Los beneficios del Shiatsu

Los seres humanos usan sus manos para frotar y presionar las partes de su cuerpo que duelen, y de esa manera lograr algún alivio. Existen múltiples técnicas que usan las manos y los dedos para accionar sobre el cuerpo El Shiatsu es una terapia que utiliza la presión de los dedos sobre diversos puntos en la piel para prevenir la aparición de dolencias, potenciar la capacidad de sanción natural del organismo y llevar alivio frente a diversos malestares.

Viernes, 24 de Febrero de 2006 Por Latinsalud.com

Fuente: Latinsalud.com
Conducta instintiva
Siguiendo un instinto, los seres humanos usan sus manos para frotar y presionar las partes de su cuerpo que duelen, y de esa manera lograr algún alivio. Existen múltiples técnicas que usan las manos y los dedos para accionar sobre el cuerpo, provocando diversos efectos benéficos. Shiatsu, palabra de origen japonés, está compuesta por dos significados: Shi, que significa dedo y atsu, presión. En este artículo nos referiremos al Shiatsu creado y enseñado por el maestro japonés Tokujiro Namikoshi.
Según lo define el propio maestro, Shiatsu Sistema Namikoshi es una terapia que utiliza la presión de los dedos sobre diversos puntos en la piel para prevenir la aparición de dolencias, potenciar la capacidad de sanación natural del organismo y llevar alivio frente a diversos malestares. Namikoshi sistematizó un cúmulo de enseñanzas antiguas y experiencias propias, ubicando con precisión puntos corporales donde debe ejercerse la presión, la intensidad de la misma, la posición de las manos y los dedos, etc.
No debe confundirse Shiatsu con otro sistema que utiliza los dedos: la Digitopuntura. Si bien se basan en principios similares, hay una diferencia que es necesario destacar. Mientras Shiatsu acciona sobre el aspecto meramente físico (músculos, nervios, etc.) la Digitopuntura trabaja sobre el aspecto energético del ser humano.
Así, Shiatsu, logra eliminar la fatiga muscular y nerviosa acumulada en el cuerpo, y restablecer el equilibrio de todas las funciones, incluyendo la del sistema endocrino: el equilibrio hormonal. Su ventaja es la suavidad con que se suministra el tratamiento, el cual no produce dolores ni tiene efectos secundarios.
De maestro a discípulo
Como muchas de las terapias orientales, el futuro terapeuta aprende el Shiatsu de un maestro entrenado, que ha recibido a su vez esta enseñanza de otro maestro. Se asegura así la exactitud en la transmisión de la técnica, fundamental para el éxito de la terapia. El sistema creado por Namikoshi recibió la aprobación oficial del Ministerio de Salud del Japón, y él mismo creó en su país un instituto para la enseñanza del Shiatsu (*). Quien aprende la técnica puede autoadministrársela, darla a sus familiares y amigos, y también tratar a pacientes en forma regular. En esta terapia es importante la entrega del paciente y la armonía con el terapeuta para lograr un mayor y eficaz beneficio.
No se trata de un simple masaje, sino una verdadera terapia, ya que tiende a aliviar y a eliminar dolencias. Mientras el masaje trabaja a un nivel superficial, Shiatsu tiende a eliminar las tensiones, el cansancio y el estrés muscular y nervioso. Recompone las consecuencias de esa fatiga muscular y nerviosa, que son las irregularidades en las distintas funciones.
Entre esas irregularidades funcionales están, por ejemplo, los desórdenes digestivos. Muchas personas tienen problemas con su digestión sin que el médico pueda diagnosticar una patología concreta. Yendo a la causa profunda de la disfunción, que puede ser el estrés, Shiatsu logra restablecer la funcionalidad. Otra aplicación muy provechosa es aquella que busca recomponer problemas óseos, como las desviaciones en la columna.

De la intuición a la ciencia
El objetivo primordial de la técnica es prevenir la aparición de enfermedades. Como muchas terapias orientales, tiene una clara intención preventiva. Pero cuando las enfermedades aparecen, es posible tratar algunas de ellas con Shiatsu.
Sin embargo, existen dolencias que están reservadas a la medicina alopática. Las enfermedades infecciosas, las enfermedades contagiosas y el cáncer no pueden ser tratadas con Shiatsu. Por eso siempre se recomienda mantener un equilibrio de criterio: ambas medicinas, la oriental y la occidental, son buenas.
Pero ante la actual tendencia a tomar drogas y medicamentos al primer dolor o síntoma, Shiatsu viene a incentivar el inmenso poder de autocuración de nuestro propio organismo. Busca activar y estimular esos procesos de curación naturales, sin tener que recurrir en lo posible a elementos externos.
Para ello, Tokujiro Namikoshi, recogió la antigua y valiosa enseñanza oriental.
Descubrió que presionando a ambos lados de la columna vertebral en su región media, en la región de las cápsulas suprarrenales, glándulas que segregan una hormona llamada cortisona y que alivia el reumatismo, logró eliminar los dolores reumáticos de su madre. Es así como comenzó a estudiar la fisiología humana y, más allá de lo intuitivo pudo establecer científicamente puntos (tsubos) y técnicas de presión.
Para ejercer presión sobre los puntos establecidos por Namikoshi, el terapeuta usa sus manos, fundamentalmente las palmas y los dedos, principalmente el pulgar.
Digno representante de la medicina oriental, Namikoshi fundaba todas las irregularidades de la salud en una sencilla causa: apartarse del equilibrio con la naturaleza. Cuando recuperamos ese equilibrio, muchas de las dolencias desaparecen, y recuperamos calidad de vida.

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