Pitágoras
Este gran sabio, viajero incansable en la búsqueda de las fuentes más puras del conocimiento superior viajó en su día a la India siguiendo la llamada interna de su corazón y las visiones y sueños que los grandes Mahatmas de Shambhalla se encargaron de transmitir telepáticamente. Solo de esta manera se puede acceder el mundo superior. Sólo cuando la información acude por la vida personal del contacto telepático de corazón a corazón y de mente a mente se puede acceder a fórmulas y conocimientos superiores, a la vez que el ignorante se maravilla o atribuye a la casualidad el que unos lleguen o sepan y otros no.
Decíamos que Pitágoras fue llamado en su día por el Rey del Mundo a sus mansiones y viajó a la India como así lo citan sus cronistas. De este viaje aprendió todos el misterio de los números de la música y de la armonía de las esferas, incluso copió sin querer el modelo social de cómo se vive en Shambhalla para reproducirlo en Crotona con sus pitagóricos. Es decir que fue otro de los primeros que al igual que Akhenatón o Juliano intentaron establecer la forma o modelo social puro de adoración a un solo principio quitando a la casta sacerdotal el poder de manipular las conciencias humanas. Evidentemente como a los otros anteriores le costó la vida, pero su conocimiento y sabiduría se perpetuó entre los Iniciados que se encargaron de expandir el conocimiento a otros tanto focos de luz.
Este maravilloso ser fue uno de los primeros que entendió el verdadero mensaje de adoración a la virtud y de reconocimiento superior de las fuerzas que mueven todas las esferas del universo; fue en definitiva como Iniciado un ser que no estableció culto alguno ni idolatría y tuvo la habilidad de no ser adorado por sus seguidores. Enseñó a los hombres a amar la inteligencia pura y no la inteligencia encarnada en unos y otros. Y se llamó asimismo filósofo, puesto que su humildad y su respecto a la iniciación que hiciera de los distintos grados así se lo exigían. Uno de los pocos que tiene toda nuestra admiración en la medida que no se deificó ni permitió que se realizara ningún culto de su enseñanza.
Shambhalla al igual que Egipto posteriormente, y otros tantos centros del culto, superior fueron visitas obligadas para este maestro que encarnó hacia fuera cuando había vivido dentro. Sólo cuando se vive en la casa interior del mundo se sabe retornar; sólo el viajero retorna a su origen; por ello este inmortal de la sabiduría volvió con otro cuerpo a donde antes estuvo y le fue fácil recordar la senda. Pero como esta dicho en el libro sagrado Sólo al que tuviera de antes se le dará, pero al que no tuviera de antes, no podra tener nada ahora . Así pues Shambhalla acogió a Pitágoras y éste prometió intentar crear el modelo sinárquico en Crotona y esto aunque le costó la vida no cayó en el olvido de los que seguimos su ejemplo.
Quiero terminar este tema de Pitágoras copiando a continuación uno de los últimos artículos de nuestra revista, escrito por Manly P. Hall, para que sepáis un poco más de su historia y milagros
Mientras Mnesarchus, el padre de Pitágoras, estaba en la ciudad de Delfos con asuntos relacionados con sus negocios como mercader, él y su mujer, Parthenis, decidieron consultar el Oráculo de Delfos para saber si Las Parcas eran favorables sobre su viaje de regreso a siria. Cuando la Pitonisa (profetisa de Apolo) se sentó en el trípode dorado sobre la abertura del oráculo, no respondió la pregunta que ellos habían hecho, sino que dijo a Menesarchus que su mujer estaba esperando un niño y que daría a luz un hijo que estaba destinado a sobrepasar a todos los hombres en belleza y sabiduría, y quien a lo largo de su vida contribuiría mucho al beneficio de la humanidad. Menesarchus estaba tan profundamente impresionado por la profecía que cambió el nombre de su mujer al de Pitasis, en honor a la sacerdotisa Pitian.
Cuando el niño nació en Sidón en Fenicia, fue un niño tal como había dicho el oráculo. Menesarchus y Pitasis llamaron al niño Pitágoras, ya que ellos creían que había sido predestinado por el oráculo.
Muchas extrañas leyendas se han contado sobre el nacimiento de Pitágoras. Algunos mantenían que él no era un hombre mortal, que era uno de los dioses que había cogido un cuerpo humano para poder venir al mundo e instruir a la raza humana. Pitágoras era uno de los sabios de la antigüedad a los que se le atribuía una concepción inmaculada.
En su Anacalypsis , Godfrey Higgins escribe. La primera circunstancia chocante en la que la historia de Pitágoras coincide con la de Jesús, es que ambos eran nativos casi del mismo país, el primero nació en Sidón, el segundo en Belén, ambos en Siria. El padre de Pitágoras, así como el padre de Jesús fueron proféticamente informados que su mujer daría a luz un hijo que sería un benefactor de la humanidad. Ambos nacieron cuando sus madres estaban lejos de casa, José y su mujer habiendo ido a Belén a pagar los impuestos, y el padre de Pitágoras habiendo dejado Samos, su residencia habitual, a Sidón por asuntos mercantiles. Pitasis, la madre de Pitágoras, tenía una conexión con el espectro Apolíneo, o espíritu del dios Apolo (por supuesto este debe haber sido un espíritu santo, y aquí tenemos el Espíritu Santo) quien más tarde se apareció a su marido, y le dijo que no debía tener contacto con su mujer durante la gestación, una historia evidentemente similar a la de José y María. De estas circunstancias particulares, Pitágoras fue conocido por el mismo título de Jesús, el hijo de Dios, y se suponía por la multitud que estaba la influencia de la inspiración divina .
Este famoso filósofo nació en algún momento entre 600 y 590 antes de Cristo, y se estima que vivió casi cien años.
Las enseñanzas de Pitágoras indican que él era totalmente convergente con los preceptos del esoterismo de Oriente y Occidente. Viajó entre los judíos y fue instruido por los rabinos sobre las tradiciones secretas de Moisés, el donador de la Ley de Israel. Más tarde la Escuela de los Esenios se dedicaba mayormente a la interpretación de los símbolos pitagóricos. Pitágoras fue iniciado en los misterios egipcios, babilónicos y caldeos. Aunque algunos creen que fue discípulo de Zoroastro, es dudoso que el instructor con ese nombre fuera el hombre-Dios reverenciado por los persas. Aunque los relatos de sus viajes difieren, los historiadores están de acuerdo que visitó muchos países y estudió a los pies de muchos maestros.
Después de haber adquirido todo lo que era posible aprender de los filósofos griegos, y presumiblemente convertirse en un Iniciado en los Misterios Eleusinianos, fue a Egipto, después de muchos rechazos, finalmente consiguió ser Iniciado en los Misterios de Isis, de la mano de los sacerdotes de Tebas. Entonces este intrépido estudioso se dirigió a Fenicia y Siria donde se le confirieron los Misterios de Adonis, y cruzando el valle del Eufrates se demoró lo suficiente como para volverse versado en ciencia caldea, quienes siguen habitando en la vecindad de Babilonia. Finalmente hizo su mayor y más histórica aventura a través de Media y Persia en el Hindustán donde permaneció varios años como alumno e Iniciado de los cultos bramanes de Elefanta y Elora (Ver Antigua Libremasonería por Frank C. Higgins, 32º). El mismo autor añade que el nombre de Pitágoras todavía se conserva en los registros de los bramanes como Yavancharya, el Maestro Jonio.
Se dice que Pitágoras es el primer hombre que se llamó a sí mismo un filósofo, de hecho, el mundo le debe a él la palabra filósofo. Antes, los hombres de conocimiento se llamaban a sí mismos sabios, que quiere decir aquellos que saben. Pitágoras fue más modesto. El acuñó la palabra filósofo, que él definió como aquél que está intentando descubrir.
Después de volver de sus vagabundeos, Pitágoras estableció una escuela, a veces se le ha llamado una universidad, en Crotona, una colonia doria en el sur de Italia. A su llegada a Crotona se le contempló con recelo, pero después de poco tiempo aquellos que tenían posiciones importantes buscaban su consejo en los asuntos importantes. Reunió a su alrededor un pequeño grupo de sinceros alumnos a quienes instruyó en el conocimiento secreto que a él había sido revelado, y también en los fundamentos de la matemática, música y astronomía ocultas, que él consideraba la base de todas las ciencias y artes.
Cuando él tenía alrededor de los sesenta años se casó con una de sus discípulos y de esta unión resultaron siete niños. Su mujer era notablemente capaz, quien no sólo le inspiró en los años de su vida sino que después de su asesinato continuó promulgando sus doctrinas.
Como ocurre a menudo con los genios, Pitágoras y su sinceridad se buscaron enemistades políticas y personales. Entre aquellos que vinieron a iniciarse había uno que ya que Pitágoras rechazó admitirle, se determinó a destruir ambos al hombre y a su filosofía. Por medio de la calumnia hizo que la gente común se volviera contra él. Sin aviso, una banda de asesinos descendió sobre el pequeño grupo de edificios donde el gran maestro y sus discípulos moraban, quemaron las casas y mataron a Pitágoras.
