Sobre la depresión
Millones de personas padecen depresión en el mundo, en este artículo nos hacemos eco de los principales síntomas especificados en el manual de diagnóstico del DSM IV sobre el trastorno del estado de ánimo o depresión.

La
  depresión es una de las enfermedades de las que más hemos hablado en
  DePsicología, no sólo por las altas estadísticas de personas que la sufren si
  no porque es una de las enfermedades que más os preocupan, por eso intentamos
  tratarlo desde todos los ángulos.
¿Depresión o tristeza?
En
  muchas ocasiones se confunde la tristeza con la depresión y, a pesar de
  que podría parecer que está íntimamente ligadas, la realidad es que el hecho
  de que una persona sienta un profunda tristeza no implica que por ello esté
  sufriendo una depresión. De la misma manera, se ha tendido a utilizar con
  facilidad el término “estoy
  deprimido” cuando se hace referencia a estar de “bajón“, a un día en el que
  no apetece hacer nada o en el que la apatía y la tristeza pueden con uno.
Por
  lo tanto, podríamos definir la depresión como un trastorno del estado de ánimo,
  que se manifiesta como un proceso de abatimiento e infelicidad que puede ser
  transitorio o permanente. Muchas personas hablan de depresión, incluso muchos
  creen tenerla, lo que se ve incrementado por el hecho de que hoy en día se
  sobrediagnostica la depresión, o se diagnostica mal, llegando a tratarla en
  personas que sólo están tristes o atraviesan un momento delicado en su vida.
La
  depresión suele afectar a mucha gente a lo largo de su vida. Hay ciertos
  momentos en que podemos ser más
  vulnerables a ella, como el proceso de duelo por la pérdida
  de un ser querido o problemas económicos o laborales, la ruptura de una
  pareja, etc.
Si
  bien algún pequeño sentimiento depresivo es normal en alguna parte de nuestra
  vida, una depresión mayor es una condición seria que debe ser tratada porque
  afecta a todos los ámbitos de la vida de la persona, tanto su vida social,
  como laboral y personal.
Generalmente,
  la persona depresiva tiende a buscar ayuda psicológica
  por la insistencia de algún familiar que le hace percibir su realidad.
  Normalmente, la primera persona a la que se acude es al médico de familia,
  tenemos que tener en cuenta que cada vez están más especializados en este
  tipo de enfermedad aunque a veces pueden dar pastillas directamente en lugar
  de derivar a una atención psicológica, pero cada vez se tiene más en cuenta
  la psicología como un medio para volver a encontrar la luz.
Síntomas de la depresión
Según
  el DSM-IV hay diferentes tipos
  de depresión dependiendo de los síntomas y la duración de
  estos en el tiempo: Depresión mayor- episodio único, depresión mayor
  recidivante, trastorno distímico y trastorno depresivo no especificado. De
  ahí que sea tan importante un buen diagnóstico, no sólo para diferenciar
  entre tristeza y depresión sino también para poder diseñar el tratamiento
  adecuado para el paciente.
Antes
  de explicaros los síntomas de la depresión tenemos que tener en cuenta que
  hay determinados criterios que se deben de cumplir para poder diagnosticarla,
  en este caso nos vamos a centrar en la depresión mayor.
En
  primer lugar, para diagnosticar depresión se necesita que se den cinco o más
  de los siguientes síntomas durante un periodo de 2 semanas y que deben de
  reflejarse en la actividad de la persona. En concreto, uno de los
  síntomas debe ser 1 estado de ánimo depresivo o 2 pérdida de interés o de la capacidad
  para el placer.
- Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, casi cada día según lo indica el propio sujeto (p. ej., se siente triste o vacío) o la observación realizada por otros (p. ej., llanto). En los niños y adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable.
- Disminución acusada del interés o de la capacidad para el placer en todas o casi todas las actividades, la mayor parte del día, casi cada día (según refiere el propio sujeto u observan los demás)
- Pérdida importante de peso sin hacer régimen o aumento de peso (p. ej., un cambio de más del 5 % del peso corporal en 1 mes), o pérdida o aumento del apetito casi cada día. Nota: En niños hay que valorar el fracaso en lograr los aumentos de peso esperables
- Insomnio o hipersomnia casi cada día
- Agitación o enlentecimiento psicomotores casi cada día (observable por los demás, no meras sensaciones de inquietud o de estar enlentecido)
- Fatiga o pérdida de energía casi cada día
- Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados (que pueden ser delirantes) casi cada día (no los simples autorreproches o culpabilidad por el hecho de estar enfermo)
- Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión, casi cada día (ya sea una atribución subjetiva o una observación ajena)
- Pensamientos recurrentes de muerte (no sólo temor a la muerte), ideación suicida recurrente sin un plan específico o una tentativa de suicidio o un plan específico para suicidarse.
Muchos
  de los pacientes que sufren o han sufrido depresión lo definen en palabras
  coloquiales como un momento en el que han perdido la luz de sus vidas, están
  sumidos en una oscuridad que parece que nunca va a alcanzar
  el fin, es como si la vida les costara, como si respirar fuera demasiado
  trabajo para sí mismos e incluso, en los momentos más difíciles es como si
  estuvieran “muertos en vida” pues están vivos pero sin la capacidad de sentir
  otra cosa que no sea dolor.
El
  sentimiento de soledad y vacío en estos casos suele ser
  desbordante, lo que no implica que realmente estén solos, simplemente no
  pueden percibir ni sentir la calidez de las personas que se encuentran a su
  alrededor, porque no hay nada que les calme (en los momentos más graves).
Se
  pierde la capacidad de sentir, del placer, las ganas de vivir
  pero a todos los que estéis pasando por este momento, permitidme que os diga
  que todos los días sale el sol por lo que, a pesar de que la oscuridad de la
  depresión y la tristeza agónica no os permita ver su luz, todo dolor es
  temporal y podréis salir de ella.
Causas de la depresión
Las
  causas aún no están muy claras, ni siquiera para los especialistas, pero sí
  hay varios factores que pueden incidir en la prevalencia de esta enfermedad.
- Factores hereditarios: estudios realizados con familiares de personas tendentes a la depresión, muestra que dentro de una misma familia, se incrementan las posibilidades de padecerla.
- Factores fisiológicos: la depresión se debe a ciertas alteraciones del sistema nervioso relacionadas con una deficiencia en la actuación de los neurotransmisores. Por eso, los medicamentos utilizados para tratarla, suelen ser estimuladores del sistema nervioso.
- Factores sociales: una mala calidad de las relaciones con nuestros semejantes, puede crear un sentimiento de soledad que se convierta en depresión
- Factores físicos: la prevalencia de depresión aumenta en aquellos países que reciben poca irradiación solar
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