Clínica con niños

En la experiencia clínica es una problemática frecuente constatar que a muchos padres les cuesta asumir su función y por consiguiente no saben cómo darle lugar a un niño, con las consecuencias sintomáticas que esto determina en los pequeños.

Recuerdo una madre que en las consultas me transmitía su dificultad para pensar cómo ayudar a su hijo frente a sus problemas de aprendizaje, desorientación que provocaba en ella ataques de ira o actitudes impulsivas que paralizaban al niño.

Pero... qué es lo que más conmueve a los padres? Reconocer su dificultad para hacer en el vínculo con los niños o cuando el niño no responde como suponen que debería en los diferentes ámbitos donde circulan y otro adulto referente ubica dicha dificultad?

Las funciones padre-madre son construcciones. Nada en lo biológico (a diferencia del campo animal) determina qué se debe hacer frente a una determinada situación. Esta construcciòn está enlazada al campo de lo simbólico/cultural y las marcas que esos padres traen de su propia historia.

Muchas veces la intervención y lectura de esas marcas posibilita un viraje en la posición del adulto que le permite construir y sostener otra modalidad de vínculo con sus hijos. En el lazo al otro está la clave.

Cuanto más equilibradas sean las respuestas emocionales del adulto, más contenido se sentirá el niño.

También es importante trabajar cuál es el concepto que porta el adulto sobre qué es ser un niño, ya que muchas veces se juegan nociones equivocadas que van desde ubicarlo en el lugar de un patrimonio, hasta el de considerarlo un ser que debería encajar dentro de un sistema y responder. Pero un niño puede no responder y esa es su forma de protesta frente a algo que no anda bien en la dinámica familiar.


Lic. Paola Lospinoso

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