Año Nuevo

Les mando a continuación algo que me han enviado a propósito de la llegada de un año nuevo.

Espero que lo disfruten y...

Léanlo sin etiquetas sin imágenes mentales.

Libres del pasado, libres de ese bagaje mental que tan sólo nos pone lastre a nuestras mentes y nos impide captar la frescura que flota con las ideas nuevas que llegan hasta nosotros y debe ser así porque una mente atada a un pasado nunca podrá comprender a un presente que fluye.

Decía alguna vez el niño que nace en el año nuevo, al viejo que muere en el año viejo:

-Tiempo es de que te marches, pues yo he venido a reemplazarte y te advierto que no regreses porque es la ley de Dios que sea yo él que guie ahora la vida de los hombres.

Triste y abatido, el anciano volteó su cabeza hacia este niño que osaba hablarle de una manera tan déspota y viéndolo tan pequeño le dijo:

-Tal vez no lo sepas, pero hay un año nuevo naciendo cada mañana.

El niño ignorante de la profundidad de las palabras que le lanzaba, se levantó sobre sus pequeños pies y al año viejo le reclamó:

-Tú ya eres pasado y te marchas para nunca volver, ahora es mi turno, no interfieras con mi papel.

El anciano que caminaba apoyado en un bastón, ya no se molestó en voltear, miraba hacia adelante, pensativo, y como quien descifra un enigma musitó:

-"¿Por qué será que mi futuro se encuentra en el pasado?"

El niño escuchó como en un eco las lejanas palabras del anciano y la sonrisa se borró de sus labios, pronto entendió que para él, igualmente su futuro estaba en el pasado, que su caminar inevitablemente lo llevaría hacia el pasado.

Volteó su vista hacia delante y quiso hablarles a los hombres, a aquellos que hasta este momento se encontraban como espectadores, pero una gran pantalla transparente lo separaba de ellos.

Los espectadores vieron cómo el niño gritaba y gritaba y sus palabras no salían, algunos de los presentes se acercaron intentando descifrar lo que el niño les decía pero era inútil, poco a poco el niño se fue alejando... madurando... convirtiéndose en anciano, mientras su figura se iba haciendo cada vez mas lejana.

El viento sopló y una brisa levantó las últimas palabras de aquél niño viejo que se iba:

"Son ustedes los que me hacen viejo"... pero nadie escuchó y los espectadores voltearon a ver al nuevo niño que se asomaba en sus pantallas.

¿Qué es la "Gran Comunión" cuando se ve a través de los ojos del tiempo?

Yo diría que es como una gran fiesta en donde los niños danzan con los viejos y en donde otros que aún no nacen, participan igualmente del festejo.

Hasta aquí mis palabras y que la luz del Padre una a los que no han nacido y a los que ya nacieron, con aquellos que ya se han ido.

Bendiciones.

Aquí termina el cuento, pero...

Si para ustedes este relato resulta tan enigmático como lo fue para mí les pido que recuerden dos cosas:

El Universo camina en espiral, es decir, el pasado y el futuro se parecen sólo que en espirales diferentes. Y:

El tiempo sólo transcurre en las mentes de nosotros, somos nosotros los que hacemos a la vida envejecer.

Que la alegría y el espíritu de nuestra época navideña les acompañen en estos días festivos y les llene de felicidad y prosperidad durante todo el Año Nuevo.

Que esa Luz Crística siga resplandeciendo AHORA y SIEMPRE en vuestros corazones.

Y puedan los extraordinarios flujos manando hacia dentro de vuestras almas y espíritus, asistirles AHORA para que cumplan y completen la UNIDAD con vuestro Ser Superior. Que así sea.
Gracias Ricardo Arias!!!!

Cada vez

Cada vez que te cruzas con un hermano,
hay tres cuerdas que puedes pulsar en él…,
y según la que toques, será tu mano,
la que le asigne uno…u otro papel…
Si en tu actitud lo juzgas, tal vez, de necio,
-haciéndole sentir que no es querido-,
al pulsar esa cuerda de tal desprecio,
¡sólo obtendrás un áspero chirrido!
Y si tu impronta es fría…o indiferente…,
pulsarás en el otro su cuerda gris…,
y el sonido que obtengas del que está enfrente,
¡tendrá las oquedades de ese matiz…!
Pero si tu, con gesto dulce y seguro,
pulsas su cuerda noble y angelical,
el sonido que escuches será tan puro
¡como una campanilla de cristal!
Hallamos en el otro, eso que somos…,
y esa música ignora toda distancia…,
y el tiempo no la afecta ni por asomo…
¡porque vibra tan sólo por resonancia!
Los sonidos, amigo, que te rodean…
¡tu los has propiciado por inducción!,
que la cuerda que pulsas -sea la que sea-…,
¡primero la pulsaste en tu corazón!
(Y si aquella que tocas con más frecuencia,
es la misma que en ti va predominando…,
dime, querido hermano…: con tu presencia…,
¿qué música, a tu paso…, vas convocando…?)

Jorge Oyhanarte

Cuidar el cuerpo

El cuerpo humano es complejo y hermoso. Cada célula, tejido y órgano es una obra maestra de ingeniería divina. Durante mis actividades diarias, mi cuerpo se protege, se repara, se regenera y se revitaliza. Es un regalo, digno de mi amor y cuidado. Reprimo cualquier pensamiento negativo acerca de mi ser físico y adopto un profundo sentimiento de gratitud por mi cuerpo.

Veo que mi cuerpo es bendecido con el poder y la fortaleza de Dios. Alabo y doy gracias por la vida divina que fluye por medio de mí. Al ver mi cuerpo como el canal y vehículo maravilloso que es, me siento más saludable. Expreso salud y vitalidad radiantes.

¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual habéis recibido de Dios, y que no sois vuestros? –1 Corintios 6:19
Gracias Mechi

No pierdas la compasión

Una buena amiga mía llamada Cristina tiene un don sorprendente, creo que mucha gente se olvida que lo tienen: el don de la compasión. ¿Por qué lo llamo un don? Porque ella se lo da a otros.

Verán, Cristina alberga gatitos sin hogar. Ella sale a rescatar gatitos en el bosque. Les cuida, se asegura de que estén saludables y les halla buenos hogares.

Una gatita muy especial llegó recientemente a su vida. Su nombre es Savannah. Cuando Cristina halló a Savannah no estaba en buenas condiciones. Estaba sucia, temerosa y enferma. Como con todos los nuevos gatitos, Cristina, les lleva a su casa, les limpia y les alimenta. Una vez que alcanzan las 2 libras, les lleva al veterinario en donde son examinados y vacunados. Recuerdo bien este día. Cristina había llamado con tristeza cuando descubrió que Savannah había resultado positiva con FIV. Es una enfermedad exclusiva para los felinos, similar al SIDA.

No viéndose mejor que el día en que Cristina la halló, Savannah había dejado de comer y comenzó a perder mucho peso. Uno podía ver los huesos a través de su delgada piel. Finalmente dejó de caminar y comer del todo. Muchos considerarían esta una batalla perdida. Cristina invertía noches enteras cargando a Savannah, simplemente intentando hacerla sentir mejor. Todo el tiempo, Cristina misma se ponía peor. Ella lloraba, preocupada por Savannah. La idea de que Savannah perdiera su vida despedazaba a Cristina.

Muchos en el mundo ven en el FIV una sentencia de muerte. No se espera que los gatitos con FIV sobrevivan y los que lo hacen suelen necesitar cuidado especial. Debido a que el FIV es fácil de contagiar cuando los gatitos juegan, Savannah tenía que ser mantenida separada de los demás gatitos. Cristina era la única amiga que había llegado a conocer.

Cristina, aunque triste y dolida, nunca se rindió. Se había levantado temprano una mañana y comenzó a buscar información en la Internet. Tras de buscar un poco, hallo que había algo de esperanza para Savannah. Con alguna medicina especial y cuidado, descubrió que Savannah pudiera tener una oportunidad de mejorar y vivir una vida saludable. Cristina hizo muchas llamadas intentando obtener la medicina, sin importarle el costo. Finalmente pudo hallar un albergue que le ordenase la medicina sin costo alguno. Comenzó a dársela a Savannah y a introducirle fluidos con una hipodérmica.

En poco tiempo, Savannah comenzó a ganar un poco de peso y a caminar de nuevo. No pasó mucho tiempo antes de que se levantara y jugase. Una noche Cristina trajo a Savannah a jugar. Nunca olvidaré la mirada en los ojos de Cristina, y la sensación de jugar con una gatita que muchos habían dado por muerta. Esta fue una experiencia realmente conmovedora.

Savannah acaba de ser examinada nuevamente. Esta vez el examen resultó negativo para FIV. En muchos casos, las madres pueden pasarle a sus gatitos esta enfermedad y, en algunos casos, los gatitos pueden librarse en el tiempo. Savannah era ahora una gatita juguetona y saludable, con una vida para disfrutar que tal vez nunca hubiera conocido.

No hay duda alguna en mi mente que Savannah tendrá una mejor vida debido a Cristina. También sé que Cristina misma tendrá una mayor vida debido a Savannah. He leído muchas historias inspiracionales pero esta, la que acabo de relatarles, quedará conmigo para siempre. Me recuerda que el amor y la compasión hacen la diferencia, y a nunca rendirnos cuando creemos en alguien o algo.

Hoy Savannah estará yendo al veterinario para sus exámenes rutinarios mañana en la mañana. En una semana o dos estará lista para adopción, esperamos por una familia a la que pueda impactar con amor y compasión.

Dan Malone

Cuando perdemos la compasión dejamos de parecernos a Dios, porque Dios es compasivo con su pueblo cada mañana.

Porque El dice a Moisés: TENDRÉ MISERICORDIA DEL QUE YO TENGA MISERICORDIA, Y TENDRÉ COMPASIÓN DEL QUE YO TENGA COMPASIÓN. Romanos 9:15.

Y el Señor le respondió:Voy a darte pruebas de mi bondad, y te daré a conocer mi nombre. Y verás que tengo clemencia de quien quiero tenerla, y soy compasivo con quien quiero serlo. Exodo 33:!9.

La Obligación de rezar - Osho

Durante un tiempo fui profesor en un instituto de sánscri­to. Como no había dependencias para los profesores y yo era e! único, me albergaron en la residencia de los estudiantes. Era un instituto de sánscrito de la vieja escuela; los estudiantes tenían que levantarse todas los días a las cuatro de la mañana, darse una ducha fría y prepararse para los rezos de las cinco.

Desde hacía muchos años solía despertarme espontánea­mente muy temprano, antes del amanecer. Ellos todavía no ha­bían comprobado que yo era un profesor porque todavía no había empezado a impartir las clases.

De modo que no podía trabajar y los estudiantes no : la menor idea de que yo era un profesor... En vez de reza zaban improperios contra Dios, contra el director, contra :: ritual; tenían que ducharse con agua fría en mitad del invie era totalmente obligatorio.

Yo les oía y pensaba: «Es curioso, en vez de rezar '. todo lo contrario. Es muy probable que cuando lleven s;is en este colegio no vuelvan a rezar ni a madrugar en toda su Después de seis años de tortura habrán tenido más que sur.. con esa experiencia».

Le dije al director:

—No está bien que los obliguen a rezar. No se puede obli gar a alguien a rezar, no se puede obligar a alguien a amar Y me respondió:

—No es una cuestión de obligación. Aunque suspe: obligación de rezar, seguirán haciéndolo.

—Inténtalo —le dije.

Retiró la orden y, excepto yo, no se levantó nadie a las cuatro de la mañana. Llamé a la puerta del director y él tambien estaba durmiendo; siempre dormía y no participaba en la oracion.

—Levántate y mira lo que ocurre —le dije—. No se ha levantado ni uno de los cinco mil estudiantes que hay. y ni uno solo se ha ido a rezar.

