar la comprensión de la conciencia toda, en su única y mandálica plenitud. Y eso es algo que nuestros órganos de percepción están muy lejos de alcanzar. Debemos comprender, en suma, que todos los estados de percepción son estados de conciencia, que no hay un estado real y válido -el llamado estado habitual o de vigilia- y otros alterados o patológicos -los restantes estados-, sino distintas formas, todas ellas válidas, de acercarnos a la Realidad.
-¿Quieres decir con ello que un feto, aún en el seno materno, no sólo percibe, sino que recibe impactos emocionales que generarán en él los daños que el día de mañana somatizará enfermando?
- Exacto. Pero no sólo vivencia cuanto ocurre dentro del claustro materno, sino también cuanto ocurre fuera de él. Una especie de percepción extrauterina. Mira, todo evidencia que en los primeros meses de gestación el feto posee una conciencia amplísima, casi ilimitada, que le permite elegir puntos de focalización perceptiva, de forma que puede percibir lo que sucede incluso fuera del seno materno; capacidad que, poco a poco, mes a mes, se va reduciendo conforme la percepción global se va identificando con un cuerpo -o se va estructurando en forma de cuerpo físico- hasta quedar presa -o fundida- en él. Perdiendo, así, esa amplia y libre capacidad de percibir desde cualquier ángulo interno o externo. Se ha comprobado que, en estado anatheorético, los pacientes vivencian hechos concretos que sucedieron mientras estaban en el vientre de su madre, hechos que luego se constataron y no pudieron ser, en ningún caso, recuerdo de algo que les contaron.
-¿Entonces los estados de percepción en el ser humano varían con el tiempo?
- Ciertamente. Y la casuística obtenida hasta ahora nos permite describir la evolución de esas fases perceptivas. El primer estadio correspondería a la fase inicial embrionaria, en el que el feto tiene una percepción global con predominio de las vivencias arquetípicas primigenias. Corresponde a un estadio altamente onírico en el que el embrión estaría totalmente abierto a los impulsos de la madre. El segundo incluye la época de madurez embrionaria y los inicios de la época fetal, en la que el cerebro muestra una estructura con circunvalaciones y corresponde a una percepción simbólica ya estructurada mitológicamente. Sigue siendo una percepción sin yo, sin focalización, abierta a todos los impactos, especialmente a los emotivos procedentes de la madre, con la que se mantiene -como en el primer estadio- en una simbiosis total, motivo por el que el bebé inscribe en su sistema nervioso, en sus células, en su cuerpo todo, cuanto emotivamente la madre lleva escrito y cuanto lamadre va "escribiendo" en su mente. El tercer estadio intrauterino de percepción se inicia entre el cuarto y sexto mes, momento en que el bebé posee un cerebro totalmente estructurado neuralmente y que abarca hasta el nacimiento e, incluso, hasta la época preverbal. En él, la percepción se caracteriza por altos trenes de ondas theta; una percepción, por tanto, que sigue siendo altamente analógica, pero en la que la conciencia muestra ya una notoria focalización. En este estadio, la simbología arquetípica empieza a teñirse de connotaciones personales. Así, el arquetipo amor puede ser ya, en este estadio, un claro sentimiento de abandono, de rechazo, si en anteriores estadios el bebé se ha sentido no deseado. Finalmente, el cuarto estadio de percepción es el que corresponde a la época preadolescente, fase en la que el niño inicia la difícil conquista del ritmo beta. Es la fase de formación del yo, la fase en la que el niño se limita ya a potenciar los daños extrauterinos quepondrán dolor y enfermedad en su vida, especialmente cuando sea adulto.
- Estados de conciencia cuya existencia puede constatarse e, incluso, "medirse"...
- Cierto. Porque aunque los procesos cerebrales siguen siendo una incógnita para la ciencia, hay algo que sí podemos afirmar: la existencia de cuatro estados básicos de conciencia, que vienen definidos por la frecuencia de las ondas eléctricas cerebrales, algo que puede comprobarse con un electroencefalógrafo; banda de ritmos que va desde poco más de la respuesta plana hasta 35 y más hercios.
