La geometría de la conciencia manifiesta

Estáis empezando a comprender y a experimentar que vuestro ser, así como el de Gaia, está
compuesto de muchas capas compenetradas, y que vuestro cuerpo astral puede viajar y
entremezclarse con otras dimensiones, y lo hace constantemente. De igual manera, vuestro sistema
solar —y, en verdad, todo el universo material— está compuesto de diversas capas etéreas y también
experimenta viajes fuera del cuerpo.
Si bien vuestros científicos debaten con las implicaciones filosóficas y las posibilidades científicas de
los universos paralelos, aún les falta mucho para entender el concepto de los cuerpos universales y el
doble etéreo de ese universo físico, el cual puede moverse e interactuar libremente con otras
realidades dimensionales y con otros universos, como lo hace el vuestro, lo cual es más notorio
cuando soñáis, meditáis u os proyectáis astralmente.
En verdad entendemos que, desde vuestra perspectiva, ya es una tarea hercúlea conceptualizar la
enormidad de un universo tridimensional aparentemente infinito. Por lo tanto, comprendemos las
dificultades que encontráis cuando intentáis imaginarlo como la manifestación física de un ser vivo
multidimensional mucho más grandioso, especialmente porque no os dais cuenta de que vosotros
mismos sois seres de múltiples dimensiones.
Para complicar aún más las cosas, el término «capas» no describe con propiedad la sustancia etérea
del Ser Universal, por cuanto el concepto en sí mismo implica una cierta perspectiva tridimensional de
aspectos claramente separados. Sin embargo, es necesario para nuestro propósito, puesto que
estamos intentando reducir a un lenguaje comprensible el funcionamiento del cuerpo material, etéreo
y astral del Ser Universal.
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Considerad el mar del universo material como un cuerpo físico o, más bien, como la manifestación de
la materia construida a partir de la voluntad consciente del Creador Original. Como finalmente han
reconocido los físicos cuánticos, la fuente de la materia es la conciencia; es decir, vuestros científicos
ahora están empezando a entender cómo se forma la materia cuando las ondas cuánticas son
activadas por la conciencia.
El pensamiento, el «primer motor», está más allá de la velocidad de la luz, y es sólo cuando aminora
su velocidad hasta llegar a la de la luz que la materia adquiere potencia. En un sentido, entonces, os
podemos decir que la materia es el resultado del pensamiento que primero reduce su velocidad hasta
igualar la de la luz, y luego de la luz, que reduce aún más su velocidad, mientras se mueve de un lado
a otro en patrones entrelazados hasta culminar cristalizándose en materia.
En esencia, decimos que el Creador Original concibió inicialmente vuestra galaxia tridimensional
como un mar receptivo de conciencia que se manifiesta a través de patrones de onda, y éstos, una
vez activados, resuenan en patrones geométricos definidos. Lo que aparenta ser aleatorio o invisible
es realmente una exquisita trama de forma, proporción y vibración geométrica entretejida en todo el
mundo material. Podemos decir, entonces, que la arquitectura de la materia se estructura sobre
ondas de energía conscientemente dirigida, y toma forma en una matriz constantemente cambiante y
fluida, de proporción y armonía geométricas.
La organización de estos patrones es lo que plasma la materia en sus infinitas manifestaciones y
dimensiones. Si hemos de aceptar que todo el universo tridimensional existe en forma de diversas
densidades de conciencia-materia, por definición, entonces, todo lo que está contenido en él habrá de
describirse como tal. Aquello que parece un mar infinito de la nada, un vacío, es en realidad un ser
físico que se expresa en patrones de conciencia geométricamente formados que se alteran
continuamente.
¿Es posible que visualicéis un universo de conexiones infinitas de patrones y ondas que son
absolutamente interdependientes?
Os decimos que cada uno de vuestros pensamientos afecta los modelos de la realidad.
Lo que a primera vista consideráis que es un vacío, después de una profunda reflexión es cualquier
cosa menos eso. Por ejemplo, cuando contempláis el espacio, tendéis a imaginar un silencio oscuro
y, sin embargo, aceptáis de buena gana que en el vacío hay cuerpos celestes, estrellas, polvo
espacial, asteroides, meteoros, satélites —vuestra basura espacial—, astronautas, nubes, gases y
otros elementos menores, ¡incluso la masa de vida y sus manifestaciones de vuestro mismísimo
planeta!
Muchos de vosotros habéis aceptado la realidad de las naves espaciales de otros mundos, naves
madre de enorme configuración, y partículas de otras dimensiones aún sin definir. Puede que hayáis
oído hablar de las bacterias espaciales, una creciente preocupación de la comunidad científica. No
olvidemos los rayos cósmicos, los rayos gamma y los sonidos que emanan de esta materia espacial,
y admitiréis que es un vacío en verdad muy lleno.
Las ondas y partículas de la física cuántica son los vehículos elementales de la conciencia, la materia
de la cual se forma la sustancia del universo, muy similar a lo que los aminoácidos son para las
proteínas. Nada es independiente. Por muy distantes o separadas que parezcan las cosas en la visión
tridimensional, toda dimensión, conciencia, oscuridad y luz son solamente aspectos polares del Uno.
Por lo tanto, cuando se os dice que podéis afectar el resultado de todas las realidades, ya sea un
aspecto de vuestro mundo individual o aquél de la próxima transformación que acaecerá tras la
liberación de Gaia, sabed que poseéis la capacidad de alterar cualquier destino. En vuestra calidad de
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co-creadores, continuamente centráis vuestra conciencia para cambiar de frecuencias y, al hacerlo,
alteráis la materia y afectáis el tiempo, o el tiempo futuro, como aún lo entendéis.