Los pájaros no cantan por obligación. El cucu no ca­que haya recibido una orden presidencial, porque ha;, a emergencia; simplemente canta porque disfruta con el sol con los árboles. La existencia es una celebración constante. Las flores no abren sus pétalos porque alguien se lo ordene, no es una obligación. Es una respuesta... una respuesta al sol, una muestra de respeto, de oración, de gratitud.




OSHO: CAMBIO

Navidad

" Inútilmente habrá nacido Cristo en Belem
si no nace también en nuestro corazón .
Necesitamos celebrar la Navidad desde el centro del Corazón
y esto sólo es posible encarnando a nuestro Resplandeciente
Cristo interno Señor de la luz y del Amor "

Felices Fiestas!!!!

Feliz Navidad!


Abre tu mente - Expande tus emociones

Mensaje del Consejo de 12 canalizado por Selacia
5 de Noviembre de 2010

¿Se imaginan lo que pasaría en el mundo si millones de personas comenzaran a enfocarse en lo que está bien en lugar de enfocarse en lo que está mal? Usted puede ser uno de esos millones el día de hoy. Confíen en que esto marca la diferencia. Su luz y su enfoque importan. Van a cambiar su vida y su mundo.

Sin duda, es necesario saber lo que hay que corregir, pero la tendencia en los últimos tiempos es enfocarse en los problemas con visión de túnel. Están viendo esta tendencia representándose en la arena política, en los negocios, y en las relaciones personales.

Estrechez mental puede encontrarse dentro de los pueblos de todos los continentes. En un escenario típico, una persona se aferra rígidamente a su opinión, insistiendo que es la única respuesta. No hay espacio para llegar a acuerdos. No hay espacio para ver esas otras ideas que también podrían ser válidas.

Pasando al Pensamiento Expandido

Un punto de vista estrecho mantendrá su mundo pequeño y limitado. Esto es lo contrario de lo que quieren. Su Tierra del nuevo-paradigma no se puede manifestar por completo hasta que la gente aprenda a pasar del pensamiento estrecho al pensamiento expansivo. Cuando están pensando de una manera expansiva, tienen apertura a otros puntos de vista.

Cuando tienen una mente abierta, no se sienten amenazados por las ideas de los demás. Les dan la bienvenida. Tienen la opción de adoptar nuevas ideas, en parte o en su totalidad. Pueden considerar todos los puntos de vista con su razón guiada por la intuición y luego hacer su propia elección.

Para ser más eficaces en enfocarse en las ideas, recuerden el equilibrio. Cuando su enfoque está en equilibrio, evitan el caos de tratar de entender demasiadas ideas a la vez.

Enfocarse con Conciencia Iluminada

Un Hacedor de Cambios Divino aprende a llevar una conciencia iluminada a enfocarse en los asuntos. Al enfocarse en su vida, tengan en cuenta que no pueden enfocarse efectivamente en todo de una sola vez. A medida que despiertan, descubren que poner la atención en todo a la vez distorsiona su capacidad de discernir la verdad. Podrían pasar por alto detalles, reaccionar de forma exagerada, y ser incapaces de distinguir la realidad de la ficción.

Realizar una elección óptima es más fácil cuando no se ven agobiados por pensar demasiado. Si se estresan demasiado, su mente puede nublarse, y sus emociones pueden influir negativamente en lo que hagan a continuación.

Recuerden que aun cuando no elijan nada y no tomen ninguna acción, su elección de hacerlo así sigue siendo una elección. Hay energía en todo lo que hacen, sienten o piensan. Hagan sus elecciones sabiamente. Su poder proviene de estar presentes y conscientes de sus elecciones, y de ser necesario, modificarlas para su mayor bien. Del mismo modo, acceden a una mayor potencia cuando dejan de preocuparse acerca de las elecciones pasadas y futuras. El poder de cambiar su vida proviene de sus elecciones de hoy.

Consejos para el Equilibrio

Las siguientes son algunas sugerencias para mantenerse en equilibrio durante estos tiempos caóticos. Revisen esta lista cuando empiecen a sentirse sobrecargados, cuando se den cuenta de que tienen múltiples decisiones que tomar, y cuando están ansiosos o deprimidos.

1. Salgan de la modalidad de pensar-y-hacer y sintonícense con su corazón. Su corazón les servirá de guía para los siguientes pasos. A veces, el siguiente paso es quedarse quieto. En la quietud, pueden escuchar mejor su sabiduría interior, y pueden reabastecerse para una mayor creatividad.

2. Si están viendo problemas a cada momento, recuerden que es la energía de la bondad la que alimenta a la creación. En un nivel básico, la cualidad de la bondad está dentro de ustedes, y está dentro de todos aquellos con quienes se encuentran. Enfóquense en desear bondad a los demás – sin agenda ni condición – y van a generar una vibración positiva. Es más fácil desear bondad así para aquellos que aman. El camino del Hacedor de Cambios Divino es desear bondad para todos, incluso los extraños y aquellos que se oponen a ustedes. Adquirir experiencia en esto es parte de su camino. Establezcan su intención de ver bondad en el mundo, y en otras personas.

3. Cuando estén enfrentando un problema, consideren hablar menos acerca de ello. Denle menos energía al dilema, enfocándose menos en él. Esto significa reducir la cantidad de tiempo que piensan en ello, hablan de ello, y se preocupan por ello. Establezcan su intención de dar su energía a los cambios positivos y notar cosas que agradecer.

4. Incluso en sus momentos más oscuros, se puede cultivar un sentimiento de gratitud. Al hacer esto, elevan su frecuencia. Es como un tónico de energía. Cuando se sienten expansivos al expresar gratitud, generan positividad de forma natural. Un punto de vista más positivo puede abrir la puerta a nuevas posibilidades y soluciones innovadoras para su vida.

5. Algunos días, cuando la vida se ha vuelto compleja y estresante, puede ser difícil acceder a su centro. Puede ser difícil apreciar sus circunstancias, o sentir una conexión real con el mundo. En esos momentos, piensen en algo más grande que ustedes que los inspire, algo que les recuerde la interconexión de toda vida. Piensen en algo que sea más hermoso que lo que están viendo en su vida. Ejemplos pueden ser un arco iris doble, una majestuosa secuoya gigante, y una puesta de sol sobre un mar azul brillante.

6. Dejen de tratar de encajar o tener lo que otros tienen. Cuando están en la naturaleza, la flor o el árbol que llama su atención no es una copia al carbón de los demás. Se destaca por su singularidad. Hay algo diferente en la forma en que capta la luz, su color o su sensación general. Sepan que ustedes son como esa flor o ese árbol. Está bien ser diferentes. No tienen que parecerse a los demás, ni tampoco ser como ellos. Ustedes brillan más intensamente cuando son auténticos y no pretenden ser como la multitud.

7. ¿Quieren tener más alegría en su vida? Consideren aligerar su enfoque hacia su trabajo, sus relaciones, y ustedes mismos. Cuando se toman la vida demasiado en serio, se apegan demasiado a los resultados y son menos capaces de aceptar lo que es. Un enfoque demasiado serio va a matar a su alegría porque se van a estar esforzando demasiado. Relájense hoy, entonces, y descubran la alegría que está ahí naturalmente.

8. Cuando quieran sentir más paz, piensen en una hermosa escena de la naturaleza con agua, o vayan allí si es posible. Imaginen las tranquilas aguas dadoras de vida. Inviten a su campo energético el elemento del agua. Tengan la intención de que esto los abra a un flujo de bondad y amor. Este flujo de energía es ilimitado. Tienen mucho para ustedes mismos, y mucho para dar a los demás. ¡Regalen algo de él! Así expanden el flujo de bondad y amor en el mundo.

Mientras continúan el viaje de redescubrimiento de su naturaleza Divina, los rodeamos con nuestro amor y bendiciones. Somos El Consejo de 12.

Copyright 2010 por Selacia, Canal para el Consejo de 12 * Todos los derechos reservados * www.Selacia.com

Es tiempo de Navidad

Estamos a punto de cerrar este ciclo y con el dejamos lo que es ya parte de nuestro pasado. Fue tiempo de siembra y de cosecha también, tiempo de producir y tiempo que se perdió. En el balance de los hechos ¿con que te quedas? ¿Qué dejas ir?

Mientras decoramos nuestra casa para Navidad, hagamos limpieza también en nuestra vida, en nuestra mente, en nuestros afectos, en la forma de hacer las cosas. Reestructuremos nuestros pasos para lograr una vida en Unidad con nosotros mismos, con el mundo y con el universo.

Alimenta al amor, sobre todo, al que te debes a ti mismo, si tu te amas, tienes la capacidad de amar a los demás y en la medida en que ames el amor te será correspondido.

La Navidad es un sentimiento general, una vibración unida en el mundo que nos hace percibir lo que en otras épocas del año no sentimos. Por eso se manifiesta el amor y los sentimientos en mayor profundidad, por eso es tiempo de reflexión también. Aprovecha esta energía para recorrer los laberintos de tu mente y del espíritu para conocer y trascender, para cambiar y evolucionar.
Gracias Ricardo Arias

La Psicología de la Fe

Emilio Guzmán



Cuando hemos especulado sobre las épocas «prehistóri­cas» en la marcha del hombre sobre la tierra, ésta es la etiqueta con la que se identifica a las edades cuya crónica escrita en alguna forma no se ha encontrado, y se da por he­cho que antes de estas primeras huellas gráficas de los cal­deos, el ser humano había inventado el arte de escribir para dejar así los anales de sus actividades para la posteridad. Esto no deja de ser curioso, pues evidentemente hubo gran sabiduría tanto por lo que muestran las ruinas de civilizacio­nes cuyos restos aún se pueden ver, como en las culturas que hubo en los continentes desaparecidos. Aquí se presen­tan en escena los que favorecen la teoría de la comunicación telepática como una facultad que alguna vez cubrió la nece­sidad del lenguaje hablado o escrito. Esta hipótesis propone que el hombre podía transmitir a sus semejantes las ideas precisas cuando las intuiciones y los instintos todavía tenían más fresca su influencia en nosotros. Y hasta se llega a ase­gurar que la Torre de Babel es una representación simbólica de la etapa en la cual se perdió la facultad de la capacidad telepática y surgió la necesidad de crear el mecanismo de la palabra, un recurso desde luego muy inferior al de la comu­nicación directa, pues bajo esta modalidad en la que tuvimos que estructurar los sonidos guturales, hemos llegado a crear unos 5.800 lenguajes y dialectos, y aun así nos cuesta trans­mitir con precisión las ideas, especialmente cuando son de tipo abstracto.



En estas limitaciones que nos impone la mecánica de la palabra, encontramos. vocablos tales como «fe» y «esperan­za», que desvirtuados a través de las filosofías religiosas, se han asociado vagamente en nuestra interpretación a los recuer­dos infantiles del catecismo, y ya no sabemos a ciencia cierta de qué se nos habla cuando surgen en un contexto lógico y racional como el que aquí se postula. Vamos a precisar estas dos ideas, pues son piedras angulares en nuestro edificio.



La fe es sinónimo de valor. Dice una hermosa frase que, invariablemente, hace vibrar en nosotros una nota de inspira­ción y de aliento. Pero hay mucho más tras esta breve sílaba. Aquí observamos múltiples corrientes de significados que desglosaremos más adelante en su gran importancia relacio­nada con nuestro tema. Ya nos hemos ocupado de esta fuer­za como antítesis del temor y hemos visto que en un sentido alejado de su asociación religiosa puede entenderse como la creencia firme en un resultado futuro o en una situación ya existente pero oculta, y que en el porvenir habrá de corrobo­rarse. También hemos comentado que la energía de la fe puede ser dirigida en un enfoque constructivo o destructivo, sólo que cuando la usamos torpemente enfocándola en las utilizaciones negativas, cambia su nomenclatura y entonces propiamente se llama «temor> y ya bajo esta modalidad es entonces una fuerza desastrosa, madre de muchos sufrimien­tos en todos los niveles del complejo humano, desde la para­lización psicológica y su llamamiento de magnetismos funes­tos, hasta la enfermedad física, el avejentamiento prematuro, las arrugas que deja como triste rúbrica en tantos rostros, y en definitiva todo un desfile de calamidades que la marcan como enemigo número uno de la felicidad.



