Historia de las redes espirituales latinas


Primeras convergencias planetarias

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Todo se sucede tan rápido en nuestros días, que apenas nos percatamos de que estamos sumergidos en la tarea asignada, de que la fraternidad se está tejiendo, de que las alianzas concertadas van emergiendo... ¿De dónde viene esa mirada familiar, ese sentir fraterno, ese mismo verbo, ese silencio colmado de una mismo gozo...? Aún sin mentar palabra, reconocemos a los hermanos ungidos por la misma dicha, por el mismo afán de crecimiento y servicio. Aún sin saber a ciencia porqué, nos pusimos a trabajar mano con mano, corazón con corazón en el tejido de la red de luz, en la alianza de servicio…


Dicen los Maestros: “No os podéis hacer una idea de por cuánto tiempo habéis sido preparados para estos momentos". Al otro lado del velo sabían que despertaríamos, que pese al torbellino provocador, tentador y envolvente del mundo, el "piloto" se encendería. Sabían que, en tal tiempo como hoy, comenzaríamos a desperezarnos, a despojarnos del "maya" y que la fascinación ilusoria de la tercera dimensión comenzaría a difuminarse.

Al abrazar compromiso, al imprimir a nuestros días una creciente impronta de servicio, nos asalta también un nuevo gozo. Ha venido en ascenso y ahora se va manifestando en plenitud. Se trata de una dicha sencilla, ya dispuesta, ya programada… Se trata simplemente de la íntima y humilde satisfacción de vernos ubicados donde teníamos que estar, desarrollando lo que debíamos afrontar, atendiendo a lo que el Plan nos tenía reservado.

Nos hemos puesto, pues, manos a la obra. Cada quien en su “trinchera” y ese gozo sin nombre en la de todos. Cada quien ha ido a su tajo, se ha presentado en su brecha; cada quien ha atendido a su particular misión en síntesis y complemento con las misiones de todos. Somos ejército sin galones ni generales, sin pólvora ni artillería. Somos columnas distribuidas por toda la geografía de la Tierra, batallones operando a la luz del día y de la noche. Nuestra conspiración tiene Fin, pero no tiene fronteras. La disciplina se la impone cada quien, las órdenes parten del centro de las estrellas. Van dirigidas al mismo centro de nuestro corazón.

El momento es este Ahora culminante en el que se nos pide mucho de cada uno de nosotros. El "¡misión cumplida!" de mañana es un sostener día a día, es un compromiso pleno de alegría…, es conjunto de renuncias que a veces no comprendemos, pero que mañana serán aclaradas… El “¡misión cumplida!” de mañana son hoy ojos alertas, corazones abiertos y manos extendidas al hermano. Ya no hay horarios, estamos de continuo en guardia hasta que nos alcancen los primeros rayos del Alba.

Las redes constituyen el nuevo círculo de la Alianza, ahora sostenido y fortalecido por las nuevas tecnologías, son el círculo de las estrellas anclado aquí en la tierra, arquetipos de luz reflejados ya en la tercera dimensión. Las redes conforman el círculo sagrado de quienes siguen fieles a una misión de amor sobre la tierra y así hollan caminos de eternidad. Fomentar la idea de unidad, crear, fortalecer y expandir la arquitectura de redes, ha sido uno de los principales cometidos de muchos de nosotros en la presente encarnación. Las redes son la geometría, que promueve el Cielo, para volcar sobre ella el Plan de fraternidad. Al servicio de este elevado sueño invertimos esfuerzo e ilusión. Algo de la reciente historia de ese empeño se manifiesta en esta segunda parte del libro.

La Gran Comunión

"Lo que el mundo necesita hoy es una multiplicidad de organismos vivientes, libremente unidos por la colaboración, la constante comunicación y la posesión de idénticas metas y propósitos..."