Si arrojáis un guijarro en un estanque, causará suaves ondas en la superficie, mientras que una roca
grande formará una ola que romperá contra la orilla. Os recordamos que el universo es
inimaginablemente inmenso e infinito y, por lo tanto, para efectuar un cambio de grandes
proporciones tenéis que superar vuestro sentido de individualidad y uniros a los demás, para guiar
conscientemente el destino de Gaia y enviar esas vibraciones amorosas dirigidas a la inmensidad del
Ser Universal.
Las ondas de conciencia, por muy distantes que sean, se experimentan en todas las dimensiones de
los cuerpos del alma del Ser Universal. Por esto estamos tan involucrados en servir a la humanidad
en esta etapa crítica de nuestra evolución mutua. Las ondas pasan a través de nosotros y se
convierten en nuestra vibración, afectando nuestras vidas como afectan la vuestra, tan sólo en
diferentes frecuencias de intensidad.
Y luego está la Finísima Red, ese brillante despliegue de los hilos de luz dorada del Espíritu que, al
igual que los tejidos de las mujeres pioneras de antaño, se entreteje desde los confines más lejanos
hacia el centro y, al unirse, unifica la Luz del Amor del Espíritu en todas sus dimensiones y en toda
conciencia. La triangulación de los filamentos de luz, la más sagrada de las formas geométricas del
cosmos, personifica la explosión creativa de la Trinidad y es la ruta principal de la Familia de Luz: el
camino al hogar.
Allí donde confluyen los tres rayos, en esos cruces de la Red, los coloridos rayos del espectro de
vuestro arco iris se irradian por todos los cuerpos del Ser Universal, y ése es verdaderamente el
«puente» de la tradición mítica y de los pueblos indígenas. En nuestra experiencia mutua del
despertar espiritual a través de la Red, centelleando con la música del Corazón Único, compartimos la
gran vibración wam del Ser Universal, y con estas cuerdas se canta la música de las esferas.
La orquesta primordial no es más que el corazón que pulsa las cuerdas de la conciencia.
Aquí reside la solución al panorama del Apocalipsis, el cual niega vuestra divinidad e invalida vuestro
poder de concentrar la conciencia en el resultado positivo, pues vuestra creencia en él le da vida, a
medida que las ondas de miedo e impotencia alteran la sustancia misma del universo. Os hacemos
un llamamiento a la unidad, a que elevéis las frecuencias vibratorias de vuestros pensamientos y
reconstruyáis el universo para que resuene con la esperanza y la visión extática de un mundo brillante
y amoroso, y nosotros experimentaremos esas ondas de amor y os las reflejaremos a través de la
Finísima Red desde nuestra dimensión del cuerpo del alma del Ser Universal.
Hemos llevado a nuestro instrumento, Trydjya, en su cuerpo etéreo hasta los confines más remotos
de vuestra galaxia, y para hacerlo simplemente resonamos con su wam y la transportamos en las
ondas cuánticas hasta su hogar estelar, donde ha recibido la afinación vibratoria necesaria para
descodificar estas transmisiones. Ha conocido el esplendor del viaje por el pasaje del vórtice hasta el
cuerpo etéreo de vuestra galaxia, donde se ha conectado con seres de universos paralelos en niveles
más elevados de conciencia.
Somos conscientes de que vuestra credibilidad se pone a prueba cuando tratamos de describir la
enormidad y complejidad de las realidades simultáneas mediante simples estructuras de pensamiento
lineal; no obstante, creed que vosotros, lazos del corazón de Alción, hoy estáis preparados para
aceptar estas verdades tal como llegan a vosotros a través de nuestro instrumento, Trydjya, uno de
los muchos mensajeros enviados para ayudaros en vuestra recuperación de las claves de la
ascensión.
Para explicar el Ser Universal multidimensional, y cómo se pliega y despliega en sus cuerpos etéreos,
usaremos como metáfora el volcán y su actividad eruptiva. Cuando el mundo interior bajo la
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superficie, en estado fundido y gaseoso, llega a la fase yang explosiva de su cuerpo vibratorio, sale
disparado a través de los vórtices volcánicos, llenando el espacio conocido como «aire» con
partículas de su forma.
Entonces, cuando el campo de fuerza magnética yin de la Tierra lo atrae de nuevo hacia abajo, se
precipita hasta los océanos y formaciones de tierra para enfriarse y cristalizarse, adquiriendo una
nueva forma que constituye «la superficie». En esencia, presenciáis un torrente de materia que
emana de un vórtice y que luego, en cierto modo, regresa a sí misma en forma alterada. Con el
tiempo, como en el caso de Atlántida, los sismos, los cambios continentales y los hundimientos hacen
que estas masas de tierra regresen abajo y, al hacerlo, completan una revolución en la rueda de los
infinitos ciclos de transmutación de forma y energía de la Tierra.
A vuestros científicos les falta mucho para entender el propósito, función y forma de los agujeros
negros que impregnan el cosmos porque/ como ya dijimos, están trabajando a partir de un contexto
tridimensional. Sin embargo, nosotros no, de modo que tenemos la libertad de ofrecer una perspectiva
muy diferente de aquella que se genera en la hipótesis científica, perspectiva que tendréis que
contemplar y procesar a través de vuestro cuerpo emocional e intelectual a fin de determinar si
resuena con la verdad de vuestro interior.