Todos sufrimos invasiones momentáneas de esta desazón, pues llena una función normal cuando opera como una ad­vertencia o preparación ante un peligro. Su efecto pernicio­so surge y se manifiesta cuando aparece en un desborda­miento que por desgracia es muy fácil que pueda suceder, y entonces se transforma en un torrente viciado que de no ser cegado a tiempo tiende a crecer y a causar destrucción en quien le permite fluir dentro de sí. Advertir un peligro es muy diferente a temerlo. El individuo que conduce un auto­móvil por una carretera de montaña sabe que lleva a un lado el borde de un precipicio. Está advertido del peligro y sim­plemente lo evita conduciendo con seguridad y pericia, aun marchando a cierta velocidad. En el devenir cotidiano, los precipicios psicológicos, morales, económicos y de relacio­nes humanas forman parte de la ruta y es indispensable estar advertido de ellos, pero no dejar que se conviertan en temo­res obsesivos. Lo malo es (dentro de esta inconsciencia que debemos ya destruir inteligentemente en esta época más lú­cida) que el pasado y sus costumbres todavía llenas de erro­res nos han condicionado equivocadamente en diversos te­rrenos. La siembra ha empezado muy temprano en la vida cuando nuestra buena madre, inocente de esta trama de ins­tilaciones subconscientes que ahora vamos comprendiendo, creyendo simplemente protegemos, nos repetía aquellos es­tribillos que a su vez aprendió de otra generación: Niño, no corras tanto que te vas a caer. Deja eso que lo vas a romper. Ponte los zapatos pues te vas a resfriar. Quítate de la co­rriente que te va a dar un catarro... Programación tras pro­gramación anunciando pequeños desastres, sembrando inad­vertidamente la semilla de los temores. Más tarde, otra madre, la madre Iglesia, infundiéndonos el temor a Dios, el temor a caer en el pecado, el temor al ígneo castigo eterno. y nos siguen programando en el temor. Unos por ineptitud, y otros por conveniencia a sus intereses, pues ¿qué otra ex­plicación hay en los «anuncios» en radio, televisión y perió­dicos que se gastan fortunas diciéndonos día y noche... «Al primer estornudo, compre el producto tal y tal», y recordán­donos a todas horas todos los males que nos acechan? Y en otro caso tenemos el triste desacierto del médico que cree necesario decir al paciente que su estado es muy serio y puede conducirlo a la muerte, y sale de allí el sujeto con dos males en vez de uno, pues ahora se le ha inoculado el virus del temor. No es necesario alarmar a un enfermo si con tacto se le dice que existe un estado de enfermedad que se le explica en forma clara, pero que combatiéndolo inteligente­mente se podrá dominar mediante la cooperación del pacien­te y la ciencia de la medicina.



En general, los temores, si son analizados serenamente, se verá que una línea de conducta establecida con juicio tranquilo debe disolverlos, pues el miedo es un ingrediente que sólo viene a agregar complicaciones al problema exis­tente. Permitir al temor que predomine en alguna situación, es dar paso a las corrientes negativas y ya sabemos que pen­sar negativamente atrae fuerzas que nos destruyen.



Primogénita del temor es la preocupación. Éste es un es­tado de ánimo que se manifiesta en un malestar mental refe­rente a cualquier situación o persona y produce disturbios emocionales de tipo obsesivo y que son afines a la apren­sión, la ansiedad, y los estados hipertensos. A veces, y en su forma más importante (pero no por ello menos obsesiva), se apodera de nosotros la preocupación por algo que sucedió y que ya no tiene remedio. En este caso más que preocupación es una lamentación persistente de alguna cosa que ya perte­nece al pasado y lo que claramente nos indicaría el intelecto es que ya debemos dirigir nuestro pensamiento a otras di­mensiones, que son las del presente y el futuro. Pero no siempre es fácil apartar el pensamiento de un insistente tri­llar en tomo del acontecimiento ocurrido. Esto no importa si de allí se deriva un aprendizaje para lo sucesivo; sin embar­go, una vez anotada la lección..., a otra cosa. La preocupa­ción nacida del temor a lo que puede suceder, una vez que se ha tomado nota y medida de la advertencia que pueda contener, necesita ser dominada y expulsada de la mente, pues es sin duda un elemento corrosivo y destructor. Un es­critor que había llegado a una edad avanzada nos hace esta sabia observación: En mi larga vida he tenido muchas preo­cupaciones pero la mayoría de ellas nunca llegaron a suce­der.



Cuando una persona se percata de haber caído en estado de preocupación con respecto a alguna situación, lo mejor que puede hacer es encarar resueltamente el problema y to­mar al toro por los cuernos para fijar claramente el fondo del conflicto. Si hay alguna acción inteligente que poner en marcha, proceder cuanto antes. Si la acción no es claramente de gran acierto pero se obra de buena fe, dar el paso adelan­te y actuar, pues lo peor es caer en la paralización estéril que consiste en estar dando vueltas al asunto y preocupándose sin actuar acción. Tomar una decisión valerosa es lo mejor para quebrantar un estado preocupante, y pensar que si la decisión no resulta acertada, hay una Inteligencia Superior que nos ayudará en todo caso a rectificar. Ahora bien, si la cuestión no tiene remedio, es aquí donde necesitamos un en­tendimiento lúcido de que a veces será necesario aceptar una dura lección que, aunque en ese momento nos parezca inex­plicable y tal vez injusta, el tiempo la hará comprensible, pero por lo pronto es de suma importancia realizar una adaptación, lo cual quiere decir el aceptar con resignación lo que sea irremediable. Para esto es indispensable tener en cuenta que si todo el universo obedece a un plan de infalible sabiduría, las tribulaciones del humano están incluidas obli­gadamente dentro del omnisciente designio que ha planeado y gobierna desde el orden de las galaxias hasta la estructura del ala de una mosca. Y teniendo en cuenta este punto de vista, que reconoce lo irreparable como un beneficio ulte­rior, de momento oculto, se puede entender que aquello que puede parecemos un gran desastre debe considerarse bajo la máxima que dice: Las normas del hombre son temporales, las de la Naturaleza son eternas. Todo lo cual propende ya a iluminar el camino hacia los preceptos de la fe, la esperanza y la elucidación racional del optimismo entendido como un gran rayo de potencia favorable en los asuntos del hombre. Estos son temas que procederemos a exponer con un profun­do deseo de hacer justicia a sus nobles proporciones, con un vehemente anhelo de que sean para el lector grandes fanales de orientación, verdaderos luceros de navegante que le per­mitan surcar con fe los mares procelosos de la existencia.



En su función más práctica y visible en la vida diaria, ya está reconocida esta energía de la fe como elemento vital que suministra indispensable energía a toda imagen de éxito en los pequeños y grandes proyectos que a diario emprende­mos. En toda idea y en todo ideal es ya una condición comprobada como elemento básico del triunfo. Tener verdadera fe en un resultado es inyectarle vida al cuadro que se necesi­ta contemplar y alimentar para cualquier realización. La for­ja de todo esto está en la imagen. Vivimos en un mundo de objetos, de seres y de situaciones que antes de llegar a ser realidades materiales, primero ya han sido imágenes, puesto que todo cuanto nos rodea, primero fue concebido en alguna mente. Si es un objeto artificial hecho por el hombre, esto quiere decir que alguna mente humana concibió primero la idea creadora, abrigó la fe en que podría realizarse y así, después de haber sido primero plasmado en el mundo de la mente, el objeto fue forjado en el mundo de la materia. Si es una creación de la Naturaleza, esa creación nació en la Men­te Divina y no necesitó fe para lograrse, pues Omnisciencia quiere decir conocimiento de todo, en esos planos de un eterno presente, donde no existe el arcano del futuro. El hombre, por el contrario, justamente cuando no puede saber con certeza los resultados futuros es cuando necesita valerse de la fe como sustituto del conocimiento exacto, y según tenga fe en su plasmación imaginativa así estará dotando a la imagen de impulso para su logro material. Por lo tanto, en la subsistencia, en los negocios, en la política, en la ciencia, en el arte, en el matrimonio, en el deporte y hasta en los jue­gos de azar, ya sabemos que la fe opera como un ingrediente fundamental para el éxito. Y de todas sus aplicaciones en las gestas del hombre, la más destacada es la fe del hombre en sí mismo. Allí está el secreto de todo individuo que triunfa en la vida.



Bajo otro aspecto todavía más importante, en los mo­mentos amargos no falta una voz amiga que para consolar­nos suele decir: «No te aflijas tanto, ya sabes que todo es para bien». Cuánta sabiduría, cuánta fe se encierra en esta simple frase. «Todo es para bien>, sencillamente expresa el reconocimiento transparente y claro de una Inteligencia Su­perior que tiene previsto un plan de tan inmensa magnitud que todo cuanto acontece lleva una finalidad inequívoca, una meta, una corriente que sólo puede fluir en un sentido que es el de conducir al hombre de estados inferiores a esta­dos superiores. Ésta es la imponente Ley del Progreso en la cual jamás debe flaquear nuestra fe. El ser humano que pue­da consolidar una comprensión firme de este principio nun­ca será desgraciado, pues en los momentos más aflictivo s podrá entender que las vicisitudes de la vida son como la lí­nea zigzagueante de una gráfica mostrando fluctuaciones al­tas y bajas, pero sólo en una trayectoria ascendente, lleván­donos siempre de menos a más. Éste es un ascenso eterno, la escalera que Jacob soñó perdiéndose en las brumas de las alturas, y que podríamos también identificar como el desco­rrer gradual de los velos que oscurecen al espíritu y que al irse así aclarando mediante este progreso ascendente, le per­miten brillar cada vez con mayor fulgor.



Cuando la humanidad pretérita se encontraba ante la ne­cesidad de formularse a sí misma una idea de su relación con las leyes de la vida y el plan de la Creación sobre la tie­rra, había más necesidad de valerse de los medios de la fe, ya que siendo ésta la que suministra fortaleza para creer en lo que no se comprende, era necesario apoyarse en este pilar para no caer en la desesperación o en la rebeldía ante los embates de la vida. Hoy en día, al irse abriendo el camino de la filosofía racional el hombre necesita menos de la fe de este tipo. En vez de la creencia ciega en la sabiduría de la Fuerza Creadora, ahora podemos ya examinar a la luz del intelecto y considerar explicaciones como las que aquí se ofrecen desde una perspectiva razonable que será la función que vendrá a suplir la de la fe ciega que antaño se nos exi­gía.



Bien podríamos hacernos preguntas sobre ciertas extra­ñas incógnitas: ¿por qué la fe y la esperanza han perdurado a lo largo de tantas generaciones? ¿Por qué siguen teniendo vigencia ideas que no parecen recibir a diario confirmaciones tangibles? ¿Cómo es que siguen ondeando estas bande­ras en los baluartes de la existencia humana, asediada como lo está constantemente por tantas fuerzas enemigas?

