Relación entre Enfermedades del Hígado y problema emocional
HÍGADO
(dolores de …) (ver también: CÁLCULOS BILIARES, ICTERICIA)
Los dolores de hígado proceden de mi propia actitud. Mis frustraciones
acumuladas, mis odios, mis celos, mi agresividad contenida son factores
activadores de los problemas del hígado. Estos sentimientos esconden
miedos que no pueden expresarse de otro modo. Tengo tendencia a criticar y
juzgar a los demás con facilidad. Me quejo constantemente. Resisto a alguien o
a algo. Vivo mucho disgusto. Acepto difícilmente tales como son. La
alegría de vivir es frecuentemente inexistente porque tengo envidia de los demás,
lo cual me perturba y me pone triste. Sin embargo, hasta qué punto estoy listo
para hacer esfuerzos, tanto en el plano material como en mi caminar espiritual?
Aún no he comprendido que lo que yo reprocho al otro sólo es el reflejo de mí –
mismo. Sólo es mi espejo. Me quejo constantemente y pido a los demás que
cambien. ¿Dónde está mi buena voluntad? ¿cuál es el esfuerzo por mi parte?
También carezco de alegría de vivir, simplicidad. Podré desarrollar un cáncer
de hígado si todas las emociones que me son nefastas me “agobian” desde un buen
tiempo. Frecuentemente, resulta de un conflicto con relación a la familia o al
dinero, especialmente cuando tengo miedo de carecer de algo. Es tiempo que tome
consciencia que debo aceptarme tal como soy y aprender a amarme más. Ser
capaz de amor y comprensión hacía mí abre la vía a mi comprensión y al amor de
los demás. Recobro la alegría de vivir.
HÍGADO
(absceso del…)
El hígado está relacionado con la crítica y un absceso del hígado indica una
gran insatisfacción en mi vida, que puede proceder del hecho que los
acontecimientos no se desarrollan como quiero, que me preocupo demasiado para
ciertas situaciones o que la alegría y el amor que alimentan mi vida son
insuficientes. Éste es un mensaje que me da la vida para desarrollar mi
flexibilidad y mi apertura y hacer que yo busque el amor y la comprensión que
necesito para descubrir más este amor que está en mí.
HÍGADO
(crisis de…) (ver también: INDIGESTIÓN)
El hígado metaboliza los alimentos, elimina los excesos de proteínas, grasa y
azúcar y purifica la sangre de sus impurezas. Es esencial a la vida. Es
conocido como la “sede de la ira y de la crítica”. El hígado también está
vinculado con mi comportamiento y representa la facilidad de adaptación a los
acontecimientos y a las circunstancias de la vida. Las emociones negativas que
siento (pena, odio, celos, envidia, agresividad) traban el buen funcionamiento
del hígado. Mi hígado tiene la capacidad de acumular estrés y tensión interior.
Es también en mi hígado donde se depositan mis pensamientos y mis sentimientos
amargos e irritantes que no han sido expresados o resueltos. Por esto, cuando
limpio mi hígado por medios fisiológicos, (por la fitoterapia o de otro modo) o
energéticos, entonces me siento más calmado y en mejor contacto conmigo mismo.
Los desórdenes del hígado pueden incluso llevarme a vivir la depresión, ésta
siendo percibida como decepción frente a mí – mismo. Puedo vivir en ese momento
tristeza, cansancio, una dejadez general. Cuando mi hígado está sucio, afecta
los niveles espirituales e interiores de mi consciencia. Puedo perder mi vía y
la dirección que debo tomar. El hígado da la vida y también puede alimentar mi
miedo a esta misma vida. Debo yo actuar para que me de la vida.
HÍGADO
– CIRROSIS (…del hígado)
La cirrosis es una enfermedad inflamatoria del hígado causada, entre otras
cosas, por el consumo abusivo de alcohol. La CIRROSIS se encuentra en el que se
siente empujado por la vida, por acontecimientos o ciertas situaciones que le
obligan a avanzar. Sintiéndome empujado contra mi voluntad, resisto y me agarro
a mis opiniones. Vivo con rencor y agresividad. Esta enfermedad es el reflejo
de mi ira, mi resentimiento frente a la vida y a lo que me sucede. Estoy lleno
de una agresividad interior latente y me culpo constantemente porque tengo la
convicción de haber “equivocado” mi vida. Paso mi tiempo culpándome y
criticando a los demás. Me endurezco tanto que ya no consigo ver la luz al
final del túnel. Para ayudarme a reanudar con la vida, acepto vivir el
instante presente y ver todo lo bueno que me está sucediendo “ahora”. Abro mi
corazón y presto atención a cada gesto, en cada acción aquí y ahora y aprendo a
no ser tampoco un juez severo. Siendo más tolerante conmigo mismo, lo seré
también hacía los demás, lo cual me traerá mucho más armonía y felicidad en mi
vida. Compruebo mis intenciones verdaderas, me mantengo abierto al amor y me
perdono en lo que soy.
HÍGADO
– HEPATITIS (ver también: ALCOHOLISMO, INFECCIÓN, INFLAMACIÓN)
La hepatitis es una infección del hígado causada o bien por un virus, por
bacterias, por el alcohol o por medicamentos, y afecta totalmente el cuerpo.