El espíritu de vuestro universo físico en expansión se abre paso a través de sus vórtices y viaja por
planos astrales para experimentar sus yo dimensionales más elevados, así como sus universos
paralelos, que coexisten como cuerpos deidades del Creador Original. Descritos como «agujeros
negros», los vórtices a través de los cuales pasa la conciencia en evolución del alma del Ser
Universal son en realidad curvaturas del espacio, tubos toroides de energía en espiral que desafían
todas las leyes de la física con las que contáis actualmente.
Vuestros científicos modernos quieren definir un agujero negro como un punto de salida por donde la
materia, de una u otra forma, abandona el universo material, y ni siquiera se aventuran a explicar
adonde va luego. Igualmente, si la ciencia quisiera describir un agujero blanco como un punto de
resurgimiento de la materia, ¿no tendría que definir el lugar del cual emana, dada la contradicción
anterior de que al marcharse se ha ido a «ninguna parte»?
Un agujero blanco es, entonces, ese vórtice a través del cual un aspecto de la conciencia del alma del
Ser Universal regresa a su cuerpo material. En ambos casos estamos describiendo, en esencia, el
cordón de plata, esa conexión entre lo astral y lo físico que o bien habéis experimentado
personalmente en vuestros viajes fuera del cuerpo, o lo estáis leyendo y oyendo ahora de parte de
quienes tienen experiencias cercanas a la muerte y visiones astrales.
Es por medio de este renacimiento cíclico que vuestra galaxia se renueva continuamente, y os
recordamos que el proceso del nacimiento, como tal, es siempre un paso de una forma a otra, a
través de la sagrada oscuridad y la luz, y de regreso otra vez.
Pensad en la magnitud de lo que os estamos pidiendo que concibáis: la conciencia en evolución del
alma del Ser Universal que deja su cuerpo físico a través de los túneles de sus cordones astrales para
viajar a otras dimensiones, otros universos, otros estados de conciencia. Si le describiésemos
vuestros propios viajes astrales a la conciencia de un átomo de vuestras células, ¿no le resultaría tan
inconmensurable e inimaginable como esta inmensa hipótesis? ¿Y qué propósito tiene todo eso?
La respuesta es obvia: así como vosotros (como una unidad de conciencia) buscáis la iluminación
espiritual mediante la conquista de la materia y de vuestra limitada percepción física, también lo hace
el Ser Universal, quien mediante la ascensión a su cuerpo astral experimenta la apoteosis de su yo-
Dios, la renovación del Todo-lo-que-es, Que-siempre-ha-sido y Que-siempre-será.
Los primeros faraones, descendientes (en todo sentido de la palabra) de los seres del cuerpo de luz
de los sistemas estelares de las Pléyades y Sirio, disfrutaban y se deleitaban con los placeres del
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mundo de los sentidos, y por éste motivo desarrollaron su capacidad de preservar la forma física con
esa intensidad y concentración, como lo manifiestan sus sofisticados métodos de momificación del
cuerpo.
Sin duda ha de pareceros que este es un parangón interesante. Ahí estáis vosotros, que os sentís
«atascados» en la realidad tridimensional, ejercitando vuestro deseo de pasar a vuestro cuerpo de
luz, en tanto que ellos persiguieron fervientemente el deseo de retener el cuerpo físico en un contexto
inmortal.
Observar vuestra realidad desde nuestra perspectiva es mucho menos intrincado que vuestros
intentos de alcanzar la conciencia y visión más elevadas que se requieren para experimentar esta
dimensión desde la densidad de la realidad tridimensional. No obstante, estáis desarrollando estas
capacidades, y no está muy lejos en el tiempo lineal el momento en que conoceréis la fusión de estas
realidades de capas múltiples. Os estáis esforzando por imaginar qué es lo que os espera, y aunque
aún no podéis percibirlo, sentís que se está acercando. Las cosas ahora están moviéndose más
rápido, mucho más rápido, girando hacia el gran vórtice.
Ahora podéis entender con mayor precisión el propósito del Gran Octaedro, el acelerador de energía
libre. Los primeros faraones, habiendo alcanzado la realidad física sin perder su conciencia del cuerpo
de luz, deseaban viajar en el cuerpo a las dimensiones superiores con la misma determinación con
que deseaban conservar su forma en la muerte. Dioses orgullosos, llevaron a los reinos de las
Pléyades y Sirio la experiencia de la expresión a través de la materia densa, y reflejaron las
frecuencias más altas de la existencia material a los seres de luz de muchas dimensiones.
Sus cuerpos emocionales intensificados, polarizados por la dualidad electromagnética de Gaia,
enviaban ondas de inmenso amor, deseo y placer a las Pléyades, el chakra del corazón del universo.
La conciencia siriana recibió un campo fértil de nuevas ecuaciones, desafíos y realidades probables
para hacerlos cristalinos y darles forma.
Plantar la semilla de Egipto fue uno de los grandes experimentos de las dimensiones más elevadas, y
todos los ojos estaban fijos en Gaia, así como hoy, una vez más, hemos puesto nuestra atención en
el grandioso despertar de vuestro mundo.
