Los engaños de la mente

La mente hace de cualquier cosa un problema, si no fuera así la vida sería muy simple, la muerte sería muy simple, no hay ningún problema en absoluto. Pero la mente te engaña con que cada momento es un problema y tiene que ser resuelto. Una vez que empiezas a creer que todo es un problema, nada puede hacerse porque este primer paso es erróneo.
La mente no puede aportarte ninguna solución, es el mecanismo que te aporta los problemas. Incluso si crees que has resuelto un problema, miles de nuevos problemas surgirán de la solución. Esto es lo que la filosofía ha estado haciendo. La filosofía es la ocupación de la mente.
En el momento en que la mente observa algo, lo observa con un interrogante, lo observa con ojos dubitativos. La vida es muy simple y la muerte es muy simple, pero únicamente si puedes verlos sin la mente. Una vez usas la mente, todo se vuelve complejo, todo es confusión. Y la mente intenta resolver la confusión cuando en realidad ella es el origen de toda confusión, por lo que más confusión se crea.
Es como si un pequeño arroyo fluye montaña abajo. Algunos carruajes lo han atravesado y la corriente está turbia y tú te metes en el agua para aclararla. Tan sólo la volverás más turbia aun. Es mejor esperar en la orilla. Es mejor dejar que las aguas se calmen otra vez, que se calmen por sí solas, de forma que la hojarasca desaparezca y el fango se sedimente y la corriente se vuelva transparente como el cristal. Tu ayuda no es necesaria. Sólo crearás más confusión.
Así que si crees que hay algún problema, por favor no metas tus narices en ello. Siéntate y espera. No permitas que la mente se entrometa, dile a la mente que espere. Y es muy difícil para la mente el esperar, es la encarnación de la impaciencia.
Si le dices a la mente que espere, sucede la meditación. Si puedes persuadir a la mente que espere, estarás en oración, porque el esperar significa no pensar, significa sentarse a la orilla sin entrar en la corriente. ¿Qué puedes hacer? Hagas lo que hagas la enturbiarás más, tu misma entrada en la corriente creará más problemas. Por eso, espera.
Toda meditación es espera. Toda oración es infinita paciencia. El meollo de la religión consiste en no permitir a la mente que te cree más problemas. Tantas cosas, cosas simples con las que incluso los animales disfrutan, con las cuales incluso los árboles disfrutan, el hombre no es capaz de disfrutarlas, porque inmediatamente se tornan problemas, y ¿cómo puedes disfrutar un problema?
A cada instante la vida llama a tu puerta, pero tú estás pensando. Le dices a la vida, “Espera, abriré la puerta, pero déjame primero decidirme”. Nunca ocurre. La vida vendrá y se irá y tú simplemente te arrastrarás por ella, ni vivo ni muerto. La vida y la muerte son buenos porque la muerte tiene una vida propia.
Así que recuerda, lo primero es no permitir que la mente interfiera. Entonces puedes ser como los árboles, incluso más verde. Entonces puedes volverte como los pájaros volando, y ningún pájaro puede alcanzar las alturas a las que tú puedes llegar. Entonces puedes ser como los peces que se sumergen en las profundidades del mar, puedes alcanzar el mismo fondo del océano.
Nada se te puede comparar. La consciencia humana es el fenómeno más evolucionado que existe, pero te la estás perdiendo. Incluso los niveles menos evolucionados disfrutan más.
Un pájaro es un pájaro, un ser mucho menos evolucionado que tú, un árbol está casi sin evolucionar, pero disfrutando más, floreciendo más. Un placer mayor se encuentra a tu alrededor. ¿Por qué te lo estás perdiendo?
Tu mente se ha vuelto una carga. No la estás usando, más bien al contrario, estás siendo utilizado por ella. No permitas que la mente interfiera en tu vida, y entonces ésta será un fluir. Entonces te volverás una persona sin ningún tipo de obstrucción, te volverás transparente, entonces cada instante será una dicha porque no te preocuparás por él.
Fuente: Osho y sus Enseñanzas Espirituales

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