| Delirio compartido | Folie à deux 
 
 
¿Sabías que un delirio puede ser
  compartido por una persona o una familia sin que ésta haya desarrollado una
  estructura o un cuadro psicótico?
El
  delirio compartido lo podemos encontrar dentro del  ”Trastorno psicótico compartido”
  si utilizamos el de DSM-IV o “Trastorno
  de ideas delirantes inducidas“ en el CIE 10. 
Éste
  es uno de los cuadros más sorprendentes que podemos encontrarnos en el ámbito
  clínico y psiquiátrico porque podemos encontrarnos con una familia entera
  compartiendo el delirio de una única persona como si fuera una realidad
  cuando éstas no tienen porque estar padeciendo una psicosis. 
¿Qué
  es el delirio compartido?
El
  delirio compartido es un cuadro patológico que se considera poco frecuente
  entre la población pero también tendríamos que tener en cuenta que suelen ser
  personas que no buscan ayuda, ya que el delirio es una certeza, una creencia,
  su realidad. 
Este
  trastorno también es conocido como folie à deux (locura
  compartida por dos) pero también puede ser de tres, cuatro o más personas
  cuando éstas comparten el delirio.  en los casos estudiados, se
  muestra que los síntomas psicóticos se “contagian” a alguien cercano como
  puede ser un familiar. Los estudios muestran que normalmente suele darse en familiares consanguíneos,
  hermana-heramana y madre e hijo; personas que viven en íntima proximidad
  y ambas suelen estar aisladas del mundo exterior. 
Características
  de la folie à deux
En
  la folie à deux tenemos
  que diferenciar a la persona
  inductora del delirio, que sería aquella que transfiere su
  síntoma a la otra u otras personas, que denominaremos como receptores o
  acompañantes secundarios. La relación que se establece entre ambos permite
  que estas creencias delirantes se afirmen y confirmen, se establezcan y
  perduren en el tiempo. 
A
  su vez, esta relación tiene otro tipo de costes psicológicos pues la relación
  se establece en un orden de dominio
  y sumisión. Aquel que establece el dominio suele ser la
  persona que catalogaríamos con un mayor nivel de inteligencia y es ésta la
  que enferma con mayor rapidez; mientras que la persona inducida suele tener
  una personalidad más dependiente y patológica. 
También
  tenemos que tener en cuenta que si la relación con el inductor se ve
  interrumpida, las creencias delirantes de la otra persona suelen disminuir e
  incluso pueden llegar a desaparecer.
  Es decir, al no estar inmiscuido tan profundamente en la relación, las
  creencias delirantes caerían. 
¿Puede delirar una persona no
  psicótica?
Uno
  de los aspectos que más llaman la atención de este cuadro psicótico, es que
  la persona psicótica puede imponer su delirio a otra persona que no ha desarrollado
  esta patología. Estaríamos frente a un caso en el que una persona no delirante
  admite y comparte el delirio de una persona psicótica, se ve seducida por
  ésta o acaba creyendo firmemente en ella. 
Serían
  estos casos los que, al separarse de la persona inductora del delirio, esa
  persona que no ha desarrollado un cuadro psicótico podría dejar de delirar
  sin necesidad de medicación. Esto puede ocurrir lentamente, lleva su tiempo y
  un tratamiento psicológico pero puede conseguirse. 
Por
  otra parte, también podemos encontrarnos en la clínica un delirio compartido entre dos personas
  psicóticas. Es decir, al relacionarse ambos han creado un
  delirio común o similar. 
 
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