Los relatos sobre la muerte del filósofo no coinciden. Algunos dicen que fue muerto con sus discípulos, otros que escapando a Crotona, con un pequeño grupo de seguidores, fue atrapado y quemado vivo en una pequeña casa donde el grupo había decidido descansar durante la noche. Otro relato dice que estando atrapados en una casa ardiendo, los discípulos se lanzaron a las llamas haciendo con sus propios cuerpos un cuerpo por el que Pitágoras escapó sólo para morir un poco después con un corazón roto como resultado de su tristeza ante la aparente inutilidad de sus esfuerzos para servir e iluminar a la humanidad.
Los discípulos supervivientes intentaron perpetuar sus doctrinas, pero fueron perseguidos y muy poco permanece hoy como testimonio de la grandeza de este filósofo. Se dice que los discípulos de Pitágoras nunca se dirigían a él o le mencionaban por su nombre, sino siembre como El Maestro ó Ese Hombre . Esto puede haber sido por el hecho que el nombre de Pitágoras se creía que consistía en un cierto número de letras especialmente colocadas con gran significado sagrado. En la revista Word se ha impreso un artículo de T.R. Prater, mostrando que Pitágoras iniciaba a sus candidatos por medio de una cierta fórmula oculta en las letras de su propio nombre. Esto puede explicar por qué la palabra Pitágoras era tan altamente reverenciada.
Después de la muerte de Pitágoras su escuela se desintegró gradualmente, pero aquellos que se beneficiaron de sus enseñanzas reverenciaron la memoria del gran filósofo, como lo habían reverenciado durante su vida. Según pasaba el tiempo, se empezó a contemplar a Pitágoras más como un dios que como un hombre, sus discípulos desperdigados estaban unidos por su admiración común por el genio trascendental de su maestro. Edourd Shure en su Pitágoras y los Misterios , relata el siguiente incidente como ilustrativo del lazo de su compañerismo que unía a los miembros de la Escuela Pitagórica
Uno de ellos que había caído en enfermedad y pobreza fue amablemente recogido por el dueño de una fonda. Antes de morir él pintó unos signos extraños (el pentagrama sin duda) sobre la puerta de la fonda y dijo a su anfitrión No te preocupes, uno de mis hermanos pagará mis deudas . Un año más tarde un extraño pasaba por delante de la fonda y vio los signos en la puerte y dijo al dueño Yo soy un pitagórico y uno de mis hermanos murió aquí, dime qué debo por su cuenta .
Frank C. Higgins, 32º, da un excelente compendio de los alumnos pitagóricos en el siguiente resumen
Las enseñanzas de Pitágoras fueron de la mayor importancia para los masones, ya que eran el fruto necesario de su contacto con los mayores filósofos del mundo civilizado de su tiempo, y debe representar aquello en lo que todos coincidían, libre de las malas hierbas de la controversia. La defensa de Pitágoras del monoteísmo puro es evidencia suficiente que la unidad de Dios era el secreto supremo de todas las antiguas iniciaciones. La Escuela Filosófica de Pitágoras era, en cierta medida, una serie de iniciaciones, ya que hacía pasar a sus alumnos por una serie de grados y nunca les permitía un contacto personal con el hasta que habían alcanzado los grados más altos. Según sus biógrafos, sus grados eran tres en número. El primero Matemáticus , asegurando que sus pupilos tuvieran pericia en matemáticas y geometría, que eran entonces como serían ahora si la Masonería fuera debidamente inculcada, las bases sobre las que todo conocimiento se levantaba.
En segundo lugar, el grado Teoréticus, que trataba con las aplicaciones superficiales de las ciencias exactas, y últimamente el grado de Electus , que capacitaba al candidato a pasar a la luz de la iluminación total con capacidad de absorberla. Los alumnos de la Escuela Pitagórica estaban divididos en exotérici , o alumnos de los grados exteriores y esotérici después de que habían pasado el tercer grado de iniciación y tenían acceso a la sabiduría secreta.
Silencio, secreto y obediencia incondicional eran privilegios cardinales de esta gran orden. (Ver antigua Libremasonería).
El estudio de la geometría, música y astronomía era considerado esencial para una comprensión racional de Dios, el hombre o la naturaleza, y nadie podía acompañar a Pitágoras como discípulo que no estuviera muy familiarizado con estas ciencias. Muchos vinieron buscando admisión en esta escuela. Cada solicitante era probado en estas tres materias, y si se le encontraba ignorante, era rechazado inmediatamente.
Pitágoras no era un extremista. Enseñó moderación en todas las cosas más que exceso en algo, ya que creía que un exceso de virtud era en sí mismo un vicio. Una de sus afirmaciones favoritas era Debemos evitar con nuestro mayor esfuerzo y amputar con fuego y espada por todos los medios del cuerpo, la enfermedad; del alma, la ignorancia; del estómago, la lujuria; de la ciudad, la sedición; de la familia, la discordia; y de todas las cosas el exceso. También creía Pitágoras que no había crimen como la anarquía.
Todos los hombres saben lo que quieren, pero pocos saben lo que necesitan. Pitágoras advertía a sus discípulos que cuando rezaran no rezaran por ellos mismos, que cuando pidieran cosas a los dioses no deberían pedir para ellos, ya que ningún hombre sabe lo que es bueno para él, y por esta razón no es deseable pedir cosas que una vez obtenidas sólo prueban a ser dañinas.
El Dios de Pitágoras era el Nómada, o el Uno que es Todo. Describió a dios como la Mente Suprema distribuida por todas las partes del universo, la Causa de todas las cosas. Más tarde declaró que el movimiento de Dios era circular, que el cuerpo de Dios estaba compuesto de la sustancia de la luz y la naturaleza de Dios estaba compuesta de la sustancia de la verdad.
Pitágoras declaró que comer carne enturbia las facultades de razonamiento. Aunque no condenó su uso ni personalmente se abstuvo de ella totalmente, dijo que los jueces no deberían comerla antes de un juicio, para que aquellos que comparecieran ante él recibieran las más justas decisiones. Cuando Pitágoras se decidió (como hacía a menudo) a retirarse al templo de Dios por un extenso período de tiempo para meditar y orar, llevó consigo una provisión de comida y bebida especialmente preparada. La comida consistía de partes iguales de semillas de amapola y sésamo, la piel de la cebolla marina de la que el jugo ha sido totalmente extraído, la flor del narciso, hojas de malva y una pasta de cebada y guisantes. Esto lo mezcló con la añadidura de miel silvestre.
Como bebida tomó las semillas de pepinillos, uvas secas (sin las pepitas), las flores del cilantro, las semillas de cebada y verdolaga, trozos de queso, harina y crema mezclado junto y endulzado con miel silvestre.
Pitágoras afirmaba que ésta era la dieta de Hércules mientras deambulaba en el desierto libio y que era la fórmula que la misma diosa Ceres dio al héroe.
El método favorito de curación entre los pitagóricos era con la ayuda de cataplasmas. Estas personas también conocían las propiedades mágicas de un vasto número de plantas. Pitágoras estimaba en gran medida las propiedades medicinales de la cebolla marina (?), y se decía que había escrito un volumen sobre este asunto. Sin embargo hoy en día no se conoce este trabajo. Pitágoras descubrió el gran poder terapéutico de la música y preparó diversas armonías para varias enfermedades. Aparentemente también experimentó con el color, consiguiendo considerable éxito. Uno de sus procesos curativos únicos resultó de su descubrimiento del valor curativo de varios versos de la Odisea y la Ilíada de Homero. Hacía que fueran leídos por personas que padecían diversos males. Era opuesto a la cirugía en todas sus maneras y también objetaba la cauterización. El no permitía la desfigurización del cuerpo humano en manera alguna, ya que según su estimación era un sacrificio contra la morada de los dioses.
Pitágoras enseñó que la amistad era la más verdadera y pura de todas las relaciones. Declaró que en la Naturaleza había una amistad de todo con todo, de dioses con hombres, de doctrinas una con otra, del alma con el cuerpo, de la parte racional con la parte irracional, de la filosofía con su teoría, de los hombres unos con otros, de los compatriotas unos con otros, también hay amistad entre extraños, entre un hombre y su mujer, sus hijos y sus sirvientes. Todos los lazos sin amistad eran grilletes y no había virtud en su mantenimiento. Pitágoras pensó que las relaciones eran esencialmente mentales más que físicas, y que un extraño de intelecto similar estaba más cercano a él que un familiar de sangre cuyos puntos de vista estaban en desacuerdo con los suyos. Pitágoras definió el conocimiento como el fruto de la acumulación mental. Creía que podía conseguirse de muchas maneras, pero principalmente a través de la observación. La sabiduría era la comprensión del origen de la causa de todas las cosas, y esto sólo podía conseguirse elevando al intelecto a un punto donde intuitivamente conoce lo invisible manifestándose hacia fuera a través de lo visible, y así ser capaz de ponerse en contacto con el espíritu de las cosas más que con sus formas. El último origen que el conocimiento podía saber era el Nómada, el misterioso átomo permanente de los pitagóricos.
Pitágoras enseñó que ambos, el hombre y el universo, estaban hechos a la imagen de Dios, que siendo hechos de la misma imagen, la comprensión de uno afirmaba el conocimiento del otro. Enseñó que había una constante interrelación entre el Gran Hombre (el universo) y el hombre (el pequeño universo).
Pitágoras creía que todos los cuerpos siderales estaban vivos y que las formas de los planetas y estrellas eran meramente cuerpos que contenían almas, mentes y espíritus de la misma manera que la forma humana visible es el vehículo de un organismo espiritual invisible. Pitágoras contemplaba a los planetas como deidades sirvientes de la Primera Causa dentro de la que todo existe temporalmente, ya que la mortalidad existe en la niebla de la inmortalidad.
