Fomentar comportamientos adecuados
Aquellas personas que desean ayudar espiritualmente a las personas mayores deben conocer estos puntos que siguen, pues son las cuestiones clave para intervenir sobre su salud. También es necesario que reflexionen cómo plantear el cambio o la introducción de nuevos hábitos relacionados con la salud y cuál es el nivel en el que se puede realizar la intervención (personal o social).
Con respecto a cómo plantear el cambio o la introducción de nuevos hábitos, debemos intervenir en los siguientes aspectos:
a) Fomentar una conciencia y una motivación en la persona para que conozca y obre apropiadamente en todos los aspectos de su vida.
b) Iniciar el entrenamiento para el aprendizaje del hábito.
c) Promover una red de apoyo para que mantenga el nuevo aprendizaje o modificar el ambiente para reducir el esfuerzo necesario para llevarlo a cabo.
d) Prevenir el abandono o las recaídas durante la fase de adopción del hábito.
e) Mantener a largo plazo la práctica deseada.
En primer lugar, lo más importante es intentar que las personas tomen consciencia y se motiven hacia el cambio. Para ello es necesario formarlas espiritualmente, teniendo siempre en cuenta el punto de evolución personal en el que se encuentran y los patrones individuales de conducta que desarrollan.
Es preciso recordar -y utilizarlo favorablemente para la intervención- que cada persona desarrolla un patrón estable de conducta y que los hábitos no saludables están fuertemente asociados a otras conductas y aspectos de la vida. Tampoco hay que olvidar que, frecuentemente, muchas de las conductas de salud no son motivadas por la propia salud, sino por otros beneficios secundarios a ésta (por ejemplo, salir a caminar no por realizar ejercicio, sino por ver a los vecinos o contemplar actividad). Es frecuente que las personas mayores utilicen los servicios de salud para otros fines como reducir la soledad, mantener el contacto con iguales o como vía para la descarga emocional. En este sentido, es deseable reflexionar sobre los motivos que llevan a estas personas a realizar prácticas de salud para intervenir en ellas de una manera más adecuada.
Gracias Mechi
Con respecto a cómo plantear el cambio o la introducción de nuevos hábitos, debemos intervenir en los siguientes aspectos:
a) Fomentar una conciencia y una motivación en la persona para que conozca y obre apropiadamente en todos los aspectos de su vida.
b) Iniciar el entrenamiento para el aprendizaje del hábito.
c) Promover una red de apoyo para que mantenga el nuevo aprendizaje o modificar el ambiente para reducir el esfuerzo necesario para llevarlo a cabo.
d) Prevenir el abandono o las recaídas durante la fase de adopción del hábito.
e) Mantener a largo plazo la práctica deseada.
En primer lugar, lo más importante es intentar que las personas tomen consciencia y se motiven hacia el cambio. Para ello es necesario formarlas espiritualmente, teniendo siempre en cuenta el punto de evolución personal en el que se encuentran y los patrones individuales de conducta que desarrollan.
Es preciso recordar -y utilizarlo favorablemente para la intervención- que cada persona desarrolla un patrón estable de conducta y que los hábitos no saludables están fuertemente asociados a otras conductas y aspectos de la vida. Tampoco hay que olvidar que, frecuentemente, muchas de las conductas de salud no son motivadas por la propia salud, sino por otros beneficios secundarios a ésta (por ejemplo, salir a caminar no por realizar ejercicio, sino por ver a los vecinos o contemplar actividad). Es frecuente que las personas mayores utilicen los servicios de salud para otros fines como reducir la soledad, mantener el contacto con iguales o como vía para la descarga emocional. En este sentido, es deseable reflexionar sobre los motivos que llevan a estas personas a realizar prácticas de salud para intervenir en ellas de una manera más adecuada.
Gracias Mechi
Posted at 4:45 a.m. | Etiquetas: Psicologia |
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