- En cualquier caso, al comentar el funcionamiento de los dos hemisferios cerebrales, explicas en el libro que podríamos englobar en un solo grupo los ritmos subjetivos de conciencia y hablar así sólo de dos grandes bandas de frecuencia cerebral: la de los llamados ritmos de ondas lentas o bajas -delta, theta y alfa- y la del llamado ritmo de ondas rápidas o altas: beta.
- Cierto, porque a fin de cuentas hay -globalmente hablando- dos formas distintas -en algunos aspectos antagónicas- de procesar la información. Una que corresponde al hemisferio cerebral derecho -que funciona en la banda de ritmos de ondas lentas- y otra al hemisferio cerebral izquierdo -que lo hace en el ritmo de ondas rápidas-. Lateralidad demostrada científicamente, aunque conviene precisar que, en caso de emergencia, cada uno de esos dos hemisferios cerebrales puede asumir casi todas las funciones del otro, aunque no las ejercite con la misma perfección. Por otro lado, debo aclarar también que si bien al hablar de hemisferios cerebrales me refiero a la zona de la corteza cerebral, es indudable que el complejo reptiliano y el sistema límbico son responsables de muchas de las funciones -algunas tan trascendentes como la afectividad- que caracterizan al hemisferio derecho. En cualquier caso, lo que quiero resaltar es el hecho de que nuestro cerebro está escindido en dos yque cada uno de esos dos hemisferios -o sea, de esos "dos cerebros"- es poco menos que un adversario para el otro, porque cada uno ve la realidad de muy distinta manera, hasta el punto de que ignoran que pertenecen a una misma persona. Y también sabemos ya que el derecho -que rige la parte izquierda del cuerpo- percibe de forma subjetiva, en tanto el izquierdo -que rige la parte derecha- tiene su característica básica en la capacidad de objetivar, de escindir la realidad entre un dentro y un fuera, entre yo y el otro.
-Creo que sería oportuno explicarle también al lector, con mayor detalle, las características básicas de ambos hemisferios. ¿Te parece?
- Me parece. Mira, el hemisferio cerebral izquierdo, por escindir la subjetividad -que es unidad, globalidad, totalidad-, crea la dualidad. Ya no hay una sola totalidad que lo llena todo, sino que pasa a haber un dentro y un fuera, un yo y unos otros y, lógicamente también, una causa y un efecto. Así pues, todo proceso perceptivo de ese hemisferio cerebral es causal, hay siempre una causa con su consiguiente efecto. Y de ahí que nuestra ciencia convencional, que es básicamente la ciencia del hemisferio cerebral izquierdo -la ciencia newtoniana y cartesiana- deseche y considere patológica toda información aportada por el hemisferio cerebral derecho. Resulta fácil comprender que una percepción dual establece sus postulados mediante un proceso de comparación y contraste entre los opuestos. Y eso es razonar y es también, siempre, enjuiciar y objetivar. Un enjuiciamiento que, por su radicalidad bipolar, supone no sólo una conclusión, sino también una exclusión. Porque elegirentre dos extremos presupone, inevitablemente, excluir uno de ellos. Y excluir es condenar, es echar fuera. Todo juicio, por tanto, comporta considerar algo o a alguien culpable por el solo hecho de haber considerado algo o a alguien inocente. Y echar fuera es la forma de ejecutar el castigo. Bien, pues eso es precisamente lo que hacemos con la enfermedad. Porque somatizarla es intentar echarla fuera de nosotros. Por tanto, el hemisferio izquierdo es también el que crea la moral, al contrastar lo que consideramos adecuado con lo que consideramos inadecuado. O sea, entre lo "bueno" y lo "malo". Sólo que, por tratarse de conceptos, cada persona o etnia puede juzgar el bien y el mal desde una distinta polaridad. Una polaridad que, indudablemente, identifica siempre el bien con el propio yo. O sea, bueno es aquello que es -o, al menos, así lo creo- adecuado para mí. Y malo, lo contrario. Por eso no es de extrañar que haya casi tantos conceptos de moralidad como personas y quela moral cambie cuando cambian los conceptos sobre los que se sustenta. Interpretación moral que consideramos objetiva, cuando en realidad ha sido dictada por las líneas rectoras de la cultura personal y social, así como por las adicciones emotivas profundas que tenemos todos. Y digo todo esto porque es importante comprender, de cara a la terapia, que "recordar" no es volver a vivir una experiencia, sino llevar a la conciencia la interpretación, no el hecho. Porque lo que cura no es "recordar", sino vivenciar de nuevo ese hecho traumático. En definitiva, la percepción del hemisferio cerebral izquierdo no nos da la Realidad, sólo una forma de percibirla, por mucho que la ciencia convencional la considere la única forma válida y real de percepción.
