Leña al fuego
Son momentos difíciles, cuando el calor humano desaparece y la vida se reduce a un arduo esfuerzo por sobrevivir.
En esos momentos en que el fuego ajeno no le da calor a nuestra alma, debemos revisar nuestro propio hogar.
Debemos agregarle más leña y tratar de iluminar la sala oscura en la que nuestra vida se transforma.
Cuando escuchemos que nuestro fuego crepita, que la madera cruje o que las brasas brillan, la esperanza nos será devuelta.
Si somos capaces de amar, también somos capaces de ser amados. No es más que cuestión de tiempo.
Paulo Coelho.
Posted at 10:22 a.m. | Etiquetas: Reflexiones |
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