Los síntomas son la debilidad, la ictericia, la pérdida de apetito, las
nauseas, la fiebre y el malestar abdominal. El hígado es el “dador de vida”,
limpiando la sangre de sus venenos y excesos, y conservando nuestro estado
emocional (la sangre) en un justo equilibrio. El hígado es el lugar en donde
puedo acumular emociones intoxicantes y excesivo odio. Es la sede de la ira.
Las palabras o enfermedades acabando por “itis”, como hepatitis, indican
irritación, ira. La hepatitis puede estar vinculada con mis relaciones
personales o con una situación difícil. Este conjunto de emociones negativas
trae debilidad y desesperación y causa ira, culpabilidad y conflictos de
prioridades. Cuando “me quemo la sangre” por nada, esto me lleva a vivir mucha
ira, rencor, rabia e incluso odio que puede llevar a la violencia contra uno –
mismo, o contra los demás. La hepatitis viral A tiene su origen en un rencor
que puedo tener frente al mismo alimento o frente a un problema de connotación
alimenticia. La hepatitis viral B manifiesta un rencor vivido con algo o
alguien que me ha sido impuesto. Es como si hubiese estado proyectado dentro de
una situación que rechazaba. Por ejemplo, me pueden haber obligado a participar
a un concurso de danza. La hepatitis viral C se produce después de un gran
rencor en relación con lo desconocido. Por ejemplo,¿ Quienes son mis padres?
¿Dónde nací? Puedo sentir mucha resistencia frente a nuevas situaciones en mi
vida que me llevan a aportar cambios. Puedo desear engancharme a mis prejuicios
y a mis ideas preconcebidas. Aprovecho el tiempo de reposo que debo tomar para
hacer el balance sobre mi vida. Me libero de los prejuicios, iras que
entretenía en mí.por EL_GRAN_DICCIONARIO_DE_LAS_DOLENCIAS
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Controlar los pensamientos
Nuestra mente se alimenta de los
pensamientos que le damos. Si siempre tenemos pensamientos tristes, pesimistas,
llenos de dolor… pues así actuará nuestro cerebro y condicionará nuestra vida y
nuestra forma de ser.
Hay personas que tienen mucha
dificultad en concentrarse en lo que desean y otras personas siempre tienen una
y otra vez los mismos pensamientos, que son incapaces de quitar de su mente. En
lugar de controlar los pensamientos, son los pensamientos quienes controlan a
la persona…
Cuando una persona dice “No soy capaz
de olvidar lo que me han hecho…” “Lo tengo presente continuamente…” Y otras
frases parecidas, supone que la persona no tiene la capacidad de mirar
fríamente lo que ha ocurrido y reflexionar para encontrar una solución al
problema que le hace sufrir.
Tenemos que aprender a guiar nuestro
pensamiento; él va a donde nosotros le guiemos. Tenemos que acostumbrar a
nuestra mente que piense en aquello que nos interesa y que reduzca al mínimo
las barreras e interferencias.
El pensamiento y su actividad están
relacionados con el estado físico de la persona. A mayor bienestar y
relajación, más calidad de pensamiento. A mayor cansancio, menor actividad y
calidad.
¿Qué podemos hacer para guiar nuestro pensamiento?
1. No cargues inútilmente tu mente.
Recuerda cosas que de verdad merezcan la pena; el resto lo puedes escribir o
apuntar en una libreta.
2. Ten objetivos y metas claras y concretas.
3. Procura realizar ejercicios de concentración cuando notes que estás
algo despistado.
4. Intenta siempre traer a tu mente cosas positivas.
5. Cuando estés sufriendo algo duro y difícil en tu vida, trata de
concentrarte en las posibles soluciones que puede tener ese problema. No te
concentres ni te estanques en el dolor que te hace sentir.
6. Habla con alguien de lo que te pasa, pero no le estés contando a
todo el mundo tu problema.
7. La relajación ayuda a concentrarse y a dirigir bien los
pensamientos.
8. Date tiempo. Las prisas nunca son buenas para nada que tengamos que
hacer en la vida, mucho menos para aprender a controlar nuestro pensamiento.
9. Sé paciente. Muchas personas sufren porque no tienen paciencia.
Quieren todo “ya”, “ahora”, “en este momento”. La impaciencia es una de las
señales que denotan la inmadurez de la persona.
10. Ten los pies en el suelo. Muchas veces nos creamos castillos en el
aire porque no queremos afrontar las cosas que nos suceden en la vida. La mejor
manera de enfrentarse a los problemas es viéndolos de frente y luchando por
controlarlos.
No dejes que los problemas te hundan
la vida. Hunde con tu vida los problemas…
En la mano de cada persona está guiar
su mente hacia lugares más serenos y más cómodos, para poder analizar y ver con
lucidez las cosas que le ocurren. Si te desesperas no conseguirás absolutamente
nada. Imagina que tus pensamientos son como esos niños pequeños que hay que ir
enseñando para que no hagan ni se hagan daño.
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Nunca te quejes
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