La famosa (T) pitagórica significa el poder de elección y fue usado en los misterios como emblemática de la Bifurcación de los Caminos. El tallo central separado en dos partes, una hacia la derecha otra hacia la izquierda. La rama de la derecha era llamada Sabiduría Divina y la de la izquierda Sabiduría Terrenal. La verdad simbolizada por el candidato, caminando por el Sendero de la Vida, simbolizado por el Tallo central de (T), alcanza el punto donde la verdad se divide, el neófito entonces debe elegir si tomará la senda de la izquierda y, siguiendo los dictados de su naturaleza inferior, y seguir el espacio de la necesidad y la falta de pensamiento que inevitablemente resultará en su destrucción, o si él escoge la senda de la derecha y a través de la integridad, el trabajo y la sinceridad, finalmente se unirá con los inmortales en las esferas superiores.
Es probable que Pitágoras obtuviera el concepto de los egipcios, quienes incluían en sus rituales de iniciación uno en el que el candidato era confrontado por dos figuras femeninas. Una de ellas, con las vestiduras blancas del templo, urgía al neófito a entrar en las salas del conocimiento, la otra engalanada con velos, simbolizaba los tesoros terrenales, llevando un cesto con uvas (emblemáticas de la falsa luz), buscaba llevarle a las salas de la disipación. Este símbolo está preservado entre las cartas del Tarot, donde es llamado la Bifurcación de los Caminos. El palo bifurcado ha sido el símbolo de vida entre muchas naciones, era emplazado en el desierto para indicar la presencia de agua.
Sobre la teoría de la transmigración difundida por Pitágoras hay diferencias de opinión. De acuerdo con un punto de vista él enseñó que aquellos que en su existencia terrenal se habían vuelto por sus acciones como animales, volvían de nuevo a la Tierra en la forma de las bestias a las que se parecían, una persona tímida volvía como un conejo o un ciervo, una persona cruel como un lobo u otro animal feroz, una persona astuta, como un zorro. Sin embargo este concepto no se ajusta en el esquema pitagórico general, y es mucho más probable que tuviera un sentido alegórico más que literal. Pretendía dar la idea que los seres humanos se vuelven bestias cuando permiten que les dominen sus propios deseos inferiores y tendencias destructivas. Es probable que el término transmigración se refiera a lo que es más comunmente llamado reencarnación , una doctrina que Pitágoras había recibido en la India y Egipto.
El hecho de que Pitágoras aceptaba la teoría de las reapariciones sucesivas de la naturaleza espiritual en forma humana, se encuentra en una nota de la Historia de la Magia de Leví El era un importante valedor de lo que era llamada Doctrina de la Metempsicosis, entendida como la transmigración del alma en sucesivos cuerpos. El mismo había sido
a) Aethalides, un hijo de Mercurio.
b) Euphorus, un hijo de Panthus, quien pereció en las manos de Menesus en la guerra de Troya.
c) Hermotinus, un profeta de Azomenae, una ciudad de Jonia.
d) Un humilde pescador.
e) el filósofo de Samos.
Pitágoras también enseñó que cada especie de criatura tenía lo que él llamaba un seño, dado por Dios y que la forma física de cada una era la impresión de este sello sobre la cera de la sustancia física. Así cada cuerpo estaba sellado con la dignidad de este molde divino.
Pitágoras creía que finalmente el hombre alcanzaría un estado donde podría desprenderse de su naturaleza basta y funcionar en un cuerpo de éter espiritualizado que sería la yuxtaposición con su forma física y que podría estar en la octava esfera o Antichthon. De ahí podría ascender al lugar de los inmortales, donde por divino derecho de nacimiento él pertenecía.
Pitágoras enseñó que todo en la naturaleza era divisible en tres partes y que nadie puede ser realmente sabio sin saber que cada problema es esquemáticamente triangular. Dijo que Establece el triángulo y el problema está en dos tercios resuelto, todas las cosas consisten en tres . En conformidad con su punto de vista, Pitágoras dividió el universo en tres partes que él llamó el Mundo Supremo, el Mundo Superior y el Mundo Inferior. El más alto, el Mundo Supremo, era una sutil esencia espiritual que penetra todas las cosas, la misma Deidad Suprema, la Deidad siendo en cada sentido omnipresente, omniactivo, omnipotente y omnisciente. Los otros dos mundos inferiores existen en la naturaleza de esta esfera suprema. El Mundo Superior era el hogar de los inmortales. También era la morada de los arquetipos o sellos, sus naturalezas, en cierta manera tomaron parte del material terrenal, pero lanzando sus sombras a la profundidad (el mundo inferior), eran reconocibles a través de sus sombras. El tercero, Mundo Inferior, era el hogar de aquellas criaturas que tomaron parte de la sustancia material o estaban ocupados en el trabajo sobre la sustancia material. Así esta esfera era el hogar de los dioses mortales, el Demiurgo, los ángeles que trabajaban con hombres, también los demonios que tomaban parte de la naturaleza de la tierra, y finalmente, de la humanidad y los reinos inferiores, aquellos temporalmente en la tierra pero capaces de levantarse sobre esa esfera de la razón y de la filosofía.
Los dígitos 1 y 2 no son considerados números por los pitagóricos porque significan las dos esferas supermundanas. Los números pitagóricos empiezan con 3, el triángulo; 4 el cuadrado. Estos añadidos del 1 y el 2 producen el 10, el gran número de todas las cosas, el arquetipo del universo. Los tres mundos eran llamados receptáculos. El primero era el receptáculo de los principios, el segundo el receptáculo de la inteligencia, y el tercero o inferior, el receptáculo de las cantidades.
Los sólidos simétricos eran considerados de mayor importancia por los pitagóricos y pensadores. Para ser perfectamente simétrico o regular, un sólido debe tener un número igual de caras que se encuentran en sus ángulos, y estas caras y ángulos son todos iguales. Quizá se pueda atribuir a Pitágoras el gran descubrimiento de que sólo hay cinco sólidos así.
Los griegos creían que el mundo (universo material) estaba compuesto de cuatro elementos tierra, aire, fuego, agua, y para la mente griega la conclusión inevitable era que las formas de las partículas de los elementos eran las de los sólidos regulares. Las partículas terrenales eran cúbicas, el cubo es el sólido regular que posee la mayor estabilidad, las partículas de fuego eran tetrahedros, siendo el tetrahedro el más simple, por lo tanto el más ligero de los sólidos. Las partículas de agua eran icosahedros justamente por la razón contraria, mientras las partículas de aire intermedias entre las dos últimas eran octahedros. El dodecahedro era para estos antiguos matemáticos, el más misterioso de los sólidos, era para muchos el más difícil de construir, el dibujo exacto del pentágono regular necesita una aplicación bastante elaborada del gran teorema de Pitágoras. De ahí la conclusión, tal como dijo Platón. Esto (el dodecahedro regular) es lo que la Deidad empleó al trazar el plan del Universo . (H. Stanley Redgrove Creencias Antiguas ).
Mr. Redgrove no ha mencionado el quinto elemento de los antiguos Misterios, el que podía completar la analogía entre los sólidos simétricos y los elementos. Este quinto elemento o éter era llamado por los hindues akasa. Estaba relacionado con el hipotético éter de la ciencia moderna, y es la sustancia que penetra en todos los otros elementos y actúa como disolvente y denominador común de ellos. El sólido de doce caras sutilmente se refiere a los Doce Inmortales que pulen el Universo, y también las doce circunvoluciones del cerebro, el vehículo de esos Inmortales en la naturaleza.
Mientras que Pitágoras, igual que otros en su tiempo, practicaba la adivinación (posiblemente aritmomancia), no hay información precisa sobre los métodos que usaba. Se cree que tenía una notable rueda por medio de la cual podía predecir acontecimientos futuros y que había aprendido hidromancia de los egipcios. Creía que el bronce tenía poderes como oráculo, ya que aunque todo estuviera inmóvil había siempre un sonido que retumbaba en los recipientes de bronce. Una vez se dirigió en oración al espíritu de un río y del agua se levantó una voz Pitágoras, yo te saludo . Se decía que era capaz de hacer que demonios entraran en el agua alterando su superficie y por medio de la agitación ciertas cosas eran predichas.
Después de haber bebido de cierto manantial un día, uno de los Maestros de Pitágoras anunció que el espíritu del agua acababa de predecir que habría un gran terremoto el siguiente día, una profecía que se cumplió. Es muy probable que Pitágoras tuviera poder hipnótico, no sólo entre hombres sino también sobre animales. Hizo que un pájaro cambiara el curso de su vuelo, que un oso dejara de molestar a una comunidad y a un toro cambiar su dieta con el ejercicio de la influencia mental. También tenía una segunda vista, era capaz de ver cosas a distancia y descubrir con exactitud incidentes que todavía no habían pasado.
Iamblichus reunió treinta y nueve de los dichos simbólicos de Pitágoras y los interpretó. Estos habían sido traducidos del griego por Thomas Taylor. El aforismo era uno de los métodos favoritos usados en la Universidad Pitagórica de Crotona. Diez de los aforismos han sido reproducidos aquí con una breve aclaración de su significado oculto
I.- ¡Declina los paseos públicos, camina en las sendas no frecuentadas!. Con esto se entiende que aquellos que busquen sabiduría deben hacerlo en soledad.
