La compasión
Durante mucho tiempo, he tenido la creencia de que La compasión era un sentimiento que humillaba y denigraba a aquel o aquello que era objeto u origen…
Ahora veo la compasión de forma distinta, como un mirar sin velos ni muros de por medio, un “ponerse” en el lugar del otro, como la capacidad de empatizar con todo cuanto nos rodea. La compasión es una virtud que se deriva del valor del amor al prójimo.
La verdadera compasión consiste en percibir la angustia ajena y hacerla nuestra. En los idiomas que no forman la palabra compasión a partir de la raíz del “padecimiento” (passio) sino del sustantivo sentimiento, estas palabras se utilizan aproximadamente en el mismo sentido, sin embargo es imposible afirmar que se refieran a un sentimiento secundario, malo.
El secreto poder de su etimología, ilumina la palabra con otra luz y le da un significado más amplio: tener compasión significa saber vivir con otro su desgracia, pero también sentir con él cualquier otro sentimiento como alegría, angustia, felicidad, dolor.
Si conociéramos el verdadero fondo de todo tendríamos compasión hasta de las estrellas. (dicho por Graham Greene)
Muchos supuestos actos de compasión, están teñidos de un sutil sentimiento de auto-importancia o deseo de reconocimiento.
Otros se sustentan no en el deseo de ayudar a los demás sino en el de obligarles a cambiar.
Reflexión; en nuestro interior el camino hacia la auténtica compasión, surge empezando por una profunda aceptación y amor por uno mismo. Sólo entonces, puede florecer la compasión y convertirse en una fuerza sanadora, arraigada en la aceptación incondicional del otro tal y como es.
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