La belleza y el Espíritu de Navidad
por Rebeka Piña
La vida de Jesús representa la expresión espiritual de la humanidad, la persona que cada uno de nosotros está destinada a ser.
- Ernest Holmes
El verdadero significado de la Navidad es que Dios ha sembrado en la conciencia de cada individuo la semilla de la posibilidad personal suprema, que en la persona de Jesús se desarrolló plenamente como Su hijo.
- Joel Goldsmith
... Y ya no vivo yo, sino que es el Cristo quien vive en mí.
Gál. 2:20
Al celebrar esta Navidad, recordemos lo que realmente estamos celebrando. Entre el bullicio de las compras, el intercambio de regalos, las reuniones de amigos y familiares, las posadas y las fiestas, permanezcamos alertas a la Presencia Sagrada de la Consciencia Crística que reside dentro de cada uno de nosotros, y del milagro del despertar a ella. Esta es la razón de ser de la Navidad.
Aunque se acostumbra considerar la Navidad como el evento que celebra el nacimiento de Jesús, a través de los siglos, muchos de los grandes maestros de la Verdad han comprendido y enseñado el significado más profundo de este evento: el nacimiento de la idea de que Dios puede llegar a expresarse más plenamente como cada uno de nosotros. La semejanza a Dios en la que fuimos creados, se realizó completamente en Jesús. Cuando se despierta la Conciencia Crística en nuestro corazón, el Espíritu Infinito se deja conocer en nuestra vida.
Al admirar la brillantez y el resplandor de la celebración externa de esta temporada, dejemos que nos haga reflexionar sobre aquello que es más brillante que todas las luces de Navidad y todo el oropel: la presencia iluminada del Cristo en nosotros, nuestra “chispa divina” el verdadero “YO SOY” que el Creador ha sembrado en nuestros corazones y almas.
Enfoquemos nuestro entendimiento en nuestro corazón y reconozcamos la Conciencia Crística como nuestra propia vida. Cuando hacemos el bien y dejamos de quejarnos porque las cosas no resultan como nosotros creemos que deberían de resultar, permitimos que nuestra luz brille. Cuando dejamos brillar nuestra luz, todos los que nos rodean son envueltos en ese brillo, que es el del Espíritu y recordamos la razón de ser de esta temporada.
AFIRMACIÓN: EN ESTE DÍA SAGRADO CELEBRO QUE LA CONCIENCIA CRÍSTICA NACE EN MÍ Y CRECE EN CADA MOMENTO. LA RECONOZCO , LA INVITO Y LA ACEPTO. VEO A TODOS BAJO LA LUZ VERDADERA DE SU DIVINIDAD.
La vida de Jesús representa la expresión espiritual de la humanidad, la persona que cada uno de nosotros está destinada a ser.
- Ernest Holmes
El verdadero significado de la Navidad es que Dios ha sembrado en la conciencia de cada individuo la semilla de la posibilidad personal suprema, que en la persona de Jesús se desarrolló plenamente como Su hijo.
- Joel Goldsmith
... Y ya no vivo yo, sino que es el Cristo quien vive en mí.
Gál. 2:20
Al celebrar esta Navidad, recordemos lo que realmente estamos celebrando. Entre el bullicio de las compras, el intercambio de regalos, las reuniones de amigos y familiares, las posadas y las fiestas, permanezcamos alertas a la Presencia Sagrada de la Consciencia Crística que reside dentro de cada uno de nosotros, y del milagro del despertar a ella. Esta es la razón de ser de la Navidad.
Aunque se acostumbra considerar la Navidad como el evento que celebra el nacimiento de Jesús, a través de los siglos, muchos de los grandes maestros de la Verdad han comprendido y enseñado el significado más profundo de este evento: el nacimiento de la idea de que Dios puede llegar a expresarse más plenamente como cada uno de nosotros. La semejanza a Dios en la que fuimos creados, se realizó completamente en Jesús. Cuando se despierta la Conciencia Crística en nuestro corazón, el Espíritu Infinito se deja conocer en nuestra vida.
Al admirar la brillantez y el resplandor de la celebración externa de esta temporada, dejemos que nos haga reflexionar sobre aquello que es más brillante que todas las luces de Navidad y todo el oropel: la presencia iluminada del Cristo en nosotros, nuestra “chispa divina” el verdadero “YO SOY” que el Creador ha sembrado en nuestros corazones y almas.
Enfoquemos nuestro entendimiento en nuestro corazón y reconozcamos la Conciencia Crística como nuestra propia vida. Cuando hacemos el bien y dejamos de quejarnos porque las cosas no resultan como nosotros creemos que deberían de resultar, permitimos que nuestra luz brille. Cuando dejamos brillar nuestra luz, todos los que nos rodean son envueltos en ese brillo, que es el del Espíritu y recordamos la razón de ser de esta temporada.
AFIRMACIÓN: EN ESTE DÍA SAGRADO CELEBRO QUE LA CONCIENCIA CRÍSTICA NACE EN MÍ Y CRECE EN CADA MOMENTO. LA RECONOZCO , LA INVITO Y LA ACEPTO. VEO A TODOS BAJO LA LUZ VERDADERA DE SU DIVINIDAD.
Posted at 4:45 a.m. | Etiquetas: Reflexiones |
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