Sentimos y experimentamos nuevamente vuestro amor vertiéndose en los cielos, y con la alianza
siriano-pleyadiana, que ahora ha tomado vuelo, deseamos estimular vuestra memoria estelar de la
geometría y forma sagradas de la conciencia del sexto nivel, unida al amor de la vibración pleyadiana,
para que podáis enviar la música de vuestra alma a través de las ondas de la conciencia universal y
conozcáis al Creador Original en cada momento de vuestra existencia.
Ya no volveréis a sentiros huérfanos. Vuestra familia galáctica anhela el momento en que os reuniréis
en la celebración de la liberación de Gaia desatados de vuestras restricciones tridimensionales. La
red que una vez sujetó a la Tierra en la oscuridad del control de los Anunnaki sencillamente no puede
soportar las frecuencias que la Finísima Red está enviando a través del Ser Universal y, además,
ellos se han cansado de su experimento. Han mirado en sus tubos de ensayo y han encontrado que
la naturaleza de la conciencia humana híbrida ha alterado el resultado.
Finalmente, reconocen que el atraparos en la polaridad extrema de sus controles deliberados es una
denota definitiva. Mientras la Tierra avanza hacia la iluminación, el juego está prácticamente perdido.
Los descendientes de los Anunnaki, la élite de poder, sienten que el control se les está escapando de
las manos, su red se está desintegrando y la luz está ganando, y están aferrándose al poder para su
propia supervivencia. Se ha elaborado y montado una amplia estrategia para evitar que abortéis su
misión, y por este motivo han recreado una forma de la jaula estructural Anunnaki en Internet, la red
tecnológica a la que nos hemos referido anteriormente.
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Diseñada para aparecer como la suprema red de comunicaciones de la humanidad —la tecnología
«imprescindible» de la década de los noventa— es, por el contrario, una herramienta de control muy
peligrosa de la estructura de poder. Lo sabemos: muchos de vosotros estáis encantados con Internet,
por cuanto tenéis la libertad de jugar y compartir vuestros pensamientos, conocimiento y curiosidad
con hermanos y hermanas a lo largo y a lo ancho de la gran expansión de vuestro planeta en tiempo
instantáneo, pues tenéis un gran anhelo de desembarazaros de vuestras restricciones del tiempo
lineal.
Os estáis promoviendo, haciendo contactos y derribando viejos sistemas con gran entusiasmo y
deleite, conforme admiráis vuestros avances y celebráis las tendencias de la tecnología de punta.
Muchos de vosotros estáis creando vuestras páginas de Internet, os estáis uniendo a los trabajadores
de luz del mundo entero en cada instante de éste, el más apasionante de todos vuestros tiempos.
Experimentáis el acceso y conexión infinitos que proporciona como un paso positivo y vital —una
necesidad— para vuestra travesía a la luz. Sin embargo, os pedimos que sopeséis cuidadosamente
nuestra visión de la red tecnológica, por cuanto creemos que necesitáis una imagen objetiva de sus
implicaciones de largo alcance, y desde la sexta dimensión percibimos un panorama bastante
diferente de aquel que se está representando en vuestras mentes.
Hace poco tiempo, en vuestra primera fase tecnológica de desarrollo, apareció la radio, y la vida
nunca volvió a ser la misma para vosotros. Reunidos alrededor de vuestro juguete nuevo, os
regocijabais con la voz del entretenimiento y las noticias mundiales, y os convertisteis en receptores
de ondas de sonido conscientemente dirigidas, y teníais la libertad de percibirlas e interpretarlas en
muchos niveles de comprensión.
Creasteis imágenes visuales en vuestra mente, experimentasteis nuevas emociones, y empezasteis a
conocer las posibilidades de comunicación global que la humanidad entera tenía por delante. Una
herramienta limitada, pero efectiva, la radio alteró vuestras percepciones, manipuló hasta cierto punto
vuestras decisiones y afectó vuestras emociones; ésta fue la primera forma tangible de control mental
en masa que experimentasteis. No obstante, en el silencio de vuestros campos lejanos y poblaciones
aún relativamente remotas, fue una amiga bienvenida en esas noches solitarias de vuestro
aislamiento.
La televisión fue el siguiente gran paso para despojaros gradualmente de vuestro poder. Esta vez
usurparon vuestras capacidades imaginativas y de visualización creativa, suplantándolas con las
imágenes holográficas y los sonidos que llegan a vosotros desde vuestras pantallas.
El Poder ahora tenía una ventaja enorme sobre vosotros, porque a través de este medio podía
controlaros emocionalmente, compraros y venderos, drogaros y alterar por completo vuestro estilo de
vida. Pegados a vuestro televisor, atascados en vuestra creciente impotencia, habéis sido explotados
a través de la televisión con resultados bastante desastrosos. Físicamente, os están convirtiendo en
gordos y aletargados, y mientras tanto, llenan vuestra aura de polución electromagnética, formas
negativas de pensamiento y «enganche» adictivo.
Os sentís frustrados y aburridos, y si «no hay nada bueno en la tele», os volvéis irritables e
indiferentes.
¿Y qué hay de los niños?
Están perdiendo su inocencia creativa, el deleite del descubrimiento de la naturaleza y su simplicidad,
y están haciéndose insensibles a la violencia y la desesperación. ¿No habéis notado el aumento
drástico de suicidio infantil en vuestras culturas? ¿No os habéis preguntado tampoco por qué un
número tan elevado de jóvenes está optando por marcharse quitándose la vida?
