Causas psicológicas de la enfermedad

Emoción Incontrolada y Mal Regulada.
De acuerdo a estos hechos básicos podrá observarse que las erróneas actitudes emocionales y la malsana condición del cuerpo astral (emocional) son los poderosos factores que producen el malestar y la enfermedad. Ello se debe a que el cuerpo vital o etérico está regido primordialmente a la actividad por la acción del cuerpo astral. La excitación de este cuerpo en cual­quier actividad violenta bajo la tensión temperamental, la intensa preocupación o la prolongada irritabilidad, derramará una corrien­te de energía astral en el centro plexo solar y a través de éste, energetizándolo y produciéndole un estado de intensa perturba­ción que afecta al estómago, al páncreas, al conducto biliar y a la vesícula. Pocas personas (y podría muy bien preguntar, quién está exenta en esta época particular de la historia del mundo) están libres de indigestiones, indeseables condiciones gástricas o dificul­tades relacionadas con la vesícula biliar.
La tendencia a la crítica, las violentas antipatías y los odios basados en la crítica o un complejo de superioridad, producen en gran parte la acidez que sufre la mayoría de las personas. Quisiera agregar aquí que estoy generalizando. Cuánta gente está predis­puesta a un complejo de inferioridad respecto a sí mismo, pero también a un complejo de superioridad en lo que concierne a sus relaciones con otras personas. Los efectos estomacales del plano físico están estrechamente vinculados con el aspecto deseo del cuerpo físico, que halla expresión en comer y beber lo que se de­sea, trayendo, en consecuencia, esos ataques de bilis a que están predispuestas tantas personas.
Doy estos ejemplos a fin de demostrar el efecto que produce la prevaleciente y errónea actitud hacia la vida y la gente, que hoy caracteriza al género humano y produce las condiciones ya mencionadas..
Los males basados en la crítica, en el odio y en la tendencia a juzgar a otros (por lo común despiadadamente) pasan del centro la­ríngeo al plexo solar. Esta interrelación existente entre los centros, nunca ha sido debidamente considerada. Por los centros del cuer­po etérico pasan distintos tipos de energía, y gran parte de la energía transmitida de un centro a otro es indeseable, fluyendo de los centros situados abajo del diafragma a los de arriba.
El cuerpo físico puede ser comparado a una casa con dos instalaciones telefónicas, una trayendo la energía desde afuera, la otra, de una habitación a otra como teléfono in­terno. La analogía es mucho más exacta de lo que puede parecer al pensador casual. En toda casa moderna se instala luz, agua, gas y teléfono. La luz simboliza el alma, el agua las emociones, el in­tercambio telefónico la mente con su intercomunicación de cono­cimientos, y el gas simboliza la naturaleza etérica.
Resulta interesante y penoso observar que en la actualidad lo que sale de los hogares comunes son los residuos, lo indeseable ésta es la analogía de la triste y egoísta demanda para satisfacer las necesidades y deseos personales.
Por lo tanto, habrán visto por qué he señalado tan enfática­mente la necesidad de la inofensividad, pues es el método científico por excelencia, hablando esotéricamente, de limpiar la casa y pu­rificar los centros. Esta práctica limpia los canales obstruidos y permite la entrada de energías superiores.
Las causas emocionales de la enfermedad y las actitudes men­tales que producen enfermedad o malestar físico son las que más prevalecen en esta época particular. Cuando persisten largo tiem­po y son llevadas vida tras vida, causan los aspectos más violentos de las condiciones mencionadas y de ellas pueden surgir serias y destructivas enfermedades que hacen necesaria, por ejemplo, la extracción de la vesícula biliar o esas operaciones incidentales a la aparición de las úlceras gástricas crónicas. Otras enfermedades provienen de la constante satisfacción de los deseos, aunque las enfermedades sexuales son de otra categoría. Por lo antedicho, puede verse cuán deseable es que el verdadero curador posea no solo cierta medida de conocimiento esotérico sino que conozca -hasta llegar a ser un iniciado- algo de psicología, parte del tra­bajo del curador magnético y al mismo tiempo ser médico o ci­rujano entrenado

La curación esotérica - Aclaratoria:
Cuando usamos la energía de nuestras manos para sanarnos o sanar a otros, hay que saber el color del rayo del alma porque cuando las energías mental, emociomal, etérica o física no estan alineadas ni son unificadas por la energía del alma, entonces se produce la enfermedad porque toda enfermedad es el resultado de la inhibición de la vida del alma hay que liberar al alma de lo que le está causando enfermedad: deseos frustrados o excesivamente satisfechos, pensamientos, sentimientos y emociones negativas, malos hábitos sobre todo alimenticios, falta de actividades al aire libre o en la naturaleza, comunicación, mal caracter, irritabilidad, desarmonía en el entorno, placeres que crean dependencia, etc. porque entonces alguno de los siete centros se bloquea y no hay armonía entre nuestra persona y nuestra vida.

Permítele a tu alma fluir con una actividad posiviva, para que tu alma pueda
vitalizarte y eliminar las congestiones y obstrucciones que son fuente de
enfermedad. Hay una serie de energías y fuerzas que se enfrentan y luchan dentro
de la estructura humana.

Hasta que los médicos que no trabajen con el cuerpo etérico y estudien la ciencia de los centros no po­drán progresar mucho. El curador esotérico sabe mucho acerca de las fuerzas y energías internas y posee cierta comprensión de las causas básicas y síntomas de las enfermedades, pero tiene ignorancia acerca del mecanismo del hombre, su anatomía, no llegando a comprender que la enfermedad es a veces la aparición de ciertas condiciones subjetivas indeseables. Cuando éstas se exteriori­zan y son traídas a la superficie del cuerpo humano, pueden entonces ser conocidas, tratadas y eliminadas. La enfermedad es producida por la sobreestimulación de alguna de las glándulas endocrinas, o por la aparición de ciertas carencias, infecciones ambientales o enfermedades sociales por decirlo de alguna manera.
Tomado del Libro Curación Esotérica de Alice Bailey y el Maestro Tibetano

0 comentarios:

Premios

Design by Blogger Templates