Reflexión Budista
En cierta oportunidad unos monjes budistas salieron del monasterio dispuestos a visitar a un sabio que, según las tradiciones orales, era descendiente mismo de Sidharta. Una sola pregunta los mantenía ansiosos y a la vez entusiasmados. No bien los recibió el reconocido maestro, fueron directo al interrogante que los acuciaba:
-"¿Dónde está Buda?"
-"¿Dónde está Buda?"
-"En el monasterio, disfrazado y escondido", respondió seguro, como un rayo, el iluminado. Y dio por terminada la entrevista y la consulta.
Los monjes se miraron extrañados, en silencio, como si hubiesen sido sorprendidos por una conspiración celestial.Se examinaron atentamente, interrogándose con los ojos, inquisitivos...-"Por favor, dijo el más novato, si es alguno de ustedes, no lo niegue más, necesito saberlo."
-"Tal vez, sea Igor, el panadero, es un hombre excesivamente silencioso y extraño"; agregó otro, encanecido.
-"Para mí, es el jardinero, siempre ríe, y sus sentencias son bellas y pertinentes", aportó el cenobita que estaba encargado de la biblioteca.
Lo cierto es que desde entonces, los monjes comenzaron a tratarse con un gran respeto unos a otros, porque todos podían ser el mismo Buda, de incógnito.
La elevada consideración recíproca, generó una dimensión desconocida hasta entonces en la vida monacal. Se hizo santa, única.
Los devotos que se acercaban al monasterio sentían el clima espiritual de la hermandad, como si el mismo Buda estuviese presente allí.
Los monjes perdieron la costumbre de ir a visitar gurúes, puesto que vivía con ellos, el mismo Buda.
Y cuenta la historia que todos, sin excepción, se iluminaron en la comprensión esencial. Ingresaron a la luz, se elevaron, simplemente por el poder transformador de la convivencia excelente, que así opera, siempre, cuando está presente la sensibilidad respetuosa por el otro y por uno mismo.
-"¿Dónde está Buda?"
En tu casa, en la oficina, en el taller, en la esquina, latente, muy sensible. A veces, va de malvado o de enemigo...
Enrique Mariscal
Enrique Mariscal
Posted at 6:47 a.m. | Etiquetas: Reflexiones |
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