Jugar es conocimiento

Los vínculos están cambiando en la velocidad de las nuevas invenciones de la tecnología. El rescate de los métodos antiguos se hace necesario para la vuelta de la alegría, de la salud física y mental, y de las relaciones sanas entre padres e hijos. Niños que juegan más, son más listos, creativos, flexibles, hábiles y se adaptan a la realidad de la vida. Su desarrollo lingüístico es más avanzado y tienen más éxito en las tareas escolares, comparten más, son menos agresivos y se relacionan mejor con sus madres. En el mundo cada vez más virtual, la frase del psicólogo británico John Richer pasa a ser más valorada por los educadores, psicólogos, pediatras y profesores, que desean compartir con los padres el mismo pensamiento. Nunca el acto de "JUGAR" fue levado tan en serio como hoy día. Y, en ese caso, no son buenos los juegos electrónicos sino los que fueron olvidados, así como el ensuciar el cuerpo en la arena, tener una mascota, caminar sin zapatos...
Según el "Foro de Desarrollo del Niño - Aprendizaje SÍ, Aislamiento NO -" promocionado por el Instituto Unilever, jugar como en la antigüedad es el secreto para preparar mejor a los jóvenes en todos los sentidos. Los juegos al aire libre, con los pies descalzos y el contacto "saludable" con las bacterias del medio ambiente, van a fortalecer el sistema inmunológico del niño. Los chicos necesitan tener experiencias. Al jugar, ellos reconocen sus propios límites y descubren el significado de las cosas. Según las propagandas en las campañas donde leyes y publicaciones prohíben el trabajo esclavo infantil, los niños deberían disponer de tiempo suficiente para jugar libremente.
Desafortunadamente, en el mundo entero, hay millones de personitas que trabajan como si fueran adultos para ayudar a sus padres. Cómo pueden crecer y progresar sus aptitudes si trabajan en situación de esclavitud durante todo el día y, por la noche, ya cansados, van a la escuela (NO TODOS), que por lo general están ubicadas muy lejos de sus casas. Está probado científicamente, que los niños que juegan desarrollan más neuronas, aprenden a convivir con los otros y a vivir mejor. La familia y la sociedad deben levantar sus banderas y luchar por un lugar más digno para sus hijos.
Nunca es tarde para construir una sociedad más humana, sin discriminación, privilegios o competencia.

Marli S. Figueirôa, Brasil

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