Historia de las Psicofonías

Suele suponerse, erróneamente, que en 1.959 Jürgenson fue la primera persona en percatarse sobre la existencia del fenómeno. No obstante, el neurólogo italiano Ferdinando Cazzamalli había ya experimentado entre 1.923 y 1925 con la producción de voces paranormales en una emisora de radio aislada dentro de una jaula de Faraday por parte de dos epilépticos, dos histéricos y un sujeto con presuntas facultades psi. Lo que llevó a Cazzamalli junto al psiquiatra ruso Wladimir Bechterew a pensar que la señal portadora de la telepatía dependía de algún tipo de onda electromagnética.
Podemos encontrar las siguientes investigaciones documentadas, en los trabajos emprendidos por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, sobre las inexplicables interferencias que captaban sus equipos de comunicaciones. Unos años más tarde, en 1950, un ingeniero de Chicago llamado John Otto, colaborando con un equipo de radioaficionados, captó voces de origen desconocido que hablaban en diversos idiomas. Casi en la misma época, el ufólogo norteamericano John Keel, comentaba la aparición de palabras y frases adicionales en sus cintas magnetofónicas. Diversas personas habían sufrido, antes que Jürgenson, experiencias espontáneas. El doctor New y el alemán Karl Hinstman grabaron voces en sus trabajos al aire libre.
En general, como sus observaciones no fueron tomadas en serio, y ante el temor de verse desacreditados, los individuos que de alguna forma chocaron con las voces paranormales, no persistieron en las investigaciones.
La primera investigación rigurosa comenzó, el 17 de septiembre de 1952, en el laboratorio de física de la Universidad del Sagrado Corazón de Milán. El padre Gemelli grabó aquel día una serie de extrañas voces, en presencia del padre Pellegrino Ernetti, que fueron remitidas para su análisis al profesor Senkowski de Maguncia, Alemania.
El caso de Attila von Szalay es sorprendente, quien vivio fenómenos PES, PK y experiencias extracorporales durante toda su vida y casi siempre de modo espontáneo, siendo testigos varios investigadores, entre ellos Hareward Carrigton, pero no fue hasta que entabló contacto con el parapsicólogo Raymond Bayless, cuando sus facultades pudieron ser rigurosamente investigadas.
En 1938, Szalay había oído la voz de su hijo muerto llamándole, y como los parafonemas se repetían, en 1941 intentó sin lograrlo registrar las voces en un grabador para discos de 78 r. p. m. El encuentro con Bayless produjo un proyecto de trabajo planteado en un principio para tres años, en el que Szalay intentaría producir las "voces psíquicas" de forma controlada.
Los resultados positivos acompañaron a la investigación, y un día, el 5 de diciembre de 1956, se produjo un nuevo fenómeno desconcertante. Durante la sesión de trabajo, quedaron registradas en las cintas voces que no se escucharon en el laboratorio. Al repetirse el hecho, ambos hombres se dieron cuenta de su importancia e intentaron llamar la atención de la comunidad parapsicológica. Bayless se desesperó ante el caso omiso de sus colegas. Por fin, en enero de 1959, seis meses antes del "descubrimiento" de Jürgenson, el Journal de la American Society for Psychical Research, publicó una parte de los trabajos en forma de larga carta, pues no consideraron el tema lo suficientemente interesante como para dedicarle un artículo.
El psíquico de ascendencia húngara, que había estado predispuesto a participar en cualquier tipo de investigación científica, cansado de la indiferencia demostrada por los parapsicólogos, dejó de colaborar con Bayless y se retiró para llevar a término una experimentación privada. En 1970, y ante la insistencia de Scott Rogo, volvió a participar en diversas pruebas controladas, aunque el paso de los años y los graves problemas personales que padecía habían mermado sus facultades.
El 12 de junio de 1959, Friedrich Jürgenson fue el protagonista de un suceso que conmocionó a la parapsicología de su época, dando pie al estudio de las psicofonías como fenómeno paranormal.
En su primer libro, Voces del Universo (1964), Jürgenson cuenta como con intención de incluir cantos de pájaros en la banda sonora de uno de sus documentales, puso el magnetófono a grabar en los frondosos bosques de Suecia. Cuando escuchó lo registrado, oyó una voz masculina que hablaba precisamente sobre cantos de pájaros. Al no poder encontrar una explicación natural a la voz adicional, siguió intentando nuevas grabaciones en las que recogió sonidos extraños y voces que le llamaban por su nombre.
