Evolución espiritual - Herman Hesse
El escritor alemán Hermann Hesse, premio Nobel de literatura,
fue autor de algunos de los mejores libros relacionados con el camino
espiritual que es nuestro destino recorrer. Describe este tipo de evolución con
mucha precisión en tres novelas extraordinarias, “Demian”, “Siddhartha” y “El
lobo estepario”, que pueden encontrarse fácilmente en Internet.
Seguramente las
dificultades que atraviesan los protagonistas de estas novelas, sus reflexiones
y la evolución que experimentan, son el reflejo de las propias vivencias
personales de Hesse.
Las citas en este artículo
pertenecen a “Demian”, obra publicada en 1919.
Entre
las mariposas hay cierta especie nocturna en la que las hembras son menos
numerosas que los machos… Si capturas una hembra de esta especie -y esto ha
sido comprobado por los científicos- los machos acuden por la noche, haciendo
un recorrido de varias horas de vuelo. Varias horas, ¡imagínate! Desde muchos
kilómetros de distancia los machos notan la presencia de la única hembra de
todo el contorno. Se ha intentado explicar el fenómeno, pero es imposible. Debe
tratarse de un sentido del olfato o algo parecido, como en los buenos perros de
caza, que saben encontrar y seguir un rastro casi imperceptible. Ya ves, la
naturaleza está llena de estas cosas, y nadie puede explicarlas. Y yo digo
entonces: si entre estas mariposas las hembras fueran tan numerosas como los
machos, éstos no tendrían el olfato tan fino. Lo tienen únicamente porque lo
han entrenado. Si un animal o un ser humano concentra toda su atención y su
voluntad en una cosa determinada, la consigue. Ese es todo el misterio…
Pero si
una de esas mariposas, por ejemplo, quisiera concentrar su voluntad sobre una
estrella, o algo por el estilo, no podría hacerlo. Así, ni lo intenta siquiera.
Elige como objetivo sólo lo que tiene sentido y valor para ella, algo que
necesita, algo que le es imprescindible. Por eso logra lo increíble; desarrolla
un fantástico sexto sentido, que ningún animal excepto ella posee. Nosotros
tenemos un radio de acción más amplio y más intereses que un animal. Pero
también estamos limitados a un círculo relativamente estrecho y no podemos
salir de él. Yo puedo fantasear sobre esto o aquello, imaginarme algo -por
ejemplo, que me es indispensable ir al Polo Norte, o algo por el estilo- pero
sólo puedo llevarlo a cabo y desearlo con suficiente fuerza si el deseo está
completamente enraizado en mí, si todo mi ser está penetrado de él. En el
momento en que esto sucede e intentas algo que se te impone desde dentro, la
cosa marcha; entonces puedes enganchar tu voluntad al carro, como si fuera un
buen caballo de tiro.
0 comentarios:
Publicar un comentario