De qué depende tu salud?
Tu perfecta salud parece depender de varios factores en
varias áreas de tu vida, pero en realidad solo depende de uno solo. La perfecta
salud depende del libre fluir de nuestra energía vital por nuestro ser, la que
en algún momento bloqueamos como respuesta al medio que nos amedrenta y como
una solución del momento para protegernos. Por ejemplo, bloqueamos la energía
que circula en nuestro cuarto chacra cuando hemos sentido mucho dolor a causa
del desamor de nuestros padres en la infancia. Como medida de protección, para
dejar de sentir ese dolor, creamos un escudo que protege nuestro cuarto chacra
con la intención de evitar sentir ese dolor. Con el tiempo, ese escudo creado
artificialmente por nosotros, impide el paso libre de energía y se producen
enfermedades relacionadas con los órganos del cuerpo que son regidos por este
chacra.
Si observamos la creación de las enfermedades en su
verdadero origen, dejaremos de pensar que nuestra salud puede depender de
factores externos como tenemos la tendencia a creer. Al no darnos cuenta del
verdadero origen de una enfermedad podemos pensar que otros factores han sido
los responsables de la perdida de la salud. Al no observar las verdearas causas
de la enfermedad, buscamos soluciones en el lugar equivocado, obteniendo a
cambio una tranquilidad que solo nos permite dejar de sentir dolor físico o
salir de la emergencia.
Es así como muchas veces pensamos que enfermamos por una
inadecuada alimentación, porque no tenemos los recursos económicos para
proteger nuestra salud, porque no contamos con un adecuado sistema de salud,
por una condición inadecuada del medio ambiente, por problemas en las
relaciones de pareja o en el trabajo, por las dificultades que hemos vivido en
el pasado y por las preocupaciones que tenemos por el futuro. Sin embargo,
nuestras enfermedades se producen por la respuesta emocional que damos a todos
estos factores externos.
La alimentación adecuada puede ayudarnos a sentirnos
bien, pero la salud no depende exclusivamente de ella. Es así como he atendido
personas con graves enfermedades que han sido muy cuidadosas con su cuerpo
físico, otorgándole todos los cuidados de que él requiere en cuanto a ejercicio
o alimentación y he visto en sus rostros la gran interrogante que se les
presenta cuando descubren que de igual manera han enfermado.
Los sistemas económicos nos han hecho creer que es
necesario, y más que eso, que es imprescindible, contar con un buen sistema de
salud que asegure las atenciones médicas que se requieren como medida para
cuidar la salud. En sus propagandas ellos dicen que seas responsable, que
obtengas el mejor plan para asegurar tu bienestar y obtener los medicamentos
que te aseguran una buena salud. Es verdad que un buen respaldo de atención en
casos de urgencia es deseable, pero la primera prioridad no se basa en contar
con estos sistemas. Lo primero es equilibrar nuestras emociones y alinear
nuestras creencias al bienestar que la Fuente nos otorga en forma gratuita. En
este caso la prioridad cambia y observamos que los propulsores de estas
iniciativas nos están entregando el mensaje invertido.
Demasiadas veces pensamos que enfermamos porque estamos
experimentando problemas de relaciones con la pareja, con la familia o en el
trabajo. Pero en realidad estamos enfermando porque no hemos comprendido que
cada cual tiene su proceso y que aún nos queda camino por recorrer para
relacionarnos en amor incondicional. Puede ser adecuado cambiar de pareja o de
trabajo cuando las cosas están complicadas, estamos sufriendo y desgastándonos
energéticamente. Pero en realidad seria de mayor significancia descubrir qué es
lo que no podemos perdonar en esas relaciones para que lo estemos pasándolo tan
mal. Este entendimiento nos otorga libertad para movernos y disfrutar de una
mejor calidad de vida sin la necesidad de volver a encontrar los mismos
problemas a la vuelta de la esquina una y otra vez, pensando que tenemos mala
suerte o enfermando como consecuencia de ello.
Los problemas económicos son también una gran fuente de
dolor para muchas personas. La tensión que se vive bajo este inconveniente
genera mucha tensión y mucho estrés que a la larga perjudica la salud. Muchas
enfermedades son derivadas del sufrimiento emocional causado por la angustia de
los problemas económicos. Tenemos la tendencia a pensar que una vez eso sea
superado, nos sentiremos mejor y no nos damos cuenta de que la solución es
justamente al revés. Primero deberemos recordar que somos hijos de un Padre
generoso, que nuestro sustento se encuentra asegurado, que nuestros dones están
disponibles y que nuestra imaginación nos puede llevar a mejores posiciones
económicas para que todo marche más ordenado y fluido, mejorando nuestra salud
de inmediato.
Los amargos recuerdos del pasado son responsables de
innumerables problemas de salud, así como también las angustias por el futuro.
Vivir el presente, disfrutando del aquí y el ahora, es algo que aun no
conocemos en profundidad. Pocas veces nos instalamos en el momento presente que
es donde es posible crear la vida y sus beneficios. Es suficiente con realizar
una actividad cotidiana como cepillarnos los dientes, como para que nuestra
mente se permita viajes increíbles hacia el pasado o hacia el futuro. Estos
viajes no serian tan dañinos si no fuera por nuestro tan marcado habito de
hacerlos cargados de emociones desagradables en vez de emociones agradables y
enfocados en lo que no queremos en vez de lo que sí queremos.
Podemos pensar que algo o alguien nos enferma, pero en
realidad, es bastante necesario darnos cuenta de que una parte de nosotros se
encuentra bloqueando el normal y natural fluir de las energías de nuestro Ser
como respuesta al miedo a sufrir lo que no queremos experimentar.
Pocas veces tenemos la paz mental y emocional para
enfocar nuestra visión en la vida que queremos disfrutar, teniendo la paciencia
y la delicadeza de su diseño en el interior de nuestro Ser ajustándonos a la
intención de la Fuente que solo quiere nuestros bien.
Patricia González.
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