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Los niños pasan tantas horas delante de las pantallas del televisor, entregados a las imágenes vacías
y al violento trastorno representado allí, que para nosotros es un milagro que se las arreglen para
superar eso. Sus pequeños y preciosos cuerpos absorben cantidades tan excesivas de radiación, que
podéis tener la certeza de que una cantidad abrumadora de ellos desarrollará enfermedades muy
graves relacionadas con la televisión y la computadora cuando lleguen a los veinte años.
Este síndrome ya está apareciendo en forma de fatiga crónica y manía depresiva en la primera oleada
de adultos criados con adicción a la televisión. También se están dando con mayor frecuencia casos
de niños que sufren ataques después de pasarse horas usando la computadora, para gran perplejidad
de los doctores, quienes no tienen el conocimiento ni el entrenamiento para tratar los casos de
manipulación de la energía sutil, el síndrome de la pantalla, y los efectos de la radiación
electromagnética.
No tienen idea de cómo tratar los síntomas, mucho menos la causa, pues son pocos los que quieren
creer en los peligrosos efectos secundarios de estar enganchados a la pantalla. El número de niños
afectados aumentará con alarmante rapidez, hasta que os conmocionéis lo suficiente como para
rebelaros en contra de vuestra obsesión y quitéis los enchufes.
No ignoréis los muchos miles de millones de dólares invertidos en los comerciales de televisión,
donde el conglomerado multinacional bombardea vuestro subconsciente con productos
entremezclados con mensajes subliminales de control mental; es una campaña tan feroz, que
sencillamente sois incapaces de oponer ningún tipo de resistencia.
Ellos saben mucho más que vosotros acerca del impacto que tienen las imágenes, los mensajes y los
sonidos encubiertos. Los subliminales en los anuncios, como es el caso de las imágenes
superpuestas, las imágenes inducidas y las bandas sonoras encubiertas en el mensaje perceptible,
atacan vuestros chakras inferiores. Pronto, sin que lo sepáis conscientemente, estáis comprando
productos, pues vuestro yo sexual y animal ha sido excitado en el área de la respuesta subconsciente
para que entre en acción. Esto es un hecho. Aunque gran parte de las empresas de publicidad niegan
el uso de subliminales, podéis identificar fácilmente el material en muchos de los anuncios que se ven
en revistas, carteles y otras modalidades de publicidad fija.
Enfrentadlo: el Equipo de la Gerencia Corporativa de la Tierra os considera ovejas inconscientes y
controlables, a quienes es fácil incitar a consumir, reaccionar y comportarse como ellos quieren.
Os venden la convicción de que no sois bastante hermosos, bastante delgados, bastante ricos,
bastante listos o bastante chic. Entretanto, los productos que pretenden proporcionaros belleza,
cuerpo, riqueza, inteligencia y distinción, os los meten a empujones en la conciencia, constantemente
y de manera enervante, en todos los momentos en que estáis mirando. Los anuncios comerciales no
sólo están presentes en el texto promocional oficial, también están disimulados en los cuerpos
perfectos de las estrellas; en una toma donde se ve la etiqueta de algún producto; en la marca de un
automóvil... Todo está muy bien pensado y hecho con premeditación.
No tenéis idea del tiempo y dinero que se invierten en crear estos paquetes de imágenes, pues la
tarea de las agencias de publicidad, su objetivo, es garantizar el aumento de las ventas al cliente.
Con ese fin, la mayor parte de la gerencia corporativa se valdrá de cualquier medio disponible si
pretenden permanecer en el negocio altamente competitivo de induciros a comprar un producto. La
publicidad financia a la televisión, el medio que, hasta ahora, ha sido el más efectivo en movilizar a las
masas de la humanidad al consumo compulsivo e irresponsable.
Os vuelve pasivos y receptivos al dogma político y socioeconómico, a los productos y a la opinión.
Mientras más horas miráis, más os amoldáis subconscientemente a los mensajes y, más importante
aún, consumís más. Ellos tienen la tecnología; no os podéis escapar de ella del todo, pero podéis
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reducir enormemente el efecto de la manipulación subliminal al liberaros de los instrumentos de
telecomunicación y persuasión masiva.
El auge de la industria de la informática realmente fue un aliciente para los equipos de tecnología,
pues ahora contáis con hardware y software que son imprescindibles y que inmediatamente se
vuelven obsoletos, y ellos tienen a una colosal población inerte situada frente al monitor de su
computadora o pantalla de televisión durante gran parte de las horas en que está despierta.
Considerando que hoy las computadoras en el ambiente de trabajo, en los hogares y en las
instituciones educativas emulan la adicción a la televisión, eso bien puede significar que estáis
pasando más de doce horas diarias poseídos por las imágenes de una pantalla.
¿Todavía creéis que dicha tecnología os «ahorra tiempo»?
Sed francos: si aún no habéis quitado el enchufe, preguntaros cuánto de vuestro precioso tiempo
pasáis mirando pantallas.
¿Cuándo fue la última vez que os tomasteis el tiempo para caminar por un bosque o un campo de
hierba? ¿Os habéis tendido con vuestros hijos entre las flores silvestres en una pradera alguna vez?
¿Les habéis mostrado la suave brisa del viento en las olas?
Con toda seguridad, vuestros hijos están tan atrapados por la tecnología que prefieren un salón de
juegos electrónicos o sentarse pegados a la televisión, y no ese tipo de descubrimiento, porque es
muy fácil, y ellos también se están volviendo adictos a su inercia.