-¿Y el hemisferio derecho? - El hemisferio cerebral derecho, por el contrario, es analógico, es decir, establece las relaciones por semejanza. En el mundo de la analogía, por ejemplo, una gota de agua del Océano es como -y ese "como" ha de entenderse en el sentido de semejante, no de idéntico- a todo el Océano. El cerebro derecho es intuitivo, así que no escinde, no divide. Antes bien, es siempre impactado por estructuras globales, holísticas. Pero lo más importante es que es altamente emotivo, que en él se albergan los sentimientos. De ahí que toda analogía ?que carece de abstracciones mentales y de conceptos? nos llegue siempre viva, con toda su carga de dolor o de gozo, aunque sí establezca correlaciones simbólicas. Porque las analogías tienen su lenguaje en las imágenes, símbolos y arquetipos. Y el sueño y la mitología forman parte de ese lenguaje. Por eso, por el carácter fundamentalmente simbólico de las analogías, puede establecerse la correlación holística de que la parte es como el todo, que una gota de agua del Océano es "como" el Océano todo. Lo mismo que puede afirmarse que una imagen de Cristo puede llevarnos a la comprensión del Cristo vivo. Por otra parte, el hemisferio derecho es ético, no moral. Y es preciso distinguir claramente entre esos dos conceptos porque las instituciones -y no sólo las religiosas- suelen ser proclives a considerar ético lo que sólo es moral. Mira, la auténtica ética está grabada en la conciencia ontogenética, es una herencia de nuestra filogénesis ?evolución como especie?; es decir, está dentro de nosotros, no en tablas de piedra ni en los códigos de tantas instituciones oficializadas. Es importante también saber que el hemisferio cerebral derecho jamás interpreta, sino que muestra siempre hechos concretos, hechos no que "recuerda", sino que vivencia, porque le llegan impactantes, cargados de emotividad. Por tanto, mientras el hemisferio izquierdo es unidimensional, lo que le lleva, como hemos visto, al argumento y al conceptode finalidad, el hemisferio derecho, por el contrario, es holístico, multidimensional. Y, evidentemente, tampoco es discursivo. Mira, cuando el místico vive a Dios, vivencia un hecho auténticamente holístico. De ahí que esa experiencia resulte inefable, que no pueda explicarse con palabras. Es decir, el hemisferio derecho tiene un carácter holístico no unidimensional y no cuantitativo, sino cualitativo; porque no cuantifica ya que no escinde ni contrasta; sólo muestra, impacta. Y cada uno de esos impactos es global, completo en sí mismo. No divide, como el hemisferio izquierdo, sino que integra. Y como al hemisferio derecho la información le llega como un impacto vivo, como una información holística, es evidente que no conoce el tiempo. Porque para eso hace falta un proceso dual, analítico y discursivo, como el del hemisferio izquierdo. El hemisferio derecho se mueve en el espacio y, como en los sueños, es decir, hay un escenario, pero la obra que en él se representa nosigue un orden temporal.