II.- ¡Gobierna tu lengua antes que todas las demás cosas, siguiendo a los dioses!. Este aforismo advierte al hombre que sus palabras, en vez de representarle, le tergiversan y que cuando haya duda sobre qué decir, debemos mantenernos callados.
III.- ¡El viento soplando, adora el sonido!. Aquí Pitágoras recuerda a sus discípulos que el mando de Dios se oye en la voz de los elementos y que todas las cosas en la Naturaleza se manifiestan a través de la armonía, ritmo, orden o proceder de los atributos de Dios.
IV.- ¡Ayuda a un hombre a levantar una carga, pero no le ayudes a descargarla!. Se le instruye al alumno a ayudar al diligente, pero nunca ayudar a aquellos que buscan evadirse de sus responsabilidades, ya que es un gran pecado fomentar la indolencia.
V.- ¡No hables de asuntos pitagóricos sin luz!. Aquí se advierte al mundo que no debe intentar interpretar los misterios de Dios y los secretos de la ciencia sin iluminación espiritual e intelectual.
VI.- ¡Habiendo salido de tu casa, no te vuelvas, ya que las furias serán tus asistentes!. Pitágoras advierte aquí a sus seguidores que cualquiera que empiece la búsqueda de la verdad y, habiendo aprendido parte del misterio, se desanime o intente volver de nuevo a sus antiguos caminos de vicio e ignorancia, sufrirá grandemente, ya que es mejor no saber nada sobre la Divinidad que aprender un poco y entonces parar sin aprenderlo todo.
VII.- ¡Alimenta un gallo, pero no lo sacrifiques, ya que es sagrado para el Sol y la Luna!. Dos grandes lecciones están ocultas en este aforismo. La primera es un aviso contra el sacrificio de seres vivos a los dioses, porque la vida es sagrada y el hombre no debería destruirla ni siquiera como ofrenda a la Deidad. La segunda advierte que el cuerpo humano, aquí referido como un gallo, es sagrado para el Sol (Dios) y la Luna (Naturaleza), y debería ser guardado y preservado como el medio de expresión más valioso del hombre. Pitágoras también avisaba a sus discípulos contra el suicidio.
VIII.- ¡No recibas a una sombra en tu casa!. Esto avisa al buscador de la verdad que no permita que pensamientos a la deriva vayan a su mente ni que personas cerriles entren en su vida. Debe rodearse de pensadores racionalmente inspirados y de trabajadores conscientes.
IX.- ¡No ofrezcas fácilmente tu mano derecha a nadie!. Esto advierte al discípulo para que guarde su consejo y que no ofrezca sabiduría y conocimiento (su mano derecha) a aquellos que son incapaces de apreciarlo. La mano derecha aquí representa la Verdad, que levanta a aquellos que han caído por la ignorancia, pero como muchos de los no regenerados no desean sabiduría, cortarán la mano que amablemente ha sido tendida. Sólo el tiempo puede redimir a las masas ignorantes.
X.- ¡Cuando te levantes de las sábanas, enrróllalas juntas, y borra la impresión del cuerpo!. Pitágoras animaba a los discípulos que habían despertado del sueño de la ignorancia al estado de inteligencia, a eliminar de su memoria toda antigua oscuridad espiritual, ya que un hombre sabio al pasar no deja forma que otros menos inteligentes, al verla, usarían como molde para fundir ídolos.
Los más famosos de los fragmentos pitagóricos son los Versos Dorados, adscritos al mismo Pitágoras, pero sobre su autoría hay un elemento de duda. Los Versos Dorados contienen un breve resumen de todo el sistema de filosofía que formaba la base de las doctrinas educacionales de Crotona o como se le conoce comunmente la Escuela Itálica. Estos versos empiezan aconsejando al lector amar a Dios, venerar a los grandes héroes y respetar a los demonios y los habitantes de los elementos. Entonces urgen al hombre a pensar cuidadosamente sobre su vida diaria, y a preferir los tesoros de la mente y el alma a las acumulaciones de bienes terrenales. Los versos también prometen al hombre que si se levanta sobre su naturaleza material inferior y cultiva el autocontrol, finalmente será aceptable a la vista de los dioses, se reunirá con ellos y tomará parte de su inmortalidad. (Es bastante significativo que Platón diera gran importancia a algunos de los manuscritos de Pitágoras que habían sido salvados de la destrucción de Crotona. Ver Historia Deorum Fatidicorum , Ginebra 1675).
Según Pitágoras, la posición de cada cuerpo en el universo estaba determinado por la dignidad esencial de ese cuerpo. El concepto popular en su tiempo era que la Tierra ocupaba el centro del sistema solar, que los planetas, incluyendo el Sol y la Luna, se movían alrededor de la Tierra y que la Tierra era plana y cuadrada. Contrario a este concepto, y sin preocuparse de críticas, Pitágoras declaró que el fuego era el más importante de todos los elementos, que el centro era la parte más importante de cada cuerpo y que tal como el fuego de Vesta estaba en el centro de cada casa, así en el centro del universo había una esfera llameante de fulgor celestial. A este globo central él lo llamó la Torre de Júpiter, el Globo de la Unidad, el Gran Nómada y el Altar de Vesta. Como el sagrado número 10 simbolizaba la suma de todas las partes y la plenitud de todas las cosas, era natural para Pitágoras dividir el universo en diez esferas, simbolizadas por diez círculos concéntricos. Estos círculos empezaban en el centro con el globo de Fuego Divino, entonces venían los siete planetas, la tierra y otro planeta misterioso llamado Antichthon, que nunca era visible.
Las opiniones difieren sobre la naturaleza de Antichthon. Clemente de Alejandría creía que representaba la masa de los cielos, otros mantenían la opinión que era la Luna. Más probablemente era la octava esfera de los antiguos, el planeta oscuro que se movía en la misma órbita que la Tierra pero que se mantenía oculta por el cuerpo del Sol, estando en todo momento en posición opuesta a la Tierra. ¿Es el misterioso Lilith sobre el que los astrólogos han especulado durante tanto tiempo?
Isaac Mier ha afirmado Los pitagóricos sostenían que cada estrella era un mundo con sus propia atmósfera, que lo rodea en una inmensa extensión de éter . (Ver Cábala). Los discípulos de Pitágoras reverenciaron el planeta Venus, porque era el único planeta suficientemente brillante como para crear sombra. Como la estrella de la mañana, Venus es visible antes que el Sol se levante, como la estrella de la tarde brilla inmediatamente después que el Sol se ponga. Por estas cualidades los antiguos le dieron varios nombres. Siendo visible en el cielo al atardecer, era llamada vesper, y cuando se levantaba antes que el Sol se la llamaba la falsa luz, la estrella de la mañana o Lucifer, que quiere decir el portador de la Luz. Por su relación con el Sol al planeta se le llamó Venus, Astarte, Afrodita, Isis y la Madre de los Dioses. Es posible el hecho de que en algunas estaciones del año y en ciertas latitudes, Venus como creciente pudiera ser detectada sin la ayuda de un telescopio. Esto puede explicar por qué el creciente se ve en conexión con las diosas de la antigüedad, cuyas historias no coinciden en las fases de la Luna. El conocimiento preciso que Pitágoras poseía de la astronomía lo consiguió sin duda en los templos egipcios, ya que sus sacerdotes comprendían la verdadera relación de los cuerpos celestiales muchos años antes de que este conocimiento fuera revelado al mundo no iniciado, el hecho de que el conocimiento que él adquirió en los templos le hizo capaz de hacer afirmaciones que requirieron dos mil años para comprobarse, prueban el porqué Platón y Aristóteles estimaron tanto la profundidad de los antiguos Misterios.
En medio de la ignorancia de la ciencia comparativa y sin la ayuda de los instrumentos modernos, los sacerdotes-filósofos habían descubierto los fundamentos dinámicos universales.
Una aplicación interesante de la doctrina pitagórica de los sólidos geométricos expuesta por Platón se encuentra en el Canon. Casi todos los antiguos filósofos -dice su autor anónimo- idearon una teoría armónica con respecto al universo y la práctica continuó hasta que el viejo modo de filosofar murió . Kepler (1596), para demostrar la doctrina platónica, que el universo estaba formado de los cinco sólidos regulares, propuso la siguiente regla La Tierra es un círculo, el medidor de todo. Alrededor de él se describe un dodecaedro, el círculo que rodea a éste será Marte, alrededor de Marte se describe un tetraedro, la esfera que rodea a éste será Júpiter. Un cubo rodea a Júpiter, la esfera que contiene a éste será Saturno. Ahora encierra en la Tierra un icosaedro, el círculo inscrito en él será Venus, sitúa un octaedro en Venus, el círculo de dentro será Mercurio . ( Misterium Cosmográficum, 1596). Esta regla no puede ser tomada seriamente como una afirmación real de las proporciones del universo, ya que no lleva ningún parecido con las proporciones publicadas por Copérnico en el comienzo del Siglo XVI. A pesar de eso Kepler estaba muy orgulloso de su fórmula, decía que la valoraba más que el Electorado de Sajonia. También era aprobado por dos eminentes autoridades, Tycho y Galileo, quienes evidentemente la entendían. El mismo Kepler nunca dio una indicación de cómo interpretar su preciosa fórmula.
