Cómo se configura una constelación familiar?
por Lic. Ana I. Dokser
La constelación familiar es un método de terapia grupal que desarrolló Bert Hellinger, sencillo y eficaz, en el que se lleva a la práctica terapeútica los órdenes del Amor.
La idea central es que hay dos imágenes, una es la imagen que trae el consultante que es la que ata, y otra la imagen de solución, que libera. La imagen que ata es la que muestra el lugar sistémico que se está ocupando y que determina los sentimientos y su proceder en el aquí y ahora. La imagen de solución o de futuro es la que corresponde a las órdenes del amor, y le confiere a cada integrante su lugar en el sistema. Esta imagen si es interiorizada en el tiempo y se la deja actuar, desarrolla su influencia curativa. Para configurar una constelación familiar un participante del grupo refiere primero su deseo, dice cuál es el problema o cuestión que quiere trabajar. A continuación, elige entre los presentes a representantes para los miembros de su familia, incluyendo un representante para sí mismo.
Luego, en silencio los toma de los hombros, uno a uno y los posiciona en un lugar determinado, guiado por su intuición, por una imagen que ya está interiorizada en él, sólo los relaciona en el espacio, luego se retira y observa. El terapeuta se sintoniza con el sistema configurado y comienza a preguntar a los representantes por lo que sienten y perciben en el lugar asignado y en relación con los otros miembros. Los representantes no tienen que actuar, ni representar un papel, sólo refieren sensaciones y sentimientos que le surgen en el lugar que ocupan, lo notable es que los sentimientos, comportamientos y síntomas físicos coinciden con lo de aquellos miembros que representan, sin tener información previa. Ese saber es un saber participativo y está en estrecha relación con la teoría de los campos morfogenéticos de Rupert Sheldrake. El terapeuta va haciendo los cambios necesarios para sacar a la luz la dinámica oculta y llegar a una imagen de solución. Mediante frases curativas y rituales del lenguaje corporal, va restableciendo el orden para que el amor vuelva a fluir en el sistema, a veces se integra al consultante a la imagen de solución.
Este trabajo alcanza las profundidades del alma y de la mente de todos los presentes, por lo que requiere su cooperación atenta y centrada. El método no sólo es esclarecedor para el consultante sino para todos los integrantes del grupo ya que, por empatía, se identifican con el problema y la solución hallada. Al estar inmersos en el destino de cada red familiar y de los acontecimientos que sucedieron en generaciones anteriores, y dirigidos por esa conciencia familiar podemos ser llevados a repetir enfermedades y tragedias, de manera inconsciente. Las Constelaciones familiares y el trabajo con los órdenes del amor permiten encauzar los profundos lazos de amor y lealtad de la red familiar en fuerzas positivas que beneficien a todo el sistema.
La constelación familiar es un método de terapia grupal que desarrolló Bert Hellinger, sencillo y eficaz, en el que se lleva a la práctica terapeútica los órdenes del Amor.
La idea central es que hay dos imágenes, una es la imagen que trae el consultante que es la que ata, y otra la imagen de solución, que libera. La imagen que ata es la que muestra el lugar sistémico que se está ocupando y que determina los sentimientos y su proceder en el aquí y ahora. La imagen de solución o de futuro es la que corresponde a las órdenes del amor, y le confiere a cada integrante su lugar en el sistema. Esta imagen si es interiorizada en el tiempo y se la deja actuar, desarrolla su influencia curativa. Para configurar una constelación familiar un participante del grupo refiere primero su deseo, dice cuál es el problema o cuestión que quiere trabajar. A continuación, elige entre los presentes a representantes para los miembros de su familia, incluyendo un representante para sí mismo.
Luego, en silencio los toma de los hombros, uno a uno y los posiciona en un lugar determinado, guiado por su intuición, por una imagen que ya está interiorizada en él, sólo los relaciona en el espacio, luego se retira y observa. El terapeuta se sintoniza con el sistema configurado y comienza a preguntar a los representantes por lo que sienten y perciben en el lugar asignado y en relación con los otros miembros. Los representantes no tienen que actuar, ni representar un papel, sólo refieren sensaciones y sentimientos que le surgen en el lugar que ocupan, lo notable es que los sentimientos, comportamientos y síntomas físicos coinciden con lo de aquellos miembros que representan, sin tener información previa. Ese saber es un saber participativo y está en estrecha relación con la teoría de los campos morfogenéticos de Rupert Sheldrake. El terapeuta va haciendo los cambios necesarios para sacar a la luz la dinámica oculta y llegar a una imagen de solución. Mediante frases curativas y rituales del lenguaje corporal, va restableciendo el orden para que el amor vuelva a fluir en el sistema, a veces se integra al consultante a la imagen de solución.
Este trabajo alcanza las profundidades del alma y de la mente de todos los presentes, por lo que requiere su cooperación atenta y centrada. El método no sólo es esclarecedor para el consultante sino para todos los integrantes del grupo ya que, por empatía, se identifican con el problema y la solución hallada. Al estar inmersos en el destino de cada red familiar y de los acontecimientos que sucedieron en generaciones anteriores, y dirigidos por esa conciencia familiar podemos ser llevados a repetir enfermedades y tragedias, de manera inconsciente. Las Constelaciones familiares y el trabajo con los órdenes del amor permiten encauzar los profundos lazos de amor y lealtad de la red familiar en fuerzas positivas que beneficien a todo el sistema.
Posted at 4:28 a.m. | Etiquetas: Constelaciones Familiares |
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