La esperanza de una vida después de la muerte. La espe­ranza de un «más allá» celestial y perfecto. La de un mundo feliz a pesar de las tormentas que lo azotan. El ideal de que la Verdad y la Justicia habrán de prevalecer. El anhelo de perfección. La fe en el triunfo del Bien, en fin; todo ideal que pisoteamos a diario, pero que no da muestras de ser pe­recedero, ¿a qué debe su existencia? ¿De dónde ha brotado? Veamos:



En esa dualidad que constituye la mente individual, el hombre está dotado de una conciencia espiritual adquirida en su origen subjetivo, y una conciencia animal que es el re­sultado de sus experiencias carnales como individuo y como miembro de la raza humana. Generalmente, sólo percibimos la voz de la conciencia material pues la otra, impregnada de gran sabiduría espiritual y que en algunos estudios es desig­nada como supraconciencia, todavía se filtra muy débilmen­te a nuestra percepción, aunque como se ha repetido ya, cada experiencia y cada vida la hacen menos nublada y au­mentan la nitidez de su luz. En ambas conciencias hay, sin embargo, memorias acumuladas de un largo pasado, un dis­tante y continuo historial de peligros superados, y éste es el quid de la fe y su dulce y persistente compañera, la esperan­za. Las memorias que así se encuentran encerradas en los atavismos y en los vagos presentimientos. que han alentado al humano a lo largo de su trayecto, no son de naturaleza consciente, pero su presencia tiene tal fuerza que a pesar de estar encerradas en los niveles infraconscientes y supracons­cientes hacen sentir su pujanza transmitiendo valor y ánimo al hombre en los momentos amenazantes de su marcha.



Esta convicción de profundo arraigo debe entonces su nacimiento y su continuidad a la memoria de innumerables experiencias y vidas pasadas que nos han demostrado que el ser es eterno e indestructible. La inmortalidad no es una Es­peranza, es una Experiencia. A lo largo de las oscuras eda­des del pasado, el alma ha conocido por experiencia que aunque la vestidura carnal se disolvía, ella perduraba rete­niendo siempre el aprendizaje de las experiencias y errores vividos. Este conocimiento la ha elevado a comprender su continuidad y su ascenso, a pesar de cualquier situación ma­terial que pueda rodearla y ofrecerle peligro. Por ello encon­tramos en el fondo de cada hombre los atributos de la fe y la esperanza como huellas de la ruta que hemos recorrido, como el polvo de un camino que hemos andado y que al lle­varlo encima nos da constancia de haber cubierto esta ruta. Y esa ruta ha sido un ascenso de progreso, de superación, cuyas victorias son la prueba de que en cada encuentro críti­co invariablemente ha venido la Inteligencia Superior en nuestra ayuda. Siempre hemos triunfado. De lo contrario no estaríamos en el mundo.



Así se empieza a perfilar con toda claridad la razón que acompaña al optimista porque éste es un hombre que sin ne­cesidad de haber escudriñado como ahora lo hacemos, sino por directa intuición, ha captado que cada uno de nosotros que ha cruzado .todos los abismos y pantanos de un pasado tenebroso, preñado de peligros, y está aquí, ciñe los laureles de la victoria y no tiene por qué temer que las fuerzas que lo ayudaron a vencer habrán de fallarle en el futuro. Sólo el pe­simista doblegado por las tinieblas del temor se cierra a la memoria interna del caudal de conquistas que hemos dejado atrás, y vive en el error, formando cuadros y atracciones de problemas que bien podría conjurar sólo con superar el pe­cado de la inconsciencia y valerse un poco más de la inteli­gencia que el Creador ha puesto al alcance de todas sus cria­turas.



A todas luces nos conviene por lo tanto seguir la escuela del hombre valeroso y confiado al que catalogamos como optimista. Éste es, sin la menor duda, el camino que la inte­ligencia nos señala y para poder tomar esta ruta con plena convicción, un somero recuento de sus mecanismos hará re­saltar que muy lejos de embarcamos en la nave de los soñadores­

ilusos, nuestra senda será creadora, práctica y efectiva. . Primeramente, hay que saturarse de una comprensión básica que radica en este principio: La imaginación es la gran fuer­za creadora que el hombre tiene a su disposición.

Si usamos nuestras capacidades imaginativas para visua­lizar con fe, para creer que las cosas se realizan, éstas po­drán traducirse con toda naturalidad al mundo material, como ya hemos visto al tratar el asunto de las enfermedades psicosomáticas en las que un sujeto, al creer que algún órga­no o función se encuentra sufriendo cierta anomalía, tiende a convertirlo en una realidad, mientras que si se afirma que el punto donde asoma la molestia restablece la salud que la Naturaleza le ha programado y es capaz de sobreponerse a cualquier achaque, la sola creencia de ello facilita enorme­mente el que así sea. Podemos plasmar las situaciones dese­adas, solucionar problemas y remover los obstáculos que impiden los logros de la felicidad, solamente con entender que todo lo que nos rodea es sustancia plástica, lista para formar con ella todo lo que deseamos. Cualquier situación adversa es sencillamente una falta de algo que está en nues­tra mano establecer. La oscuridad no existe por sí sola, es simplemente la falta de luz, y al producir una iluminación, vemos que la oscuridad se desvanece, se disuelve instantá­neamente. De la misma manera, todas nuestras carencias son falta de valores positivos que tenemos amplios poderes para crear. Sólo tenemos que restablecer las fuerzas a su equili­brio natural y podemos obtener por medio de la mente todo cuanto se requiere si tan sólo aprendemos que no es median­te un gran esfuerzo de la voluntad, sino con una visualiza­ción tranquila, henchida de fe, que podemos gobernar el mundo que nos rodea.



La Inteligencia Superior tiene posibilidades sin límite. Ella lo ve todo, lo sabe todo, lo puede todo, y nosotros, que somos chispas de esta gran inteligencia, podemos participar de sus poderes absolutos en el grado en que seamos cons­cientes de estar íntimamente unidos, fundamentalmente inte­grados a esa prodigiosa fuerza creadora. Todo el secreto qué hay en esto es que no cerremos nuestra propia mente a esta creencia. Que mantengamos abiertas las puertas, y por razones naturales tan claras como las fuerzas que hacen a up imán atraer a los pedazos de metal que tengan afinidad molecular, así atraeremos en una forma irresistible, mediante estos poderes, los objetivos que sean puestos en nuestras mi­ras. Debemos recordar que esta Inteligencia Universal abar­ca y opera sobre todo lo que hay en el cosmos y está tan apta y tan atenta para resolver los pequeños problemas hu­manos como lo está para resolver los grandes problemas de los espacios. Únicamente necesitamos concebir con fe lo que se desea, cercioramos de que es algo justo y legítimo, y una vez cumplida esa condición hay que formar el concepto, detallar el proyecto, y alimentarlo con todo valor, visualizan­do con gran realismo todo aquello que uno desea. Es indis­pensable estar plenamente conscientes de esta presencia que nos rodea, de esta energía plástica con la cual podemos tra­ducir al mundo de la realidad material cualquier creación que se forje en el mundo del pensamiento. No podrá repetir­se demasiado que todo cuanto nos circunda, y todo cuanto existe, antes de que pudiera ser formado en la materia, pri­mero fue concebido en la mente. Éste es un principio que hace muchos siglos Hermes, uno de los grandes maestros y filósofos de todos los tiempos, comprendió perfectamente, y según él explicaba, nada ha existido jamás, existe o existirá, que no sea el resultado de actividad mental. Y así el hombre debe reconocer que bajo esta ley universal, él puede ejercer la capacidad de usar su mente dentro de la potencialidad cósmica que tiene la mente para dar origen y disponer las formas que la materia deberá tomar para sus fines. Ésta es una facultad prodigiosa, por encima de la efímera acción bioquímica del cerebro, y con esta capacidad podemos diri­gir la mente por medio de nuestro deseo hacia cualquier ac­tividad, tanto en las pequeñas luchas de la vida diaria como en las aspiraciones más elevadas.



El principio creador más trascendental en la mente del hombre es el de la Imaginación. Ésta es la clave de todos nuestros triunfos, y al analizar su función, vemos que para cada objetivo formamos una imagen, un plano o diseño me­diante un proceso consciente y voluntario, y cuando el deseo es ardiente, iluminado por la fe y la esperanza, se produce entonces una impresión sobre la mente subconsciente, y ésta ayuda suministrando la energía creativa que impulsa a la ma­teria propia y ajena a tomar conformación con la imagen creada. De esta manera no hay nada legítimo que podamos imaginamos que no esté incluido dentro de los omnipotentes mecanismos de la creación como algo capaz de ser realizado.



Tenemos numerosos ejemplos de hombres notables cuyo origen en condiciones de pobreza e ignorancia no hubiera hecho concebir mayores augurios para su futuro, y sin em­bargo en alguna forma se iluminaron, tuvieron el valor de concebir metas elevadas, perseveraron en ese cuadro, y pu­dieron dejar huella memorable de su paso por el mundo. El secreto de ese triunfo fue sencillamente que abrigaron con fe pensamientos de grandes sueños, usaron de su imaginación con audacia, y al sintonizarse así con las vibraciones de la creatividad, surgieron y se elevaron como hombres singula­res en la historia. Todos tenemos acceso a la imaginación creadora y sólo se necesita resolvemos a usarla y aprender a manejarla. Desde luego que hay una gran diferencia entre la imaginación creadora y los sueños débiles, vagos e incons­tantes. La gran diferencia estriba precisamente en el elemen­to de la fe. El soñar vagamente sin verdadero propósito pue­de ser tan sólo una pérdida de tiempo si se hace en esta forma incierta y falta de una esperanza penetrante. Esto es el sueño estéril, pero hay otro que es fecundo y creador, el sueño de la imaginación positiva iluminado por la creencia firme, por la fe, por la esperanza, y por la seguridad de la realización que será inevitable con sólo darle vehemencia y proporcionarle las dimensiones de visualización tranquila, pero imbuida de perseverancia y fervor. Ésta es la clase de sueño que busca en forma irresistible el germinar en el mun­do de la materia y así es como se han realizado todos los grandes sueños de la humanidad. Interpretamos que cuando el maestro Jesús dijo: «Pide y recibirás», ese «pedir» no es otra cosa que visualizar con el ímpetu de una fe absoluta. Cuando se alcanza la convicción de que todo lo que se sabe pedir en esta forma es realizable, tenemos la obligación de examinar con responsabilidad y determinar qué es lo que deseamos alcanzar en la vida, pues ya que todo puede tener­se, no vayamos a cometer el triste error del pobre rey Midas que acabó lamentando su codicia por haber pedido que todo lo que toca se convirtiera en oro. Pero la verdad es que muy pocos sabemos con precisión lo que realmente quere­mos. Nos enfrascamos tanto en el fragor de la batalla que rara vez nos detenemos a encarar cuál es el objeto de toda esta lucha. Por lo tanto, nos incumbe formar una imagen clara y precisa de nuestros objetivos ya que si se nos ha di­cho que el Reino de los Cielos está dentro de nosotros, esto quiere decir que podemos alcanzar la felicidad y sólo nece­sitamos un claro criterio para entender cuáles son los verda­deros ingredientes del bienestar.



En otra tangente, hay que saber distinguir la resignación ante los embates irremediables de la vida, como puede ser la pérdida de un ser querido, o las pequeñas y grandes trage­dias que existen en el destino del hombre, sin confundir es­tas actitudes de aceptación noble y resignada, con la pereza del que se conforma a una vida limitada, diciendo que ésta es por la «voluntad de Dios» y que por tanto acepta sin ma­yores ambiciones el ser pobre y carecer de las cosas buenas que hay en la vida. No se justifican estas palabras de apa­rente resignación sin haber luchado, pues debemos más bien interpretar que si _Dios permitió semejantes condiciones, és­tas aparecen en el destino de los hombres justamente para que en ellas se tenga la oportunidad del crecimiento, de la lucha, de ejercer la imaginación y la acción creadora para salir adelante. Si la prosperidad no se nos presenta en ban­deja de plata, es seguramente para obligamos a buscarla, lo cual constituye un reto espléndido y fecundo que nos brinda el mérito de labrar el camino. La pobreza y la enfermedad no son naturales ni insuperables y nos hay por qué interpretarlas como condiciones impuestas por la voluntad de Dios. Más bien hay que entender que todos tenemos la obligación de luchar por la salud y la abundancia que la creación mani­fiesta por doquier. Hay que entender que todo lo bueno y todo lo positivo son dones de Dios, listos para derramarse sobre nosotros con sólo quitar los estorbos de las transgre­siones que nosotros mismos cometemos.



