Hambre de intimidad?

Cuando trabajamos sostenidamente para crecer como personas muriendo a lo que ya no nos sirve haciéndonos cargo y asumiendo con dedicación nuestras miserias para transformarlas y luego de haber renacid oa veces nos sucede que personas cercanas a nuestro entornono nos reconoce en nuestra nueva identidad…

Sucede quec omo dice las Tradiciones de Sabiduría la identidad de cada ser humano está regida como toda la realidad por una ley de impermanencia.

Todo se transforma. Y en nosotros está que se transforme hacia arriba o hacia abajo evolucionando o no...

Y es así… nuestra evolución no depende de “lo que la vida nos haga” sino de nuestra actitud para aprovechar todo lo que nos suceda haciéndonos a nosotros mismos.

Las personas somos tan complejas que muchas veces nos cuesta ver “lo que realmente es” y vemos al otro como nosotros “creemos que es” proyectando en ellos rasgos propios asuntos de nuestro pasado no resueltos parte de nuestra sombra que no asumimos como propias y así en lugar de vincularnos verdaderamente con el otro establecemos vínculos ficticios y sucede que el otro… también.

Y si no nos damos cuenta de esto no nos cuestionamos nos acostumbramos a esta manera de vincularnos lo tomamos como algo normal, natural.

Pero cuando profundizamos despertamos, vamos viendo que esto no es la verdad….

Y ¿qué hacemos con esto? Comencemos trabajando con nuestra propia interioridad con la imagen que tenemos de nosotros mismos.

La guía esencial es la pregunta: “¿Quién soy yo realmente?”. Si parto de la base de que no soy como desde mis condicionamientos imagino ser ni soy las imágenes que otros proyectaron sobre mí y que una y otra vez he asumido como propias esa pregunta va teniendo respuestas. La auto observación es la herramienta clave.

Y sólo si puedo hacer contacto poco a poco con quien verdaderamente soy relacionándome desnudamente conmigo mismalograré entonces hacer contacto con quien el otro realmente es. Podré ver qué imágenes proyecto yo en él, podré ver qué imágenes pueda tener de mí.

Si ese maravilloso fenómeno vincular no se produce los seres humanos experimentamos algo que nos duele y que podríamos llamar así: hambre de intimidad. Todos tenemos esta necesidad esencial y muchos la buscan de múltiples formas erróneas.

¿Es trabajoso? si lo espero es maravilloso poder estar en comunión con uno mismo para poder estarlo luego con el otro ¡¡ojala podamos lograrlo!!

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