-¿Insinúas que, de alguna forma, la enfermedad es una desarmonía entre los dos hemisferios cerebrales?
- Exacto. La enfermedad es desarmonía. Y ésta viene generada ya -y ése es el mayor de los traumas- por la división del cerebro en dos hemisferios. Bueno, en realidad por no asumir esa lateralización. Porque en lugar de aceptarla, de ser conscientes de ella y, en consecuencia, intentar armonizarla con una sincronización cerebral, lo que hacemos es enfrentar el hemisferio izquierdo al hemisferio derecho, intentar no la integración, sino la victoria de uno sobre el otro. Es la guerra de los dos hemisferios. Y toda guerra -incluidas las que proyectamos al exterior y provocan holocaustos físicos- es una sola guerra: la de los dos hemisferios cerebrales. Pero la medicina convencional se niega a aceptar que la etiología de la enfermedad pueda estar fuera de las ondas beta, porque ha sacralizado el hemisferio izquierdo y ajusta su metodología terapéutica a las características básicas de la percepción causal que, a entender de esa medicina, es la única percepción válida. Es decir,entienden que toda enfermedad debe tener una causa que pueda ser objetivada. Lo que, lógicamente, la lleva a buscar la causa de las enfermedades en algo ajeno a nosotros mismos y a establecer relaciones causales que puedan ser físicamente constatables mediante procesos lógicos. Por ejemplo, la medicina convencional nunca podrá aceptar que una niña con unos pechos desmesurados, que es objeto de burla por esa hipertrofia, lance su energía vital contra sus propios pechos y acabe dañándoselos e, incluso, acabe generando un cáncer de mamas si otros daños analógicos anteriores alimentan esa actitud castradora. Para la medicina convencional, que en todo momento debe establecer relaciones observables, la causa de ese cáncer tan sólo puede ser un crecimiento anormal celular, lo que equivale a decir que la causa de ese cáncer es el propio cáncer. Y, así, se combate la enfermedad combatiendo su sintomatología como si la sintomatología fuese la enfermedad. Y la sintomatología es sóloun mensaje del yo a través del cuerpo para hacerle ver que algo va mal y debe rectificar aquellos aspectos de sí mismo que son causa de la desarmonía que le está dañando y que son la auténtica causa de la enfermedad. Un mensaje que la medicina convencional no atiende porque no comprende. Para la medicina, a pesar de lo que se dice, no hay enfermos sino enfermedades. Y las tiene todas perfectamente clasificadas como si fueran entes vivos, reales. Y como es segregadora, analítica, sus conclusiones siempre son: a más gérmenes -que esa medicina cataloga de patógenos porque siempre tiene que haber un enemigo-, más enfermedad. Mira, hay lesiones que la medicina convencional puede intentar resolver con eficacia, pero hay otro tipo de daños que no. Porque no se puede extirpar una depresión con un bisturí, aun cuando ese bisturí sean psicofármacos, ni pueden extirparse quirúrgicamente las causas profundas de, por ejemplo, un cáncer, porque las causas profundas de toda enfermedad noson bacterias ni virus, sino los daños de nuestra biografía oculta que conforman nuestro yo. Y sólo llevando a la luz del discernimiento -de una comprensión o sincronización cerebral entre ambos hemisferios- esos cúmulos emocionales, que son muy concretos y personales, que no pueden ser clasificados ni catalogados mediante preconceptos, sólo entendiendo que la enfermedad somos nosotros, sólo así, con una terapia de esfuerzo por parte del enfermo, podremos recuperar la armonía y curarnos.
-¿Cómo podríamos resumir, entonces, la técnica curativa propiamente dicha?
