El Refugio

Por Julio Andrés Pagano

Aquí podemos sentirnos renovados.
Mientras contemplaba cómo el viento ayudaba a que vuelen los pétalos de una rosa, algo sucedió. Recordé que antes de venir a la Tierra, delineamos creativas formas de aliviar nuestra tarea. Durante la planificación, entre risas y emociones una pregunta tuya me sorprendió: "¿Dónde me llevarías si me vieses cansado, confundido o triste?". ¿Sabés que hicimos? Juntos creamos un bellísimo lugar lleno de amor. Lo llamamos "El Refugio".
Dame la mano. Desviemos la mirada del sofocante delirio terrenal y concedámonos la licencia interna de volar hacia esa área mágica, que tiene la frecuencia de nuestro estado más puro. Sentirás una tierna y embriagante sensación de bienestar, pues una luz familiar ahora nos arropa, dándonos la bienvenida. Este es el singular espacio cristalino que dimos vida para realinearnos, sanar y no olvidar. Aquí relumbra la impecable energía del Hogar.
Pronosticamos que a esta altura del trayecto cada paso sería agotador, de ahí que buscáramos alternativas viables donde oxigenarnos para continuar. ¿Ves esas fotos? Han tomado forma, a partir de nuestra intención, con el propósito de que recordemos, pero ni bien apartemos la vista volverán a esfumarse. Iré relatándote lo que nuestro ángel guía nos diga; él custodia esta inmaculada gruta, preservando su inmortal pureza sanadora.
Con la bondad genuina de los seres que sólo aman, nos manifiesta el sentido de lo que estamos presenciando: el corazón abierto es la confirmación del sendero elegido, las estrellas nos recuerdan nuestra naturaleza cósmica y el mundo sin divisiones rememora nuestro fiel compromiso de unificar por medio del amor. Hay otras imágenes, pero hagamos una pausa. Disfrutemos, un instante, de la vibración sutil que nos circunda.
Observá. La figura que tiene un punto, donde confluyen incontables líneas, está ahí para evidenciar que todos los caminos conducen al mismo lugar. Esas ondas, en cambio, destacan la importancia de fluir. Son estampas muy simples porque queríamos recordar que tendríamos que ser capaces de expresar lo complejo de manera sencilla. El ángel avisa, suavemente, que por hoy es suficiente. Centrémonos en nuestra luz interior.
Somos revitalizados con finísimas esencias de fe y constancia. El dolor se va. Las heridas curan. Nace una exquisita armonía. "El Refugio" simboliza nuestro perdurable acuerdo álmico de apoyarnos en los momentos más duros. Entrando a esta zona de paz, nuestra memoria antigua se activa y las alas cobran un brío muy especial, que nos decide a seguir andando. Mil gracias por acompañarme a visitar nuestro fantástico lugar fuera del tiempo.

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