La falta de ambiciones y la inercia ante las batallas de la vida a veces nos llevan a encubrir esta evasión con un falso sentido de resignación, pero la dignidad del hombre exige que se luche y se descarte toda actitud derrotista, pues en las múltiples variantes de los problemas que la vida nos presen­ta, se encuentran las oportunidades de forjar hacia delante y crecer.



La imaginación creadora nos brinda claves muy sencillas para realizar todo lo que en la vida se necesita encontrar. Sólo se requiere ver y creer, con ardiente deseo, y ya esta­mos manejando ese elemento plástico que nos rodea, esa sustancia invisible pero abundante con la que podemos crear todo lo que deseamos tener. Únicamente se requiere conser­var esa imagen con persistencia, alimentarla con el pensa­miento positivo, y poniendo en todo ello afirmación y vehe­mencia, lo tendremos. Los milagros de la vida están a nuestro alcance, pues todos ellos son tan naturales como lo puede ser la germinación de una semilla que se transforma en un árbol majestuoso. Simplemente hay que ejercer la imaginación creadora para dar existencia a la semilla, regar­la con el ímpetu de una fe y una esperanza absolutas y la se­milla por sí sola sabrá atraer todos los elementos que necesi­ta para transformarse en un frondoso árbol.



El valor es una afirmación altamente positiva dentro de cuya esfera de acción atrae a todos los elementos que tengan contactos o relación con él, y hace que sean instantáneamen­te vigorizados. Cuando afrontamos una crisis con valor po­nemos en acción una emoción comunicante de tal magnitud, que al ejercer habitualmente este atributo tan positivo, no sólo nos ayudamos poderosamente, sino que ayudamos a to­dos los que lo perciben. Sus almas se iluminan y quedan en mejores condiciones para transmitido a otros. Es necesario hacer cundir esta fuerza por el mundo, pues la verdad es que en las pruebas de la vida el hombre ya habría perecido sin el sostén de tan admirable fuente de energía. El que pierde el valor lo ha perdido todo y queda reducido a un ser des­graciado, temeroso de encarar las situaciones que son parte de la existencia humana. Desafortunadamente, abundan ejemplos de seres que habiendo perdido el valor y la espe­ranza se han hundido a niveles infrahumanos. El hombre que se cuida demasiado y no quiere exponer nada está en camino de incapacitarse para la acción valerosa y para el rasgo de audacia que tantos momentos requieren. Cuando la reacción tiende a escudarse en los pretextos y las evasivas que rehuyen el paso valeroso, es tiempo de que el hombre aclare consigo mismo su propia actitud.



Hay muchas modalidades en las acciones decididas, y és­tas pueden variar desde el valor que se oculta en la manse­dumbre callada del que lleva el fardo de una pena inevitable, como puede ser el caso de una mutilación física o moral, hasta el heroísmo del soldado que se arroja sobre una grana­da tratando de evitar que estalle sobre sus compañeros. Pero en una forma u otra, a todos nos toca la necesidad de recu­rrir a este elemento indispensable para las numerosas cir­cunstancias del escenario humano, pues en el valor se encie­rra una gran fuerza constructiva que tiene la virtud de anular las corrientes negativas y destructoras que nos rodean. Re­quiere valor enfrentarse cada día a las incógnitas de la vida. Se necesita valor para controlar nuestras tendencias primiti­vas y enfocadas hacia los planos superiores, y para controlar los hábitos y los impulsos que nos degradan. En la lucha eterna que libramos entre la carne y el espíritu, necesitamos recurrir constantemente al valor para llevar la rienda con mano firme. El controlamos y el disciplinamos no significa reprimimos, sino todo lo contrario; la posibilidad de expre­samos dominando resueltamente las fuerzas destructivas que asoman -en nosotros mismos y en nuestros hermanos.



Tener carácter, que es otra forma de decir valor, es lo que se requiere para librar nuestras propias batallas mentales o espirituales. El que carece de valor siempre está buscando alguien a quien agobiar con sus problemas. Egoístamente, no le importa alterar la paz y el bienestar de los que por amor y paciencia se someten a escuchado, le es indiferente el robar la tranquilidad y el tiempo de quienes se presten a oír la interminable historia de sus tribulaciones y no se de­tiene a pensar que la Sabiduría Superior nos da a cada uno cargas que sobrellevar justamente para superarlas con nues­tro propio esfuerzo. Descargarlas en otros es un intento de rehuir la lucha. Todos aspiramos a la felicidad, pero ésta no se alcanza quejándose del rigor de la batalla ni suspirando por una vida libre de pruebas, pues semejante camino exen­to de obstáculos seria el de la decadencia, y el plan de la vida procura nuestro adelanto dándonos situaciones de lucha estimulante, para templar nuestro valor y vencer circunstan­cias que nos lleven al crecimiento y al progreso. La felicidad es una realidad perfectamente posible, pero no un regalo del Creador. Hay que ganársela luchando con denuedo para comprender y vencer los obstáculos que aparecen en nuestra ruta. Son pruebas que si las observamos con penetración ire­mos comprendiendo que están sabiamente estructuradas con una precisión inequívoca, exactamente a la medida que se necesita para oprimimos donde más necesitamos un desarro­llo. Es factible "que nuestras mismas deficiencias sean las que provoquen o formen la experiencia abrasiva que será justamente el tipo de experiencia que necesitamos para pulir el defecto existente.



Así es como la Inteligencia Superior ha establecido un método para que la lucha y el esfuerzo sean compensados con la fructificación del carácter. Cuando el alma reconoce que el Universo está gobernado por leyes in­mutables y que nada sucede por el azar o la casualidad, em­pieza a entender que cada obstáculo y cada problema que encontramos tiene un objeto, encierra una lección, y aunque ésta de momento no sea comprensible, nuestra fe en la sabi­duría del Creador nos lleva a aceptado de buen grado y de­saparece la rebeldía en el individuo que ha alcanzado tal grado de adelanto.



Oración de Fin de Año

Señor, Dios, dueño del tiempo y de la eternidad,
tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.
Al terminar este año quiero darte gracias
por todo aquello que recibí de ti.

Gracias por la vida y el amor, por las flores,
el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto
fue posible y por lo que no pudo ser.
Te ofrezco cuanto hice en este año, el trabajo que
pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos
y lo que con ellas pude construir.

Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé,
las amistades nuevas y los antiguos amores,
los más cercanos a mí y los que estén más lejos,
los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar,
con los que compartí la vida, el trabajo,
el dolor y la alegría.

Pero también, Señor hoy quiero pedirte perdón,
perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado,
por la palabra inútil y el amor desperdiciado.
Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho,
y perdón por vivir sin entusiasmo.

También por la oración que poco a poco fui aplazando
y que hasta ahora vengo a presentarte.
Por todos mis olvidos, descuidos y silencios
nuevamente te pido perdón.

En los próximos días iniciaremos un nuevo año
y detengo mi vida ante el nuevo calendario
aún sin estrenar y te presento estos días
que sólo TÚ sabes si llegaré a vivirlos.

Hoy te pido para mí y los míos la paz y la alegría,
la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría.

Quiero vivir cada día con optimismo y bondad
llevando a todas partes un corazón lleno
de comprensión y paz.

Cierra Tú mis oídos a toda falsedad y mis labios
a palabras mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes.

Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno
que mi espíritu se llene sólo de bendiciones
y las derrame a mi paso.

Cólmame de bondad y de alegría para que,
cuantos conviven conmigo o se acerquen a mí
encuentren en mi vida un poquito de TI.

Danos un año feliz y enséñanos
a repartir felicidad . Amén


Gracias a Rutas del Alma

Tus críticas abrillantan mi espejo

Si comprendes quien eres y te respetas, las críticas no te supondrán ningún problema sino que te brindarán la oportunidad de volverte una persona mejor.

Cuando te sientes imperfecto o inseguro, la crítica es como una amenaza y crees que debes defenderte. Cuando te sientes seguro, no perfecto sino seguro, puedes escuchar las críticas y tener en cuenta su valor. Puedes decir, "lo siento", y "gracias por abrillantar mi espejo".

Y cuando sea conveniente podrás aprender de las críticas y mejorar tu conducta. Digo cuando sea apropiado porque hay personas a las que les encanta encontrar defectos en otros. Ese es su problema...

Recuerda que todos somos lienzos en blanco. Si presentas un lienzo en blanco como tu obra de arte, no te pondrán buena nota. Pero la creación empieza cuando comienzas a trabajar, sobre todo si consideras el lienzo en blanco como una oportunidad para expresar tu talento y no una posibilidad de fracasar. Y recuerda que el lienzo no se termina mientras dura la vida.

Cuando nos encontramos fluyendo en la dirección incorrecta, es más fácil pensar en quién tiene la culpa que cambiar de dirección. Piensa en ello. Imagina que tomas un tren y tan pronto como sale de la estación te das cuenta de que va en dirección equivocada. ¿Te enfadas y echas la culpa al tren o reconoces tu error, te bajas en la primera estación y cambias de andén para tomar el correcto?

Culpar a los demás de nuestra pérdida de rumbo es tentador. Recibimos mucha información sobre la vida, pero poca educación de la vida por parte de nuestros padres, maestros y otras figuras de autoridad, que por su experiencia saben más de ella.

La información se basa en los hechos, la educación en la sabiduría y el conocimiento de cómo amar y cómo sobrevivir. Pero, por más consejos que te den, eres tú quién decide qué tren tomar.

Mientras recorres la vida, presta atención a los indicadores y las estaciones. Si no te gusta lo que ves, tira del freno de emergencia y bájate del tren. No hay otro interventor que lo haga por ti ni tienes que pedir permiso a nadie para hacerlo. Es tu vida, tu viaje, el que tú mismo conduces.

El poeta sufí Rumi

En alas de la libertad

¡Abre tu alma! ¡Despeja tu mente! Sumérgete en tu interior; que nada perturbe este momento...

Intenta viajar por sendas misteriosas, donde tu mente y tu corazón se separan, para dar paso a ese sentimiento tan difícil de concretar, llamado "perdón".

¡Concéntrate; busca tu "yo" interno...!

Halla la verdad. No intentes engañarte.

Sólo estás tú "hablándote a ti mismo."

Necesitas sanar tu corazón, para que el amor, la bondad y los sentimientos de paz verdadera fluyan...

Serás libre de ataduras, cuando logres canalizar tus sentimientos.

Obtendrás tu propia libertad espiritual, cuando sientas que has roto las cadenas, que hasta ahora te han mantenido atado y te han ido arrastrando en este inmenso mar al que llamamos "vida".

Abre las puertas de tu corazón. Entra en él. Vaga por sus rutas.

Descubre esos caminos que jamás pensaste que existirían.

Si deseas volar "hazlo". Este es el momento.

Siente como tus alas se desplazan en ese cielo infinito, rodeado de hermosos luceros, de colores, de paz, de amor.

¡Vívelo!

En este momento, ese cielo es todo tuyo.

Descubre en esa soledad, tu verdadera salida, hacia esa luz que tu inconsciente busca.

Sigue la corriente.

Siente el aire puro rozar tu rostro.

Estás ante la maravilla de una naturaleza que sólo existe en ti.

¡No tengas prisa; aquí el tiempo no existe...!

Percibe la libertad que te espera.

Serás libre cuando dejes, que tus experiencias pasadas sean sólo eso.

¡Vuela...! Debajo de ti sólo está ese profundo, misterioso e inmenso mar, que te ayudará a purificarte; a limpiar tu alma a medida que pasas sobre él.

Mantente volando. Haz piruetas en el cielo.

Juega como solamente lo hace un ave que se siente en completa libertad y rodeado de la más sorprendente hermosura.

No permitas que este bello paisaje se empañe.

En este lugar no hay espacio para el rencor ni para la venganza, sólo para el perdón, pero para perdonar, tienes que encontrarte a ti mismo.