El Tibetano
“Discipulado en la Nueva Era", Tomo II, pág. 396 (458 ed. inglesa)


El despertar en la Unidad, en la conciencia profunda de que somos Uno, es el paso indispensable en la carrera de transmutación y ascensión en la que estamos empeñados. Vivimos el momento de afinadas y multiplicadas sincronías, de las almas reencontradas, de los seres concitados para una misma misión... Es la Hora esperada por el género humano. El más elevado sueño de fraternidad humana está por fin, aquí y ahora encarnando. La Gran Comunión, término con el que los hermanos de OROMU (Monterrey) acuñaron la fraternidad creciente, ya no es quimera lejana, sino gozosa realidad, cuya expansión constatamos día a día.

Hasta el presente las “comuniones” eran con minúsculas no más, alianzas pequeñas, limitadas. Los conatos de fraternidad estaban encajados en muy estrechas fronteras: los de mi grupo, los de mi escuela, los de mi peña, país, credo, equipo, partido, color, raza..., aún sin alcanzar a reconocer al hermano, más allá de tantas y gruesas murallas. En el caso de los discípulos y servidores de hasta hace bien poco, la comunión se circunscribía a limitados y a menudo axfisiantes círculos.

Gracias a Dios, todas esas fronteras están poco a poco superándose, tal como estaba profetizado. Somos afortunados porque estamos gestando algo muy grande y esperado, estamos encarnando el más elevado de los propósitos. El nombre es lo de menos, apellídenlo Vds. como deseen: Reino de Dios, Aldea Global, Nación ArcoIris, Gran Familia Humana, Gran Comunión, Fraternidad Universal…, déjenlo también si quieren sin nombre. Los sentimientos más profundos siempre resultaron inaprensibles para las palabras. Más precisos han sido los instrumentos que nos ha sido concedidos para encarnar la más elevada de las utopías

Todo llega en el momento exacto. La fruta sólo cae cuando está sabrosa al paladar. Estas maravillosas máquinas interconectadas sólo se manifestaron cuando estábamos preparados para su elevado uso. Internet es el regalo de Cielo para una humanidad ya madura, deseosa de completar y fortalecer el tejido de la Gran Comunión. Nos cuesta reparar que el Universo conspira a nuestro favor. En realidad todos los Gates y las grandes corporaciones de la informática trabajan para nosotros, para todos los seres de buena voluntad, que desde su parcela y cometido, cooperan de forma consciente o inconsciente con el sueño de unidad humana. Los demás, los que interpretan tan preciado regalo sólo en clave de competición, “bussines” o de desatino, se han "infiltrado" en la red, ignorantes de su verdadero Origen y Destino.

El mayor negocio de Internet no se mide en valores “Nasdaq”, el mayor pelotazo de la red no son las empresas “punto.com”... El mayor “negocio” de la red somos nosotros mandando y editando hasta altas horas de la madrugada los mensajes de luz de nuestros hermanos de las estrellas, ampliando por aquí y por allá el mapa de la Gran Comunión... El gran negocio de la red somos nosotros riéndonos de todas las fronteras, inaugurando aquí y allá nuevos lazos entre gentes y grupos, erigiendo “Ciudades virtuales de Luz” (portales de Nueva Conciencia), dejando caer palabras de esperanza en el buzón del hermano que despierta... El Cielo nos entregó Internet, el instrumento, aún en fase embrionaria, para construir el más grande y elevado de los Reinos, el Reino de Fraternidad humana y Filiación divina.

Nos costó entenderlo: Internet es un diseño de la Jerarquía para los servidores de la Luz, para la facilitación de nuestra Tarea. Quizá en la próxima vida nos podamos sentar a entretenernos con juegos internaúticos, con asombrosas consolas de última generación... ¿Quién sabe qué mundos no visitaremos en el Internet intergaláctico que nos aguarda al otro lado de esta orilla?

Recuerda herman@ que tenemos billete y cita a pie de pantalla multidimensional para navegar por planetas cuya belleza nuestra mente aún es incapaz de vislumbrar. Pero antes de sentarnos ante el monitor de los mil y un colores y maravillas debemos de completar nuestro compromiso aquí en la Tierra. Ahora apremia la Tarea, conviene mantener firme el timón, bien dirigido el “mouse” hacia el despertar colectivo, hacia la alborada de nuestra humanidad aún sufriente.

