La inmunidad según un enfoque existencial
La Medicina Natural es muy sencilla en sus enunciados básicos, y al compararlos con los complejos enunciados de los enfoques alopáticos, muchos confunden esta simplicidad con un pobre potencial de la misma y así terminan despreciándola; sin embargo, y gracias a las evidencias surgidas de las más prestigiosas Universidades y de documentos presentados por distintos gobiernos del mundo, hoy sabemos que detrás de todos esos sencillos enunciados fácilmente comprensibles para cualquiera, hay un consistente fundamento que hoy es fácil avalar con lo mejor de la ciencia independiente.
Para la Medicina Natural el origen de las enfermedades es precursado necesariamente por un organismo que no está en condiciones de defenderse de los agentes patógenos; esta debilidad orgánica se fundamenta en la carencia de nutrientes y en un exceso de sustancias tóxicas en el mismo.
La acumulación de toxinas es un hecho completamente despreciado por la medicina convencional; mientras que un naturópata lo primero que va a preguntarle a sus pacientes es si mueve el intestino a diario, el profesional de la alopatía puede no tener ninguna referencia a este hecho en una historia clínica forjada en décadas de relación con un individuo.
Para colmo de males, muchas de las llamadas enfermedades no son más que reacciones del cuerpo por deshacerse de estas toxinas; la mayoría de las molestias, dolores, fiebres, diarreas, no son otra cosa que mecanismos saludables que tienden a purificar el organismo y a las cuales se responde rápidamente con antibióticos, antiinflamatorios y otras drogas que suprimen los síntomas y con ellos la respuesta curativa en ciernes.
Para cualquiera es evidente que cualquier tratamiento supresor de síntomas y que no aborde la causa real de los mismos con una dieta atóxica y nutritiva, es el equivalente a poner un parche o barrer la tierra bajo la alfombra.
Cortar una fiebre, detener una diarrea o una tos, suprimir un dolor sin ayudar al cuerpo a limpiarse, son actos que contradicen la salud.
Christopher VaseyAutor del libro “Comprender las Enfermedades Graves”
Desde la perspectiva naturista, los microorganismos son huéspedes que conviven en armonía con nuestro cuerpo hasta que este se ve debilitado por la intoxicación del mismo; por esta razón debemos dejarlos de ver como los causantes primeros de la enfermedad.
Fuente: Libro 'Estimula Tu Inmunidad Natural' (Pablo de la Iglesia; Ediciones Obelisco)
Para la Medicina Natural el origen de las enfermedades es precursado necesariamente por un organismo que no está en condiciones de defenderse de los agentes patógenos; esta debilidad orgánica se fundamenta en la carencia de nutrientes y en un exceso de sustancias tóxicas en el mismo.
La acumulación de toxinas es un hecho completamente despreciado por la medicina convencional; mientras que un naturópata lo primero que va a preguntarle a sus pacientes es si mueve el intestino a diario, el profesional de la alopatía puede no tener ninguna referencia a este hecho en una historia clínica forjada en décadas de relación con un individuo.
Para colmo de males, muchas de las llamadas enfermedades no son más que reacciones del cuerpo por deshacerse de estas toxinas; la mayoría de las molestias, dolores, fiebres, diarreas, no son otra cosa que mecanismos saludables que tienden a purificar el organismo y a las cuales se responde rápidamente con antibióticos, antiinflamatorios y otras drogas que suprimen los síntomas y con ellos la respuesta curativa en ciernes.
Para cualquiera es evidente que cualquier tratamiento supresor de síntomas y que no aborde la causa real de los mismos con una dieta atóxica y nutritiva, es el equivalente a poner un parche o barrer la tierra bajo la alfombra.
Cortar una fiebre, detener una diarrea o una tos, suprimir un dolor sin ayudar al cuerpo a limpiarse, son actos que contradicen la salud.
Christopher VaseyAutor del libro “Comprender las Enfermedades Graves”
Desde la perspectiva naturista, los microorganismos son huéspedes que conviven en armonía con nuestro cuerpo hasta que este se ve debilitado por la intoxicación del mismo; por esta razón debemos dejarlos de ver como los causantes primeros de la enfermedad.
Fuente: Libro 'Estimula Tu Inmunidad Natural' (Pablo de la Iglesia; Ediciones Obelisco)
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