Importancia de la música como expresión de emociones
En la base de todas las teorías que tratan de buscar los fundamentos de la acción terapéutica de la música se halla un denominador común: la emoción. Según algunos, es la capacidad de la música para provocar emociones y sentimientos, ya que éstos influyen sobre la parte somática; otros, en cambio, consideran que es la parte somática la primera en ser influída por la música, y se transforma luego en emoción y sentimiento. La crisis actual de valores que sufre nuestra sociedad ha comportado que esté también en crisis el sentimiento como valor fundamental del hombre.
Bergson escribió: "Los poderosos sentimientos que pueden afectar a nuestra alma, en momentos especiales, son fuerzas tan reales como aquellas que interesan a los físicos; el hombre no las ha creado, al igual que no ha creado el calor y la luz" (1). Igual ocurre con el pensamiento, que por ser algo inmaterial es tenido como "no real". Sin embargo, su fuerza es efectiva y por tanto real. "Un doctor expone la cuestión acerca de si el pensamiento no sebe ser mirado como una forma de energía comparable a otras; sería el contribuyente básico de la estructura del universo, no tenido en cuenta por los físicos y sin embargo mucho más importante que la luz (2). En el caso concreto de la música, "estas fuerzas son activas en tonos y sistemas tonales, lo cual hace posible que exista música. El hombre no ha creado estas fuerzas; las ha descubierto" (3).
Pero volviendo al sentimiento, es cierto que desde sus orígenes, el sentimiento es algo esencial para el hombre. "Nada grande o hermoso se ha conseguido jamás sin el calor del sentimiento" (4), empezando por la propia existencia del hombre. Efectivamente, el niño se engendra normalmente por amor y sólo vive gracias a él; podrá vivir mal nutrido, pero morirá sin el calor del amor. El sentimiento no sólo es esencial para la existencia del ser humano, sino también para su trascendencia, en su relación con la divinidad si es creyente.
Gurtney reconoce este poder en la música, al decir: "... la característica fundamental de la música, el alfa y el omega de su defecto esencial es, digamos, su perpetua producción en nosotros de una exitación emocional de una gran intensidad..." (5).
Hanslick apunta una nueva razón para explicar porqué una música puede resultar terapéutica: "La música opera en nuestra facultad emocional con mayor intensidad y rapidez que cualquiera de las otras artes. Unas pocas cuerdas pueden llegar a una parte de nuestra mente a la que un poema sólo puede llegar tras larga exposición o una pintura tras prolongada contemplación... La acción del sonido es algo no slo más inmediato, sino también más poderoso y directo. Las otras artes nos persuaden, pero la música nos toma por sorpresa. Estas características influencias sobre nuestros sentimientos se notan con mayor viveza cuando estamos en estados de exaltación o depresión fuera de lo normal" (6).
De todo ello se justifica la eficacia de la música con los enfermos mentales o con personas normales en momentos o estados de crisis.
CITAS BIBLIOGRÁFICAS
(1) BERGSON. On the pragmatism of William James (The Creative Mind). Cap. VIII.
(2) CARREL, A. Man the unknown.
(3) ZUKERKAND, V. Sound and Symbol. Princeton University Press, 1969, p. 275.
(4) HANSLICK, E. The beatiful in Music. New York. Bobbs-Merrill, 1957. (1.ª ed. 1858), p. 73.
(5) GURTNEY, E. "The power of sound". Londres, 1810, en Terence MAC LAUGLIN. Music and Communication. Londres. Faber, 1970, p. 102.
(6) HANSLICK, E.
Extraído de: Programa de Formación para Mediadores en Musicoterapia y Discapacidad.
Musicoterapia 2002. Libro de ponencias.
Bergson escribió: "Los poderosos sentimientos que pueden afectar a nuestra alma, en momentos especiales, son fuerzas tan reales como aquellas que interesan a los físicos; el hombre no las ha creado, al igual que no ha creado el calor y la luz" (1). Igual ocurre con el pensamiento, que por ser algo inmaterial es tenido como "no real". Sin embargo, su fuerza es efectiva y por tanto real. "Un doctor expone la cuestión acerca de si el pensamiento no sebe ser mirado como una forma de energía comparable a otras; sería el contribuyente básico de la estructura del universo, no tenido en cuenta por los físicos y sin embargo mucho más importante que la luz (2). En el caso concreto de la música, "estas fuerzas son activas en tonos y sistemas tonales, lo cual hace posible que exista música. El hombre no ha creado estas fuerzas; las ha descubierto" (3).
Pero volviendo al sentimiento, es cierto que desde sus orígenes, el sentimiento es algo esencial para el hombre. "Nada grande o hermoso se ha conseguido jamás sin el calor del sentimiento" (4), empezando por la propia existencia del hombre. Efectivamente, el niño se engendra normalmente por amor y sólo vive gracias a él; podrá vivir mal nutrido, pero morirá sin el calor del amor. El sentimiento no sólo es esencial para la existencia del ser humano, sino también para su trascendencia, en su relación con la divinidad si es creyente.
Gurtney reconoce este poder en la música, al decir: "... la característica fundamental de la música, el alfa y el omega de su defecto esencial es, digamos, su perpetua producción en nosotros de una exitación emocional de una gran intensidad..." (5).
Hanslick apunta una nueva razón para explicar porqué una música puede resultar terapéutica: "La música opera en nuestra facultad emocional con mayor intensidad y rapidez que cualquiera de las otras artes. Unas pocas cuerdas pueden llegar a una parte de nuestra mente a la que un poema sólo puede llegar tras larga exposición o una pintura tras prolongada contemplación... La acción del sonido es algo no slo más inmediato, sino también más poderoso y directo. Las otras artes nos persuaden, pero la música nos toma por sorpresa. Estas características influencias sobre nuestros sentimientos se notan con mayor viveza cuando estamos en estados de exaltación o depresión fuera de lo normal" (6).
De todo ello se justifica la eficacia de la música con los enfermos mentales o con personas normales en momentos o estados de crisis.
CITAS BIBLIOGRÁFICAS
(1) BERGSON. On the pragmatism of William James (The Creative Mind). Cap. VIII.
(2) CARREL, A. Man the unknown.
(3) ZUKERKAND, V. Sound and Symbol. Princeton University Press, 1969, p. 275.
(4) HANSLICK, E. The beatiful in Music. New York. Bobbs-Merrill, 1957. (1.ª ed. 1858), p. 73.
(5) GURTNEY, E. "The power of sound". Londres, 1810, en Terence MAC LAUGLIN. Music and Communication. Londres. Faber, 1970, p. 102.
(6) HANSLICK, E.
Extraído de: Programa de Formación para Mediadores en Musicoterapia y Discapacidad.
Musicoterapia 2002. Libro de ponencias.
Posted at 10:33 a.m. | Etiquetas: Musicoterapia |
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