Hidroterapia (Cont.)

En 1712, Hoffman publica su obra "De aqua medicina universali"; sus métodos, muy difundidos, crearon escuela. En Alemania los Hahn, especialmente uno de sus hijos, Segismundo, que publicó "Heilkraftdes frischen Wassers" cuya octava edición se publicó en 1936; en ella se indicaba el uso del agua en todas las enfermedades, tanto externas como internas, bebida inmediatamente al levantarse y durante las comidas, fueron encarnizados enemigos del uso de medicamentos. Johann, el hermano menor, fue médico personal del rey de Prusia; premiado con un condado, fomentaba el uso del agua en las enfermedades crónicas, agudas y fiebres exantemáticas, haciendo especial hincapié en su utilización contra la viruela, sarampión, erisipela, etc.
En 1771, el ruso Samolowits, que era médico personal de la Emperatriz Catalina II, utilizó contra la peste que asoló Moscú lociones y aplicaciones de agua helada con innegable éxito.
En Francia, la clase médica se interesó vivamente por los nuevos tratamientos especialmente los cirujanos militares Lombart, Perey y Larrey, que emplearon el agua para tratar las heridas producidas en campaña, consiguiendo asombrosas curaciones en las heridas producidas por armas de fuego. Pomme, al que no pocos colegas trataron de loco, sanaba todas las dolencias del sistema nervioso manteniendo a los enfermos sumergidos durante tres, seis, doce e incluso veinticuatro horas en agua que mantenía a una temperatura de 10 grados, añadiendo hielo cuando subía la temperatura; como complemento mantenía a los pacientes con tisanas, leche y caldo por todo alimento.
En Inglaterra, Currie, influenciado por las experiencias de Wright, dio un impulso más científico y clínico a las aplicaciones del agua fría. Wright, en su obra "Medical Facts and Observations", relata sus experiencias vividas a bordo durante la travesía que efectuó de Jamaica a Inglaterra, y que sirvió de base a sucesivos estudios; dice que siendo preso de una fiebre maligna, pudo observar que el aire frío del mar aliviaba su estado febril, que se agravaba al estar en cama arropado en su camarote como el resto de los enfermos; esta circunstancia le hizo decidir a probar en sí mismo una teoría que tenia desde hacia tiempo; influenciado por las ideas Hipocráticas, de desnudó sobre el puente y ordenó que le arrojaran sobre el cuerpo varios cubos de agua del mar. Pasado el primer choque brutal, comprobó que pasados unos instantes se sentía aliviado; repitió el baño durante unos días, quedando completamente curado. Ante el éxito, repitió el tratamiento con el resto de compañeros de travesía aquejados de la fiebre, siendo el resultado totalmente satisfactorio. A su llegada a Inglaterra presentó antes los más eminentes médicos ingleses sus conclusiones, sanando con afusiones de agua fría infinidad de enfermos de tifus y fiebre amarilla. En 1793, Currie publica una gran obra, en la que recopila experiencias en hospitales y describe el tratamiento a que él personalmente ha sometido a 153 pacientes afectados de fiebre contagiosa y que mediante la aplicación del agua fría han sanado. Sienta unos postulados conocidos por "Las bases hidroterápicas de Currie", en los que se definen los efectos del agua fría en el organismo:
Sustracción del calor.,Sedación del sistema nervioso.,Aumento de la vitalidad de las partes.
