Autoestima
Ocupamos gran parte de la vida poniendo todas nuestras expectativas en los hijos, en el esposo, en fin, en los demás. Quizás sería bueno apropiarnos de una parte de esas expectativas y ponerlas en nosotras mismas. Mostrarle a todo el mundo que vamos a compartir lo que somos.
Este es el testimonio de una mujer profesional de 45 años:
...Cada vez que me miro al espejo con detenimiento me encuentro más fea; exploro mis nuevas arrugas, los surcos de la frente, las comisuras de los labios se hacen más evidentes, mi vientre no es plano como antes; los senos perdieron gran parte de su firmeza...Antes era bonita, ¿que va quedando de mí?... Para no deprimirme muchas veces me peino sin mirarme; no quiero darme cuenta todos los días que envejezco rápido. Me resulta suficiente cuando noto que mi marido ya no muestra fogosidad cuando, con la mirada recorre mi cuerpo.....
Si intentamos tocar el fondo de su "barril", el problema en sí es de escasez espiritual. Es una mujer que en la medida que ha ganado años, ha perdido confianza en sí misma. Envejecer ha sido su gran derrota. No comprende en lo absoluto que cada edad tiene sus encantos.
Hemos oído decir muchas veces: "Me casé con un hombre buenísimo; no quejas de él, no bebe, no anda con mujeres; es para su casa y sus hijos. La verdad que he tenido suerte en la vida de haberme encontrado con este hombre maravilloso".
Sin embargo, no se oye con la misma frecuencia decir: "Que suerte tuvo él, también, de haberse encontrado conmigo, que soy una mujer maravillosa." Si necesario es considerarse afortunada por tener una magnifica pareja, necesario es, asimismo, saber que el otro ha resultado beneficiado por haberse casado con una.
Si una no se ama a sí misma, encontrará a alguien que la ame? yo tengo que estar consciente de mis virtudes, de mis buenas cualidades; que soy una persona de valía porque me he preocupado por cultivar siempre lo mejor de mí y por ello, merezco el amor de un hombre, de mi familia, de mis amigos.
Las mujeres que piensan así son seguras de sí misma y , en general, ven la vida con optimismo. Cuidan de ellas y tratan de mantenerse en forma, pero saben que envejecer es algo inexorable y están preparadas para ello, enfocan los cambios físicos de una manera positiva: todas y todos sabemos que, al final, no existen mujeres ni hombres sin defectos, y así como nosotras somos capaces de amar a un señor con algún kilo de más o entrado en años, a ellos les pasa lo mismo.
No hay mayor atractivo para un hombre que aquella mujer que se mueve con sensualidad y seguridad dentro de su propia piel. No existen patrones para medir el atractivo sexual pues para muchos hombres la joven delgada y carnes firmes es, simplemente, una flaca sin curvas, más allá de lo que intente imponer la moda. Algunas mujeres piensan que una buena autoimagen está anclada a la juventud.
Esto realmente no es así, la mujer que se estima tiene otros atractivos muchos más poderoso, ha alcanzado cosas en la vida, éxito profesional, siente que es importante para los suyos y para la sociedad y tiene fe en sus decisiones. Al apreciar su propia capacidad, aprecia y considera la capacidad ajena. Ha aprendido a ser tolerante, se siente bien consigo y se acepta a sí misma como ser humano, con sus virtudes y sus defectos.
Claro que una persona con la autoestima alta no es impune al sufrimiento, en los momentos difíciles también se agobian y desesperan. Tienen, al igual que todos los seres vivientes, momentos explosivos. Sin embargo, logran reponerse con bastante rapidez porque asumen que tales adversidades son golpes momentáneos de los que podrá salir y reponerse.
La capacidad para vivir a plenitud está íntimamente relacionada con el valor individual que cada quien tiene de si misma. La que no ve hacia adelante, la que cree que "todo tiempo pasado fue mejor", andará pesimista y entristecida, y no tiene tiempo para vivir el presente.
Si me veo bella -por dentro o por fuera o por dentro y por fuera- seré capaza de ver muchas cosas bellas.
