Conecta con tu cuerpo
EJERCICIO
DE INTROSPECCIÓN
En este boletín comparto contigo un ejercicio de
introspección que te ayudará a crear una mejor conexión con tu cuerpo físico.
Lo único que necesitarás es tener a la mano, una hoja en blanco, lápices de colores
y no ser interrumpido por lo menos durante 30 minutos.
¡Comencemos!
¡Comencemos!
- Centra tu atención en la hoja en blanco y comienza a conectar con ella.
- Ahora centra tu atención en tu cuerpo físico y establece conexión con el, se consciente de tus sensaciones.
- Toma un color, y dibuja un esquema de tu cuerpo en la hoja en blanco, no requiere ser perfecto, lo que se requiere es crear un dibujo que te represente.
Ahora es momento de darle color a tu dibujo, para ello,
elige los siguientes colores:
- Uno que represente para ti la negatividad.
- Uno que represente para ti la tensión.
- Uno que represente para ti el dolor.
- Uno que represente para ti el amor.
Ahora, en el esquema que dibujaste anteriormente, ilumina con el color de la negatividad, las zonas de tu cuerpo que no te gusten o que no quieres. Escribe al lado del dibujo porque dichas zonas no te gustan.
Con el color de la tensión, sombrea aquellas áreas de tu cuerpo donde sientas tensión. No importa que este color se sobreponga al anterior. Indica al lado del dibujo porque sientes tensión en esas zonas.
Ahora elige el color del dolor y sombrea las zonas de tu cuerpo donde sientes dolor, ya sea permanente o esporádico. Describe al lado del dibujo las circunstancias o los momentos en que registras el dolor.
Por último, elige el color del amor e ilumina con el las partes de tu cuerpo que te gustan y amas. Menciona al lado del dibujo porque te gustan.
Quédate por unos instantes en contacto con tu dibujo, mirándolo en su totalidad. Si despierta alguna idea, sensación, imagen, propósito o sentimiento, escríbelo.
Vuelve a tomar contacto con tu dibujo y focaliza tu atención en un área que hayas coloreado como dolorosa. Cierra tus ojos y conéctate con esa parte de tu cuerpo. Quédate con ella, intensifica y expande la sensación. Lleva ahí tu respiración y siente como si respiraras por medio de ese lugar.
Entabla un diálogo con esa parte de tu cuerpo. Pregúntale, escúchalo, conversa. Escribe lo que surja.
Ahora lleva tu atención a otra zona dolorosa y repite los pasos anteriores. Intensifica tus sensaciones.
Continua con el mismo procedimiento en todos los lugares que hayas coloreado como zonas de dolor. Puedes realizar lo mismo, con las zonas de tensión.
Este ejercicio te ayudará mucho a ser consciente de que zonas necesitan de tu atención y que emociones, sentimientos, pensamientos, circunstancias o personas están involucradas en enfermedades, dolor físico o tensiones. En la medida en que vayas haciendo más estrecha tu conexión con tu cuerpo físico, podrás llegar a mensajes mucho más profundos y sobre todo, podrás crear mejoras o soluciones a los conflictos que te rodean.
Extraído del curso "Taller de Armonía y Belleza Fisica"
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