A pesar de estos primeros pasos, es posible que el método hidroterápico estuviera marginado de la medicina ortodoxa, si no hubiera sido por un alseano, Vizenz Priessnitz, 1799-1851, nacido en Grafenberg, parte de la Silesia austriaca, semi-analfabeto; tuvo que trabajar de pastor desde muy niño, ya que su padre quedó ciego y tuvo que hacerse cargo de la familia. Dotado de un poder de observación muy acentuado, fue observando que cuando enfermaban los animales domésticos se mejoraban aplicándoles compresas mojadas cubiertas de paños de lana o mantas; también los cura de fracturas mediante el agua. Todo esto le hace adquirir una experiencia que al sufrir un grave accidente en el que se produce la rotura de varias costillas y dándole los médicos por inválido, se le presente la posibilidad de probar en sí mismo la cura hidroterápica. La experiencia es positiva y sana por completo; a partir de entonces los habitantes de su pueblo y más tarde los de la comarca no cesan de acudir a Priessnitz para que los sane. Con la práctica va perfeccionando su técnica, a los veinte años su fama rebasa Silenia y se extiende por toda Austria. En 1821, abre el primer establecimiento donde asistir a sus numerosos pacientes, que la autoridad, obligada por la denuncia de la clase médica no tarda en cerrar. Dos años después vuelve a abrir otra consulta; su técnica ha mejorado notablemente, los baños y afusiones de agua fría con esponjas las sustituye por baños de golpe, después de los chorros. Somete a los pacientes a transpiraciones bien mediante trabajo, ejercicios o calor, para después sumergirlos en agua fría. Al principio después del baño de vapor envolvía a los enfermos en mantas, mas cambia el procedimiento para sustituirlo por sábanas mojadas dando fricciones sobre ellas. En 1826 asistió en Viena al Archiduque Anton y en 1833 a la Emperatriz de Austria. En su magnífico establecimiento construido con la ayuda del gobierno austriaco, llegó a albergar hasta 1.800 pacientes anuales de todos los rincones de Europa.
Priessnitz murió colmado de gloria y dueño de una inmensa fortuna; su único colmado de gloria se debe a su hija Sofía, que le hizo de secretaria; se tituló "Libro familiar del agua". También su obra ha llegado a nosotros en forma de testimonios de varios médicos alemanes que habían seguido su trabajo incluso como pacientes y que posteriormente fundaron numerosos sanatorios hidroterapeuticos a lo largo de Alemania.
Fleury agrupó en una gran obra, "Tratado de la Hidroterapia", todas las practicas hidroterápicas, sentando las bases de los libros de texto en la Universidad y que pasó a conocerse como "método francés", y que tras ciertos tecnicismos y con la jerga profesional de la clase médica no eran otras cosas que las practicas de Priessnitz, recogidas por Rausse en la obra "Esencia de la cura de agua en Grafenberg".
Otras de las grandes figuras de la hidroterapia fue el religioso Sebastián Kneipp, que ejerció en Worishofen de 1854 a 1897 en que falleció. Kneipp, en 1889 fundó un gran balneario, dado la gran cantidad de pacientes que acudían para ser tratados en él mediante aplicaciones de agua fría acompañados de la toma de plantas medicinales.Publicó dos libros que vieron la luz infinidad de ediciones en numerosas traducciones: "Micura del agua" (1887), y "Mi testamento" (1893); en ellos, con minuciosidad junto a la técnica de aplicación del agua fría, une los consejos de aplicación de plantas medicinales, uso que difundió por todo el mundo y cuyas fórmulas se comercializan en la actualidad en varios países.
Los métodos empleados por Kneipp se iniciaban con paseos con los pies descalzos sobre hierba o superficies húmedas y frías, que en algunos casos se continuaban en estanques que cubrían desde los tobillos a la ingle; también aplicaba compresas mediante grandes toallas dobladas a lo largo y mojadas en agua fría que se aplicaban en forma de T, mientras permanecía el enfermo echado, cubriendo las compresas con mantas secas.
Dándose cuenta de que el agua por sí misma carecía de virtudes curativas y se limitaba a ser el vehículo que provocaba reacciones que movían al organismo a sanar, con motivo de mantener el cuerpo en el grado más óptimo de excitación, antes de administrar al enfermo cualquier tipo de aplicación del agua fría se aseguraba por medio de fricciones o ejercicio de que el paciente estuviera caliente y sudando.

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