Hay que tener presente:
"Yo soy yo", en todo el mundo no existe nadie exactamente igual a mí.
Hay personas que tienen aspectos míos, pero ninguna forma el mismo conjunto mío, por consiguiente, todo lo que sale de mí es auténticamente mío porque yo sola lo elegí. Todo lo mío me pertenece: mi cuerpo, todo lo que hace; mi mente con todos sus pensamientos e ideas; mis ojos, incluyendo todas las imágenes que perciben; mis sentimientos, cualesquiera que sean: ira,alegría, frustración, amor, decepción, emoción; mi boca y todas las palabras que de ella salen, refinadas, dulces o cortantes, correctas o incorrectas; mi voz, fuerte o suave, y todas mis acciones, sean para otros o para mí. Soy dueña de mis fantasías, mis sueños, mis esperanzas, mis temores.Son míos mis triunfos y mis éxitos, todos mis fracasos y errores. Puesto que lo mío me pertenece, puedo llegar a conocerme íntimamente. Al hacerlo, puedo llegar a quererme y a sentir amistad hacia todas mis partes. Puedo hacer factible que todo lo que me concierne funciones para mis mejores intereses. Sé que tengo aspectos que me desconciertan y otros que desconozco.
Pero mientras yo me estime y me quiera, puedo buscar con valor y optimismo soluciones para las incógnitas e ir descubriéndome cada vez más.
Como quiera que parezca y suene, diga y haga lo que sea, piense, y sienta en un momento dado, todo es parte de mi ser. Esto es real y representa el lugar que ocupo en ese momento del tiempo. a la hora de un examen de conciencia, respecto a lo que he dicho y hecho, de lo que he pensado y sentido, algunas cosas resultarán inadecuadas. Pero puedo descartar lo inapropiado, conservar lo bueno e inventar algo nuevo que supla a lo descartado. Puedo ver, oír, sentir, decir y hacer. Tengo los medios para sobrevivir, para acercarme a los demás, para ser más productiva y para lograr darle sentido y orden al mundo de personas y cosas que me rodean.
Me pertenezco y así puedo estructurarme.
Yo soy yo y estoy bien.
extraido de una revista
Este es el testimonio de una mujer profesional de 45 años:
...Cada vez que me miro al espejo con detenimiento me encuentro más fea; exploro mis nuevas arrugas, los surcos de la frente, las comisuras de los labios se hacen más evidentes, mi vientre no es plano como antes; los senos perdieron gran parte de su firmeza...Antes era bonita, ¿que va quedando de mí?... Para no deprimirme muchas veces me peino sin mirarme; no quiero darme cuenta todos los días que envejezco rápido. Me resulta suficiente cuando noto que mi marido ya no muestra fogosidad cuando, con la mirada recorre mi cuerpo.....
Si intentamos tocar el fondo de su "barril", el problema en sí es de escasez espiritual. Es una mujer que en la medida que ha ganado años, ha perdido confianza en sí misma. Envejecer ha sido su gran derrota. No comprende en lo absoluto que cada edad tiene sus encantos.
Hemos oído decir muchas veces: "Me casé con un hombre buenísimo; no quejas de él, no bebe, no anda con mujeres; es para su casa y sus hijos. La verdad que he tenido suerte en la vida de haberme encontrado con este hombre maravilloso".
Sin embargo, no se oye con la misma frecuencia decir: "Que suerte tuvo él, también, de haberse encontrado conmigo, que soy una mujer maravillosa." Si necesario es considerarse afortunada por tener una magnifica pareja, necesario es, asimismo, saber que el otro ha resultado beneficiado por haberse casado con una.
Si una no se ama a sí misma, encontrará a alguien que la ame? yo tengo que estar consciente de mis virtudes, de mis buenas cualidades; que soy una persona de valía porque me he preocupado por cultivar siempre lo mejor de mí y por ello, merezco el amor de un hombre, de mi familia, de mis amigos.