- Bueno, el terapeuta lo que hace es llevar al paciente a un estado anatheorético, es decir, a una relajación en la que sus ritmos cerebrales se hallan en la banda de frecuencia de los 4 Hz. Luego, le efectúa una regresión -para entendernos, viajando mentalmente hacia el pasado? induciéndole a situarse en algún acontecimiento de su pasado que le resultara especialmente doloroso -y que, probablemente, a nivel consciente tiene bloqueado-. Y, entonces, le hace vivenciarlo; no visualizarlo, sino vivenciarlo, con toda su carga emotiva, con toda su carga energética, para liberarla y, simultáneamente, comprenderla gracias al estado en el que se encuentra, con el consciente y el subconsciente simultáneamente abiertos y trasvasándose información, lo que no es posible en el estado beta, en el estado de vigilia. E insisto en que vivenciar es descender a la banda baja de nuestra metafórica cinta de grabaciones mentales para extraer de ella las cargas emocionales vivas, de cúmulos detraumas analógicos que mantienen toda la carga energética emotiva de los hechos concretos, de lo que ocurrió -sin interpretación alguna- y que, por tanto, fue la auténtica causa del daño. La vivencia es el hecho real -con toda su energía emocional- que se encuentra por debajo del recuerdo que de ese hecho hemos formado al compensarlo. Vivenciar, por tanto, no es un ejercicio que nos permita fantasear; cuando se vivencia, sólo puede autoproyectarse el hecho concreto vivido, con toda su realidad energética. Vivenciación que, por un lado, desbloquea energéticamente al paciente y, por otro, le permite comprender lo que le originó el trauma y, por ende, disolverlo.
-Centrémonos, en tal caso, en los traumas del nacimiento. ¿Realmente tienen tanta importancia en la futura vida del recién nacido? En tu obra afirmas que muchas de las enfermedades que uno actualiza de adulto tiene su origen en un mal parto. ¿Hasta tal punto es determinante?
- Todo nacimiento es traumático en mayor o menor grado. El bebé, que se encuentra flotando en una bañera cargada de endorfinas, mecido por el agua, somnoliento, muy relajado, sin motilidad gastrointestinal, sin respiración, ingrávido, con un sentimiento de plenitud, de conciencia expandida, en estado de éxtasis, pasa de pronto a sentir en su carne tensa un abrazo inmovilizador y luego unos terribles empujones a base de contracciones que terminan llevándolo a través de un oscuro túnel a un mundo que ni siquiera puede concebir. El bebé, al nacer, es todo sensibilidad, y no sólo se encuentra con lo desconocido, sino que también entra en un -para él- nuevo mundo con un cuerpo abierto a todas las sensaciones, sin defensas, un cuerpo que es como llaga viva. No olvidemos que el bebé llega de un lugar en el que la vida se asienta sobre la suave gravidez de un lecho de agua, con luces crepusculares, con sonidos apagados, sofronizantes... y de pronto se encuentra con luces intensas,cegadoras, que hieren sus ojos. Y es en ese instante cuando el bebé, que venía de la penumbra, lanza su primer y más desgarrador grito. Y lo mismo ocurre con los sonidos, porque sus oídos, oídos de un organismo acuático, hechos para el murmullo, que estaban protegidos por el farallón del vientre materno, se tienen que enfrentar a la brutalidad de bocas que gritan, que ríen felices y opinan, con ruidos metálicos, agudos, hirientes, que ensordecen y le causan un insoportable dolor. Y luego, sin transición, le lavamos con un agua que él siente siempre fría en su cuerpo ahora más desnudo, para, a continuación, sentir la quemazón del rudo frote de la lija que supone para él una toalla sobre su piel sin casi epidermis y que hasta ese momento sólo había conocido la caricia de las mucosas maternas. Tormento que puede prolongarse, dependiendo de las premuras o no de la comadrona o del tocólogo, al cortar el cordón umbilical del bebé, que debería dejarse intacto en tanto latiera, entanto estuviera ayudando todavía a una doble respiración. Sin embargo, se le corta brutalmente ese conducto vivo y el bebé, que ha sufrido tantas agonías de muerte desde que empezaron las contracciones, siente por primera vez el oxígeno como un gas corrosivo, ardiente, que entra en un cuerpo de mucosas vírgenes. Y entonces se agita, se estremece, se cierra y rechaza, escupe congestionado, agónico, hasta que rompe en un llanto convulso abriendo una y otra vez la boca, boqueando como un pez sacado del agua. Luego, con el bebé agarrado por los pies, cabeza abajo, le golpeamos mientras le mantenemos asomado al vértigo de un vacío aterrador. ¿Cómo puede extrañarnos, en suma, que ese primer contacto con el mundo externo provoque traumas? Y encima, a continuación lo encerramos -y hablo de la ropa- en una celda de paredes que oprimen su cuerpo, dejándolo sólo en la cuna sin una mano amorosa a la que agarrarse, con lo que el bebé, que en todo momento antes ha estado íntimamenteunido a otro cuerpo, a otra vida, está sufriendo el terrible tormento del abandono, de la más pavorosa de las soledades, sintiendo por primera vez la angustia fría de la segregación.