La astronomía platónica no trataba de la constitución material o emplazamiento de los cuerpos celestiales, sino que consideraba las estrellas y los planetas primariamente como puntos focales de inteligencia divina. La astronomía física se contemplaba como la ciencia de las sombras , la astronomía filosófica como la ciencia de las realidades .
Decíamos que Pitágoras fue llamado en su día por el Rey del Mundo a sus mansiones y viajó a la India como así lo citan sus cronistas. De este viaje aprendió todos el misterio de los números de la música y de la armonía de las esferas, incluso copió sin querer el modelo social de cómo se vive en Shambhalla para reproducirlo en Crotona con sus pitagóricos. Es decir que fue otro de los primeros que al igual que Akhenatón o Juliano intentaron establecer la forma o modelo social puro de adoración a un solo principio quitando a la casta sacerdotal el poder de manipular las conciencias humanas. Evidentemente como a los otros anteriores le costó la vida, pero su conocimiento y sabiduría se perpetuó entre los Iniciados que se encargaron de expandir el conocimiento a otros tanto focos de luz.
Este maravilloso ser fue uno de los primeros que entendió el verdadero mensaje de adoración a la virtud y de reconocimiento superior de las fuerzas que mueven todas las esferas del universo; fue en definitiva como Iniciado un ser que no estableció culto alguno ni idolatría y tuvo la habilidad de no ser adorado por sus seguidores. Enseñó a los hombres a amar la inteligencia pura y no la inteligencia encarnada en unos y otros. Y se llamó asimismo filósofo, puesto que su humildad y su respecto a la iniciación que hiciera de los distintos grados así se lo exigían. Uno de los pocos que tiene toda nuestra admiración en la medida que no se deificó ni permitió que se realizara ningún culto de su enseñanza.
Shambhalla al igual que Egipto posteriormente, y otros tantos centros del culto, superior fueron visitas obligadas para este maestro que encarnó hacia fuera cuando había vivido dentro. Sólo cuando se vive en la casa interior del mundo se sabe retornar; sólo el viajero retorna a su origen; por ello este inmortal de la sabiduría volvió con otro cuerpo a donde antes estuvo y le fue fácil recordar la senda. Pero como esta dicho en el libro sagrado Sólo al que tuviera de antes se le dará, pero al que no tuviera de antes, no podra tener nada ahora . Así pues Shambhalla acogió a Pitágoras y éste prometió intentar crear el modelo sinárquico en Crotona y esto aunque le costó la vida no cayó en el olvido de los que seguimos su ejemplo.
Quiero terminar este tema de Pitágoras copiando a continuación uno de los últimos artículos de nuestra revista, escrito por Manly P. Hall, para que sepáis un poco más de su historia y milagros
Mientras Mnesarchus, el padre de Pitágoras, estaba en la ciudad de Delfos con asuntos relacionados con sus negocios como mercader, él y su mujer, Parthenis, decidieron consultar el Oráculo de Delfos para saber si Las Parcas eran favorables sobre su viaje de regreso a siria. Cuando la Pitonisa (profetisa de Apolo) se sentó en el trípode dorado sobre la abertura del oráculo, no respondió la pregunta que ellos habían hecho, sino que dijo a Menesarchus que su mujer estaba esperando un niño y que daría a luz un hijo que estaba destinado a sobrepasar a todos los hombres en belleza y sabiduría, y quien a lo largo de su vida contribuiría mucho al beneficio de la humanidad. Menesarchus estaba tan profundamente impresionado por la profecía que cambió el nombre de su mujer al de Pitasis, en honor a la sacerdotisa Pitian.
Cuando el niño nació en Sidón en Fenicia, fue un niño tal como había dicho el oráculo. Menesarchus y Pitasis llamaron al niño Pitágoras, ya que ellos creían que había sido predestinado por el oráculo.
Muchas extrañas leyendas se han contado sobre el nacimiento de Pitágoras. Algunos mantenían que él no era un hombre mortal, que era uno de los dioses que había cogido un cuerpo humano para poder venir al mundo e instruir a la raza humana. Pitágoras era uno de los sabios de la antigüedad a los que se le atribuía una concepción inmaculada.
En su Anacalypsis , Godfrey Higgins escribe. La primera circunstancia chocante en la que la historia de Pitágoras coincide con la de Jesús, es que ambos eran nativos casi del mismo país, el primero nació en Sidón, el segundo en Belén, ambos en Siria. El padre de Pitágoras, así como el padre de Jesús fueron proféticamente informados que su mujer daría a luz un hijo que sería un benefactor de la humanidad. Ambos nacieron cuando sus madres estaban lejos de casa, José y su mujer habiendo ido a Belén a pagar los impuestos, y el padre de Pitágoras habiendo dejado Samos, su residencia habitual, a Sidón por asuntos mercantiles. Pitasis, la madre de Pitágoras, tenía una conexión con el espectro Apolíneo, o espíritu del dios Apolo (por supuesto este debe haber sido un espíritu santo, y aquí tenemos el Espíritu Santo) quien más tarde se apareció a su marido, y le dijo que no debía tener contacto con su mujer durante la gestación, una historia evidentemente similar a la de José y María. De estas circunstancias particulares, Pitágoras fue conocido por el mismo título de Jesús, el hijo de Dios, y se suponía por la multitud que estaba la influencia de la inspiración divina .
Este famoso filósofo nació en algún momento entre 600 y 590 antes de Cristo, y se estima que vivió casi cien años.
Las enseñanzas de Pitágoras indican que él era totalmente convergente con los preceptos del esoterismo de Oriente y Occidente. Viajó entre los judíos y fue instruido por los rabinos sobre las tradiciones secretas de Moisés, el donador de la Ley de Israel. Más tarde la Escuela de los Esenios se dedicaba mayormente a la interpretación de los símbolos pitagóricos. Pitágoras fue iniciado en los misterios egipcios, babilónicos y caldeos. Aunque algunos creen que fue discípulo de Zoroastro, es dudoso que el instructor con ese nombre fuera el hombre-Dios reverenciado por los persas. Aunque los relatos de sus viajes difieren, los historiadores están de acuerdo que visitó muchos países y estudió a los pies de muchos maestros.
Después de haber adquirido todo lo que era posible aprender de los filósofos griegos, y presumiblemente convertirse en un Iniciado en los Misterios Eleusinianos, fue a Egipto, después de muchos rechazos, finalmente consiguió ser Iniciado en los Misterios de Isis, de la mano de los sacerdotes de Tebas. Entonces este intrépido estudioso se dirigió a Fenicia y Siria donde se le confirieron los Misterios de Adonis, y cruzando el valle del Eufrates se demoró lo suficiente como para volverse versado en ciencia caldea, quienes siguen habitando en la vecindad de Babilonia. Finalmente hizo su mayor y más histórica aventura a través de Media y Persia en el Hindustán donde permaneció varios años como alumno e Iniciado de los cultos bramanes de Elefanta y Elora (Ver Antigua Libremasonería por Frank C. Higgins, 32º). El mismo autor añade que el nombre de Pitágoras todavía se conserva en los registros de los bramanes como Yavancharya, el Maestro Jonio.
Se dice que Pitágoras es el primer hombre que se llamó a sí mismo un filósofo, de hecho, el mundo le debe a él la palabra filósofo. Antes, los hombres de conocimiento se llamaban a sí mismos sabios, que quiere decir aquellos que saben. Pitágoras fue más modesto. El acuñó la palabra filósofo, que él definió como aquél que está intentando descubrir.
Después de volver de sus vagabundeos, Pitágoras estableció una escuela, a veces se le ha llamado una universidad, en Crotona, una colonia doria en el sur de Italia. A su llegada a Crotona se le contempló con recelo, pero después de poco tiempo aquellos que tenían posiciones importantes buscaban su consejo en los asuntos importantes. Reunió a su alrededor un pequeño grupo de sinceros alumnos a quienes instruyó en el conocimiento secreto que a él había sido revelado, y también en los fundamentos de la matemática, música y astronomía ocultas, que él consideraba la base de todas las ciencias y artes.
Cuando él tenía alrededor de los sesenta años se casó con una de sus discípulos y de esta unión resultaron siete niños. Su mujer era notablemente capaz, quien no sólo le inspiró en los años de su vida sino que después de su asesinato continuó promulgando sus doctrinas.
Como ocurre a menudo con los genios, Pitágoras y su sinceridad se buscaron enemistades políticas y personales. Entre aquellos que vinieron a iniciarse había uno que ya que Pitágoras rechazó admitirle, se determinó a destruir ambos al hombre y a su filosofía. Por medio de la calumnia hizo que la gente común se volviera contra él. Sin aviso, una banda de asesinos descendió sobre el pequeño grupo de edificios donde el gran maestro y sus discípulos moraban, quemaron las casas y mataron a Pitágoras.
Los relatos sobre la muerte del filósofo no coinciden. Algunos dicen que fue muerto con sus discípulos, otros que escapando a Crotona, con un pequeño grupo de seguidores, fue atrapado y quemado vivo en una pequeña casa donde el grupo había decidido descansar durante la noche. Otro relato dice que estando atrapados en una casa ardiendo, los discípulos se lanzaron a las llamas haciendo con sus propios cuerpos un cuerpo por el que Pitágoras escapó sólo para morir un poco después con un corazón roto como resultado de su tristeza ante la aparente inutilidad de sus esfuerzos para servir e iluminar a la humanidad.