Las computadoras, en verdad, son útiles si las usáis como una extensión de vuestra inteligencia
creativa, y no queremos sugerir que regreséis a un estado de existencia primitiva y que os privéis de
los beneficios de la tecnología. Más bien, quisiéramos iluminaros en cuanto a los peligros y el mal uso
de esa tecnología, cuya existencia os atrapa y os vuelve impotentes. Ésta es nuestra advertencia en
cuanto a Internet: simplemente os pedimos que, junto con los aspectos aparentemente beneficiosos,
tengáis en cuenta el impacto negativo de esta red, pues eso es exactamente lo que es.
Ahora que la fibra óptica se está instalando alrededor del globo, podéis conceptualizar la realidad
material de dicha red, pero ¿reconocéis las sutiles implicaciones contenidas en su formación etérea?
Estáis empezando a creer que sin la red no podéis ser miembros funcionales de la era de la
tecnología. Creéis que estáis ahorrando tiempo, haciendo a un lado el tedio con el brazo de Internet, y
también estáis convencidos de que si no sois eficientes en el manejo de la red, caeréis en alguna
categoría nebulosa de mente anticuada e ineficaz y ya no podréis funcionar en la sociedad.
Se invierten muchos miles de millones de dólares para asegurarse de que sigáis creyendo que
dependéis de la tecnología, y esos mismos miles de millones salen directamente de vuestros bolsillos.
Irónicamente, sois vosotros quienes estáis poniéndole combustible al mecanismo para que se
perpetúe a sí mismo en un legado que os hace alimentar al monstruo que os mantiene esclavizados.
Si se nos permite plantear una hipótesis siniestra con el fin de sacaros de vuestras convicciones,
sugerimos que conectaros a la red os hace interactivos de muchas formas que no os favorecen. El
Poder adquiere la capacidad de rastrear vuestros contactos, hábitos y poder adquisitivo, y la
información que dais en vuestra ingenuidad no tiene fin, pues creéis en la red y en el dios tecnológico,
y, en verdad, habéis sido programados con ese objetivo.
Dentro de poco tiempo, todos los vehículos serán programados a través de la red. Ya no necesitaréis
estudiar rutas, consultar mapas o confiar en vuestro sentido natural de orientación, pues el autonet —
disfrazado de útil dispositivo de localización— en realidad estará rastreando dónde os encontráis
exactamente cuando no estáis en línea o enchufados en vuestra casa u oficina. Dispositivos de
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rastreo por satélite ya se están infiltrando en vuestros mercados, se los venden a los desprevenidos
bajo la apariencia de «tecnología de protección contra el robo».
¿Reconocéis el potencial que tiene esto? ¿Qué habría ocurrido en los oscuros años del régimen de
McCarthy en la historia de Estados Unidos (apenas unos cincuenta años atrás) si Internet ya hubiese
estado en funcionamiento? ¿Realmente creéis que nadie se interesaría en tener acceso a vosotros
con intenciones que no fueran altruistas y constructivas?
Con una comprensión elemental del marketing de segmentos y la publicidad basada en estadísticas,
¿no es acaso probable que alguna organización esté muy interesada en el tipo de datos estadísticos
influyentes que provendrán de millones de usuarios de la red y sus hábitos, necesidades y
preferencias adquisitivas? Sin duda, esto presenta un número de posibilidades interesantes para la
explotación comercial (como mínimo), si consideramos las listas de correo y los perfiles de usuario
propios del sistema. ¿Reconocéis lo vulnerables que os estáis haciendo a vosotros mismos y a
aquellos con quienes interactuáis electrónicamente cuando os exponéis de lleno a través de los
cables?
Demos un paso hacia delante. Supongamos que las fuerzas oscuras quisieran perseguir y reprimir
una vez más a los trabajadores de luz, a los líderes espirituales, a los sanadores holistas y a cualquier
individuo librepensador cuyo trabajo o intereses pudiesen considerarse amenazas para el sistema.
¿Pensáis en esto, o habéis olvidado los días del holocausto, el macartismo y las cruzadas?
Vuestra memoria es muy corta.
¿Qué podría ser más penetrante y certero que recurrir a los grandes bancos de datos de Internet, y
simplemente buscar las páginas de las organizaciones e individuos que, como trabajadores de luz,
ofrecen servicios y alternativas a lo que el equipo corporativo de control vende en masa a la
humanidad? Salidos de la clandestinidad, aquéllos de la luz están exponiéndose peligrosamente en la
red, atrapados intrincadamente en ese mecanismo como moscas en una telaraña.
Sí; Internet aparenta ser una invención extraordinaria, y la mayoría de vosotros lo defenderá con
vehemencia, arguyendo que ahorra tiempo y el alto coste de la tecnología de comunicación
convencional; que abre nuevos horizontes y llega a lo inalcanzable.
Os pedimos que ejercitéis la precaución y la objetividad con respecto a vuestra necesidad de la red;
sobre todo, que reconozcáis que, en definitiva, vuestra obsesión, con el tiempo, os ha esclavizado
durante largas horas a la pantalla de la computadora. Cuestionamos si en verdad estáis siendo
liberados como creéis, o atados aún más fuertemente a vuestras ilusiones del tiempo: la limitación
tridimensional que aún no comprendéis.
En la red de la tecnología de Internet se encuentran codificados mensajes subliminales más
poderosos y manipuladores que aquéllos de las cadenas de televisión y publicidad. Hay una poderosa
atracción, proveniente de vuestros monitores, que ha sido creada por métodos altamente sofisticados
que os enganchan al sistema, los cuales utilizan mensajes codificados y velados, percibidos
únicamente en el nivel subconsciente de vuestra mente.