Tienes que arrancar de ti eso que tanto dolor te produce y que no te permite seguir tu vuelo: hacia nuevas rutas, nuevos horizontes, que están en este momento al alcance de tus manos, de tu corazón.

Para perdonar con el alma, debes sentir la presencia, de quiénes han marcado tu vida dolorosamente.

¡Comienza aquí. Ahora. No te arrepentirás...!

Trae en este momento hacia ti, a ese ser que tanto daño te hizo.

Es el momento de desahogarte.

Dile lo que sientes, lo que tanto te ha molestado.

¡No temas...! Esta vez "no puede dañarte".

Está frente a ti como una sombra; escuchando tu reclamo.

¡Háblale!

Explícale cuánto mal te hizo.

Tal vez con sus actitudes, con sus actos, con sus hechos, con su lengua, con su omisión, con su negligencia.

Quizás sientes deseos de estallar, de pegarle, de llorar de rabia, porque no puedes explicarte a ti mismo el porqué todo ha tenido que ser así...

¿Por qué te ha dañado de esa forma, por qué tenía que ocurrirte a ti?

Dilo todo... ¡suéltalo!

Desencadena esa ira que sientes, pero hazlo recordando que buscas tu paz interior y que necesitas sacar todo eso de ti.

Eso que te está acorralando y no te deja ser feliz...

¡Llora si quieres hacerlo!

¡Grita si te sientes mejor!

Éste es un proceso de sanación espiritual, donde sólo tú estás inmerso en ese caminar hacia la curación total de tu ser.

Es natural que sientas todas esas emociones negativas, porque precisamente son ellas, las que ayudarán a limpiar tu alma, a blanquearla, para luego entregar todo este sacrificio de amor, a beneficio de tu propia vida, de tu salud mental y espiritual.

Tu sanación comenzará desde el momento en que comiences a perdonar, pero ese perdón tiene que salir de adentro.

De tus entrañas. Tiene que dolerte.

Tiene que ser sincero.

Tu propia libertad depende de ello.

No puedes vivir tu vida con estas sensaciones, que sólo te hacen daño a ti mismo.

¡Mira a esa persona!

La tienes frente a ti.

Toma sus manos. ¡Sí! Tómalas.

Aunque de primera intención sientas repulsión.

¡Tienes que lograrlo!

Refleja tu mirada en sus ojos.

Siente el poder transformador del perdón, acercarse a ti.

Palpa como sale de ti esa energía tan potente, tan especial, tan cargada de buenas vibras que te hacen ser diferente; ¡que te permitirán liberarte!

¡No temas...!

Llénate de amor. Siéntelo. Permite que tu coraje se retire de ti; que se aleje para no regresar jamás.

Cuando se perdona, se liberan las más fuertes energías que tu ser produce.

Déjalas que hagan su labor en ti y que escapen hacia otros horizontes, donde se purificarán y se transformarán sólo en sombras que vagarán solas por ahí...

¡Sin poder hacer más daño!

¡Tu vida es como una rosa!

Desde que nace está destinada a cubrirse de espinas, pero esas mismas espinas son las que la ayudan a protegerse de que otros puedan hacerle daño, y al final, florecer como la "Reina del Jardín."

Ahora, dile a esa persona:

"Yo te perdono; disculpo todas las cosas que me hiciste.

Aunque injustas a mi entender, pero yo necesito sentirme bien conmigo mismo.

Y la única forma es perdonándote a ti; librándome de mis malos pensamientos; intentando justificar lo injustificable... pero yo necesito mi paz".

Recuerda que todo lo que hacemos mal, lo pagamos. Tal vez, esa persona ya esté pagando. Y no somos nosotros los responsables de ello.

Con tu perdón, estarás contribuyendo a tu plan de salvación espiritual y es en esta vida que hay que comenzar a cultivarla.

Ahora, déjale marchar en paz.

Esa persona ya no existe más en tus pesadillas.

Ahora tu vida será toda claridad.

Ahora comenzarás a sanar...

Repite en silencio:

"Mi sanación está en el perdón y he vencido..."

De ahora en adelante, siempre tendrás tus alas contigo.

Ya no hay ataduras, ya no hay cadenas.


Los ángeles

Cuando dirijes tu visión a la luz que amanece en tu corazón, los ángeles juguetean a tu alrededor. Cuando te permites vivir tu niño interior, los ángeles colorean tus manos para que encuentres los incontables arco-iris en cada momento en que te decides por ti, por tu camino.

Los ángeles viven contigo cuando tu risa precede tu dolor… Trastornan tus hábitos antiguos, disponiéndolos, organizadamente, en tu pasado, para que así tú puedas revigorizar tu momento presente, llenándolo de luz.
Los ángeles te despiertan, no para el tiempo, para el ansia que tu corazón trae de percibir el amor a través de todas las cosas, pues, saben los ángeles que está en el amor la oportunidad de restablecer la paz en el mundo que te cerca.

Los ángeles no te abandonan, aún cuando te sientes sólo. Pues, para los ángeles, la única cosa que importa es tu esencia, y esto ni aún tu poderoso deseo podrá transformar en cualquier otra cosa que no sea la luz que Dios colocó en ti.

Los ángeles se guían por esta luz que arde en tu ser, y está en ella las llaves que abrirán todas las puertas, para que te encuentres a ti mismo.

Por lo tanto, no temas a la vida. Los ángeles nada temen por que sepan que la única realidad a ser vivida es el amor, y está en ti, para siempre.

Un regalo para Navidad

Esta Navidad abundarán los regalos...

Regalos de todos los colores, olores, sabores, tamaños y hasta muchos de ellos innecesarios...

Por eso conviene recordar el sentido original y cristiano del Regalo...

Es Dios mismo quien nos hizo el primero y más valioso de los regalos: su propio Hijo para nuestra salvación...

Por eso conviene ubicar muy bien nuestra práctica ordinaria navideña de dar regalos...

La Navidad requiere:

Regalarnos, cada uno debemos ser algo más que un regalo para todos, ser la expresión de la gratuidad de Dios.

Para ello:

Prepara tu regalo. Elígelo con cuidado y tino. Envuélvelo con cariño. Entrégalo con gusto. Sabiendo que va algo de tí. (Vencerás el deseo innato del egoísmo y del quedar bien con los demás)

Regala algo no comprado: un poema tuyo, una canción, un recorte, una foto, un dibujo, algo creado con tus manos y tu corazón... (Vencerás el consumismo desmedido que despersonaliza y neutraliza la bondad)

Regala unas palabras personales: que salgan de adentro, pensadas, amadas, sacadas de un buen libro o autor... La palabra de Dios, que nunca viene mejor... (Vencerás la superficialidad en la comunicación)

Regala algo simbólico: Elige algo significativo para regalar, ya sabes que todo regalo es simbólico, manifiestas algo de tí en él, lo que piensas de tu destinatario, lo que le deseas... Lo mejor será que lo hagas con este sentido, vencerás el vaciamiento que de los símbolos hace la sociedad hoy... ofreciéndote cualquier cosa como un valor. Regala un símbolo lleno de contenido y realismo.

Regala algo que no sirva más que para eso: de regalo, lo demás es superfluo... (Vencerás el despilfarro económico que es un grave pecado de injusticia) regala solidaridad, justicia y atención a los pobres.

Regala tu presencia: hazte presente a tí mismo, en alguna situación de necesidad, qué tal en un hospital, en un orfanato, en una familia en problemas. ¡Dios ha sido el mejor de los regalos! Oportuno y eficaz.

Regálate algo de tí mismo: quiérete un poco y regálate eso que andas buscando, un buen libro, unas ricas manzanas un poco de tiempo para tí. ¡Pero no exageres frente al espejo o la mesa! Date a tí mismo como das a los demás. (Vencerás la depresión y la baja estima personal).

Regálate tiempo: que las prisas, los alborotos y carreras no hagan perder lo más valiosos de tí mismo: tu interioridad. Que el Señor Jesús está más dentro que tí mismo.

Déjate regalar: recibe los regalos como un don y se agradecido, que el amor no tiene precio. Y el agradecimiento es uno de los dones mejor vividos: una sonrisa, una palabra, un gesto bastan.

No pretendas comprar a nadie con regalos. Da sin esperar nada a cambio, lo demás ya llegará. Sólo Dios basta y en El todo vendrá por añadidura.

Y date a tí mismo, no escondas tus capacidades a los demás, tus inspiraciones, tus buenas obras. Sorprende a los demás con una ofrenda de tu propio ser y date en el servicio, la generosidad, el amor.

Sólo siendo regalo podremos ser lo mejor de nosotros.

El resentimiento

Todos contra mí

El resentimiento, las críticas, la culpa y el miedo causan más problemas que ninguna otra cosa. Ellos son las que provocan los principales desarreglos en nuestro cuerpo y en nuestra vida. Son sentimientos que se generan en el hecho de culpar a otros en vez de asumir la responsabilidad por nuestras propias experiencias. Si somos responsables en un ciento por ciento de todo lo que nos sucede en la vida, entonces no hay nadie a quien podamos culpar. Sea lo que fuere lo que está sucediendo «ahí fuera», no es más que un reflejo de lo que pensamos interiormente. No estoy perdonando el mal comportamiento de otras personas, pero son nuestras creencias lo que atrae a la gente que nos trata de esa manera.

Si se descubre diciendo que todos le hacen siempre tal o cual cosa, lo critican, no le ayudan jamás, lo tratan como a un felpudo y lo insultan, piense que eso es su modelo. En su mente hay alguna idea que atrae a las personas que exhiben ese comportamiento. Cuando deje de pensar de esa manera, se irán a otra parte a hacérselo a otro, porque usted ya no los atraerá.

He aquí algunos resultados de las pautas que se manifiestan en el nivel físico: Un resentimiento largamente cultivado puede carcomer el cuerpo hasta convertirse en la enfermedad que llamamos cáncer. Con frecuencia, el hábito permanente de la crítica conduce a la aparición de artritis. La culpa siempre busca el castigo, y el castigo provoca dolor. La tensión que el miedo produce puede provocar afecciones como la calvicie, úlceras e incluso llagas en los pies.

He comprobado que al perdonar y renunciar al resentimiento se puede disolver incluso el cáncer. Esto puede parecer simplista, pero es algo que he visto y he experimentado personalmente.

***Louise Hay***

Dónde nació Santa Claus?

El tradicional gorro y traje rojos, cubriendo una voluminosa figura de larga y espesa barba blanca surca los cielos en un trineo jalado por renos, llega cada noche buena repartiendo regalos a todos. La mayoría de los habitantes del planeta en la actualidad, hemos conocido a esta persona desde la infancia. Pero, ¿de dónde salió? Resulta que por el Siglo IV llegó un misionero católico a las regiones nórdicas (Alemania, Holanda, Dinamarca) a catequizar a los bárbaros y era muy afecto a dar regalos. El padre Nicolás se convirtió en obispo y después de su muerte fue canonizado, convirtiéndose así en San Nicolás. Su nombre en holandés es Sinteer Klaas, de donde proviene el nombre actual que conocemos como Santa Claus.

Simbolismos de Navidad

Si decidimos comprar un árbol navideño es recomendable que sea escogido con mucho cuidado, ya que debemos encontrar aquel que justamente nos pertenece, es muy seguro que él nos haya elegido a nosotros.

Tiene que haber una identificación con él, ya que estamos hablando de un ser de la naturaleza que, al igual que nosotros, tiene vida y misión que cumplir. Y nosotros le ayudaremos a que la cumpla. Estamos llevando un amigo a casa.

El árbol de navidad tiene como función – en el lugar donde se encuentre – hacer de antena receptora de todas aquellas energías y emociones positivas que se generan en el mundo en estas fechas.

Por ser parte directa de la naturaleza tiene la gran capacidad de atraer hacia él todo aquello que por naturaleza le pertenezca. Aún cuando se piense que es agresiva, no es así la Naturaleza por les es absolutamente positiva.

