Runas
Las runas son un antiquísimo oráculo compuesto por veinticinco signos mágicos que con el tiempo se convirtieron en el primer alfabeto de los escandinavos, el pueblo vikingo que desarrolló su civilizaciòn en el extremo norte europeo. Este alfabeto mágico tiene la particularidad de ser el único que sobrevive en Occidente, a la furia descalificadora de la Iglesia Romana.
Hace 1800 años, el historiador romano Tácito mencionó a las runas en su obra Germania, documentando por primera vez la tradición hasta entonces oral de una costumbre muy antigua de esos pueblos: la adivinación. Pocos siglos después arderían en la hoguera inquisitorial los hábitos paganos que no admitían la simbiosis de los dioses primitivos con los santos católicos.
En este nuevo mundo lineal y perfecto, el advenimiento de la Santa Inquisición impidió el ejercicio de la adivinación, considerada brujería diabólica, y la Astrología se acomodó a los cánones grecorromanos olvidando su origen persa babilónico. El Medio Oriente contribuyó con el Tarot, la Cábala (zona levantina), la lectura de la borra del café, etc. La India, Paquistán y países bañados por el Indico florecieron con el Yoga, la meditación védica y la comprensión del mundo abstracto. China nos sedujo con el I-Ching y el zodíaco anual, largamente transformado, a gusto y placer de este tiempo, de lo que era originalmente.
Y las runas sufrieron, como todos. Tuvieron que esconderse durante mucho tiempo y Odín, el dios padre de la Edad de Hierro, pendió del árbol de la vida durante nueve noches transformándose en el primer colgado en sacrificio.
Estos pequeños signos diseminados por los vikingos en la era de las invasiolnes al continente europeo (789-1069 DC) formaban el alfabeto secreto usado por guerreros y lectores de runas -runemals o vitkis- y no sólo guardaban información sagrada sino que, combinados, formulaban palabras protectoras que, grabadas en escudos y cuchillos, han sido encontradas en yacimientos arqueológicos.
El estudio de este oráculo comprende varios niveles: desde el análisis del símbolo y la predicción inmediata hasta el estudio del inconsciente.. Como las runas presentan los mismos arquetipos que sus parientes, las mancias orientales, pueden desarrollarse todo tipo de asociaciones. Las runas son el sostén simbólico de ese mundo nórdico pagano. Pero no es un mundo perdido, sino vigente.
Segun Jung "el inconsciente colectivo es el sedimento de la experiencia universal de los tiempos y, por lo tanto, una imagen de mundo que se ha formado hace muchos eones". Los símbolos representarían ese mundo y, entre ellos, las runas.
Los ejemplos son múltiples. Friday, viernes en inglés, significa "día de Frigg", la Venus rúnica que, como la latina, preside ese día y rige a los nativos de Libra, el color rosa, el amor y la belleza.
El Yggdrasil, árbol de donde colgó Odín, es la representación idéntica del árbol cabalístico cuya corona es Kether. La Navidad es una fiesta rúnica y Santa Claus es una divinidad nórdica. El doce, número de la runa de la cosecha, también es el símbolo de los frutos recolectados, por ese motivo compramos "por docena".
Runa, como decía, significa secreto. También es sinónimo de letra del alfabeto escandinavo y la palabra que simboliza el ruido de una piedra rozando otra piedra. Pero en verdad las runas son un antiguo método oracular muy poco difundido, es la máxima síntesis de los símbolos mágicos occidentales, tan espontáneos en nuestro inconsciente que hoy reaparecen en forma de graffiti en las calles o en las hebillas de cinturones de moda, sin que ni siquiera se sospeche qué son o de dónde vienen.
Los pueblos del norte europeo depositaban en las runas toda su confianza, y las consultavan siempre y cuando fuera necesario, preferentemente a la salida del sol. Al principio eran varillas de árboles que miraban al este, cortadas y grabadas.
Los símbolos mágicos de las runas según la leyenda se desprendieron de las piedras en la novena noche, cuando Odín colgaba del Yggdrasil. Le enseñaron sus secretos, transformándolo en el señor de la vida, por haber vencido a la muerte. Los rescataron y lo convirtieron en un ser superior.