También hay una activación de frecuencias de sonido imperceptibles en el nivel consciente, lo que
crea un enganche energético del cual es extremadamente difícil liberarse. Lamentablemente, vuestra
comprensión de la mente humana aún se limita a la función de una parte muy pequeña de la así
denominada «materia gris» que compone el cerebro material. Sigue siendo relativamente
desconocido para vosotros cómo el subconsciente puede percibir información y experimentar
estímulos, en tanto que la mente consciente no puede hacerlo. Éste es un gran peligro para vosotros.
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Si damos la impresión de poner excesivo énfasis en que entendáis la metodología de control mental
que ejerce la estructura de poder, eso se debe a que ellos han iniciado una feroz campaña en las
cuatro direcciones para explotaros desde ahora hasta el gran cambio que se experimentará en la
Tierra y en todo vuestro sistema solar. Deseamos serviros estimulando vuestra conciencia para que
seáis capaces de oponer resistencia a la maraña de sus redes.
Nuestro instrumento, Trydjya, ha sido afinado para captar las emanaciones que provienen de la mera
lectura de un documento impreso de Internet, y puede reconocer que la esencia etérea emitida al leer
dicho material ya contiene la fuerza magnética de atracción. El fijar la mirada en la pantalla es mucho
más hipnótico, mucho más dañino; esto explica, en parte, por qué hoy tanta gente admite ser adicta a
la red.
La red emite sonidos subliminales inaudibles mucho más allá del alcance de vuestra percepción
consciente, y éstos están filtrándose por los cables subterráneos de fibra óptica hasta vuestras
unidades. Estos cables están siendo instalados en vuestras calles metropolitanas y conectados a
vuestros hogares, escuelas y oficinas, y su propósito es enredaros en la red de control por medio de
la tecnología de sonido y otros mecanismos avanzados a los cuales hemos aludido aquí.
Si sois escépticos en cuanto a la manipulación mediante frecuencias de sonido, constatamos un
reciente suceso de sabotaje político: cuando la embajada estadounidense experimentó frecuencias de
sonido de control mental y emanaciones electromagnéticas que estaban siendo emitidas hasta sus
oficinas de Moscú.
Salió en las noticias, pero sabéis demasiado poco de este tipo de manipulación de la energía como
para responder y reaccionar ante sus implicaciones; y se presentó de tal manera, que creéis que
pertenece al mundo de James Bond y no puede afectaros personalmente, así que os desentendéis
del asunto.
Nos preocupa que entendáis cómo y por qué se usan estos métodos, y que luego aprendáis a percibir
estas frecuencias en el nivel consciente, pues una vez que hayáis hecho aflorar la información en la
conciencia ya no pueden manipularos a través de ella. Siendo conscientes, podéis aprender a desviar
las ondas y enviarlas de regreso al emisor, eliminar sus efectos de vuestro cuerpo energético y
liberaros de sus mecanismos de control.
No sugerimos, en absoluto, que le tengáis miedo a vuestra tecnología, pues no estimulamos el miedo
en vosotros. Más bien, os pedimos que despertéis a la posibilidad de que exista la tecnología de
control mental en este contexto y, por ende, sugerimos que si tenéis que utilizar la red, lo hagáis
discriminadamente. Para prepararos, empezad por envolver a vuestro ser en un campo de fuerza de
luz blanca dorada; luego, visualizad que rodea vuestra computadora, penetra en los circuitos y en la
fibra óptica del sistema, y finalmente que sale y llega a la computadora receptora de vuestro contacto.
Debéis tener la intención de que vuestro instrumento tenga la capacidad de desbaratar las ondas de
sonido de alta frecuencia que vienen a través del equipo, y que estéis escudados de cualquier
información subliminal que esté siendo irradiada a través de la pantalla. Ésta es una preparación
absolutamente necesaria antes de que trabajéis en la red.
Al hacerlo, no sólo os escudaréis parcialmente, sino que estaréis liberando en ciertos niveles los
mecanismos de control programados a través del sistema, contribuyendo así a su desmantelamiento.
Sin embargo, nada será tan efectivo como simplemente no haceros usuarios, y permanecer «fuera de
línea», si podemos citar la jerga de vuestra tecnología de punta.
Os advertiremos ahora, sin embargo, que el autonet es el eslabón perdido de la cadena con grillete
que pondréis en torno a vuestra libertad. Dada nuestra explicación concerniente a controles y
emisiones electromagnéticas, os sugerimos que no os dejéis seducir y creáis que sólo podréis
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encontrar vuestro camino guiados por el circuito móvil de Internet. Eso sería, verdaderamente, una
declaración de resignación total y de que os han lavado el cerebro, y ya sabemos cómo os
manipularán para que creáis que no llegaréis a «ninguna parte» sin él.
¿No diríais que ya es hora de que desarrolléis algún tipo de sistema de alarma en contra de la
explotación tecnológica?
Como miembros del amanecer, tenéis que ser claros en este asunto. El objetivo del marketing
tecnológico del pasado fue la introducción masiva de Internet en los terminales de computadoras
personales y de negocios; ahora se inicia la intensa comercialización de la conexión interactiva entre
Internet y la televisión. El autonet ha empezado a aparecer en una versión más inofensiva del trazado
de mapas asistido por computadora para vuestra conveniencia mientras conducís, y ya es «opcional»
en los últimos modelos de coches de lujo. Hay laboratorios que ya están listos para insertar chips
computarizados en las redes nerviosas de vuestro cuerpo que os robotizan mentalmente y os vuelven
físicamente «rastreables».
