La crisis es una oportunidad
Todas las cosas están sujetas al cambio; cuando nuestro cuerpo está en crisis debido a alguna enfermedad o a algún desarreglo en la alimentación, o por un exceso debido a las horas dedicadas al trabajo, seguramente nos está avisando que está incómodo, que ha llegado a un límite de tolerancia, siendo la crisis la única forma que tiene de alertarnos de la situación, pidiéndonos ayuda y atención a gritos.
También las llamadas "crisis curativas" están brindándonos la oportunidad de depurarnos, de limpiarnos y posibilitarnos un reencuentro con el equilibrio y unas auténticas ganas de vivir; aunque en los primeros momentos sintamos algunas molestias, algún dolor de cabeza aislado, estos son provocados por la movilización de toxinas en el organimo; la oportunidad de una evolución real y favorable está en puerta.
Para alcanzar esta distinción, son muy importantes algunas facetas de nuestra personalidad: un toque de valor, algo de paciencia y un poco de constancia, harán de esta etapa un descubrimiento personal que nos conducirá a experimentar las mayores certezas acerca del funcionamiento de nuestro cuerpo, y luego, naturalmente, desearás compartir con los demás.
Hay personas que impulsadas por un sentimiento de incertidumbre y miedo, abandonan la terapia que ha provocado una saludable y necesaria crisis curativa, privándose así de una posibilidad de curación, de mejorar su salud y de enriquecer su experiencia; estos sentimientos paralizantes no son más que condicionamientos de la mente, que nos esclavizan a las cadenas que siempre hemos tenido y a la elección de patrones de conducta que ni siquiera hemos elegido concientemente.
Sería muy beneficioso preguntarnos a donde nos conduce esta actitud de resistencia; cada vez que nos hemos cerrado a alguna cosa o comentario, o a alguna propuesta o nueva idea, deberíamos recordar como nuestro cuerpo también se cierra y se ve afectado de tal forma que terminamos padeciendo las frecuentes contracturas musculares, los intensos dolores de cabeza, irregularidades en el tracto intestinal y muchas otras sintomatologías.
Podemos observar, como nuevamente, una actitud o impulso negativo nos lleva a vivir en un círculo vicioso: MIEDO-RESISTENCIA-ENFERMEDAD; es preciso agudizar nuestra conciencia para estar bien alertas, bien despiertos y así podremos superar los acontecimientos y alejarnos de este circulo vicioso de inconciencia y enfermedad.
La crisis no es más que una combinación de dos factores desencadenantes; los emocionales contradictorios y los hábitos o costumbres no integradoras, los cuales nos conducen directamente a situaciones conflictivas y juegan un papel protagónico en las enfermedades físicas y psicológicas.
Si nos diéramos cuenta que las situaciones desagradables y los momentos dolorosos se vienen sucediendo desde hace ya muchos años a lo largo de nuestra vida, como escenas de una película sin fin, nos dispondríamos a observar aquello que nos molesta, lo que nos aqueja, y estaríamos en condiciones de quitar ese exceso de carga emocional que entorpece nuestro pensamiento volviéndonos individuos funcionalmente poco prácticos.
Las relaciones conflictivas, una alimentación inadecuada, un tratamiento médico ineficaz, nos impedirán poder disfrutar de este proceso maravilloso de aprendizaje que es, sin ninguna duda, la vida; la crisis es la oportunidad que nos permite despertar y reconocer estos obstáculos, para luego, utilizando las herramientas adecuadas, trascenderlos en un camino de evolución sin límites.
También las llamadas "crisis curativas" están brindándonos la oportunidad de depurarnos, de limpiarnos y posibilitarnos un reencuentro con el equilibrio y unas auténticas ganas de vivir; aunque en los primeros momentos sintamos algunas molestias, algún dolor de cabeza aislado, estos son provocados por la movilización de toxinas en el organimo; la oportunidad de una evolución real y favorable está en puerta.
Para alcanzar esta distinción, son muy importantes algunas facetas de nuestra personalidad: un toque de valor, algo de paciencia y un poco de constancia, harán de esta etapa un descubrimiento personal que nos conducirá a experimentar las mayores certezas acerca del funcionamiento de nuestro cuerpo, y luego, naturalmente, desearás compartir con los demás.
Hay personas que impulsadas por un sentimiento de incertidumbre y miedo, abandonan la terapia que ha provocado una saludable y necesaria crisis curativa, privándose así de una posibilidad de curación, de mejorar su salud y de enriquecer su experiencia; estos sentimientos paralizantes no son más que condicionamientos de la mente, que nos esclavizan a las cadenas que siempre hemos tenido y a la elección de patrones de conducta que ni siquiera hemos elegido concientemente.
Sería muy beneficioso preguntarnos a donde nos conduce esta actitud de resistencia; cada vez que nos hemos cerrado a alguna cosa o comentario, o a alguna propuesta o nueva idea, deberíamos recordar como nuestro cuerpo también se cierra y se ve afectado de tal forma que terminamos padeciendo las frecuentes contracturas musculares, los intensos dolores de cabeza, irregularidades en el tracto intestinal y muchas otras sintomatologías.
Podemos observar, como nuevamente, una actitud o impulso negativo nos lleva a vivir en un círculo vicioso: MIEDO-RESISTENCIA-ENFERMEDAD; es preciso agudizar nuestra conciencia para estar bien alertas, bien despiertos y así podremos superar los acontecimientos y alejarnos de este circulo vicioso de inconciencia y enfermedad.
La crisis no es más que una combinación de dos factores desencadenantes; los emocionales contradictorios y los hábitos o costumbres no integradoras, los cuales nos conducen directamente a situaciones conflictivas y juegan un papel protagónico en las enfermedades físicas y psicológicas.
Si nos diéramos cuenta que las situaciones desagradables y los momentos dolorosos se vienen sucediendo desde hace ya muchos años a lo largo de nuestra vida, como escenas de una película sin fin, nos dispondríamos a observar aquello que nos molesta, lo que nos aqueja, y estaríamos en condiciones de quitar ese exceso de carga emocional que entorpece nuestro pensamiento volviéndonos individuos funcionalmente poco prácticos.
Las relaciones conflictivas, una alimentación inadecuada, un tratamiento médico ineficaz, nos impedirán poder disfrutar de este proceso maravilloso de aprendizaje que es, sin ninguna duda, la vida; la crisis es la oportunidad que nos permite despertar y reconocer estos obstáculos, para luego, utilizando las herramientas adecuadas, trascenderlos en un camino de evolución sin límites.
Claudia Cirelli y Pablo de la Iglesia
Posted at 12:14 a.m. | Etiquetas: Psicologia |
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