Dado que no podía interpretar los hechos, se puso en contacto con un parapsicólogo sueco, el Dr. J. Björkhem y el técnico en sonido Arnie Weisse (más tarde director de la televisión estatal sueca). Pero pese a las pruebas aportadas seguía sin ser creído, hasta que en el verano de 1964, el Instituto de Zonas Limítrofes de la Psicología y de la Psicohigiene, perteneciente a la Universidad de Friburgo de Brisgovia, Alemania, emprendió una serie de investigaciones encabezadas por su director Hans Bender, que duraron varios años, siendo su resultado la demostración de la realidad del fenómeno.
Friedrich Jürgenson fue un hombre polifacético, abarcando en sus actividades el canto, la pintura y la producción de cine entre otras muchas cosas. Durante años mantuvo una estrecha relación con el Vaticano, obteniendo los derechos de excavaciones arqueológicas, lienzos y filmaciones de documentales, incluso uno sobre la vida de Pablo VI.
Gracias a la confianza alcanzada por Jürgenson, se le encomendaron trabajos sobre hechos supuestamente sobrenaturales, como la licuación de la sangre de San Genaro, a la cual ningún seglar se había acercado tanto tiempo desde 1904, cuando se permitió a los profesores Sperindeo y Silva, de la Universidad de Nápoles, efectuar distintas pruebas al liquido conservado en las ampollas de vidrio
En 1971, Jürgenson escribió una enigmática carta a su amigo, el autor británico Peter Bander, en la que decía: "Además, y tal vez sea éste el aspecto más importante, he encontrado oídos bien dispuestos para el fenómeno de las voces en el Vaticano. He adquirido grandes amigos entre las principales figuras de la Ciudad Santa. Hoy día el "puente" se mantiene sólidamente sobre sus pilares". Con ella dejaba patente su intima relación con la Iglesia; un hecho que sin duda llama poderosamente la atención, puesto que desde siempre los católicos han condenado, oficialmente, cualquier forma de contacto con el Más Allá.
Konstantin Raudive es sin duda alguna uno de los referentes más importantes en la divulgación de las voces paranormales en cinta magnética.
Al igual que Jürgenson, la vida Raudive fue un constante peregrinar por varios países de Europa. Estudió filosofía e historia de la Literatura en París y España, donde fue nombrado "Embajador del espíritu español" por su traducción al letón del emblemático "Don Quijote".
Sus estancias en Alemania y Suecia ampliaron su condición de políglota, lo cual se vería reflejado también en sus trabajos con las psicofonías, donde al igual que a Jürgenson- las "voces" le hablaban en varias lenguas.
Luego de sus trabajos en común, y por discrepancias de criterios, Raudive y Jürgenson continuaron sus trabajos cada uno por separado a partir del año 1969.
Por su parte, el investigador letón siguió realizando experimentos con las voces, utilizando una sencilla grabadora con la que realizó más de 100.000 registros. A veces, acoplaba a su magnetofón una radio, al igual que realizaba Jürgenson por indicación de las voces. Él estaba convencido que entre la banda de frecuencias que separa dos emisoras, resultaba más fácil el manifestarse a sus pretendidos interlocutores. Entre ellos, Raudive aseguraba identificar las voces de personajes como Carl Jung, Adolf Hitler o Wolfgang von Goethe.
En el año 1969, se publicó una completa recopilación de los trabajos de Raudive, con el título de "Lo inaudible se hace audible", donde se ofrecía además una grabación con una selección de algunas de las mejores "voces" obtenidas durante su experimentación. Su libro puso en alerta a un buen número de escépticos, argumentando que las "Voces de Raudive" eran solo falsas interpretaciones de electricidad estática, el propio ruido de la cinta y le acusaron de confundir emisoras de radio con voces de espíritus.
Desde esa epoca hasta ahora, han salido prestigiosos estudiosos de las psicofonias, caben destacar a los españoles Pedro Amoros, German de Argumosa y Sinesio Darnell, gracias a estos tres grandes investigadores, todos conocemos un poco mas este extraño mundo y nos animan a seguir aprendiendo mas y han abierto un largo camino para descubrir finalmente el motivo y procedencia de estas voces.

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