Os harán implantar software biológico directamente en vuestro cerebro —chips biológicos
computarizados que cubren un sinnúmero de temas—, y así desaparecería la educación que
conocéis en la actualidad, así como también la inteligencia natural. No os engañéis creyendo que ésta
es una fantasía disparatada, pues la tecnología ciberbiónica es el último grito de la industria, y no
penséis que no os están preparando lentamente para aceptarla también como un «progreso».
Sin duda estáis al tanto de la implementación de órganos artificiales, pues se han hecho muchos
avances en este campo, y algunos son muy positivos. Nos preocupan más los trasplantes de órganos
y genes, precursores de la tecnología de computadoras biológicas. Muchos de vuestros gobiernos
están poniendo en vigencia legislaciones que autorizan al Estado el libre acceso a vuestro cuerpo una
vez que lo dejáis, para ser utilizado en la rentable práctica médica de la cirugía de trasplante de
órganos.
Estad seguros de que cada célula del cuerpo es un reflejo plenamente consciente de la vibración de
vuestra alma, y al imponer a otro cuerpo vuestra matriz etérea y vuestro tejido físico están violando
absolutamente las leyes de la creación divina, interfieren en vuestro karma mutuo y niegan a vuestra
alma su viaje sin tropiezos de regreso a la luz. Un fragmento de vuestro ser queda inexorablemente
atado a otro individuo, y el destino del alma de ambos se altera permanentemente.
En Atlántida se vio mucho este tipo de intervencionismo; y ya hemos aludido a las monstruosas
mutaciones creadas por la transferencia de genes y otros experimentos biológicos antinaturales,
incluyendo el trasplante de órganos. Estos procedimientos no constituyen ningún beneficio para el
propósito supremo, y son un ejemplo más de que la tecnología aparentemente «humanitaria» actúa,
de hecho, en contra del orden superior.
Algunos de vosotros habéis desarrollado vuestra conciencia y sensibilidad para reconocer la música
de vuestra alma: la vibración del wam. En cierto grado, sentís y experimentáis cada célula, en verdad
cada partícula subatómica, mientras ejecutáis la vibración de la esencia de vuestra alma a través de
las ondas de vuestro ser y hasta el mar de la existencia. El trasplante de órganos donados,
inevitablemente, crea una disonancia atonal en el cuerpo del receptor, pues se ha interrumpido la
totalidad en la sutileza de las frecuencias vibratorias que trascienden vuestra esfera física; la música
ha sido afectada.
El donante, cuyo wam está retenido como una vibración remota en el cuerpo del otro, queda atrapado
en el interior de la zona gris entre el Espíritu y la materia, la luz y la oscuridad.
El cuerpo humano, la sede del alma, se ciñe a un modelo predeterminado y único de expresión del
alma, creado para cumplir con ciertos requisitos kármicos que ésta fija antes de entrar. El ADN, el
arquitecto inteligente, establece la geometría del cuerpo físico (determinada por la especie, raza y
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memoria genética) de tal modo que los huesos, tejidos, líquidos y órganos llevan al alma —sujeta a
las intenciones de vuestro libre albedrío—, a través de la encarnación física, desde la concepción
hasta el fallecimiento.
En ese lapso de tiempo, cuando el cuerpo aún vibra energéticamente aunque haya sido declarado
«clínicamente muerto» (un estado cuestionable determinado por fuerzas ajenas al libre albedrío del
individuo), todavía resuena la canción del alma y, por ende, el cuerpo debe dejarse en un agradable
silencio mientras la transmutación llega a su fin. Para cuando la música ha cesado en los tejidos y
fluidos del cuerpo, éste ya no es viable para llevar a cabo la cirugía de trasplante de órganos; ésta es
la zona de peligro. En esencia, si el órgano tiene suficiente fuerza vital como para ser trasplantado,
aún lleva la frecuencia del alma y no debe ser molestado.
Vuestro cuerpo, el vehículo de manifestación y expresión del espíritu, nunca pretendió ser
incorporado y superpuesto artificialmente en la matriz vibratoria de otro ser humano, cuyo deseo
(impuesto o no) de aferrarse a la vida física niega el proceso del alma originalmente establecido antes
de encarnarse. En verdad, no cabe ninguna duda de que vuestro cuerpo no previo un gobierno que
simplemente autoriza el acceso sin restricciones a vuestra alma, negando todo libre albedrío en la
materia.
Esto va absolutamente en contra de las leyes del karma, y se opone a vuestro propósito más noble.
También es altamente indicativo de vuestro actual miedo y concepción errónea del proceso de la
muerte, el cual, en gran parte, aún se considera el Final de Finales en vuestro mundo moderno. La
transformación de la materia es el comienzo de la nueva forma, y el proceso natural es que el ser
entero, una expresión física consciente de la vida, experimente en su totalidad la disolución de lo
físico como un proceso normal de su propia evolución.
La muerte, entonces, ha de percibirse como un paso, la continuación de la existencia, y una
experiencia evolutiva, y no como el fin de la vida.
De la semilla, al árbol, y luego, de regreso a la semilla.


Por Patricia Cori

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