En buena parte, merced a Internet, la Red de Sus servidores, la Gran Comunión se manifiesta por todos los rincones de nuestro planeta. El despertar también se accionó a la hora acordada. La ficción de creernos separados comenzó a derrumbarse en el instante convenido. “¡Presente!” clamaba aquel eco que nos rodeaba mientras nos desperezábamos. “¡Presente!” decía esa voz que traían todas las montañas de la Tierra, que se nos acercaba en todos los idiomas.

Comprendimos para qué estábamos aquí, para qué aquellos aparentemente incomprensibles entrenamientos y aprendizajes pretéritos. Aquel “¡Presente!” retumbó más allá del planeta azul. Los Hermanos Estelares, los Guías y Maestros de la humanidad supieron que podían contar con nosotros, que atendíamos a la Cita otrora fijada, que estrechamente colaboraríamos en la implementación del Plan del Eterno para nuestra bendita tierra.

Resta, pues, expandir la Gran Comunión, invitar a engrosarla a cuantos hermanos deambulan por sus aledaños, a cuantos abrigan la inquietud, el sueño de un mundo diferente. Nada puede acabar con la fraternidad que vamos tejiendo y día a día ensanchando. Es Voluntad del Eterno, es también nuestra más íntima voluntad. Podrá haber desafíos, dificultades, aparentes bloqueos..., pero éste es ya un proceso irreversible.

Entreguémonos con denuedo a la tarea de proclamar la Gran Comunión, de vocearla hasta donde alcance nuestro eco, hasta donde llegue el cliquear de nuestro “mouse”, siempre ilusionado, siempre infatigable.

Historia agotada
Sólo unos pocos conservarán el fuego de la verdad en su corazón, pero ese fuego se irá apagando y quedará reducido, aún en esos pocos, a un débil rescoldo.

Sin embargo, ese rescoldo perdurará. En silencio, en calma, permanecerá en vosotros. Casi olvidado, seguirá manteniendo un débil brillo en el corazón de los mansos. Cuando esa extraña y agitada nación invada estas praderas, cuando vuestra Madre Tierra se compre y venda como si tan sólo fuera un puñado de abalorios, cuando rugientes naves de piedra mágica surquen los cielos con personas en su interior, incluso entonces, ese rescoldo conservará su apagado brillo. Y has de saber, pueblo mío, que se puede encender una gran hoguera con un sólo rescoldo brillante.

Pues cuando pase la tormenta, ese rescoldo encenderá un amanecer más resplandeciente que cualquier otro amanecer anterior.

Crecerá un nuevo árbol, aún más glorioso que el que hoy dejo entre vosotros. Con ese nuevo amanecer, yo regresaré y bajo la sombra del nuevo árbol viviré con vosotros. Y se nos unirán no sólo las tribus rojas, sino también las blancas del norte, las negras del sur y las amarillas del este. Las cuatro razas vivirán en armonía bajo las ramas del nuevo árbol. La era que juntos conoceremos será la mejor que nunca ha existido. Todo lo que se había roto volverá a integrarse. Se restablecerá el Aro Sagrado. La caza será abundante y el espíritu de todas las criaturas se regocijará en la armonía de un nuevo orden perfecto. El Gran Espíritu actuará en el interior de todas las razas, vivirá, respirará y creará a través de todos los pueblos de la Tierra. Regresarán los creadores originales de la vida, los Alados del cielo, y con ellos llegará a las naciones la paz”.

Mujer Cría de Búfalo Blanco. Del libro “la Vuelta de las Tribus Pájaro”
Canalizado por Ken Carey

“La grandeza que viene no hay que pararla, negarla o resistirla. Es más poderosa que cualquier otra cosa que te puedas imaginar”.

Los Maestros

La historia ya no podía dar más de sí. El tiempo de la separación, de la fragmentación humana en orden a las patrias, credos e ideologías se agotaba. El viejo paradigma hacia aguas por todas partes y sin embargo apenas se vislumbraba el borrador del nuevo modelo. Era un tiempo de entreacto, de incertidumbre, de espera… Mucha gente inquieta "volcó" entonces para dentro, en la seguridad de que en el recogimiento compartido hallaría las claves del nuevo mundo. Era en el arranque de los ochenta cuando empezaron a surgir círculos de meditación por doquier.