Para que nuestro árbol sea capaz de generar y atraer estas energías es necesario darle la bienvenida a nuestro lado con nuestra familia, pues por un tiempo será parte de ella.

Al hacer esto establecemos una especia de comunicación en la cual le pediremos que sea el puente para que todo aquello que nuestras vidas necesiten, llegue.

Esto no significa que será un amuleto que nos cumplirá nuestros deseos, se convertirá en la conexión de nuestra casa – y por lo tanto de quienes la habitan -, con el universo y el amor que se genera en todo el mundo, lo cual nos debe inundar de una gran energía positiva, la cual nos ayudará a tener la fuerza para cumplir nuestros deseos.

Los adornos elegidos para el árbol simbolizan todas aquellas cosas que a nuestra vida llegarán, así que al momento de colocarlos es muy importante hacerlo con toda la familia, o al menos los más posibles.

Al ser colocados por cada uno, son parte de los deseos de bienestar y felicidad para todos, lo cual hace que nuestros deseos queden en el árbol y a través de él recorran el Universo.

Las luces en el árbol son también muy importantes, ya que representan la luz y presencia de los elementos de la Naturaleza. La variedad en colores simboliza cada uno de los cuatro elementos (tierra, agua, fuego y aire).

Los 4 elementos forman parte de todo lo que nos rodea, incluso de nosotros mismos, por esto es necesario siempre estar en pleno contacto consciente con ellos cada día, en cada una de las tareas que realizamos. Al estar presentes en nuestro árbol, estará presentes en nuestra casa y en nuestra vida.

Colocamos debajo de árbol los regalos, todos ellos son bañados con la energía que constantemente genera el árbol impregnándolos con todo el amor que recibe, poniéndoles una luz especial a cada regalo que acompañará a cada Ser Humano por siempre. Por esto es necesario poner los regalos abajo del árbol para que, aparte de significar algo material, lleven también nuestro amor y el amor del Universo y de sus habitantes.

El árbol de Navidad también actúa como purificador de nuestro hogar, de sus energías y de nosotros mismos. Depende de cómo nuestra casa necesite energías, el árbol emanará energía de su propio ser, en forma de olor, si es natural, lo cual actúa como equilibrio para nuestro cuerpo, así como para nuestra casa.

Regresar a casa

En repetidas ocasiones, y muy frecuentemente, sin percibirlo continuamos dando vueltas al mismo círculo en la vida que llevamos. ¿Lo has notado? Y a la vez, parece estar estancado.

La verdad, es que, ni una ni otra, la vida es creada de instante a instante, nueva, fresca y renovada, pero tú no la miras y vives así, porque continúas echando un vistazo al pasado para arreglar el futuro, sin experimentar el presente. Igualmente volteas atrás y luego adelante, y tus ojos dan una ojeada a lo mismo.



Se dicen tantas cosas sobre los eventos futuros, sobre los planes en las políticas hasta el 2020, se habla de profecías… y del juicio final…

La única verdad de esto, es que tu vivirás lo que creas que pasara, si en tu mente hay desastre, eso veras, si en tu mente hay un sueño tranquilo, así será. Casi 30 veces al mes puedes escuchar en distintos lados, esto que acabo de decir, sin que muchas veces realmente reacciones.

Llegar al día de hoy y poderte hablar de responsabilidad de actos y coherencia, es un gran paso, despierta, porque es ahora.



De ahí pasamos a “mis pensamientos crean mi realidad”

Poco a poco se ve la disposición a crear y vivir un verdadero despertar.

De aquella conciencia sumisa y que valora el dolor y el sufrimiento, paulatinamente has pasado a aceptar que Dios no tiene mucho que ver en que tu pienses y sigas pensando en el pasado y en los miedos de “…no me vaya a pasar…”



Y me alegra que caminemos en este sendero ya con otra conciencia, porque ahora es el momento de REGRESAR A CASA

Porque regresar a casa es el mayor anhelo del ser humano, aunque… ¡¡¡ssshhh!!! ¡¡¡¡No se lo digas!!!!

La urgencia de sanar las emociones que se transforman en divorcios, enfermedad y depresión, es porque necesitamos regresar a casa.



Regresar a casa es como aquel abrazo de papa-mama o tutor, en el cual sentiste ese calor, la ternura, el maravilloso de sentir de protección.

¿Qué tal sentir de nuevo eso y con mas intensidad?



Regresar a casa no es que vengan los marcianos y te lleven en la nave, ni es que te mueras.

Pero, te sientes solo porque tú has alejado a la gente, cada vez que observas en ella una diferencia, no podrás sino creer y saber que alguien mas llegara y te rechazara igual que tu te has comportado, y aunque no te hayas hecho consciente de ello, esto es así.

Criticas, juzgas y condenas, seleccionas y racionalizas, eso mismo recibes… por eso te sientes solo.

Y no pienses que no tiene que ver una cosa con otra, en el fondo, son la misma cara de la moneda.



Sentirte solo no es que hablemos de soledad de compañía, sentirte solo implica sentir miedo, soledad, angustia, enfermedad, ansiedad, depresión, ira, celos…



En última instancia, sentirte solo es no estar y ser feliz, y depender de algo (lo que sea) para satisfacer en parte esa soledad.



No se hable mas de la soledad, mejor hablemos de cómo regresar a casa.



Regresar a casa, retomo, no es irte a ningún lado, regresar a casa es sentirte dentro de ti, pleno y abundante, feliz y agradecido, amado y bendecido, compartir con las personas y no depender o perder tu identidad. Regresar a casa es saberte uno con quien te rodea, no importando los cuerpos e ideales, regresar a casa es ir al supermercado y ver en cada una de las personas que a ti mismo como tu algún día tu estuviste, o estarás, y ello te lleva a respetar.

Es ver a los demás, de-más adentro igual

Sin distinción



No te estoy diciendo que seas una persona que perderá su identidad cuando veas a todos iguales, te estoy diciendo que conocerás tu verdadera identidad cuando veas a todos iguales, no con los ojos del cuerpo, sino con tu interior, y entonces cuando tu interior vea la similitud, tu boca callara, porque es un insulto dar mas valor a lo de afuera, (lo que sea, desde defectos y virtudes, hasta cualquier objeto de critica que tu haces) y cuando dejes de darle valor al paquete, entonces valoraras el interior, y se unirán todos para regresar a casa, no necesita abandonar todo y seguir a sus hermanos, ahí donde estas, no mañana ni después, ahora, reconócete y reconoce que tu, yo, y todos los seres de este planeta, somos Uno y el Mismo, y son libres de vivir.



Sea pues este tu Regreso a Casa, el feliz advenimiento, el ultimo juicio, que tan solo ha de ser que dejes de juzgar, y así dejaras de sentirte culpable, y cuando la culpa sale de tu corazón el miedo se esfuma como la sombra a la luz, y felices nos acogemos a nosotros mismos, en el feliz reconocimiento que no hay que hacer nada, mas que, ser felices.



Regresar a casa, es sentirte seguro, incluso en medio de una ciudad perdida, porque la seguridad esta en tu mente, y esta en tu mente porque a través de la fe has llevado a tu interior el sentir de no estar abandonado y saberte Divinamente Humano.



Saber que si dejo de hacer juicios sobre mis hermanos doy un paso adelante, es maravilloso saber que si observo a las personas y antes de abrir la boca, concientízalo que ellos tienen su proceso y su experiencia de vida es personal y libre, y que por tanto deberé llenarme de comprensión, aun sin entender, de compasión sin sentir lastima.



Y ahora que has regresado, cuéntame hermano, las hazañas que hiciste, los amores perdidos, las victorias ganadas, solo cuéntame, no le califiquemos, ya estas aquí, eso, eso es lo importante.



La intención de amar.



Con un deseo: liberarte



Con una palabra: perdóname



Con una acción; dejar ir



Y todo esto, tú ya lo sabes.



Bienvenidos a Casa



Perla Dejesus

Mensaje de amor

QUERIDAS MÍAS... pensando en todas "nosotras" y en esta cosa "heredada" de los mensajes findeañeros, recordé que no hay fines ni principios... hay círculos que no dejan de estar naciendo todo el tiempo.

Y entonces busqué a mis piedras, para ver si ellas tenían algo para decirnos a TODAS (las que alguna vez las tuvieron entre sus manos y las que no... no importa) y estas poderosas palabras vestidas de un alma absolutamente femenina, salieron para recordarnos que estamos en el camino... que "están atentos y cuidándonos", porque somos "Divinas", en el mejor sentido de la palabra...

BUEN CONTINUIDAD DE CAMINO!!



TRIANA

Hace pocas noches, las estrellas me dijeron esto:

“cuál es tu centro?... tu semilla, tu esencia… ya lo has advertido?

Es tiempo de que tus días se serenen todo lo necesario como para que repares en ti misma, en tu cielo, en tus amaneceres y despertares, en cada pequeño detalle que creas que te pertenece.

Cuando ya lo hayas hecho, vuelve a mirarte: eso que crees tan diferente e importante es sólo la tierra donde has sembrado… "la siembra"; y el calor que veló por tu semilla, eso, es lo Divino.

Así que respira profundo, nada malo habita en ti, lo que te ha creado sigue ahí esperándote, cuando llegues, respira profundo y duérmete en tu propio abrazo, será la mejor manera de saber que has llegado a tu fuente, a tu propia esencia, a lo que serás por siempre: Dios."


María Fernanda Gutiérrez

Conciencia y cuerpo

Las relaciones entre el cuerpo y la conciencia, han sido confundidas durante mucho tiempo con dos visiones: una fisiológica –objetiva y otra psicológica – subjetiva.

La primera, a su vez, se conecta con la autoridad de la ciencia, mientras la segunda, se beneficia con la intuición.

Este paralelismo constituye una verdadera doctrina, o mejor dicho un postulado.

Sin embargo, se han desarrollado otras diversas doctrinas que procuran explicar en que consiste ese paralelismo:

Epifenomenismo: admite el paralelismo pero niega toda eficacia propia a la serie subjetiva.
Espiritualismo dualista: teoría del cerebro – instrumento, admite la realidad de lo subjetivo y objetivo, negando el paralelismo, y convirtiendo al cuerpo en el órgano del espíritu.
Monismo neutro: niega la existencia real del sujeto y el objeto, realizando una construcción abstracta, a partir de la sensación como realidad neutra. (Berkeley: el objeto es un agregado de sensaciones y la materia una abstracción).
Idealismo crítico: distingue un contenido de pensamiento y un sujeto en cada conocimiento.
Inversa del epifenomenismo: solamente son reales las “subjetividades”, que pueden ser
análogas o diferentes a las nuestras.

Paralelismo: es indudable que existe una correspondencia general entre la conciencia y el comportamiento, entre la emoción y su expresión, entre las experiencias subjetivas y las objetivas, en las cuales se observan estados de tensión.

Dice Bergson: “ el cuerpo representa el espíritu, ejecuta una pantomima sobre los temas del espíritu”.

El cuerpo y el alma, hasta en el fenómeno mas pequeño, forman una unidad indisoluble. Nuestro campo de conciencia es parte de la realidad.

Cuando un observador exterior trata de representarse nuestro cerebro, sabe que allí hay sensaciones, imágenes, jaquecas, etc., porque esto es análogo a lo que le pasa a él, y establece un paralelismo entre la conciencia y el cerebro.

Mientras tanto, nosotros observamos al que nos observa, y suponemos que mas allá de su apariencia objetiva existe una subjetividad.

El problema de las relaciones entre lo subjetivo consciente y el sistema nervioso, el cuerpo y el alma, es un caso particular, porque en él tenemos a la vez el ser y el conocimiento del ser.

En la ciencia, la marcha hacia la objetividad se hace sobre un plano homogéneo.

El sistema observador es tan físico como el sistema observado.