Las mujeres que piensan así son seguras de sí misma y , en general, ven la vida con optimismo. Cuidan de ellas y tratan de mantenerse en forma, pero saben que envejecer es algo inexorable y están preparadas para ello, enfocan los cambios físicos de una manera positiva: todas y todos sabemos que, al final, no existen mujeres ni hombres sin defectos, y así como nosotras somos capaces de amar a un señor con algún kilo de más o entrado en años, a ellos les pasa lo mismo.
No hay mayor atractivo para un hombre que aquella mujer que se mueve con sensualidad y seguridad dentro de su propia piel. No existen patrones para medir el atractivo sexual pues para muchos hombres la joven delgada y carnes firmes es, simplemente, una flaca sin curvas, más allá de lo que intente imponer la moda. Algunas mujeres piensan que una buena autoimagen está anclada a la juventud.
Esto realmente no es así, la mujer que se estima tiene otros atractivos muchos más poderoso, ha alcanzado cosas en la vida, éxito profesional, siente que es importante para los suyos y para la sociedad y tiene fe en sus decisiones. Al apreciar su propia capacidad, aprecia y considera la capacidad ajena. Ha aprendido a ser tolerante, se siente bien consigo y se acepta a sí misma como ser humano, con sus virtudes y sus defectos.
Claro que una persona con la autoestima alta no es impune al sufrimiento, en los momentos difíciles también se agobian y desesperan. Tienen, al igual que todos los seres vivientes, momentos explosivos. Sin embargo, logran reponerse con bastante rapidez porque asumen que tales adversidades son golpes momentáneos de los que podrá salir y reponerse.
La capacidad para vivir a plenitud está íntimamente relacionada con el valor individual que cada quien tiene de si misma. La que no ve hacia adelante, la que cree que "todo tiempo pasado fue mejor", andará pesimista y entristecida, y no tiene tiempo para vivir el presente.
Si me veo bella -por dentro o por fuera o por dentro y por fuera- seré capaza de ver muchas cosas bellas.
Hay que tener presente:
"Yo soy yo", en todo el mundo no existe nadie exactamente igual a mí.
Hay personas que tienen aspectos míos, pero ninguna forma el mismo conjunto mío, por consiguiente, todo lo que sale de mí es auténticamente mío porque yo sola lo elegí. Todo lo mío me pertenece: mi cuerpo, todo lo que hace; mi mente con todos sus pensamientos e ideas; mis ojos, incluyendo todas las imágenes que perciben; mis sentimientos, cualesquiera que sean: ira,alegría, frustración, amor, decepción, emoción; mi boca y todas las palabras que de ella salen, refinadas, dulces o cortantes, correctas o incorrectas; mi voz, fuerte o suave, y todas mis acciones, sean para otros o para mí. Soy dueña de mis fantasías, mis sueños, mis esperanzas, mis temores.Son míos mis triunfos y mis éxitos, todos mis fracasos y errores. Puesto que lo mío me pertenece, puedo llegar a conocerme íntimamente. Al hacerlo, puedo llegar a quererme y a sentir amistad hacia todas mis partes. Puedo hacer factible que todo lo que me concierne funciones para mis mejores intereses. Sé que tengo aspectos que me desconciertan y otros que desconozco.
Pero mientras yo me estime y me quiera, puedo buscar con valor y optimismo soluciones para las incógnitas e ir descubriéndome cada vez más.
Como quiera que parezca y suene, diga y haga lo que sea, piense, y sienta en un momento dado, todo es parte de mi ser. Esto es real y representa el lugar que ocupo en ese momento del tiempo. a la hora de un examen de conciencia, respecto a lo que he dicho y hecho, de lo que he pensado y sentido, algunas cosas resultarán inadecuadas. Pero puedo descartar lo inapropiado, conservar lo bueno e inventar algo nuevo que supla a lo descartado. Puedo ver, oír, sentir, decir y hacer. Tengo los medios para sobrevivir, para acercarme a los demás, para ser más productiva y para lograr darle sentido y orden al mundo de personas y cosas que me rodean.
Me pertenezco y así puedo estructurarme.
Yo soy yo y estoy bien.
extraido de una revista
Posted at 4:07 a.m. | Etiquetas: Psicologia |
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