Unidad y multiplicidad de la personalidad
El ser humano es una unidad compleja integrada por un conjunto de estructuras, cada una de las cuales tiene por función recibir, elaborar y exteriorizar determinados órdenes de realidades. Al conjunto de estas estructuras y de sus funciones se le denomina personalidad.Aunque cada estructura, tiene sus funciones específicas, existe entre todas ellas una constante interrelación gracias a la cual se mantiene la unidad de conjunto. Esta función integradora de las diversas estructuras o niveles de la personalidad corre a cargo de la mente en sus diversos planos de profundidad.Cuando la integración armónica de todos los niveles no puede conseguirse de forma espontánea y habitual, debido a existir fuertes divergencias entre sí de las tendencias, la personalidad se encuentra entonces más o menos perturbada; el rendimiento cualitativo de cada nivel disminuye dando lugar a muy variados síntomas, según las circunstancias, y hacen su aparición en la persona los llamados estados negativos. La personalidad es la resultante de la continua interacción de los siguientes factores:
1. Herencia biológica.. Concretizada principalmente en la constitución física, de la que se derivan las tendencias temperamentales, y en los impulsos o necesidades biológicas.
2. Ambiente. Constituido por el conjunto de personas, cosas, instituciones, situaciones y valores que ejercen una influencia, activa o pasiva, en la formación o desarrollo del individuo.
3. Nivel de conciencia o madurez psicológica, gracias a la cual el individuo es capaz de seleccionar entre los múltiples estímulos internos y externos que constantemente actúan en él, aquellos que están más en consonancia con los valores aceptados conscientemente. Esta capacidad de selección deliberada de motivaciones es precisamente la que eleva al hombre por encima de los animales, ya que éstos actúan siempre mediante una selección mecánica de estímulos.En esta facultad de conocer reflexivamente y de poder elegir, aun dentro de un círculo limitado, reside la libertad del hombre y la posibilidad de su autoperfeccionamiento. La mayor parte de acciones, no obstante, no son fruto del ejercicio de esta facultad, como veremos más adelante, sino que son consecuencia de la reacción mecánica de la inercia de sus procesos psíquicos frente a la situación-estímulo de cada momento.
El hombre, pues, aunque puede vivir de un modo relativamente libre y autodeterminado, vive de hecho, casi siempre de un modo mecánico, esto es, determinado por la naturaleza de sus impulsos, por los condicionamientos de sus experiencias y por los diversos estímulos que actúan sobre él desde el exterior. Por esta razón es posible estudiarlo, prever su conducta y hasta producir modificaciones a voluntad, en muchas de sus futuras reacciones.
Antonio Blay - La personalidad creadora
1. Herencia biológica.. Concretizada principalmente en la constitución física, de la que se derivan las tendencias temperamentales, y en los impulsos o necesidades biológicas.
2. Ambiente. Constituido por el conjunto de personas, cosas, instituciones, situaciones y valores que ejercen una influencia, activa o pasiva, en la formación o desarrollo del individuo.
3. Nivel de conciencia o madurez psicológica, gracias a la cual el individuo es capaz de seleccionar entre los múltiples estímulos internos y externos que constantemente actúan en él, aquellos que están más en consonancia con los valores aceptados conscientemente. Esta capacidad de selección deliberada de motivaciones es precisamente la que eleva al hombre por encima de los animales, ya que éstos actúan siempre mediante una selección mecánica de estímulos.En esta facultad de conocer reflexivamente y de poder elegir, aun dentro de un círculo limitado, reside la libertad del hombre y la posibilidad de su autoperfeccionamiento. La mayor parte de acciones, no obstante, no son fruto del ejercicio de esta facultad, como veremos más adelante, sino que son consecuencia de la reacción mecánica de la inercia de sus procesos psíquicos frente a la situación-estímulo de cada momento.
El hombre, pues, aunque puede vivir de un modo relativamente libre y autodeterminado, vive de hecho, casi siempre de un modo mecánico, esto es, determinado por la naturaleza de sus impulsos, por los condicionamientos de sus experiencias y por los diversos estímulos que actúan sobre él desde el exterior. Por esta razón es posible estudiarlo, prever su conducta y hasta producir modificaciones a voluntad, en muchas de sus futuras reacciones.
Antonio Blay - La personalidad creadora
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