El número nueve es mágico. El nueve es el renacimiento que viene después del infinito -número ocho- y tiene toda la potencia de un ciclo que se reanuda.
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Hace 1800 años, el historiador romano Tácito mencionó a las runas en su obra Germania, documentando por primera vez la tradición hasta entonces oral de una costumbre muy antigua de esos pueblos: la adivinación. Pocos siglos después arderían en la hoguera inquisitorial los hábitos paganos que no admitían la simbiosis de los dioses primitivos con los santos católicos.
En este nuevo mundo lineal y perfecto, el advenimiento de la Santa Inquisición impidió el ejercicio de la adivinación, considerada brujería diabólica, y la Astrología se acomodó a los cánones grecorromanos olvidando su origen persa babilónico. El Medio Oriente contribuyó con el Tarot, la Cábala (zona levantina), la lectura de la borra del café, etc. La India, Paquistán y países bañados por el Indico florecieron con el Yoga, la meditación védica y la comprensión del mundo abstracto. China nos sedujo con el I-Ching y el zodíaco anual, largamente transformado, a gusto y placer de este tiempo, de lo que era originalmente.
Y las runas sufrieron, como todos. Tuvieron que esconderse durante mucho tiempo y Odín, el dios padre de la Edad de Hierro, pendió del árbol de la vida durante nueve noches transformándose en el primer colgado en sacrificio.
Estos pequeños signos diseminados por los vikingos en la era de las invasiolnes al continente europeo (789-1069 DC) formaban el alfabeto secreto usado por guerreros y lectores de runas -runemals o vitkis- y no sólo guardaban información sagrada sino que, combinados, formulaban palabras protectoras que, grabadas en escudos y cuchillos, han sido encontradas en yacimientos arqueológicos.
El estudio de este oráculo comprende varios niveles: desde el análisis del símbolo y la predicción inmediata hasta el estudio del inconsciente.. Como las runas presentan los mismos arquetipos que sus parientes, las mancias orientales, pueden desarrollarse todo tipo de asociaciones. Las runas son el sostén simbólico de ese mundo nórdico pagano. Pero no es un mundo perdido, sino vigente.
Segun Jung "el inconsciente colectivo es el sedimento de la experiencia universal de los tiempos y, por lo tanto, una imagen de mundo que se ha formado hace muchos eones". Los símbolos representarían ese mundo y, entre ellos, las runas.
Los ejemplos son múltiples. Friday, viernes en inglés, significa "día de Frigg", la Venus rúnica que, como la latina, preside ese día y rige a los nativos de Libra, el color rosa, el amor y la belleza.
El Yggdrasil, árbol de donde colgó Odín, es la representación idéntica del árbol cabalístico cuya corona es Kether. La Navidad es una fiesta rúnica y Santa Claus es una divinidad nórdica. El doce, número de la runa de la cosecha, también es el símbolo de los frutos recolectados, por ese motivo compramos "por docena".
Runa, como decía, significa secreto. También es sinónimo de letra del alfabeto escandinavo y la palabra que simboliza el ruido de una piedra rozando otra piedra. Pero en verdad las runas son un antiguo método oracular muy poco difundido, es la máxima síntesis de los símbolos mágicos occidentales, tan espontáneos en nuestro inconsciente que hoy reaparecen en forma de graffiti en las calles o en las hebillas de cinturones de moda, sin que ni siquiera se sospeche qué son o de dónde vienen.
Los pueblos del norte europeo depositaban en las runas toda su confianza, y las consultavan siempre y cuando fuera necesario, preferentemente a la salida del sol. Al principio eran varillas de árboles que miraban al este, cortadas y grabadas.
Los símbolos mágicos de las runas según la leyenda se desprendieron de las piedras en la novena noche, cuando Odín colgaba del Yggdrasil. Le enseñaron sus secretos, transformándolo en el señor de la vida, por haber vencido a la muerte. Los rescataron y lo convirtieron en un ser superior.
El número nueve es mágico. El nueve es el renacimiento que viene después del infinito -número ocho- y tiene toda la potencia de un ciclo que se reanuda.
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Posted at 12:30 a.m. | Etiquetas: Runas |
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