Una mesa, vista desde un lugar, presenta una apariencia diferente a la vista desde otro lugar. Este es el lenguaje del sentido común, que supone que hay una mesa real, de la cual vemos diversas apariencias.

Lo que conocemos implica una correlación entre sensaciones corporales y musculares, acompañadas de cambios en las sensaciones visuales.

Tras las diferentes sensaciones de aquellos que están mirando la mesa, podemos considerar que todas esas sensaciones son la mesa.

En lugar de hacer de la materia un conjunto de datos espirituales, algunos investigadores ven en las sensaciones, sólo partes del mundo. Según el modo en que se agrupen esas sensaciones, tendremos algo que es un objeto o algo que representa el espíritu.

COMO EL CEREBRO CONSTRUYE LA IMAGEN DEL CUERPO:

La representación del yo físico encuentra su origen y estructura en los múltiples datos sensoriales y sensitivos recogidos por receptores específicos y por aquellos que nos permiten apreciar nuestro desplazamiento en el espacio, así como la tensión de los músculos y la piel.

Estas sensaciones se agrupan y fusionan, asociándose a otras representaciones, sobre todo las visuales.

Conocemos nuestro cuerpo porque muchas de sus partes son visibles para nosotros, y además a partir de ver el cuerpo de los otros, podemos imaginarnos como deben ser las nuestras aunque no las veamos.

Así, la pintura de nuestro cuerpo, se construye con informaciones de origen ínteroceptivo, exteroceptivo y propioceptivo, además de los visuales, que son los que tienen mayor preponderancia en el mantenimiento de la imagen corporal.

El desplazamiento artificial de alguna parte del cuerpo, no es seguido por la sensación que llega de esa parte.

Aristóteles propuso esta experiencia: se desplazan artificialmente el dedo índice y mayor de dos manos, de modo que el índice cruza al medio, pero la sensación será que el índice se sentirá como prolongación del medio y el medio como prolongación del índice.

Un sujeto que conservaba todas las funciones sensitivas, sensoriales y motoras, era incapaz de ejecutar una acción dirigida a su propio cuerpo, pero si se colocaba frente a un espejo, el acto era posible. El estudio histológico del cerebro demostró una lesión en las vías nerviosas que unen la esfera visual con la sensitiva motora.

El esquema corporal obedece a la ley de localización cronógena de von Monakow, que se precisa e individualiza con el correr del tiempo, mediante aportes de la sensibilidad cutánea y profunda

La imagen corporal puede emanciparse en ciertos estados patológicos , dando la alucinación autoscópica o especular. La alucinación es negativa, o sea que la imagen se desvanece en el espejo.

En sujetos amputados con estado mental equilibrado, es frecuente la percepción de la imagen de modo independiente del soporte corporal.

Descartes había descripto este fenómeno: “percibimos algunas veces el dolor, como si procediese de alguno de nuestros miembros, y sin embargo la causa no está en el lugar afectado sino en una zona próxima al cerebro, donde están los nervios . El dolor no es percibido en la mano sino por el espíritu que se halla en el cerebro.”

Las sensaciones del miembro afectado son muy precisas y claras, a tal punto que el sujeto a quien se pide que tome un objeto con la mano fantasma, se detiene pronto por el dolor que la presión del objeto virtual produce en el miembro también virtual.

El miembro fantasma es una creación psicofisiológica que se conserva siempre, a pesar del traumatismo o la resección quirúrgica. La mutilación del cuerpo no afecta el sustrato cerebral en que asienta la imagen.

Cada uno de nosotros posee en su conciencia una imagen compleja de su cuerpo físico, que nos permite ejecutar acciones coordinadas y eficaces, mantener nuestra personalidad y equilibrio psicofísico, nuestra individualidad.



Susana Berman.

Quedar limpio

Recuerda no malinterpretarme. He dicho, “Expresa tus emociones negativas;” no he dicho, “Públicamente”. Así es cómo las cosas se distorsionan.


Ahora bien, si te estás sintiendo enojado con alguien y empiezas a expresar tu enojo, la otra persona no va a ser un Buda Gautama y a sentarse silenciosamente. Él no es una estatua de mármol; también hará algo. Tú expresarás el enojo, él expresará el enojo.


Esto creará más cólera en ti, y la cólera o la violencia crea, en la otra parte, lo mismo, y con venganza. Y entonces te sentirás con ganas de entrar más en ello, porque te han dicho que expreses.



Sí, yo te he dicho que expreses, pero no quiero decir públicamente.


Si te estás sintiendo enojado, ve a tu cuarto, cierra el cuarto, golpea la almohada, párate ante un espejo, grítale a tu propia imagen, di cosas que nunca has dicho a nadie y que siempre quisiste decir. Pero tiene que ser un fenómeno privado, de lo contrario no tiene fin. Las cosas siguen moviéndose en círculo, y nosotros deseamos terminarlas.


Entonces, cuando sientas cualquier emoción negativa frente a otro, esa otra persona no es lo que importa. Lo que importa es que tú tienes cierta energía de cólera. Ahora, esa energía tiene que ser esparcida en el universo. No tienes que reprimirla dentro de ti.


Así que siempre que yo diga, “expresa,” quiero decir siempre en privado, en soledad. Es una meditación, no es una lucha. Si te estás sintiendo triste, siéntate en tu cuarto y siéntete tan triste como puedas; no puede hacer daño. Permanece realmente triste y observa cuánto tiempo permanece. Nada permanece por siempre; pronto se irá. Si tienes ganas de llorar, llora, pero en privado.


Estas cosas no tienen nada que ver con los otros. Es tu problema por completo; ¿para qué hacerlo público? Y de esa manera, no va a servir de ayuda sino al contrario, será aumentado. Así que diariamente, antes de ir a dormir, durante una hora por la noche, siéntate en tu cama y haz todas las locuras que quieras hacer, que la gente hace cuando está enojada, violenta, destructiva. Y no quiere decir que tienes que ser destructivo con cosas muy valiosas; basta con rasgar papeles en pedacitos pequeños y lanzarlos por todas partes; y tú sabes lo que ha pasado. Y eso bastará.



Destruye cualquier cosa, puede ser algo sin valor, pero todo tiene que ser hecho en privado, para que cuando salgas de ello, te encuentres fresco.


Si deseas hacer algo en público, haz lo que te decía sobre aquellos primitivos. Puedes ir con la persona con quien estabas enojado y decirle, “He estado, en privado, enojado contigo. Te grité, abusé de ti, te dije cosas feas; perdóname por favor. Pero todo esto fue hecho en privado, porque era mi problema; no tiene nada que ver contigo. Pero en cierta manera estaba dirigido a ti, y tú no estás enterado; por lo tanto es necesaria una disculpa”.


Esto tiene que ser hecho en público. Eso ayudará a la gente a apoyarse mutuamente. Y esa persona no estará enojada; dirá, “No hay necesidad de una disculpa. Tú no me has hecho nada. Y si te estás sintiendo limpio, fue un buen ejercicio.”


Pero en público no traigas tu negatividad, tu fealdad; de lo contrario, estás creando problemas mayores al intentar solucionar problemas pequeños. Ten realmente mucho cuidado. Todo lo negativo tiene que ser en privado, en soledad. Y si deseas hacer alguna declaración pública al respecto — porque puede haber estado en tu mente alguien hacia quien tú sentías odio, a quien mataste mientras rasgabas el papel — ve con él y pídele perdón humildemente.


Y aquí es donde puedes ver mis diferencias con las supuestas terapias occidentales. No tienen… su alivio es temporal.



Pero de una vez por todas entiende que todo problema es tuyo, así que tiene que ser resuelto en privado.


No laves tu ropa sucia en lugares públicos. No hay necesidad. ¿Por qué involucrar innecesariamente a otras personas? ¿Por qué crear innecesariamente una imagen fea de ti?


Recuerdo una historia muy extraña. Había una gran conferencia, una conferencia mundial de psicólogos, psicoanalistas, terapeutas y todas las demás escuelas que tratan la mente del hombre. Un gran psicoanalista estaba leyendo una ponencia, pero no podía leerla porque su atención era distraída continuamente por una joven psicoanalista que estaba sentada en la fila delantera y un tipo viejo y feo que jugaba continuamente con sus pechos. Y ella no se incomodaba en absoluto.

Él no podía leer su papel. Intentó ocultar a esa mujer y a ese viejo detrás del papel, pero olvidaba qué línea estaba leyendo y se desordenó tanto que finalmente dijo, “Es imposible”.

La conferencia no podía entender qué era lo imposible y por qué se estaba comportando de esa manera. Él nunca había estado… Era un pensador muy sistemático, y ese día estaba hablando tonterías. Leyó la mitad de una oración y después otra que no tenía ninguna conexión con ella, y luego otra página, y entonces dice, “Todo está desordenado y no puedo…”.

Y él no miraba a la mujer que estaba sentada justo en frente. Alguien se puso de pie y dijo: “¿Qué sucede? ¿Por qué te haces el tonto?”.

Él dijo: “No estoy haciéndome el tonto. Esta señorita no está haciendo nada, y ese tipo viejo y feo está jugando con sus pechos”.
La joven dijo: “Pero ése no es tu problema. Tú deberías leer tu papel. Incluso yo no lo estoy tomando como mi problema. Es su problema, así que ¿por qué debería preocuparme?”.
“Él tiene su sexualidad reprimida; quizá no pudo tener los pechos de su madre durante el tiempo suficiente. Y todavía está, a esta edad… debe tener ochenta años. Y no me está haciendo ningún daño. Y no es mi problema, así que ¿por qué debería detenerlo? Y no es tu problema; ¿por qué deberías incomodarte? Es simplemente su problema. Él debería ser psicoanalizado, y él mismo es un gran psicoanalista. De hecho, es mi profesor”.
Pero lo que la mujer dijo, “Lo qué él está haciendo no es mi problema”, necesita una personalidad muy integrada, una visión clara de que aunque él está haciendo algo con ella, el problema es de él.
Ella continuó: “¿Por qué debería incomodarme? El pobre tipo está sufriendo al parecer desde su misma niñez, y nunca ha encontrado alguna oportunidad… y ahora está con un pie en el sepulcro. Si puedo darle una cierta satisfacción, no hace daño. No me hace ningún daño en absoluto, pero me extraña por qué tú no podías leer el papel. Pareces estar parado detrás de este viejo. Tú también tienes el mismo problema”.


Y era un hecho. Ese hombre también tenía el mismo problema; de lo contrario, no había nada de qué preocuparse. Él debería haber leído su papel y dejar al viejo hacer lo que estaba haciendo, y si la joven no lo estaba deteniendo, ni siquiera le estaba advirtiendo, no era asunto suyo.



Si la gente puede limitarse a sus propios problemas y no los va difundiendo a su alrededor... porque entonces se magnifican.


Ahora, lo que este viejo necesita es simplemente una botella de leche de bebé, entonces en su soledad en la noche él puede mamar la leche tibia de la botella y disfrutar. Y en la oscuridad, si es un pezón o sólo una tetina de goma, no hay diferencia. Todo lo que él necesita es una botella de leche de bebé cada noche para que pueda morir tranquilamente sin ningún problema. Pero él lo está arrojando sobre una pobre mujer que no tiene nada que ver con ello.


Y no sólo eso: alguien más que está absolutamente fuera de todo es perturbado, porque él también tiene el mismo problema.


Simplemente guarda para ti tus problemas privados. Ninguna terapia de grupo es de mucha ayuda, porque lo que tú haces en el grupo no puedes hacerlo en sociedad. Y el grupo no puede convertirse en tu vida entera; fuera del grupo estarás otra vez en el mismo problema.


Lo que te estoy dando es un método simple que puedes llevar a cabo tú mismo muy fácilmente. Limpia tu inconsciente y entra en el mundo exterior con las otras personas, con un rostro más suave, con ojos más limpios, con actos más humanos.

Osho

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