-Más que un nacimiento pareces estar describiendo un proceso de muerte.
- Y, en realidad, así es, porque ese nacimiento a una vida aeróbica supone la muerte en otra, anaeróbica. Además, la descripción podría todavía dramatizarse más si tenemos en cuenta que un útero hostil -enfermedad de la madre, hijo no deseado, peligro de aborto, y otras muchas emociones tóxicas- son origen de un mal tránsito vaginal y de un peor nacimiento. Son los casos, entre otros, de los nacidos por cesárea, carentes de orientación espacial y carentes de la necesaria frotación vaginal de su piel para activarla; de los nacidos de nalgas, que no ven la luz del otro mundo, que van por un canal asfixiante de tinieblas sin fin; de los nacidos con fórceps, condenados a una brutal opresión craneal; de los que han sido forzados a nacer mediante partos inducidos, en todo momento en desarmonía con la matriz natal; de los nacidos con el cordón umbilical en torno al cuello, psicológicamente ahorcados, con la cabeza escindida del cuerpo; de los nacidos siendo gemelos, quizáshermanados en la pugna por sobrevivir o quizás combatientes -victoriosos o derrotados- de una guerra territorial... Me parece que no es necesario seguir. Basta lo explicado para comprender que los patrones de daños del nacimiento son las matrices básicas con las que escribimos los textos de casi todas nuestras enfermedades.
-Luego con la Anatheóresis se puede tratar cualquier enfermedad, desde un cáncer a un caso de drogadicción...
- Con Anatheóresis se puede tratar cualquier enfermedad. Y no digo que lo cura todo, sino que todo puede intentarse siempre que el paciente esté dispuesto a ello. A fin de cuentas, se trata sólo de establecer una adecuada comunicación, primero, entre el terapeuta y el paciente, luego, del paciente consigo mismo y, posteriormente, con los demás. Mira, la enfermedad no es más que una manifestación de las emociones patológicas. Por eso en Anatheóresis no se curan enfermedades, sino a enfermos. Como no se cura un cáncer, sino a una persona normalmente sumida en el más profundo sentimiento de abandono, tan segregada que ni su enfermedad puede establecer comunicación -contagio- con los demás.
-¿Y hasta qué punto es efectiva la terapia?
- La Anatheóresis está avalada por un altísimo porcentaje de curaciones en casos que no pudo resolver la medicina convencional. Y esto -de lo que pueden dar testimonio numerosos profesionales de la salud, entre ellos médicos y psicólogos que practican la terapia-, bastaría ya para acreditarla. Además, la teoría en que se sustenta está siendo ahora respaldada por los últimos descubrimientos de la neurociencia y por las más recientes tesis de la Psicología Transpersonal.
-Tengo entendido que el principal fracaso de la terapia está en los errores cometidos por los terapeutas al ejercitarla. ¿Es así?
