ANtes que nada sé auténtico

Conectate y validá tu experiencia; no luches contra tu sentir. Lo que sea que sientas está bien, es por algo, tu corazón no está loco. Es tu niño herido, abandonado, invalidado, desvalorizado y rabioso que se hace presente en tu interior. Sé conciente y buscá actuar siempre desde tu posición más elevada. Pero si reaccionás con enojo, violencia, frialdad o lo que sea, comprendete, perdonate y pedí perdón si lo sentís. No te condenes ni te critiques. Seguí mirándote, validándote, seguí siendo espacio para que tus energías internas puedan ser, existir. Así se irán desvaneciendo y fundiendo en la luz. Desde el permiso, la comprensión, el amor, el espacio de tu conciencia, que todo pueda existir adentro tuyo. Esto no es permiso para hacer cualquier cosa, es permiso para sentir cualquier cosa. Es muy distinto. La conciencia es luz, amor, que sana las heridas y derrite el ego. Mirar así a tus emociones trae paz. No las mirás desde tu mente severa, crítica y exigente; sos el Amor mirándolas, sos Dios abrazándolas y conteniéndolas. No tenés que ser perfecto, no tenés que estar siempre disponible, no tenés que ser siempre amoroso. Lo más importante es que seas auténtico. Este camino te conducirá al amor infinito.
Ivo Makaroff

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