Propaga tu maestría
Por Julio A. Pagano
Las estrellas te recuerdan que sos luz.
Armonizado con la relumbrante frecuencia dorada que está llegando a la Tierra, la luz de este cálido mensaje hará vibrar tu corazón, llevándote fuera de los límites terrestres. Estas nítidas palabras fueron diseñadas para que sientas y vueles más allá de la razón. Confiá. Tu espíritu fluye en la dimensión del amor, que ilumina y purifica la materia. Tus firmes pasos liberan, hacen historia. Aunque cueste, no te detengas. Irradiá. Propagá tu maestría.
A medida que tus ojos perciben estas letras, una enérgica vibración abraza tu cuerpo y te transporta muy lejos, hacia el centro mismo de la galaxia. Todo esto que vivenciás forma parte de tu naturaleza cósmica. Por tu sangre corre la ancestral memoria de estos cuerpos celestiales que iluminan sin cesar. Sos hijo de las estrellas, mensajero sin tiempo. Viniste para impregnar energías puras en las dimensiones densas. Recordá. Tu labor es dar a luz.
Mientras el caos agita y moviliza con fuerza, ayudando a transformar, tu corazón es un portal sagrado que da ingreso a este reluciente flujo sutil que proviene desde la Fuente. Pronto este manantial cristalino regará los áridos caminos por donde fuiste sembrando consciencia, y verás brillar la paz de tu Sol interno en toda su magnitud. Esa será la señal, inconfundible, que coronará tu magnífica tarea de servir en medio de tan ruda adversidad.
El centelleante resplandor que ahora nutre tu aura, estimula y fortalece tus fibras más profundas. Les infunde el brío necesario para continuar caminando por las zonas oscuras, anunciando el fin de la deshumanización. Cada paso es un segundo menos de espera, que acorta el desembarco pleno de una era majestuosa. Animo. Que el polvo del olvido no tape tu diáfana mirada. Vamos juntos. Marchamos, con valentía, bajo el manto del amor.
Tu hábil mente se empeñará en remarcar que físicamente no viajaste a ningún lado. No te preocupes, está en lo cierto. Tu vuelo fue en espíritu. Fuiste guiado a recordar tu bella esencia pristina, para que mantengas vivo el fulgurante sentido de tu intenso peregrinar. Hoy reirás y alumbrarás aún más fuerte, pues tus células rememoraron para qué vinimos. Trascendé tus temores. Avanzá. Tu llama eleva, humaniza. Sos luz. Propagá tu maestría.
Posted at 5:18 a.m. | Etiquetas: Reflexiones |
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