La perfecta compasión de Buda

La Perfecta Compasión de Buda es total y no discriminada. Es un Amor
absoluto e incondicional. Como todo en este mundo, el amor tiene muchas
profundidades y grados de profundidad. Cuanto más grande es el amor, menos
puede ser limitado por "condiciones". El amor religioso, en su alcance y
hondura, es más grande que el amor personal o de familia, o patriótico, etc.,
porque estas últimas formas están condicionadas, y por lo tanto, están
confinadas por los estrechos márgenes de las limitaciones humanas.
Sin embargo, hay otro límite que ni siquiera el amor religioso es capaz de
franquear. Por ejemplo, la religión nos enseña a amar a nuestros amigos y
enemigos, pero rara vez nos dice que debemos amar a los "paganos". Nos
recomienda el amor a Dios, pero nos prohibe amar a los "diablos". La herejía
siempre ha pasado por ser uno de los pecados más grandes. "No adorarás
dioses falsos es un mandamiento que se encuentra en muchas religiones. El
espíritu y el amor de una religión pueden trascender fácilmente los límites de
la familia y de la raza, de la vida y de la muerte, pero rara vez pueden
trascender los de su propia naturaleza. Esta limitación está implícita en los
grandes fundadores de una religión.
La fervorosa declaración de muchos fieles que afirman que el amor que
tienen por su dios es indiscriminado e incondicionado, sólo es verdad cuando
adoran a su propio dios y cuando se aceptan sus dogmas y sus credos. La
doctrina exclusivista que ha causado tantas desdichas y confusiones, parece
haber impregnado hasta el fondo la intolerancia religiosa reflejada en los
fundadores de muchos credos. Si estudiamos los principios de las religiones a
la luz del Prajnaparamita nos encontraremos con que, detrás del amor y la
gracia que se exaltan en las escrituras, hay una adhesión arraigada, una
adhesión al "único Dios verdadero", a la "única religión verdadera", al "único
principio verdadero", etc., que caracteriza y restringe sus pretensiones.
Según los budistas, el Amor último e incondicionado sólo puede obtenerse
mediante la realización del Vacío (Sunyata). La Compasión más elevada sólo
se logra junto con la Sabiduría más alta. En otras palabras, la Compasión del
estado de Buda se logra mediante la destrucción de la tendencia adhesiva, al
captar las verdades de la Maya y el Sunyata. En último análisis, la Compasión
de Buda surge, no porque él tenga un ojo que ve o un corazón que siente las
miserias que existen realmente en la tierra, sino que surge en forma natural y
espontánea. Esta compasión espontánea, notable adquisición del estado de
Buda, sólo puede lograrse mediante una honda realización del Sunyata y una
completa identificación con la totalidad. Tan sólo mediante la supresión de la
tendencia adhesiva puede lograrse la última Compasión; tan sólo mediante la
negación del estado de Buda, puede este estado lograrse. Por el hecho de que
no hay seres sensibles a quienes compadecer, es que Buda experimenta una
intensa piedad; es porque desde los principios nunca ha existido un ser
sensible, que Buda bajó a la tierra para salvar a los seres sensibles. ¿Es esto
una paradoja? Lo es, pero sólo porque nosotros somos paradójicos, no la
Verdad. Desde el punto de vista humano una paradoja es algo contradictorio e
inarmónico, pero desde el punto de vista del Buda es armonía y unidad.
De tal modo que la perfecta Compasión del Buda es un Amor total e
incondicional, un Amor que consiste en la perfecta sabiduría y es idéntico a
ella, un Amor que no surge de ninguna forma de adhesión, sino de la total
liberación de toda clase de ataduras.
Chang Chen Chi--(La Practica del Zen)

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