Los discípulos supervivientes intentaron perpetuar sus doctrinas, pero fueron perseguidos y muy poco permanece hoy como testimonio de la grandeza de este filósofo. Se dice que los discípulos de Pitágoras nunca se dirigían a él o le mencionaban por su nombre, sino siembre como El Maestro ó Ese Hombre . Esto puede haber sido por el hecho que el nombre de Pitágoras se creía que consistía en un cierto número de letras especialmente colocadas con gran significado sagrado. En la revista Word se ha impreso un artículo de T.R. Prater, mostrando que Pitágoras iniciaba a sus candidatos por medio de una cierta fórmula oculta en las letras de su propio nombre. Esto puede explicar por qué la palabra Pitágoras era tan altamente reverenciada.
Después de la muerte de Pitágoras su escuela se desintegró gradualmente, pero aquellos que se beneficiaron de sus enseñanzas reverenciaron la memoria del gran filósofo, como lo habían reverenciado durante su vida. Según pasaba el tiempo, se empezó a contemplar a Pitágoras más como un dios que como un hombre, sus discípulos desperdigados estaban unidos por su admiración común por el genio trascendental de su maestro. Edourd Shure en su Pitágoras y los Misterios , relata el siguiente incidente como ilustrativo del lazo de su compañerismo que unía a los miembros de la Escuela Pitagórica
Uno de ellos que había caído en enfermedad y pobreza fue amablemente recogido por el dueño de una fonda. Antes de morir él pintó unos signos extraños (el pentagrama sin duda) sobre la puerta de la fonda y dijo a su anfitrión No te preocupes, uno de mis hermanos pagará mis deudas . Un año más tarde un extraño pasaba por delante de la fonda y vio los signos en la puerte y dijo al dueño Yo soy un pitagórico y uno de mis hermanos murió aquí, dime qué debo por su cuenta .
Frank C. Higgins, 32º, da un excelente compendio de los alumnos pitagóricos en el siguiente resumen
Las enseñanzas de Pitágoras fueron de la mayor importancia para los masones, ya que eran el fruto necesario de su contacto con los mayores filósofos del mundo civilizado de su tiempo, y debe representar aquello en lo que todos coincidían, libre de las malas hierbas de la controversia. La defensa de Pitágoras del monoteísmo puro es evidencia suficiente que la unidad de Dios era el secreto supremo de todas las antiguas iniciaciones. La Escuela Filosófica de Pitágoras era, en cierta medida, una serie de iniciaciones, ya que hacía pasar a sus alumnos por una serie de grados y nunca les permitía un contacto personal con el hasta que habían alcanzado los grados más altos. Según sus biógrafos, sus grados eran tres en número. El primero Matemáticus , asegurando que sus pupilos tuvieran pericia en matemáticas y geometría, que eran entonces como serían ahora si la Masonería fuera debidamente inculcada, las bases sobre las que todo conocimiento se levantaba.
En segundo lugar, el grado Teoréticus, que trataba con las aplicaciones superficiales de las ciencias exactas, y últimamente el grado de Electus , que capacitaba al candidato a pasar a la luz de la iluminación total con capacidad de absorberla. Los alumnos de la Escuela Pitagórica estaban divididos en exotérici , o alumnos de los grados exteriores y esotérici después de que habían pasado el tercer grado de iniciación y tenían acceso a la sabiduría secreta.
Silencio, secreto y obediencia incondicional eran privilegios cardinales de esta gran orden. (Ver antigua Libremasonería).
El estudio de la geometría, música y astronomía era considerado esencial para una comprensión racional de Dios, el hombre o la naturaleza, y nadie podía acompañar a Pitágoras como discípulo que no estuviera muy familiarizado con estas ciencias. Muchos vinieron buscando admisión en esta escuela. Cada solicitante era probado en estas tres materias, y si se le encontraba ignorante, era rechazado inmediatamente.
Pitágoras no era un extremista. Enseñó moderación en todas las cosas más que exceso en algo, ya que creía que un exceso de virtud era en sí mismo un vicio. Una de sus afirmaciones favoritas era Debemos evitar con nuestro mayor esfuerzo y amputar con fuego y espada por todos los medios del cuerpo, la enfermedad; del alma, la ignorancia; del estómago, la lujuria; de la ciudad, la sedición; de la familia, la discordia; y de todas las cosas el exceso. También creía Pitágoras que no había crimen como la anarquía.
Todos los hombres saben lo que quieren, pero pocos saben lo que necesitan. Pitágoras advertía a sus discípulos que cuando rezaran no rezaran por ellos mismos, que cuando pidieran cosas a los dioses no deberían pedir para ellos, ya que ningún hombre sabe lo que es bueno para él, y por esta razón no es deseable pedir cosas que una vez obtenidas sólo prueban a ser dañinas.
El Dios de Pitágoras era el Nómada, o el Uno que es Todo. Describió a dios como la Mente Suprema distribuida por todas las partes del universo, la Causa de todas las cosas. Más tarde declaró que el movimiento de Dios era circular, que el cuerpo de Dios estaba compuesto de la sustancia de la luz y la naturaleza de Dios estaba compuesta de la sustancia de la verdad.
Pitágoras declaró que comer carne enturbia las facultades de razonamiento. Aunque no condenó su uso ni personalmente se abstuvo de ella totalmente, dijo que los jueces no deberían comerla antes de un juicio, para que aquellos que comparecieran ante él recibieran las más justas decisiones. Cuando Pitágoras se decidió (como hacía a menudo) a retirarse al templo de Dios por un extenso período de tiempo para meditar y orar, llevó consigo una provisión de comida y bebida especialmente preparada. La comida consistía de partes iguales de semillas de amapola y sésamo, la piel de la cebolla marina de la que el jugo ha sido totalmente extraído, la flor del narciso, hojas de malva y una pasta de cebada y guisantes. Esto lo mezcló con la añadidura de miel silvestre.
Como bebida tomó las semillas de pepinillos, uvas secas (sin las pepitas), las flores del cilantro, las semillas de cebada y verdolaga, trozos de queso, harina y crema mezclado junto y endulzado con miel silvestre.
Pitágoras afirmaba que ésta era la dieta de Hércules mientras deambulaba en el desierto libio y que era la fórmula que la misma diosa Ceres dio al héroe.
El método favorito de curación entre los pitagóricos era con la ayuda de cataplasmas. Estas personas también conocían las propiedades mágicas de un vasto número de plantas. Pitágoras estimaba en gran medida las propiedades medicinales de la cebolla marina (?), y se decía que había escrito un volumen sobre este asunto. Sin embargo hoy en día no se conoce este trabajo. Pitágoras descubrió el gran poder terapéutico de la música y preparó diversas armonías para varias enfermedades. Aparentemente también experimentó con el color, consiguiendo considerable éxito. Uno de sus procesos curativos únicos resultó de su descubrimiento del valor curativo de varios versos de la Odisea y la Ilíada de Homero. Hacía que fueran leídos por personas que padecían diversos males. Era opuesto a la cirugía en todas sus maneras y también objetaba la cauterización. El no permitía la desfigurización del cuerpo humano en manera alguna, ya que según su estimación era un sacrificio contra la morada de los dioses.
Pitágoras enseñó que la amistad era la más verdadera y pura de todas las relaciones. Declaró que en la Naturaleza había una amistad de todo con todo, de dioses con hombres, de doctrinas una con otra, del alma con el cuerpo, de la parte racional con la parte irracional, de la filosofía con su teoría, de los hombres unos con otros, de los compatriotas unos con otros, también hay amistad entre extraños, entre un hombre y su mujer, sus hijos y sus sirvientes. Todos los lazos sin amistad eran grilletes y no había virtud en su mantenimiento. Pitágoras pensó que las relaciones eran esencialmente mentales más que físicas, y que un extraño de intelecto similar estaba más cercano a él que un familiar de sangre cuyos puntos de vista estaban en desacuerdo con los suyos. Pitágoras definió el conocimiento como el fruto de la acumulación mental. Creía que podía conseguirse de muchas maneras, pero principalmente a través de la observación. La sabiduría era la comprensión del origen de la causa de todas las cosas, y esto sólo podía conseguirse elevando al intelecto a un punto donde intuitivamente conoce lo invisible manifestándose hacia fuera a través de lo visible, y así ser capaz de ponerse en contacto con el espíritu de las cosas más que con sus formas. El último origen que el conocimiento podía saber era el Nómada, el misterioso átomo permanente de los pitagóricos.
Pitágoras enseñó que ambos, el hombre y el universo, estaban hechos a la imagen de Dios, que siendo hechos de la misma imagen, la comprensión de uno afirmaba el conocimiento del otro. Enseñó que había una constante interrelación entre el Gran Hombre (el universo) y el hombre (el pequeño universo).
Pitágoras creía que todos los cuerpos siderales estaban vivos y que las formas de los planetas y estrellas eran meramente cuerpos que contenían almas, mentes y espíritus de la misma manera que la forma humana visible es el vehículo de un organismo espiritual invisible. Pitágoras contemplaba a los planetas como deidades sirvientes de la Primera Causa dentro de la que todo existe temporalmente, ya que la mortalidad existe en la niebla de la inmortalidad.
