La Chía, una importante fuente de Omega 3, gana terreno en el NOA

Functional Products Trading S.A una empresa chilena de capitales chilenos y argentinos posee la producción más grande y eficiente de Chía en el mundo y tiene una capacidad infinita de expandir su producción. Fue creada para realizar la comercialización de la semilla de Chía producida por Functional Product S.A., empresa argentina con sede en Salta, donde se afirma el cultivo de la Chía. Functional Product S.A. nació de la iniciativa de los agricultores que participaron en el proyecto llamado "Northwestern Argentina Regional Project", un proyecto patrocinado por Organizaciones públicas y privadas en Estados Unidos y Argentina. El proyecto tenia la meta de identificar y llevar a una producción industrial semillas que podían ser cultivos alternativos para los agricultores del Noroeste de Argentina y de esta forma, incrementar sus ingresos.
El proyecto empezó en el 1991; la semilla de Chía fue seleccionada por sus propiedades nutritivas excepcionales.Hoy, después de más de 10 años de trabajo en la selección de las semillas, Functional Product S.A. posee la producción más grande y eficiente de Chía en el mundo y tiene una capacidad infinita de expandir su producción. La empresa adquirió un Know How importante durante todos estos años. Hoy en día Functional Products S.A. cultiva Chía en diferentes países: Al producir el cultivo en áreas diferentes y distantes (lo que no es usual en nuevos cultivos), se pueden reducir los riesgos de pérdidas debidas al factor climático.Para la comercialización de la semilla de Chía destinada a la alimentación humana, FP S.A. y Tecnobel Ltda., empresa comercial chilena, formaron Functional Products Trading S.A. , con sede en Santiago de Chile. Functional Products Trading S.A. está a cargo del desarrollo de la demanda de la semilla de Chía y de sus derivados, aceite, fibra etc. en el mundo.
Ventajas de la Chía frente a otras fuentes de Omega 3
La oferta de Omega-3 en el mundo es extremadamente escasa. Las fuentes de Omega-3 con cuales se puede comparar la semilla de Chía son las siguientes:Aceite de pescado Aceite de canola (colza) Aceite y grano de lino Aceite de algas La Chía tiene ciertas ventajas comparativas sobre las fuentes alternativas de Omega 3, ya que aparte de ser un producto vegetal que no tiene colesterol, la Chía no contiene sodio. Respecto al aceite de pescado, es de destacar que no todos los aceites de pescado son buenos: la agencia de alimentos en EUA, la Food & Drug Administration solo calificó el aceite de las especies Menhaden como buena fuente de Omega-3. Además existe contaminación del medio ambiente marino: Los peces concentran sustancias tóxicas que pueden ser dañinas para la salud humana. En la comparación con el Lino, es de destacar que este cultivo que décadas atrás tenía tres millones de hectáreas implantadas en Argentina, contiene sustancias que pueden ser dañinas (aumento del riesgo de enfermedades coronarias e infarto) y no se lo recomienda consumir durante el embarazo y la lactancia. Es más su consumo está prohibido en Francia. Respecto a los Frutos secos como nueces y almendras, estos productos tienen el inconveniente de presentar niveles de Omega-3 muy bajos que requerirían un consumo de grandes cantidades de ellos para obtener una cantidad dietaria significativa de Omega-3, lo que, en algunos casos, traería otros tipos de problemas (exceso de calorías ingeridas). Además, el nivel de Omega-6 que contienen hace imposible lograr algún tipo de "equilibrio" entre la ingesta de Omega-3 y Omega-6.
Historia de la Chía
Las civilizaciones precolombinas usaron las semillas de chía como materia prima en la elaboración de varias medicinas, compuestos nutricionales e incluso pinturas. Fue uno de los cultivos principales de las sociedades precolombinas de la región, superado en cantidades sólo por el maíz y los porotos. En el tiempo de la Conquista, Mesoamérica tenía por lo menos 20 especies botánicas domesticadas con usos diferentes. Cuatro de ellas sobresalían desde el punto de vista nutricional: El amaranto, los porotos, la chía y el maíz. Estas cuatro especies constituían los principales componentes de la dieta diaria. Es interesante destacar que las dietas básicas derivaban únicamente de los cuatros granos consumidos por los antiguos aztecas, y que satisfacían perfectamente los requerimientos dietéticos establecidos hoy en día por la Food and Agriculture Organization-World Health Organization (FAO-WHO).
La semilla de chía se usó como alimento, mezclada con otros cultivos, como bebida mezclada en agua, molida en harina, incluida en medicinas y prensada por su aceite utilizado luego como base para pinturas para el rostro y el cuerpo. Los Aztecas recibían semilla de chía como tributo anual de los pueblos bajo su dominio y la ofrecían a los dioses como parte de las ofrendas en las ceremonias religiosas. La chía no sólo fue uno de los principales componentes de la dieta de los Aztecas, sino también de otra gran civilización precolombina que se desarrolló en Mesoamérica: Los Mayas. El actual estado mexicano de Chíapas ubicado en los límites del antiguo territorio maya, trae su nombre de la palabra nahuatl Chíapan que significa río de chía. Esto indica que la chía ha sido un cultivo de esta región desde tiempos muy antiguos. La semilla de chía aún es consumida por algunas comunidades de América. Los descendientes aztecas y mayas usan este antiguo grano en la preparación de una bebida muy popular llamada "Chía fresca". Hoy, la semilla de chía mezclada con limonada hace una bebida refrescante consumida no sólo en México, sino también en Guatemala, Nicaragua y en el sudoeste de los Estados Unidos.
La conquista española reprimió a los nativos, suprimió sus tradiciones y destruyó la mayoría de la producción agrícola intensiva y el sistema de comercialización existente. Muchos cultivos que mantuvieron una posición preponderante en las dietas de la América pre-colombina, fueron destruidos por los españoles debido a la estrecha asociación con la religión y fueron reemplazados por otras especies extranjeras (trigo, cebada, zanahorias, etc.) que tenían una gran demanda entre los conquistadores. Quinientos años más tarde, la ciencia moderna ha llegado a la conclusión de que las dietas precolombinas eran superiores a las que se consumen actualmente en la misma región. Relegada en la oscuridad, la semilla de chía ofrece ahora al mundo una nueva oportunidad para mejorar la nutrición humana, proveyendo una fuente natural de ácidos grasos omega-3, antioxidantes y fibra dietética. La ciencia actual explica por qué las antiguas civilizaciones consideraban a la chía un componente básico de su dieta. La composición química de la chía y su valor nutricional, le confiere un gran potencial para usarla dentro de los mercados alimenticios e industriales. Así, la información tecnológica ha dado una excelente oportunidad para crear una industria agrícola, totalmente capaz de ofrecer al mundo un "cultivo nuevo y antiguo a la vez".

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