El silencio era la mina aún desconocida; la meditación, la oración aunada… una nueva dimensión que susurraba el triunfo del amor, del surgimiento de un mundo nuevo basado por fin en más elevados valores. En eso llegó la ciencia y sugirió también, aún con boca pequeña, que existen otros mundos paralelos al físico o espirituales, desde los cuales se puede actuar para transformar la realidad material.

Pocas pistas asistían a aquellos entusiastas de un sonoro "OM" recién importado de Oriente, sin embargo intuían que lideraban una silenciosa conspiración planetaria de gran alcance y el desafío debía de ser atendido con herramientas internas y espíritu de unidad. Había muy pocas cosas claras, pero las suficientes como para comprender que el nuevo viaje iba a ser junto y en pro de la Tierra.

Ningún arma del pasado valía; un nuevo y elevado fin requería nuevos métodos. Las llaves del nuevo tiempo estaban dentro. Ya no había que levantar barricadas, ni dejarse la voz en medio de las calles desoladas…, ya no había que planificar el asalto de ningún "Palacio de invierno". Se trataba de unificar pensamientos, los más selectos y elevados que cada quien pudiera abrigar. Se trataba del nuevo y revolucionario arsenal de las mentes unidas y sincronizadas tras un mismo propósito, un pacífico potencial, apenas investigado, capaz de traer un paradigma de armonía a la Tierra. Alguien puso día y hora a ese esfuerzo mental colectivo y es así como surgieron a finales de los ochenta las primeras "convergencias planetarias".

Agosto del 87
En cada giro de la historia de la humanidad, encontramos hombres y mujeres prominentes, con visión de futuro capaces de orientar a los más despiertos hacia el siguiente reto evolutivo. Dicen que el hispano-norteamericano José Argüelles, artista, escritor y "hippie" reciclado, llevaba décadas preparándose para este fin. Junto a su esposa inicia una campaña en 1986, haciendo un llamado para a unificarse en "redes orgánicas" de guerreros del arco iris. El objetivo era múltiple: la limpieza de la tierra, la sintonización con los ciclos de naturaleza y del sistema solar y la creación de una "masa crítica"" (número cuántico preciso para alcanzar un logro común) dispuesta a armonizar sus energías y sus esfuerzos para crear un escudo protector alrededor del planeta en una fecha precisa y apropiada. A este evento Argüelles lo denominó la "Convergencia armónica planetaria".

En un comienzo bastaba el número de 144.000 seres en una actitud positiva y sincronizada para posibilitar el cambio global de la conciencia. Los resultados de la convergencia del 16-17 de Agosto del 87 desbordaron, sin embargo, todas las expectativas. He aquí la palabras del mexicano Alberto Ruz, uno de los promotores del evento, a propósito del mismo: "Los medios de comunicación masivos sumados al trabajo subterráneo de centenares de redes de cambio personal y social, convirtieron la iniciativa en un acontecimiento global al que respondieron, no cien mil, sino varios millones de personas de todo el planeta". Argüelles proclamó, satisfecho por los resultados, que el 87 no era más que el momento del despertar de una nueva era y de una nueva conciencia armónica de alcance planetario.

La convergencia de Agosto de 1987 aumentó la conciencia de que el planeta es un organismo vivo, consciente y de que nosotros, los humanos, le proveemos el sistema nervioso (hipótesis Gaia).

Citas que hacen historia
Recogemos también el testimonio de Lourdes Miranda, otra amiga querida, que dejó las vestiduras de la carne y en aquellos días fungía como una de las más importantes guías espirituales en el ámbito latino. En las cartas que en entonces hacía correr entre sus gentes, hace referencia, a lo que estaban viviendo. La que fuera entonces líder del amplio movimiento "Acción Guardiana Internacional", describe la sensación de impotencia que vivían al observar los acontecimientos a escala mundial: "Había llegado un momento en el cuál podíamos observar miles de seres encadenados en la ilusión de la tercera dimensión, pensando que todo continuaría igual: los valores torcidos, la contaminación del planeta, la guerra, la pobreza, el hambre, en una palabra 'la entropía'". Miranda alude a las primeras convergencias a escala planetaria como el gran momento de inflexión.

