Pensamientos que sanan

Hay cosas lindas y hermosas por sentir, pero hay otra más grande que es vivir intensamente esta vida.

Es una aventura fascinante.Pero, ¿cuándo nos damos cuenta que es así, si ahora estamos en el limbo y la incertidumbre no nos deja dar con el objetivo con el que trabajamos durante tanto tiempo?

Hoy es el momento, el instante de tomar la más grande de nuestras decisiones.

No importa en qué situación social, económica o de salud nos encontremos.Hoy, aquí y ahora, comencemos a amarnos sinceramente, escuchando lo que nuestro niño interior nos dice.¿Sabes qué nos pide?AMOR, MUCHO AMOR Y COMPRENSIÓN.

Que no lo maltratemos con pensamientos negativos de uno mismo y hacia los otros.

Escuchando "esa vocecita", comenzaremos a hacer cosas buenas, por uno mismo y por los demás.Transformando los pensamientos negativos en sentimientos y acciones positivas, comenzará a brillar la luz de nuestro trascendental y último objetivo: la felicidad.

Comenzar a aceptar nuestra identidad y amar cada una de nuestras virtudes y defectos, es el camino hacia la felicidad.

Muchas veces, necesitamos reconciliarnos con nosotros mismos, perdonarnos y perdonar a los demás porque no son como "quisiéramos que fuesen".

Sanemos nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestra alma y nuestro cuerpo.

Esta es la tarea más loable de nuestra existencia; allí comienza nuestra felicidad y al elegir nuestra sanación estaremos contribuyendo a la sanación de toda la humanidad.Enrique Sartore
Nuestro niño interior tal vez quiere despertar y volver a reir y a soñar como lo hacía en otros tiempos. Ese niño que de pronto jugaba, compartía, sonreía, y no sabía del dolor, de las heridas, que día a día gastaba toda su energía sin pensar en el futuro ya que no conocía esa palabra, ni podía imaginar a qué se refería cuando algún adulto la pronunciaba.Ese niño que vive en ti, que vive en mí, que de pronto se quedó dormido porque sintió que no valía la pena estar despierto preso de cosas que desconoce como son las preocupaciones, los problemas laborales, la falta de dinero, las injusticias, el engaño, y todo aquello que te cansa y que también a él lo llenó de cansancio porque lo dejaste de lado, medio olvidado o totalmente o sólo lo recordas cuando regresas con tus pensamientos a aquellos momentos en que consideras que fuiste feliz, muy feliz...Tenemos que despertar a ese niño, necesita estar despierto y volver a reir, porque si él no rie nosotros tampoco, si él no es feliz nosotros tampoco.
¡¡Vamos!! Es el momento de mirar hacia adentro, y verlo, está ahí esperando que aprendas a vivir este presente que se nos va tan rápido, está en vos esperando que vuelvas a soñar, que algún día grites de felicidad, que sienta que podes bailar al compás de tu música sin importarte si es tu música preferida.
Perdón, amor, y otras tantas palabras endulzan los oidos de ese niño y lo alimentan con caricias en el alma.
No sos más joven ni sos un anciano por la edad cronológica que tengas, sos tan joven como el niño que vive en tí, pero si dejas que siga adormecido, si dejas que ese sueño sea eterno entonces sí podrás tener la vestimenta y el cuerpo de un adolescente pero tu espíritu estará envejecido.
Si hoy volves a reir por cualquier cosa que te sucede, si hoy llegas a casa y te perdes en algo que te alegra, si cuando vas por la calle te da risa el sombrero de alguien que pasa a tu lado, y si al salpicarte los pantalones con barro, te reis porque sentis que los lunares no te quedan bien: la mitad de la batalla está ganada... Lo despertaste y él espera que así seas todos los días, porque es el encargado de mostrarte la felicidad en las pequeñas cosas y eso forma parte del gran misterio de la vida.

Graciela De Filippis

1 comentarios:

Unknown dijo...

EXCELENTE OJALA PUEDA RECUPERAR MI NIÑA INTERIOR MEHARIA MUCHO BIEN HACERLO,GRACIAS POR TAN BUEN RELATO

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