La famosa (T) pitagórica significa el poder de elección y fue usado en los misterios como emblemática de la Bifurcación de los Caminos. El tallo central separado en dos partes, una hacia la derecha otra hacia la izquierda. La rama de la derecha era llamada Sabiduría Divina y la de la izquierda Sabiduría Terrenal. La verdad simbolizada por el candidato, caminando por el Sendero de la Vida, simbolizado por el Tallo central de (T), alcanza el punto donde la verdad se divide, el neófito entonces debe elegir si tomará la senda de la izquierda y, siguiendo los dictados de su naturaleza inferior, y seguir el espacio de la necesidad y la falta de pensamiento que inevitablemente resultará en su destrucción, o si él escoge la senda de la derecha y a través de la integridad, el trabajo y la sinceridad, finalmente se unirá con los inmortales en las esferas superiores.
Es probable que Pitágoras obtuviera el concepto de los egipcios, quienes incluían en sus rituales de iniciación uno en el que el candidato era confrontado por dos figuras femeninas. Una de ellas, con las vestiduras blancas del templo, urgía al neófito a entrar en las salas del conocimiento, la otra engalanada con velos, simbolizaba los tesoros terrenales, llevando un cesto con uvas (emblemáticas de la falsa luz), buscaba llevarle a las salas de la disipación. Este símbolo está preservado entre las cartas del Tarot, donde es llamado la Bifurcación de los Caminos. El palo bifurcado ha sido el símbolo de vida entre muchas naciones, era emplazado en el desierto para indicar la presencia de agua.
Sobre la teoría de la transmigración difundida por Pitágoras hay diferencias de opinión. De acuerdo con un punto de vista él enseñó que aquellos que en su existencia terrenal se habían vuelto por sus acciones como animales, volvían de nuevo a la Tierra en la forma de las bestias a las que se parecían, una persona tímida volvía como un conejo o un ciervo, una persona cruel como un lobo u otro animal feroz, una persona astuta, como un zorro. Sin embargo este concepto no se ajusta en el esquema pitagórico general, y es mucho más probable que tuviera un sentido alegórico más que literal. Pretendía dar la idea que los seres humanos se vuelven bestias cuando permiten que les dominen sus propios deseos inferiores y tendencias destructivas. Es probable que el término transmigración se refiera a lo que es más comunmente llamado reencarnación , una doctrina que Pitágoras había recibido en la India y Egipto.
El hecho de que Pitágoras aceptaba la teoría de las reapariciones sucesivas de la naturaleza espiritual en forma humana, se encuentra en una nota de la Historia de la Magia de Leví El era un importante valedor de lo que era llamada Doctrina de la Metempsicosis, entendida como la transmigración del alma en sucesivos cuerpos. El mismo había sido
a) Aethalides, un hijo de Mercurio.
b) Euphorus, un hijo de Panthus, quien pereció en las manos de Menesus en la guerra de Troya.
c) Hermotinus, un profeta de Azomenae, una ciudad de Jonia.
d) Un humilde pescador.
e) el filósofo de Samos.
Pitágoras también enseñó que cada especie de criatura tenía lo que él llamaba un seño, dado por Dios y que la forma física de cada una era la impresión de este sello sobre la cera de la sustancia física. Así cada cuerpo estaba sellado con la dignidad de este molde divino.
Pitágoras creía que finalmente el hombre alcanzaría un estado donde podría desprenderse de su naturaleza basta y funcionar en un cuerpo de éter espiritualizado que sería la yuxtaposición con su forma física y que podría estar en la octava esfera o Antichthon. De ahí podría ascender al lugar de los inmortales, donde por divino derecho de nacimiento él pertenecía.
Pitágoras enseñó que todo en la naturaleza era divisible en tres partes y que nadie puede ser realmente sabio sin saber que cada problema es esquemáticamente triangular. Dijo que Establece el triángulo y el problema está en dos tercios resuelto, todas las cosas consisten en tres . En conformidad con su punto de vista, Pitágoras dividió el universo en tres partes que él llamó el Mundo Supremo, el Mundo Superior y el Mundo Inferior. El más alto, el Mundo Supremo, era una sutil esencia espiritual que penetra todas las cosas, la misma Deidad Suprema, la Deidad siendo en cada sentido omnipresente, omniactivo, omnipotente y omnisciente. Los otros dos mundos inferiores existen en la naturaleza de esta esfera suprema. El Mundo Superior era el hogar de los inmortales. También era la morada de los arquetipos o sellos, sus naturalezas, en cierta manera tomaron parte del material terrenal, pero lanzando sus sombras a la profundidad (el mundo inferior), eran reconocibles a través de sus sombras. El tercero, Mundo Inferior, era el hogar de aquellas criaturas que tomaron parte de la sustancia material o estaban ocupados en el trabajo sobre la sustancia material. Así esta esfera era el hogar de los dioses mortales, el Demiurgo, los ángeles que trabajaban con hombres, también los demonios que tomaban parte de la naturaleza de la tierra, y finalmente, de la humanidad y los reinos inferiores, aquellos temporalmente en la tierra pero capaces de levantarse sobre esa esfera de la razón y de la filosofía.
Los dígitos 1 y 2 no son considerados números por los pitagóricos porque significan las dos esferas supermundanas. Los números pitagóricos empiezan con 3, el triángulo; 4 el cuadrado. Estos añadidos del 1 y el 2 producen el 10, el gran número de todas las cosas, el arquetipo del universo. Los tres mundos eran llamados receptáculos. El primero era el receptáculo de los principios, el segundo el receptáculo de la inteligencia, y el tercero o inferior, el receptáculo de las cantidades.
Los sólidos simétricos eran considerados de mayor importancia por los pitagóricos y pensadores. Para ser perfectamente simétrico o regular, un sólido debe tener un número igual de caras que se encuentran en sus ángulos, y estas caras y ángulos son todos iguales. Quizá se pueda atribuir a Pitágoras el gran descubrimiento de que sólo hay cinco sólidos así.
Los griegos creían que el mundo (universo material) estaba compuesto de cuatro elementos tierra, aire, fuego, agua, y para la mente griega la conclusión inevitable era que las formas de las partículas de los elementos eran las de los sólidos regulares. Las partículas terrenales eran cúbicas, el cubo es el sólido regular que posee la mayor estabilidad, las partículas de fuego eran tetrahedros, siendo el tetrahedro el más simple, por lo tanto el más ligero de los sólidos. Las partículas de agua eran icosahedros justamente por la razón contraria, mientras las partículas de aire intermedias entre las dos últimas eran octahedros. El dodecahedro era para estos antiguos matemáticos, el más misterioso de los sólidos, era para muchos el más difícil de construir, el dibujo exacto del pentágono regular necesita una aplicación bastante elaborada del gran teorema de Pitágoras. De ahí la conclusión, tal como dijo Platón. Esto (el dodecahedro regular) es lo que la Deidad empleó al trazar el plan del Universo . (H. Stanley Redgrove Creencias Antiguas ).
Mr. Redgrove no ha mencionado el quinto elemento de los antiguos Misterios, el que podía completar la analogía entre los sólidos simétricos y los elementos. Este quinto elemento o éter era llamado por los hindues akasa. Estaba relacionado con el hipotético éter de la ciencia moderna, y es la sustancia que penetra en todos los otros elementos y actúa como disolvente y denominador común de ellos. El sólido de doce caras sutilmente se refiere a los Doce Inmortales que pulen el Universo, y también las doce circunvoluciones del cerebro, el vehículo de esos Inmortales en la naturaleza.
Mientras que Pitágoras, igual que otros en su tiempo, practicaba la adivinación (posiblemente aritmomancia), no hay información precisa sobre los métodos que usaba. Se cree que tenía una notable rueda por medio de la cual podía predecir acontecimientos futuros y que había aprendido hidromancia de los egipcios. Creía que el bronce tenía poderes como oráculo, ya que aunque todo estuviera inmóvil había siempre un sonido que retumbaba en los recipientes de bronce. Una vez se dirigió en oración al espíritu de un río y del agua se levantó una voz Pitágoras, yo te saludo . Se decía que era capaz de hacer que demonios entraran en el agua alterando su superficie y por medio de la agitación ciertas cosas eran predichas.
Después de haber bebido de cierto manantial un día, uno de los Maestros de Pitágoras anunció que el espíritu del agua acababa de predecir que habría un gran terremoto el siguiente día, una profecía que se cumplió. Es muy probable que Pitágoras tuviera poder hipnótico, no sólo entre hombres sino también sobre animales. Hizo que un pájaro cambiara el curso de su vuelo, que un oso dejara de molestar a una comunidad y a un toro cambiar su dieta con el ejercicio de la influencia mental. También tenía una segunda vista, era capaz de ver cosas a distancia y descubrir con exactitud incidentes que todavía no habían pasado.
Iamblichus reunió treinta y nueve de los dichos simbólicos de Pitágoras y los interpretó. Estos habían sido traducidos del griego por Thomas Taylor. El aforismo era uno de los métodos favoritos usados en la Universidad Pitagórica de Crotona. Diez de los aforismos han sido reproducidos aquí con una breve aclaración de su significado oculto
I.- ¡Declina los paseos públicos, camina en las sendas no frecuentadas!. Con esto se entiende que aquellos que busquen sabiduría deben hacerlo en soledad.
II.- ¡Gobierna tu lengua antes que todas las demás cosas, siguiendo a los dioses!. Este aforismo advierte al hombre que sus palabras, en vez de representarle, le tergiversan y que cuando haya duda sobre qué decir, debemos mantenernos callados.