El ciclo de activación planetaria mayor había comenzado concretamente el 31 de diciembre de 1986 con la "Meditación por la Paz Mundial", convocada por Jhon Randoph Price. No en vano el 86 fue declarado año internacional de la paz. Después de la Convergencia armónica del 87, vino "Earth Link" (Unión con la Tierra) en Febrero de 1988, centrada en Ulluru, Australia, convocada por Vincent Selleok. Simultáneamente se vivieron una serie de eventos planetarios menores como "Star link" (Unión con las estrellas) en Junio del 1988, "Crystal Lightlink" (Visión de la Luz cristalina) activada por la denominada "Red cristalina" en abril de 1989, el "Pliegue del Tiempo" en noviembre de 1989 centrada también en Australia… La idea que subyacía en todas estas convocatorias era que servían para llevar a la humanidad a un aumento del sentido de la responsabilidad común, posibilitando a su vez la introducción de nuevos niveles de conciencia. A partir del año 90 con el "Día de la Tierra", celebrado el 20 de Abril, estas citas se sucederían de forma más frecuente.

El 92 irrumpió después con dos iniciativas de gran calibre en las fechas del 11 de Enero y 26 de Julio. La primera cita estuvo auspiciada por la americana Solara Antara y la segunda por diferentes guías espirituales, entre los que destacan en el mundo hispano Emilio Fiel, Lourdes García, Domingo Díaz Porta, el propio Argüelles...

Solara convocó a todas sus huestes de "star borns" (nacidos en las estrellas) a llamar a la "puerta dimensional 11:11" reproduciendo la danza espiral de las estrellas. Se trataba de inaugurar "el acceso colectivo a otras dimensiones de conciencia" con la "llave" del espíritu y las voluntades aunadas. El punto focal de esta convergencia se situó en la base de una de las pirámides de Micerinos, en las ruinas del viejo templo de An. Allí la guía espiritual americana reunió alrededor de quinientos incondicionales.

Primeras aperturas dimensionales

“Todo hermano en servicio consciente deberá tratar de servir como si estuviera ya en la quinta dimensión para anclar en el planeta las energías provenientes de dicho plano. Así podéis ser en verdad los depositarios de las semillas cósmicas en las que se habrá de expresar y ya se está expresando la nueva humanidad. Siempre los seres más evolucionados actúan como avanzadilla de nuevas energías y han vivido según ellas anteriormente para instaurarlas plenamente en el planeta, sol o satélite correspondiente.
Sean en paz... irradiando energía de colores para todos..”.

“Manual del Caminante Eterno”. Wythaikon, Taikuma, Ashtar, y Consejo de Ancianos de Erks.
Mensaje canalizado el 28 -11-95


Corrían los comienzos de la intensa década anterior. Respondiendo a un llamamiento de la líder espiritual americana Solara, el 11 de Enero de 1992 un número impreciso de personas se reunió en América, Europa y Australia con el propósito común de "abrir la puerta dimensional 11:11". La iniciativa planetaria fue anunciada como el tendido de un puente entre el mundo tangible y el invisible.

El punto focal del evento estaba en tierra de faraones. La teoría de Solara del “11:11” nos habla de un número-detonador precodificado, colocado en nuestro banco de memoria celular, antes de nuestro "descenso a la materia". La líder espiritual norteamericana no está lejos de la teoría de pensadores como Peter Russell "El Cerebro global" ("Global brain") y Rupert Shadrake ("Los campos morfogenéticos"), que abundan en la idea de esa necesaria masa crítica para transformar la realidad. Ambos investigadores presuponen que la resonancia colectiva es el factor determinante para operar en el mundo. Un cambio en los patrones colectivos de pensamiento y comportamiento implicaría también un cambio de resonancia y por lo tanto la creación de un nuevo campo morfogenético.

