Cualquier tiempo pasado fue mejor
Vivir en el presente o vivir en el
pasado, acomodarse en la incertidumbre de un pasado sin futuro, de algo que
nunca se podrá volver a revivir. Amor, amistades, responsabilidades… Un pasado
que es pasado y que para muchos se convierte en un presente que rumian y
saborean como si se hubieran quedado anclados en aquel tiempo lejano.
Cuanto
más complejo parece el presente y el futuro nos parece lo suficientemente
incierto como para pretender mirar más allá, tendemos a revivir el pasado quedándonos
fijados en un tiempo que ya pasó, en algo que no volverá y lo mitificamos como
si aquel tiempo hubiera sido lo mejor de nuestras vidas cuando siempre,
absolutamente siempre, lo mejor está por llegar.
Tengo
que deciros que cualquier tiempo pasado no es mejor que el presente ni peor que
el futuro, si perdemos la esperanza y el optimismo por muy dura que sea la
realidad a la que nos enfrentamos, estaremos condenados a no poder avanzar, encerrados en
un pasado que no nos permite ver las posibilidades de cambio que se nos
presentan en el momento presente o de pensar en un tiempo futuro.
Perdemos
la capacidad de soñar,
de imaginar, de desear, de luchar por alcanzar nuestras metas.
Cuando
nos encerramos en aquellos días que sólo forman parte de nuestra memoria y de
un ayer del que sólo rescatamos lo positivo, caminamos por la vida con una
venda en los ojos que nos impide disfrutar
de los rayos del sol por muy tenues que sean, no tenemos la
posibilidad tan si quiera de poder valorar las cosas que nos ocurren ni de
vernos a nosotros mismos.
Es
como un respirar automático y la capacidad
de sentir se va reduciendo cada momento. Hay personas que
pueden encerrarse en sí mismas para no poner en riesgo la única certeza que
tienen, que cualquier tiempo pasado fue mejor a lo que puedan vivir en la
actualidad.
En
momentos como los que estamos viviendo ahora, es importante no quedarnos
anclados en el pasado de los gloriosos días que vivimos, tanto en aspectos
laborales como personales.
Muchas
relaciones de pareja
no pueden avanzar por esta cuestión, parece algo simple, absolutamente
comprensible, pero a la vez demoledor para ambas personas ya que está condenada
al fracaso desde el primer momento. Si uno busca en el otro lo que tuvo en su
anterior pareja, si uno vive pensando que nunca le podrán amar como ya le
amaron o que él no podrá amar, está limitando su relación porque no se
entregará ni pondrá nada en juego.
Tener
la capacidad de ver el pasado como algo que nos ha ayudado a ser lo que somos
hoy en día y, a su vez, poder vivir en el presente disfrutando de las opciones
que hoy tenemos, aprendiendo a ver la vida con optimismo, nos ayudará a pensar que cualquier
tiempo pasado es sólo pasado y que tanto presente como futuro sólo puede
llevarnos a disfrutar de la vida como nunca antes lo habíamos hecho.
Recordar,
el optimismo es calidad de
vida.
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