Volver al corazón




 


Mente significa actividad mental, pensar, pensamiento, y substancia de la mente hace referencia al ámbito en el que flotan estos pensamientos; igual que las nubes se mueven en el cielo. Las nubes son los pensamientos y el cielo es el ámbito en el que se mueven. Ese cielo, la consciencia, ha sido llamado la substancia de la mente. Tu mente puede estar sin pensamientos; entonces es chit, entonces es mente pura. Cuando tiene pensamientos, es mente impura.
Si tu mente puede estar sin pensamiento, entonces es muy sutil, lo más sutil que es posible en la existencia. No se puede concebir una posibilidad más sutil. La consciencia es lo más sutil. De modo que cuando no hay pensamientos en la mente, tienes mente pura. La mente pura puede ir hacia el corazón; la mente impura no puede. Al hablar de impureza no me refiero a pensamientos inmorales en la mente; impureza quiere decir todos los pensamientos, los pensamientos en sí son impuros.
Incluso si estás pensando en Dios es una impureza, porque la nube se está moviendo. La nube es muy blanca, pero está ahí y ya no está la pureza del espacio. No hay un cielo despejado. Puede que una nube sea negra, un pensamiento sexual moviéndose en la mente, o puede que la nube sea blanca, bella, una oración moviéndose en la mente, pero en ambos casos no está la mente pura. Está impura, con nubes. Y si la mente está anubarrada, no puedes ir al corazón.
Esto hay que comprenderlo, porque con los pensamientos te aferras a la cabeza. Los pensamientos son las raíces, y a no ser que se corten esas raíces, no puedes volver al corazón.
El niño sólo permanece en el corazón hasta el momento en que los pensamientos se cristalizan, que los pensamientos empiezan a flotar en su mente. Entonces echan raíces; entonces, por medio de la educación, la cultura, el saber, se arraigan; entonces, poco a poco la consciencia va del corazón a la cabeza. La consciencia sólo puede permanecer en la cabeza si hay pensamientos. Esto es básico. Si no hay pensamientos, la consciencia vuelve inmediatamente a su inocencia original en el corazón.
De aquí que se ponga tanto énfasis en la meditación, tanto énfasis en no pensar, en la consciencia sin pensamientos, en la consciencia que no elige, o en la «atención correcta» de Buda, que es atención sin ningún pensamiento, simplemente ser consciente. ¿Qué sucede entonces? Sucede un gran fenómeno, porque cuando se cortan las raíces, la consciencia vuelve inmediatamente al corazón, al lugar original donde había estado. Te vuelves un niño de nuevo. OSHO ©

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