Lice Moreno, reputado parapsicólogo navarro, lo explica de una forma más gráfica: "cuando una masa crítica de la humanidad llegue a una visión común de la paz mundial, un nuevo orden surgirá en la imaginación de una mayoría significativa de la raza humana y así emergerá una nueva sociedad planetaria. Un fenómeno semejante a las consecuencias que comporta un amplio deseo colectivo acontece en el reino mineral. Cuando el uranio alcanza una 'masa crítica' se produce una reacción en cadena".

Agotadora danza
Alrededor de quinientos participantes, procedentes de 25 países diferentes, se congregaron en la base de la pirámide de Micerinos, en la meseta de Gizeh. Vestían blanco impecable. Penetraron en su templo funerario con silencio reverencial y colocaron miles de velas blancas en los salientes de las paredes, entre rocas y agujeros. Después procedieron a formar un gran círculo humano que contenía a su vez tres círculos menores. Antes del ceremonial, cada uno emitió su nombre espiritual asignado anteriormente por Solara. Se recogieron en meditación y después comenzaron a girar de forma incesante. Sobre la cálida arena del desierto se disponían a culminar un trabajo de años.

Sólo una suave música y el sonido de un gong chino que medía los tiempos, rompía el impresionante silencio. Realizaron movimientos en círculo por espacio de 38 horas sin apenas pausa.

Algunos de los congregados sobrepasaron sus límites y, exhaustos, se acostaron boca abajo. Sin embargo los movimientos continuaban. Estaban también aquellos que nunca dejaron de danzar y que se dieron por entero al mantenimiento de la estrella viviente giratoria. "Nunca olvidaré la mirada de sus brillantes ojos estelares porque ellos realmente habían pasado al 'otro lado'", decía Solara a propósito de los danzantes incombustibles.

Cielo giratorio
Durante el ejercicio algunos participante habían sentido que el cielo comenzaba a girar y a realinearse. Igualmente, muchos de ellos confesaron que a las 11 de la noche vieron una flecha de luz entrar en la tierra, lo que interpretaron como la constatación de la apertura de una "puerta estelar": "La energía fue magnificada inconmensurablemente y pudimos ver con nuestros ojos físicos la magnitud del cambio que había tenido lugar. Las órdenes selladas fueron abiertas de repente, los velos fueron disueltos y fue anclado el nuevo patrón de la unidad". Solara y su grupo habían conseguido alcanzar ciertas frecuencias vibratorias, un código especial de ciertas frecuencias biofísicas, mentales que servirían de “llave” para accionar un portal invisible a otra dimensión.

Los portales son conductos energéticos que se abren desde un universo dimensional más elevado hacia éste. Estos conductos traen las energías necesarias que diseñan la consciencia colectiva, para cambiar las vibraciones planetarias y para cambiar las frecuencias dimensionales. Para la "apertura" de estos portales se solicita el apoyo de seres de otras dimensiones.

¿Dónde están las llaves?
El objetivo de Solara de localizar estos umbrales sutiles a otros mundos, le viene de sus años de ermitaña en las montañas. En su largo retiró alcanzó la comprensión interna de que las “llaves” para la apertura de las nuevas "puertas dimensionales" debían ser "creadas" por los propios humanos con actitud de servicio y conciencia de unidad. En las centenares de conferencias que impartió en los dos años previos a 1992, Solara revelaba su teoría de que activación del detonador "11-11" significaría la llegada de un "tiempo de plenitud".

Para este trabajo espiritual se requería la participación en grupos diseminados por todo el mundo, hasta reunir un total de 144.000 voluntarios. Así es como Solara fundó el movimiento "Star Borne" (nacido en las estrellas) y se sumió en una frenética actividad recabando de ciudad en ciudad, primero en América y después también por Europa, apoyo para su proyecto.

