Tres simples reglas

Aporte: Rosa Haydee Torres
La primera es:
No me creas.
No tienes que creerme, sino pensar y hacer elecciones. Cuando te digo algo,cree en lo que tú quieras creer, pero sólo si tiene sentido para ti, si tehace feliz. Si te conduce hacia tu despertar, entonces haz esa elección ycree en ella. Soy responsable de lo que digo, pero no soy responsable de loque tú comprendas. Vivimos en un sueño completamente diferente. Aunque loque yo digo sea absolutamente cierto para mí, no significa que tenga queserlo para ti. La primera regla resulta muy sencilla: No me creas.
La segunda regla es más difícil:
No te creas a ti mismo.
No te creas todas las mentiras que te dices: todas esas mentiras que tú nunca escogiste, pero que fuiste programado para creer. No te creas a timismo cuando te dices que no eres lo bastante bueno ni lo bastante fuerte nilo bastante inteligente. No te creas tus propias limitaciones y dificultadesNo te creas que no eres digno de amor o de felicidad. No te creas que noeres bello. No te creas ninguna cosa que te haga sufrir. No creas en tud esdicha. No creas en tu propio Juez o en tu propia Víctima. No te creas lavoz interior que te dice que eres un estúpido, que te dice que te suicides. No te la creas porque no es verdad. Abre tus oídos, abre tu corazón yescucha. Cuando oigas que tu corazón te conduce hacia la felicidad, entonceshaz una elección y mantenla. Pero no te creas a ti mismo sólo porque es algo que estás acostumbrado a decir, porque más delochenta por ciento de las cosas que crees se basan en la mentira: no sonverdad. La segunda regla es difícil: No te creas a ti mismo.
La tercera regla es:
No creas a nadie.
No creas a otras personas porque todas mienten constantemente. Cuando hayascurado tus heridas emocionales y no sientas la necesidad de creer a otraspersonas sólo para ser aceptado, lo verás todo más claro. Verás si es negroo blanco, si es o no es. Lo que ahora mismo es, quizá no lo sea dentro deunos pocos instantes. Lo que ahora no está bien quizá lo esté dentro de unosmomentos. Todo cambia muy rápido pero, si eres consciente, podrás ver cómoacontece. No creas a los demás porque utilizarán tu propia estupidez paramanipular tu mente. No te creas a una mujer que te diga que proviene de las Pléyades y que quiere salvar el mundo. ¡Malas noticias! No necesitamos que nadie venga a salvar el mundo. El mundo no necesita a intrusos que vengandel exterior a salvarnos. El mundo está vivo; es un ser vivo y es más inteligente que todos nosotros juntos. Si creemos que el mundo necesita ser salvado, prontollegará alguien y dirá: «Bien, hay que escapar del planeta porque va achocar contra nosotros un cometa. Mátate y ¡boom!, alcanzarás al come­ta eirás al cielo». No creas en ese tipo de historias. Crea tu propio sueño delcielo; nadie puede hacerlo por ti. Sólo el sentido común será capaz deconducirte hacia tu propia felicidad, tu propia creación.
La regla número tres resulta difícil porque necesitamos creer en otras personas. No creas enellas. No creas en mí, no creas en ti y no creas en nadie más. Cuando no crees,todo lo que no es verdad desaparece como por arte de magia en este mundo deilusión. Todo es lo que es. No necesitas justificar lo que es verdad; notienes que dar explicaciones. Lo que es verdad no necesita el apoyo de nadie
Extracto del Libro: Maestría del Amor del doctor Miguel Ruiz Maestro de la escuela tolteca de tradición mística

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