III.- ¡El viento soplando, adora el sonido!. Aquí Pitágoras recuerda a sus discípulos que el mando de Dios se oye en la voz de los elementos y que todas las cosas en la Naturaleza se manifiestan a través de la armonía, ritmo, orden o proceder de los atributos de Dios.
IV.- ¡Ayuda a un hombre a levantar una carga, pero no le ayudes a descargarla!. Se le instruye al alumno a ayudar al diligente, pero nunca ayudar a aquellos que buscan evadirse de sus responsabilidades, ya que es un gran pecado fomentar la indolencia.
V.- ¡No hables de asuntos pitagóricos sin luz!. Aquí se advierte al mundo que no debe intentar interpretar los misterios de Dios y los secretos de la ciencia sin iluminación espiritual e intelectual.
VI.- ¡Habiendo salido de tu casa, no te vuelvas, ya que las furias serán tus asistentes!. Pitágoras advierte aquí a sus seguidores que cualquiera que empiece la búsqueda de la verdad y, habiendo aprendido parte del misterio, se desanime o intente volver de nuevo a sus antiguos caminos de vicio e ignorancia, sufrirá grandemente, ya que es mejor no saber nada sobre la Divinidad que aprender un poco y entonces parar sin aprenderlo todo.
VII.- ¡Alimenta un gallo, pero no lo sacrifiques, ya que es sagrado para el Sol y la Luna!. Dos grandes lecciones están ocultas en este aforismo. La primera es un aviso contra el sacrificio de seres vivos a los dioses, porque la vida es sagrada y el hombre no debería destruirla ni siquiera como ofrenda a la Deidad. La segunda advierte que el cuerpo humano, aquí referido como un gallo, es sagrado para el Sol (Dios) y la Luna (Naturaleza), y debería ser guardado y preservado como el medio de expresión más valioso del hombre. Pitágoras también avisaba a sus discípulos contra el suicidio.
VIII.- ¡No recibas a una sombra en tu casa!. Esto avisa al buscador de la verdad que no permita que pensamientos a la deriva vayan a su mente ni que personas cerriles entren en su vida. Debe rodearse de pensadores racionalmente inspirados y de trabajadores conscientes.
IX.- ¡No ofrezcas fácilmente tu mano derecha a nadie!. Esto advierte al discípulo para que guarde su consejo y que no ofrezca sabiduría y conocimiento (su mano derecha) a aquellos que son incapaces de apreciarlo. La mano derecha aquí representa la Verdad, que levanta a aquellos que han caído por la ignorancia, pero como muchos de los no regenerados no desean sabiduría, cortarán la mano que amablemente ha sido tendida. Sólo el tiempo puede redimir a las masas ignorantes.
X.- ¡Cuando te levantes de las sábanas, enrróllalas juntas, y borra la impresión del cuerpo!. Pitágoras animaba a los discípulos que habían despertado del sueño de la ignorancia al estado de inteligencia, a eliminar de su memoria toda antigua oscuridad espiritual, ya que un hombre sabio al pasar no deja forma que otros menos inteligentes, al verla, usarían como molde para fundir ídolos.
Los más famosos de los fragmentos pitagóricos son los Versos Dorados, adscritos al mismo Pitágoras, pero sobre su autoría hay un elemento de duda. Los Versos Dorados contienen un breve resumen de todo el sistema de filosofía que formaba la base de las doctrinas educacionales de Crotona o como se le conoce comunmente la Escuela Itálica. Estos versos empiezan aconsejando al lector amar a Dios, venerar a los grandes héroes y respetar a los demonios y los habitantes de los elementos. Entonces urgen al hombre a pensar cuidadosamente sobre su vida diaria, y a preferir los tesoros de la mente y el alma a las acumulaciones de bienes terrenales. Los versos también prometen al hombre que si se levanta sobre su naturaleza material inferior y cultiva el autocontrol, finalmente será aceptable a la vista de los dioses, se reunirá con ellos y tomará parte de su inmortalidad. (Es bastante significativo que Platón diera gran importancia a algunos de los manuscritos de Pitágoras que habían sido salvados de la destrucción de Crotona. Ver Historia Deorum Fatidicorum , Ginebra 1675).
Según Pitágoras, la posición de cada cuerpo en el universo estaba determinado por la dignidad esencial de ese cuerpo. El concepto popular en su tiempo era que la Tierra ocupaba el centro del sistema solar, que los planetas, incluyendo el Sol y la Luna, se movían alrededor de la Tierra y que la Tierra era plana y cuadrada. Contrario a este concepto, y sin preocuparse de críticas, Pitágoras declaró que el fuego era el más importante de todos los elementos, que el centro era la parte más importante de cada cuerpo y que tal como el fuego de Vesta estaba en el centro de cada casa, así en el centro del universo había una esfera llameante de fulgor celestial. A este globo central él lo llamó la Torre de Júpiter, el Globo de la Unidad, el Gran Nómada y el Altar de Vesta. Como el sagrado número 10 simbolizaba la suma de todas las partes y la plenitud de todas las cosas, era natural para Pitágoras dividir el universo en diez esferas, simbolizadas por diez círculos concéntricos. Estos círculos empezaban en el centro con el globo de Fuego Divino, entonces venían los siete planetas, la tierra y otro planeta misterioso llamado Antichthon, que nunca era visible.
Las opiniones difieren sobre la naturaleza de Antichthon. Clemente de Alejandría creía que representaba la masa de los cielos, otros mantenían la opinión que era la Luna. Más probablemente era la octava esfera de los antiguos, el planeta oscuro que se movía en la misma órbita que la Tierra pero que se mantenía oculta por el cuerpo del Sol, estando en todo momento en posición opuesta a la Tierra. ¿Es el misterioso Lilith sobre el que los astrólogos han especulado durante tanto tiempo?
Isaac Mier ha afirmado Los pitagóricos sostenían que cada estrella era un mundo con sus propia atmósfera, que lo rodea en una inmensa extensión de éter . (Ver Cábala). Los discípulos de Pitágoras reverenciaron el planeta Venus, porque era el único planeta suficientemente brillante como para crear sombra. Como la estrella de la mañana, Venus es visible antes que el Sol se levante, como la estrella de la tarde brilla inmediatamente después que el Sol se ponga. Por estas cualidades los antiguos le dieron varios nombres. Siendo visible en el cielo al atardecer, era llamada vesper, y cuando se levantaba antes que el Sol se la llamaba la falsa luz, la estrella de la mañana o Lucifer, que quiere decir el portador de la Luz. Por su relación con el Sol al planeta se le llamó Venus, Astarte, Afrodita, Isis y la Madre de los Dioses. Es posible el hecho de que en algunas estaciones del año y en ciertas latitudes, Venus como creciente pudiera ser detectada sin la ayuda de un telescopio. Esto puede explicar por qué el creciente se ve en conexión con las diosas de la antigüedad, cuyas historias no coinciden en las fases de la Luna. El conocimiento preciso que Pitágoras poseía de la astronomía lo consiguió sin duda en los templos egipcios, ya que sus sacerdotes comprendían la verdadera relación de los cuerpos celestiales muchos años antes de que este conocimiento fuera revelado al mundo no iniciado, el hecho de que el conocimiento que él adquirió en los templos le hizo capaz de hacer afirmaciones que requirieron dos mil años para comprobarse, prueban el porqué Platón y Aristóteles estimaron tanto la profundidad de los antiguos Misterios.
En medio de la ignorancia de la ciencia comparativa y sin la ayuda de los instrumentos modernos, los sacerdotes-filósofos habían descubierto los fundamentos dinámicos universales.
Una aplicación interesante de la doctrina pitagórica de los sólidos geométricos expuesta por Platón se encuentra en el Canon. Casi todos los antiguos filósofos -dice su autor anónimo- idearon una teoría armónica con respecto al universo y la práctica continuó hasta que el viejo modo de filosofar murió . Kepler (1596), para demostrar la doctrina platónica, que el universo estaba formado de los cinco sólidos regulares, propuso la siguiente regla La Tierra es un círculo, el medidor de todo. Alrededor de él se describe un dodecaedro, el círculo que rodea a éste será Marte, alrededor de Marte se describe un tetraedro, la esfera que rodea a éste será Júpiter. Un cubo rodea a Júpiter, la esfera que contiene a éste será Saturno. Ahora encierra en la Tierra un icosaedro, el círculo inscrito en él será Venus, sitúa un octaedro en Venus, el círculo de dentro será Mercurio . ( Misterium Cosmográficum, 1596). Esta regla no puede ser tomada seriamente como una afirmación real de las proporciones del universo, ya que no lleva ningún parecido con las proporciones publicadas por Copérnico en el comienzo del Siglo XVI. A pesar de eso Kepler estaba muy orgulloso de su fórmula, decía que la valoraba más que el Electorado de Sajonia. También era aprobado por dos eminentes autoridades, Tycho y Galileo, quienes evidentemente la entendían. El mismo Kepler nunca dio una indicación de cómo interpretar su preciosa fórmula.
La astronomía platónica no trataba de la constitución material o emplazamiento de los cuerpos celestiales, sino que consideraba las estrellas y los planetas primariamente como puntos focales de inteligencia divina. La astronomía física se contemplaba como la ciencia de las sombras , la astronomía filosófica como la ciencia de las realidades .
Posted at 6:18 a.m. | Etiquetas: Astrologia |
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