La tarea de esta mujer culminó en la activación planetaria del 11-1-92, también conocida como "la apertura de la puerta 11:11". Tal como hemos apuntado, éste no fue un hecho aislado. En realidad, todo había comenzado años atrás. Mientras que España se acomodaba en los ochenta a su moderno "modus vivendi" y gozaba presumiendo de su joven democracia, América vivía un despertar de la conciencia que se circunscribía a un ámbito más personal que público. Todo un paradigma de civilización materialista empezaba a ser seriamente cuestionado. Las mujeres estuvieron a la vanguardia de aquella silenciosa y pacífica revuelta que no levantaba barricadas, sino que promovía círculos de silencio interior, meditación, danza...

Los 144.000
Los organizadores del "11:11" anduvieron locos buscando “sus” 144.000. Argüían que para abrir "la puerta" era necesaria la participación de esa masa crítica de personas unidas internamente.

Este número no era por supuesto aleatorio. La cifra se repite con curiosa frecuencia en diversas escrituras sagradas, así como en las visiones de futurólogos de diferente plumaje. En la línea de Solara, la prestigiosa líder india Dhyani Ywahoo afirma que para la transmutación planetaria son necesarias 144.000 personas. Esta afirmación concuerda con la que defiende la ciencia de la numerología, según la cuál los números son reales, son tonos, sonido y dimensión. Según esta guía espiritual "la frecuencia correspondiente a 144.000 puede trocar y liberar la ira, los demonios del miedo popular y transformarla".

La Biblia cristiana menciona también a los 144.000 cuando se refiere a los elegidos que están ante el Cordero. En diferentes tradiciones indoamericanas hay referencia a los 144.000 danzantes del Sol. La profecía de Quetzalcoált o Kukulkán, el Cristo americano conocido como la "serpiente emplumada", hace también referencia a los 144.000 "maestros iluminados" o "danzantes del astro rey".

Para el indio americano Harley Swiftdeer, el danzante solar sería el ser humano que habiendo despertado al espíritu, "honra todos los caminos, todos los maestros, todas las direcciones".

En la convergencia armónica de 1987 José Argüelles también persiguió el preciado número. El esfuerzo del veterano líder "new age" y de los activistas del momento se concentró en reunir esa "masa crítica" en pequeños grupos repartidos por todo el mundo, para llevar a cabo actos ceremonias y rituales a favor de la "sanación planetaria y el amanecer de un nuevo mundo".

"Abrir el corazón de Hispania"
En lo que a España se refiere, si la cita del 87 estuvo ceñida a las fronteras de los "asrhams" y comunidades espirituales, Lizaso, Javerri, San-Gri-Lá…, que en aquellos tiempos florecían, cinco años después, la convergencia de Julio del 92 desbordaba estos estrechos límites, implicando a un creciente número de gentes de los más diversos colores y "plumajes" espirituales. El desafío de unificación que promovió Emilio Fiel, Miyo, tuvo más que ver con el polvo de los caminos, el canto, la danza, las ceremonias florales, al final de una larga peregrinación compostelana…, que con la meditación estática entre pulcras paredes. El 26 de julio en la capital de Santiago, este veterano guerrero acuariano logró concitar a varios miles de personas tras el intento de "Abrir el corazón de Hispania". Se trataba de la versión española, que añadía un poco de "charanga y pandereta" a las sosegados "heart gathering" (encuentro de corazones) americanos.

A partir de esa fecha es de remarcar las citas de la "puerta 12:12" en el año 96 y la celebración del décimo aniversario de la convergencia armónica en el 97. Proliferaron por lo demás las meditaciones planetarias convocadas con motivo de los grandes "guiños" celestes en forma de eventos astrológicos, cometas (Shoemaker-Levy 16- VII- 94 y Hale-Boopp 23-VII-95), culminación de ciclos…

El 8 del VIII del 98 tomó la iniciativa la líder espiritual Akalisun. Esta guía valenciana, curtida entre los chamanes americanos y "agraciada" por contactos extraterrestres, jugaba con las ventajas que ya entonces proporcionaba Internet. En el gran alcance de la convocatoria sobre todo en el mundo hispano, se pudo constatar el apoyo que las emergentes redes espirituales, nacidas y crecidas al amparo de Internet, proporcionarían a este tipo de iniciativas.


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