- En efecto, por eso he establecido unas normas muy claras para el tratamiento. Porque el terapeuta nunca debe conducir al paciente durante la sesión hacia un objetivo predeterminado; debe, como mucho, inducir, nunca conducir. Porque es el paciente quien sabe qué le ocurre y cómo resolverlo. Otro error es hacerle simplemente visualizar la experiencia que causó el daño: el paciente debe vivenciarla de nuevo, porque si no hay abreacción catártica, no hay comprensión anatheorética -con trasvase de información entre hemisferios-; y si no hay comprensión anatheorética, no hay curación. Otro error común es, en los casos en que se conoce cuál es el origen del problema, el daño que lo originó en la fase embrionaria, natal o infantil, intentar disolverlo explicándoselo al paciente en estado beta, en estado de vigilia. Los daños traumáticos sólo se disuelven cuando el paciente vivencia de nuevo los hechos concretos que los han motivado, porque el mero hecho de vivenciarlos hace quelos comprenda y, en ese momento, la energía patológica se disipa en forma de abreacción catártica.
-En cualquier caso, son muchas las personas que rechazan este tipo de terapias porque presuponen aceptar una serie de creencias que chocan con sus convicciones.
- Eso es verdad con las demás terapias, pero no con la Anatheóresis. Yo reitero hasta la saciedad -y no siempre consigo que se me haga caso- que en anatheóresis el terapeuta no está confesando al paciente. No asume culpas ni pecados; y, mucho menos, absuelve. En Anatheóresis el terapeuta debe limitarse a sacar a la luz de la comprensión profunda lo que daña al paciente. Eso es todo. De ahí que sea tan necesario que el terapeuta esté libre de creencias dogmáticas. Todo dogma es una muralla que limita nuestra expansión. Todo dogma es la fosilización de una parte de nuestra personalidad. Todo dogma, en definitiva, es la expresión de que estamos enfermos. -Eso me hace recordar que, al inicio de nuestra charla, comentaste que llevar al paciente a supuestas vidas pasadas es, en tu método terapéutico, algo que se hace sólo como estrategia, que tiene una pura razón escenográfica.
- ¿Supone eso que rechazas la posibilidad de la reencarnación?
- En absoluto. Pero para hablar de ese tema primero tendríamos que ponernos de acuerdo en qué entendemos por reencarnación, ya que hay muchas doctrinas al respecto y ello nos llevaría demasiado tiempo. En todo caso, el que las enfermedades en esta existencia sean el efecto del supuesto karma generado en otra u otras vidas anteriores no deja de ser una creencia no demostrada que además permite a ciertos terapeutas justificar -supongo que de buena fe- sus fracasos con determinados pacientes, escudándose en que hay enfermedades kármicas, o sea, enfermedades que son una especie de castigo que nadie puede ni debe resolver. Mira, mi experiencia me dice que toda historia de vida anterior narrada en estado de hipnosis -no importa en qué grado de profundidad- es, o bien una analogía muy concreta de un daño real ocurrido al paciente en esta vida, o bien una proyección generalizada y dramatizada -una especie de mitología personal- de la afectividad enferma y dolorida que aqueja al paciente. Lo que ocurre es que los terapeutas reencarnacionistas, por el simple hecho de basar su terapia en la creencia de que los daños proceden siempre de vidas anteriores, llevan al paciente sólo y directamente a vidas anteriores. Naturalmente, se encuentran con dramatizaciones analógicas que responden -simbólicamente- al daño real. Pero ellos no buscan el daño ocurrido en esta vida que esas analogías enmascaran. Por el contrario, dan a las mismas el carácter de hechos reales, sólo que ocurridos en otras vidas. Y así, creen haber resuelto el problema y llegado a la causa original, cuando lo único que han hecho ha sido atrapar una sombra. En todo caso, la Anatheóresis no tiene como finalidad demostrar la veracidad o no de la supervivencia del hombre en cualquiera de sus formas, y por eso no duda durante la terapia en utilizar como estrategia el llevar al paciente a una supuesta vida anterior si eso le permite narrar simbólicamente el problema oculto en el subconsciente.
Jose Antonio Campoy

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